Bienvenida [Libre]

por **Alejandra** Vie Jul 16, 2010 9:50 am

Alejandra llevaba casi 3 años viviendo sola en la villa horrándose el dinero de un hotel viviendo en edificios abandonados. Se había acostumbrado a su nueva vida, se iba acostumbrando a no tener un padre y una madre que cuidaran de ella y un hermano que jugara con ella. En día es nublado ya que amaneció hace unas horas, no parece que vaya a llover, pero el sol no da señales de querer aparecer, es un día perfecto para buscar una guarida. Camina con elegancia con su vestido verde y su túnica azul entre las ruinas de lo que debió de ser un poblado. Allí solo hay madera y piedra en abundancia, algunas casas están medio de rumbadas, pero podrían ser un cobijo fantástico un par de días, o tal vez una semana.

Deposito sus maletas en medio de lo que podría ser el salón, El techo tenia grandes brechas y agujeros, por lo que si llovía tendría que taparse la cabeza o hacer alguna improvisación para que no se mojara. Los pocos muebles que hay son suficientes para que se las pueda apañar sola, a podido sobrevivir y podrá un par de años mas.
Una vez dejo todo colocado, se puso su capucha y salio de la que seria su casa hasta nuevo aviso. Bajo las escaleras de piedra y echo una mirada al paisaje, desolado y solitario, casi tanto como ella.
Después de comprobar que no había nadie alrededor se sentó en el bordillo de una desgastada acera y abrió un grueso libro de tapa dura roja, cuyo interior tenia letras pequeñas y ningún dibujo, por la pagina en la que se asomaba un palo metal dorado, una señal. Sin duda, no es un libro que un niña leería, pero desde que nació Alejandra no ha sido una niña común y se entretiene leyendo libros de aventuras a la espera de que ocurría algo.

por **Doreen Conrad** Vie Jul 16, 2010 9:55 pm

Después de un día de estancia en el lugar había decidido seguir andando por las calles del lugar, no tenía rumbo fijo, había pensado en que criaturas nuevas e interesantes encontraría o al menos quería encontrar algo nuevo que hacer y con qué entretenerse, llenarse de ideas la cabeza, después de todo por algo había llegado a aquel lugar, o al menos eso quería pensar todo tenía una explicación, o al menos quería tener un porque a todo. El día había estado nublado por lo visto, podía ver uno que otro ambular por las calles pero no tenía interés de pararme a conversar con alguno, quería encontrar algún lugar misterioso, al menos más misterioso de todo lo que había conocido hasta el momento.

Mis pasos eran firmes más rápidos de lo normal estaba ansiosa, por fin, llegaba a un lugar, me parecía todo desecho, alguna que otra casilla podía estar a un en pie, un olor peculiar llamo mi atención y volví a abrir mi sed, mi garganta raspaba, entré con cuidado al lugar siguiendo el aroma, el lugar era interesante, observe por completo la habitación hasta que un instrumento llamo mi atención, siempre me habían gustado las artes, de todo tipo, así que me senté en aquel gran y viejo piano, estaba en una esquina. No había tocado nada hace un tiempo, pase la yema de mis dedos por las empolvadas teclas, tocaría algo, aunque fuera para mi sola.

Estaba tan metida en mis pensamientos hasta que pude notar a la criatura tomar un libro, aquel momento era bueno, tal vez la espantaría un poco pero en lo personal no me importaba, comencé a tocar lentamente, cerré los ojos disfrutando del sonido que producía aquel viejo instrumento, después abrí los ojos de golpe observando a la criatura, sabía que llamaría su atención por completo, pero no me detuve y le dedique la mejor y más perturbadora de mi sonrisas, mezclada con emoción. El día pintaba para ser interesante, y su olor me abría la sed, así que aprovecharía.

por **Isaí Oldman** Vie Jul 16, 2010 10:53 pm

No habia olvidado su último encuentro, al que por cierto no le habia exprimido todo el jugo necesario, él estaba hambriento y ella también asi que por temor o por algo más que ninguno de los dos supo descifrar se separaron, planeando un encuentro más adelante. Volviéndose casi una sombra siguió a Doreen un largo rato, por algunos dias, sin que ella lo notara, tenia una enorme necesidad de protegerle de alguna manera, no queria que ella se enterara, temia que se sintiera decepcionada. Cuando fuera el momento se aparecería ante ella como si fuera causalidad.

