¿Y ahora que?

Sostengo la bombilla en la mano mientras El hombre del sombrero desaparece envuelto en la bruma. Me quedo mirando el lugar donde él desaparece unos minutos sin entender absolutamente nada. ¿A donde había ido a parar? Claramente esto no era Argentina ni nada por el estilo. Me muerdo el labio algo confundida y suspiro fijando mi mirada en la bombilla nuevamente. Es bastante linda, brilla con una tonalidad amarilla en mis manos y por alguna extraña razón eso me llena de alegría. Me rio un poco y meto la bombilla en uno de los bolsillos de la chaqueta con mucho cuidado. Quizás era la forma en la que te recibian en este lugar...algo así como los collares de flores en Hawai. Asumiendo que no podre comprar pasajes para continuar mi camino hasta por lo menos mañana, me cambio la mochila de hombro y avanzo por el pasillo hacia lo que parece ser la salida. El pasillo está a oscuras pero a medida que camino algunas de las bombillas de las paredes se encienden de forma intermitente. Elevo mis cejas sorprendida y continuo mi camino hasta que salgo a un espacio abierto.

La bruma se arremolina a mis pies y sube por mis piernas colándose por los recovecos de la chaqueta. Cruzo mis brazos sobre mi estómago para mantener el calor que he logrado conseguir y miro a mi alrededor. A lo lejos algo brilla. Decido ir en esa dirección solo porque el brillo me llama...siempre lo ha hecho. Al poco de caminar llego a lo que parece ser una plaza. A lo lejos logro divisar a algunas personas pero nadie que este al alcance como para preguntar donde diablos estoy. Eso me enoja un poco, no saber donde estoy...siempre lo sé...o por lo menos tengo una idea. Voy pasando bajo una lamparera de la calle cuando mi mochila sin motivo alguno se abre arrojando todo el contenido al suelo.

-¡Ah...demonios!- digo bajo mi aliento sintiendo que mi sangre hierve de enojo y justo cuando me voy a agachar a recoger mis cosas la bombilla sobre mi cabeza se revienta bañandome en pedacitos de vidrio- ¡wow!- se me escapa una exclamación de sorpresa. Los pequeños vidrios me hacen pequeños cortes en una de mis mejillas. Hago una mueca quitándomelos de encima y observo mis dedos manchados de sangre- deberían preocuparse de la mantención de estas cosas- digo observando la lamparera como si esta pudiera ofrecerme una disculpa. Luego me imagino a mi misma ahi...en medio de un lugar desconocido, manos en la cadera, discutiendo con una cosa inanimada y me rio de mi propia imagen. Debo verme ridícula- Ya va...estas cosas raras siempre me tienen que pasar a mi- murmuro quitandome el cabello del rostro. Es un gesto bastante común en mí...tener el cabello tan liso no es fácil. Miro el desastre de mis cosas regadas por el suelo y tarareando Engel, me concentro en recoger mi ropa, mi música, las botas, los perfumes. Y es entonces cuando recuerdo que dentro de mi mochila también está la uñeta de Natham, siento que mi estómago se aprieta y decido sentarme en la cuneta y rebuscar con calma en mi mochila hasta encontrarla. Ya vería que hacer una vez que me asegurara de que aun conservaba ese precioso recuerdo.

Un cuervo se para en mi hombro mientras estoy sentada en la cuneta. Me sobresalto un poco pero su presencia me hace sentir menos sola. Una de sus suaves alas toca mi mejilla y luego revolotea hasta pararse en mi mochila. Poso mis ojos en sus relucientes plumas y paso mis dedos por mi rostro...las heridas ya no están. Miro mis dedos confundida y al elevar la mirada él está frente a mi con una bombilla en su boca. Cuando la tomo entre mis dedos, parpadea, tal como lo hicieron las luces del pasillo de la estación. Miro mis dedos con curiosidad, el cuervo grazna y le doy una rápida mirada antes de volver mis ojos hacia la lamparera... ¿Acaso estaba causando esto yo?

-Hmm...donde demonios me vine a meter...- digo estirándo mis dedos y acariciando el plumaje del cuervo que me mira fijamente. Le sonrio- me recuerdas a alguien ¿sabes