Negro,verde,azul y morado...rosa rojizo, amarillo canario {Libre}

Daba pequeños saltitos mientras caminaba entre las callejuelas de aquel lugar desconocido aún para mí, había tanto que explorar y tantas cosas por descubrir. Demasiadas cosas que pensar y aprender. Sonreí y di una vuelta mientras tocaba con un dedo una bombilla haciendo que brillase con más intensidad, me reí y las bombillas de mi alrededor se iluminaron. Era divertido que se pusiesen contentas conmigo. Di un salto y una palmada para luego volver a caer sobre el suelo con los pies juntos y haciendo lo mismo pero sin pisar rayas del suelo, si se pisaba una raya, perdías. Este lugar era raro, sin saberlo me iba adentrando en callejuelas más cerradas pero aún así con bombillas que se iluminaban más a mi paso, sobretodo cuando me reía. En uno de los saltos caí raspandome las rodillas.
-Au -murmuré y entonces algunas bombillas comenzaron a iluminarse menos, me levanté y me froté las rodillas comprobando que no era nada, y volví a mi juego sonriendo a lo cual las bombillas se iluminaron también, eran mis compañeras de juego.
No me preocupé ni por donde estaban mis padres ni en donde estaba Léo, me lo pasaba bien así con las bombillas encendiéndolas y apagándolas a mi antojo, sonreí teniendo una idea y parándo de saltar. Entonces hice que se apagaran todas y quedó a oscuras el callejón. Toqué una bombilla y la encendí.Encendía las que quería.

Estaba explorando aquel extraño lugar cuando lo lejos vi unas luces que se apagaban y se encendian. Me llamó la atención, pues no parecía pasar algo parecido en ningún otro lugar (al menos que yo pudiera ver), así que me acerqué hacia allí.

Rorschach andaba a mi lado...resultaba algo extraño que aun estuviera conmigo y no se hubiera marchado a explorar o a intentar cazar algo. Posiblemente aquel lugar le ponía nervioso, y a mi también, de cierta manera. Era todo algo raro, no de una forma concreta, si no indefinible, cómo la sensación que transmitía...

Todo eso se me fue de la cabeza cuando vi a una niña pequeña allí. Busqué con la mirada a sus padres o a alguien, pero estábamos solas. Quizá aquellas bombillas la habían atraido hasta aqui y se había perdido, quien sabía...decidí acercarme a ella y preguntarle, de lo contrario no estaría tranquila.

-Hola-Saludé, con una sonrisa dulce.

Encendí una bombilla de color amarillo y me reí, me giré al escuchar un saludo y todas las bombillas se pusieron con la misma intensidad.
-Hola-sonreí-.¿Quieres jugar?-le pregunté observándola de arriba a abajo y miré al gatito que llevaba a su lado, sonreí y me acerqué para acariciarlo, que suave. Me agaché a la altura del gato y continué acariciándolo cogiéndolo entre mis brazos.
-¿Cómo se llama?-le pregunté, me gustaban los gatos eran tan suaves y bonitos, yo quería un gato pero mamá no quería porque decía que ensuciaría la casa a mi eso me daba igual, de todas formas se acabaría limpiando la casa, así que ¿que mas daba? Me levanté aún sujetando al gato y acariciándolo, bueno casi no podía con él en mis brazos pero me gustaba y estaba tranquilo. Seguro que Léo también querría un gato, y estaría de acuerdo conmigo pero claro como mamá manda.
-Apple-dije tan solo para luego aclarar-. Así me llamo yo-sonreí de nuevo dejándo al gato en el suelo y dirigiéndome a una bombilla, dando un saltito y tocándola mientras la encendía aún más. Yo creía en la magia y por eso se encendía. Mis mejillas se notaban sonrosadas y yo brillaba con luz propia, pero no era consciente de mi temperatura corporal, regresé al lado de la chica y su gato.

¿Apple? era un nombre algo extraño, pero a ver quien era yo para hablar de nombres raros.

-Él es Rorschach.-Dije, mientras mi gato ronroneaba suavemente, frotandose contra las piernas de la niña.- Y yo me llamo Kira.

Me sorprendí cuando ella tocó una bombilla y esta se encendió. ¿Cómo había pasado eso?

-¿Lo has hecho tu? ¿Cómo?-Pregunté, mirando aun la bombilla. Quizá tenía sensores o algo así...pero yo toqué otra y no ocurrió nada. Fruncí el ceño ligeramente, confusa. Entonces miré a Apple y vi que sus mejillas estaban sonrosadas y su rostro parecía...¿Brillar? no, eso no era posible, vaya tontería.
Aunque si noté algo de calor. Quizá ella tendría fiebre o algo.

-¿Te encuentras bien?

Escuché el nombre del gato que se frotó contra mis piernas y ronroneaba, sonreí acariciandole el lomo escuchando su nombre y el de su dueña.
-Un placer-dije mientras me volvía a agachar y me ponía al nivel de Rorschach para acariciarle mejor.Kira parecía confusa cuando encendi la bombilla ya que ella intentó lo mismo y no funcionaba, me encogí de hombros recordando la historia que me contó Azul y dije tan solo con una sonrisa:
-Magia.
Me preguntó si estaba bien, fruncí el ceño levemente sin comprender por qué me preguntaba eso, claro que estaba bien, aunque aun no había encontrado a mis padres pero si estaba bien.
-Sí claro, ¿tú?- le pregunté mientras acariciaba a su gato entre las orejas y me sentaba en el suelo como los indios con Rorschach sobre mis rodillas.

Reí al escuchar lo de la magia. Yo era tremendamente escéptica y no creía en aquel tipo de cosas, pero, bueno, tan sólo era una niña, ¿Qué más daba si pensaba eso?

-Yo también estoy bien.-Dije con una sonrisa. No parecía enferma ni nada, y si ella me decía que no se encontraba mal...

Miré en derredor y seguí sin ver a nadie más que nosotros por aquí. Me senté también en el suelo, frente a ella.

-Dime, Apple, ¿Donde están tus padres? nos los veo por aquí.

La verdad era que estaba empezando a preocuparme un poco, ¿Quién podría dejar a una niña de su edad sola por aquel lugar? Esperaba que me dijera que estaban por aqui cerca o algo así.

Escuché su pregunta mientras me llevaba una mano a la frente, anda estaba más caliente que de costumbre, bueno seguro que era porque hacía calor, claro pero yo estaba bien. Llevé la mano de nuevo para acariciar a Rorschach, pero este sa´ló de mis brazos, fruncí el ceño, yo también lo habia notado.. como un calambre pero seguro que era por las bombillas clro habia sido de tocar las bombillas. Sonreí y dejé al gato marchar con su dueña no queria hacerlo enfadar.
-Pues.. se han perdido y tengo que encontrarlos-comenté pero no los habia visto desde que desperté en el tren y conocí al señor John.Miré alrededor, no no estaban allí, ay aun me quedaba mucho por buscar pero seguro que los acabaría encontrando. Bajé la mano de mi frente y junté ambas manos mirándola a los ojos sonriendo, seguro que ella también había venido en tren aquí, bueno si eran las fiestas de Hong Kong yo aun no habia visto atracciones ni puestos y además aqui no habia gente con los ojitos torcidos como en las fotos, creo que el tren se había equivocado sí sí.

Rorschach parecia inquieto por algo cuando fue a refugiarse entre mis brazos...lo acaricié para calmarlo.

-¿Qué pasa, pequeño? tranquilo...-Le susurré con ternura. Era raro, porque él siempre solía ser muy amable y paciente con los niños. En Central Park le gustaba perseguirlos, jugar con ellos y dejarse acariciar. Me dije que tan sólo sería que el ambiente aun le resultaba algo desconocido y dejé de pensar en ello.

Escuché lo que dijo Apple sobre sus padres, con rostro sorprendido. ¿Qué querría decir con "se han perdido"?

-Pero, ¿Están por esta villa? ¿Y tu estás sola?

Observé como tranquilizaba al gato mientras la sonrisa continuaba en mis finos y rosados labios y mis manos se entrelazaban intentando entretenerme. Su pregunta no me extrañó, bueno la villa... ¿estaban en la villa?Bueno no lo sabía a lo mejor ya no estaban aquí o a lo mejor me estaban esperando en algún sitio, si a lo mejor estaban esperandome en una cafetería para tomar un batido de fresa y unas tortitas con carameloy nata. Ay yo quería tortitas, me gustaban mucho, y más si llevaban nata y caramelo, aunque Léo las prefería con chocolate, pero a mi el chocolate no me gustaba.Me encogí de hombros de nuevo y contesté:
-No sé, pero no estoy sola, estoy contigo y con Rorschach
Bajé la mirada hacia mis manos que se entrelaban y se separaban para luego volverse a unir, alcé la vista y la vi observandome, bueno echaba de menos a mis padres pero me estaban esperando o me estarían buscando, y estaban aquí claro que si porque ibamos todos en el mismo tren.

-mm...claro, si. Que tonta soy.

Esbocé una sonrisa algo preocupada. ¿Qué podía hacer? Gracias a los cielos aquel lugar no parecía peligroso, pero nunca se sabía...¿Donde estarían sus padres? Yo ya ni siquiera sabía que pensar. Si a mi me dejaran sola...
Pero, vamos, que estaba diciendo, yo me había pasado sola prácticamente toda mi vida, y no me las había arreglado tan mal. Con su edad (más o menos) yo ya estaba paseando sola por Nueva York. Cierto que también me había perdido montones de veces, pero para algo estaba la policía, ¿No? eso era...lo mismo por aquí había una comisaría o algo así donde buscarían a los padres de Apple. Empecé a pensar si había visto alguna por el camino, y me di cuenta de que no.

-Uff, me está entrado hambre.-Comenté en voz alta, sin pensar. Siempre me pasaba cuando me preocupaba o algo así...tenía que comer, y ahora mismo me moría por algo de tarta. Suspiré, pensando que tendría que aguantarme.

Sonreí y se hizo el silencio mientras el callejón quedaba en silencio y las luces titilaban para luego volver a brillar con la misma intensidad de antes, escuché su pensamiento en voz alta y sonreí.
-Yo también tengo hambre-dije levantandome del suelo y mirándola para luego decir- podemos ir a comer algo.
El caso era ¿donde? Yo no conocía este lugar además yo no llevaba dinero en los bolsillos solo llevaba una bombilla amarilla y creo que con eso no se podía pagar en ningun lado del mundo ni siquiera en Hong Kong.Miré al fondo del callejón intentando fijar un punto a lo mejor algún bar o a´lgún restaurante pero nada de todas formas no llevaba dinero así que no podríamos comer, pues vaya, pero a lo mejor si entrábamos en el bar en el que estaban mis padres.... ¡claro a lo mejor los encontraba yendo a todos los bares de aquí! No habría tantos... ¿no? Bueno yo no sabía cuantos bares y restaurantes podía haber en una ciudad pero en Lyon sí había muchos muchísimos.Y sería muy dificil ir preguntando por todos los bares si habían visto a mis papás.

-Esa es una idea estupenda.-Dije con una amplia sonrisa.-¿Te apetece algo en especial? Yo invito.

Me levanté, sacudiendome el polvo del suelo de los pantalones. Miré a mi alrededor, buscando un bar o algo así donde pudieramos ir a comer.
Mm...me apetecía una tarta de chocolate, o de queso y frambuesas...cómo la que solía preparar en Nueva York, cuando conseguía los ingredientes frescos, porque las que vendían en las cafeterías eran simplemente horribles. O unas tortitas...si que había un par de sitios allí que las preparaban muy bien.

Pero ya no estaba en mi ciudad, de hecho seguía sin saber donde estaba, y menos donde había algún lugar donde comer. Pensé por un momento que me había dejado todo el dinero en el hotel, pero metí la mano en el bolsillo y tanteé unas monedas y un par de billetes que nos servirían.