Llegó hasta unas ruinas, jamás habia estado ahi, pero percibió algo raro en el ambiente, quiso quedarse cerca observándola. Hizo un recorrido visual y notó a una niña sentada observando un libro, se sorprendió, era la primera niña que veía en toda su estancia en la Villa, intrigado las miró a las dos.

por **Alejandra** Sáb Jul 17, 2010 3:03 pm

Alejandra esta concentrada en el libro. No sabe quien es el autor, debió de ser uno de esos escritores borrachos que cuentas su vida desde otro punto de vista y que luego solo deja sus iniciales, ocultándose en las sombras como un misero cobarde por miedo a ser buscado si luego el libro no tenia éxito o era una blasfemia arrogante que rompía el estilismo de la época.. Estas comparaciones y pensamientos eran muy propios de Alejandra. El libro era entretenido, pero para nada era interesante. No contaba una historia exacta. Las desgracias de las personas eran normales pero ¿Que desgracias tenia este personaje? Un hombre casado y una mujer casada ¿Enamorados? Eso solía ocurrir pero ¿Tan cómicos eran los resultados? Alejandra se hace dos ideas sobre el final del libro. En una de ellas Tom y Lucia se fugan juntos, en la otra hay muertes. Cansada y aburrida decide leer el ultimo capitulo,para su sorpresa, no se ha perdido nada en especial.
“Y cada uno vivió feliz junto su pareja” ¿Feliz junto a su pareja?Alejandra releyó el final y un par de paginas, creyendo que se había saltado una buena parte del libro, la mas interesante, pero no, el final era así de soso. Resignada, comenzó a leer por donde se había quedado, no le gustaba dejar de leer un libro. Alejandra es lista, muy lista. Conoce a la perfección la Villa del Roble Fantasma, conoce a los habitantes y sabe como son.
Suspira y deja el libro abierto a su lado mientras se levanta y se alisa el vestido verde. Sus ojos recorren las ruinas y ve una sombra que parece ser femenina, aunque la niebla no le deja ver con claridad. Alejandra arruga un poco los labios y la frente en señal de fastidio. Pone su cabeza bien alta. Se aclaro en silencio la garganta con el fin de que su voz sonara como siempre.
-Se te da bastante mal esconderte- Dijo Alejandra con una vos firme y fría,demasiado para su edad. Ella espera con la cabeza bien alta, sabia jugar a esta clase de juegos.

por **Doreen Conrad** Sáb Jul 17, 2010 4:27 pm

Cerré los ojos disfrutando aun del sonido del instrumento, desde que había llegado a la villa no había hecho nada que me apasionara relacionado con las artes, disfrutaba la delicada melodía aspire ampliamente el aroma que se encontraba a mi alrededor, el olor de los mueves viejos mezclado con un poco de humedad, todo esto acompañado de aquel olor que al llegar me había perturbado. Por un momento él me había cruzado por la mente, no era de las que se aferraba a alguien, de hecho nunca lo había hecho. Me preguntaba ¿Qué estaría haciendo el en estos momentos si no nos hubiéramos separado?¿Disfrutaría de mí melodía o se distraería con alguna otra cosa del lugar? Su compañía me había agradable, su misterio.

Abrí los ojos lentamente, mis pupilas se acostumbraran rápido a la luz, podía notar las partículas del polvo. El sonido de sus pasos reclamaron mi atención por segunda vez esta noche, sonreí, seguía fascinada por el momento, por descubrir que me pasaba al sentir su aroma pasar mi garganta. La pequeña criatura era segura de sí misma al hablar de aquella manera. Quería beber de ella, me sentía débil demasiado débil. Deje de tocar cerrando la tapa de las teclas, sacudí mis empolvadas manos. – Tal vez no quería esconderme, ¿Acaso tú te escondes aquí? – Suavice mi rostro pero no sonreí, me quede inexpresiva, mientras más pasos daba más podía sentir su aroma, y aunque nunca antes en mi vida lo había notado, sentía su palpitar, la manera en que su sangre recorría su cuerpo, percibía el calor de su cuerpo, podía ya saborearla sin ni siquiera probarla de la necesidad que sentía.

Me levante de mi asiento, decidida a probar, decidida a alimentarme, pero quería ser sutil, tal vez si hacía que se espantara un poco ayudaría a su cuerpo calentara en demasía y la sangre supiera más cálida, me camine aproximándome, sonriéndole, mostrando aquellos caninos grandes y perfectos que sabía me ayudarían en este momentos. Respuestas, esas eran las que buscaba desde que había llegado, pero sólo basto una pequeña niña, sin necesidad de hablar entre nosotras demás para tener las necesarias, ya no era más aquella humana frágil que tenía que cuidarse por donde pisaba, sabía que mi nueva condición me ayudaría, era un vampiro, o eso creía ser. Pronto llegué frente a ella, la observe de principio a fin explorando que lugar sería más estratégico para beber, no quería matarle ya que parecía ser prometedora…

por **Isaí Oldman** Lun Jul 19, 2010 7:10 pm

Las notas de una excelsa música llegaban hasta sus oídos transparentes, lamentó que en el estado de inmaterialidad sus sentidos no estuvieran tan agudos como quisiera. Su vista era débil, así como el oído, igualmente no podía sentir, no había dolor, casi ninguna sensación, sólo un terrible hueco en medio del pecho, lo que le hacía saber que necesitaba "alimentarse".

Al principio dudó, no supo a quién se dirigía la niña, él estaba escondido, eso era cierto, pero ella podía referirse también a Doreen, todo era confuso, incluso el ambiente, no podía ver con claridad el entorno, estaba sumamente confundido.

Se quedó ahi, en la misma posición, observando con detenimiento las acciones de cada una, quizá permanecería distante, no sería partícipe de aquél encuentro. Notó que la niña leía algo, y en su rostro podía ver decepción, quizá por la lectura, pero podia divisar en sus ojos, un intenso nivel de seguridad y ni un resquicio de miedo o desesperanza, como lo que veía en todos los que llegaban en ese vagón, por un momento pensó que tal vez esta niña no habia llegado en ese tren.

Doreen se acercó a paso lento a la niña del libro, sus ojos parecían trasntornados, completamente hambrientos, en ese momento supo que ella era distinta, muy parecida a las personas que llegaban a Luz Negra reclamando por algo de sangre en una copa.

De haber tenido piel, en ese momento se hubiera estremecido, ¿acaso estaba a punto de ver una de esas escenas de sus películas? se previno por si en algún punto debia de intervenir.

por **Alejandra** Miér Jul 21, 2010 12:57 am

Alejandra puede percibir el sonido del instrumento en la distancia, no procede de su nueva guarida, pero no esta muy lejos, de lo contrario no la escucharía ni bien ni mal.
Alejandra sigue mostrándose seria y segura, tal vez un poco molesta por el echo de que ahora tenia que encontrarse con alguien que había llegado a la villa y abría sufrido quien sabe cuantos cambios y ahora seria algo que, desde luego, no seria del todo humano.
Alejandra suelta un bufido y mira hacia arriba con una mueca sonriente de burla al escuchar lo que la mujer le decía. ¿Acaso tenia pintas de esconderse? ¿Acaso una persona que quiere esconderse de algo o alguien se sienta a leer un libro en mitad de la calle?
-Tu no jugabas al escondite de pequeña ¿Verdad?-Se burlo Alejandra.
Cada día llegaban mas extraños a la Villa, Alejandra se pregunto si vinieron de las misma forma que ella y se preguntaba si podría regresar a casa de la misma forma que vino.
Alejandra se pone firme y recta mirando como la mujer se levanta y se acerca a ella. Estaba en una de las ruinas continuas por lo que no le extraño oír el instrumento. Para su sorpresa, solo hace una extraña mueca al ver a la joven mujer y se gira un poco de forma disimulada para mirar hacia atrás sabiendo que no hay nada. Esperaba que todo el royo de a continuación.
Quería irse a dar una vuelta o a relajarse un poco en su nueva morada, pero unos pasos no muy lejanos le despertaron de sus pensamientos y Alejandra giro su cabeza curiosa mirando entre las sombras a ver quien aparecía.
-¿Que es esto, nueva reunión del comité de bienvenida?-Se mofó la niña,como si aquí hubieran bienvenidas. Alejandra se ajusto al capa y se puso la capucha. Hacia calor y parecí que podía llover, por lo que decidió ponerse la capucha para estar prevenida.

por **Doreen Conrad** Miér Jul 21, 2010 8:09 pm

Curiosidad. Eso sentía en estos momento, me preguntaba ¿Qué había hecho o pasado aquella chiquilla para tener aquel carácter tan firme? No podía negarlo era algo singular, y un punto de ventaja grande en este lugar, con el paso del tiempo esta niña podría hacer grandes cosas si seguía así de juiciosa. Sonreí estudiándola un poco, sus gestos faciales, sus movimientos. Ya más cerca de ella pude apreciar su dulce aroma, pase mi mano a la garganta sintiendo el ardor grande. Di un paso en falso y sentí y ligero mareo, me sentía débil, cansada, necesitaba alimentarme, pero sabía que no era correcto alimentarme de una niña… Aunque a estas alturas me daba igual.

Observe la manera en que buscaba entre las sombras, sabía que mis sentidos no estaban al cien, más bien parecían tan cansados como todo mi cuerpo por lo cual si había o no alguien ahí no podría identificarlo. Camine alrededor de la niña observando donde sería el mejor lugar para poder beber de ella sin lastimarle demasiado, aunque a estas alturas, con la sed no me importaba. Camine un poco más hasta que un gran mareo me inundo recargándome en la pared – Tengo que alimentarme – A penas mis palabras parecían entendibles, nunca había tenido aquella necesidad, mucho menos la necesidad de querer lastimar a alguien para alimentarme, ahora era mi naturaleza y tenía que aceptarla, tenía que aprender a sobrellevarla.

La niña aún no dejaba de ver al fondo en la oscuridad, al estar a sus espaldas podía agarrarla desprevenida, sería una ventaja para mí ya que estaba débil además de que era una niña, pero era un juego muy sucio, me acerque tomando fuerzas, y baje la capucha, con la punta de mi dedo delinee una de las venas que podían resaltar de su cuello, sentí como empezó a moverse cosa que permitía más movilidad en su líquido vital, el calentamiento por el momento de su sangre, por alguna extraña razón sabía que no era el momento ni él lugar para hacer esto, pero lo necesitaba. Baje mi rostro rápidamente, la mordería intentando no lastimarla sólo quería beber un poco, lo necesitaba, después desaparecería del lugar.

por **Alejandra** Vie Sep 10, 2010 5:43 pm

Entrecerró un poco los ojos, haciendo de estos unos tan fieros como los de los gatos.
Observo cada uno de sus movimientos con atención, sin dejar pasar por alto ningún detalle. La mirada de la mujer,su forma de caminar y como paso su mano por su garganta. Alejandra se percato de ello a mismo tiempo que abría los ojos con curiosidad y luego con una cara de cierto miedo a decir verdad. Ahora tenia dos motivos por los que preocuparse. El primero era la mujer que quería beber su sangre y el segundo era el personaje que se escondía y no parecía decidirse a aparecer. Arrugó la nariz mientras se iba enfadando poco a poco. Mira que hay que ser cobarde para ocultarse y no ayudar a una niña que podría estar a punto de morir o ser herida.
Miro desconfiada a la mujer que daba vueltas alrededor de ella. Aquello le producía un mal presentimiento, por no decir que le resultaba bastante incomodo. Fue bajando los parpados hasta tenerlos cerrados. Dio un suspiro largo y soltó el aire con delicadeza. Noto algo detrás suyo a través de su pelo, produciendole un pequeño escalofrío que sirvió para recordarle que no tenia que tener miedo de nada ahí fuera. Pero la cosa empeoro cuando su cuerpo se sobresalto y estremeció por consecuencia. Noto el frío dedo de la mujer sobre su cuello y dibujando una de sus veas que se veían mal dibujadas.
Alejandra se giro con fuerza mientras echaba pasos hacía atrás. Su mirada era amenazante.
-No te atrevas a tocarme-Dijo con fuerza.

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