¿Qué haces cuando no puedes dormir?...pues...sales (libre)

Estoy sentada en la cama sin ser capaz de dormir, el sudor pega mi cabello a mi cuello. Frustrada con esta especie de "encarcelamiento" en esta villa desconocida, me rasco la cabeza mordiendome el labio inferior...' No aguanto más aquí' pienso para mi misma suspirando. Termino poniéndome en pie. Salpico algo de agua en mi rostro refrescándome y me pongo el vestido negro y las botas de tacón aguja...será otra noche de farra. Salgo a la calle. La usual bruma se arremolina alrededor de las lampareras y ya casi como juego, cada vez que paso bajo una la hago brillar con mayor intensidad...por lo menos ellas no se quejan. Comienzo a silbar mientras avanzo por las calles solitarias dispuesta a encontrar algún bar abierto...quizás algo de música...algo de rock...y un trago le devuelvan la paz a mis nervios.

Los sonidos de juerga me llaman en dirección a un lugar que se ve bastante bien. Tiene pinta de barrio rojo o algo...las luces, el ruido. Mi corazón da un salto expectante. Se ve bien para pasar la noche.

-Por fin algo de acción- murmuro mirando por la ventanas de los locales. Sin embargo ninguno parece muy dedicado a la música que me gusta...más eso no me desanima, solo quiero despejarme un momento y como me gusta bailar...opto por ingresar a una disco llamada 'Dalia'. Le cierro el ojo al guardia al entrar y de inmediato quedo sumida en la penumbra y el ruido atronador de la música. Tardo unos minutos en acostumbrarme hasta que mis ojos se adaptan del todo.

En la pista los cuerpos se retuercen al son de la música. Hombres y mujeres con sus ojos cerrados elevan los brazos moviéndose de forma sensual. Sonrio apreciativamente...me gusta la gente que sabe divertirse. Carezco de chaqueta así que paso de largo por el guardarropía y me dirijo hacia el bar, mirando a mi alrededor mientras avanzo.

-Una cerveza de medio litro por favor- le digo al barman, metiendo la mano en el bolsillo del vestido para sacar dinero. El chico sonrie y niega con la cabeza.

-Por cuenta de la casa- me sonrie pasándome la jarra- Bienvenida a Dalia. Le sonrio de vuelta con un asentimiento de cabeza y me doy la vuelta. En una esquina hay una mesa vacía así que avanzo hacia ella. Con un poco de dificultad finalmente estoy ahí. Me siento, cruzando mis piernas y elevándo los pies hasta ponerlos sobre la silla y tomo un trago. El frio de la cerveza baja por mi garganta y suspiro agradecida.

-Dejame ver...que hay para saborear esta vuelta- canto para mí mirando fijamente el líquido ambarino que burbujea en la jarra.

Off: Lamento la demora u.u.

Había muchos lugares que no conocía, y había escuchado mucho hablar del distrito fucsia, se decía que era un barrio bohemio, yo había estado en un local allí pero ahora quería recorrer con más tranquilidad el barrio, detenerme a disfrutar de la noche y recordar mis noches de fiestas.

Camine vestida de manera bastante provocativa, con una mini falda y un top bien ceñido y sobre él un abrigo de cuero que me abrigaba porque mi cuerpo permanecía frio no quería gastar energías innecesarias en abrigarme.

Sonreía al ver el ambiente que había en el lugar si bien la villa completa era muy sombría, esta parte de ella parecía distinta como si se tratara de uno de esos barrios rojos de Ámsterdam, y eso me agradaba.

Camine hasta llegar a Dalia, que según la gente era uno de los mejores lugares para parrandear, así que entre sin más apuro, el guardia me dejo pasar en seguida, ni hacer la fila.

Al entrar me pare un momento en la barra para observar la situación, la gente bailaba, se besaba, bebían, un excelente ambiente, me gire y pedí una botella de cerveza, y me iba quedar sentada en la barra pero entre la gente logre divisar a una chica sentada sola en una mesa, cosa que me pareció mal, no es bueno beber sola y me dirigí a ella, con mi paso coqueto y mi sonrisa encantadora en mis labios.

_No es bueno beber sola, sería un placer que me dejaras acompañarte.

Dije parada adelante de la mesa, con la botella en la mano, y acomodándome el cabello con la otra, mientras miraba a la guapa chica que ocupaba la mesa.

Mientras deslizo mis ojos por la multitud en busca, espero, de alguien que quiera acompañarme... o por lo menos alguien con quien entablar conversación una chica comienza a abrirse paso hacia las mesas. Me llama la atención ya que camina de forma confiada, contoneándose y ajena a las miradas que acarrea a su paso. Normalmente la gente que he visto se muestra un tanto extraña, como si estuviera constantemente conmocionada o algo así, pero supongo que es solo una primera impresión. Sonrio para mí y luego desvió la mirada fijándome nuevamente en la pista. Mis pensamientos vagan nuevamente hacia Natham, lo echo de menos, hace mucho que no tengo noticias de mi amigo y creo...tal como van las cosas, que mucho tiempo más pasará hasta que puedo nuevamente hablarle.

La gente que baila parece estarselo pasando bien. Me pregunto si ellos también habran recivido una bombilla como yo...una centella...es es lo que ahora era...y a pesar de saberlo aun no me sentía una de ellos. Bueno, no es como si conociera a otros. Bebo un trago largo de mi cerveza suspirando un poco cuando escucho una voz.

Elevo la mirada y frente a mí está la chica coqueta. Una sonrisa confiada en sus labios y una cerveza en sus manos.

-Claro- digo bajando mis pies de la silla dandole lugar- sería un placer para mí también, ultimamente es difícil encontrar alguien con quien conversar- añado- creo que ya me estoy quedando muda- le sonrio a la chica agradecida de poder hablar- y ¿cuál es tu nombre?

Spoiler: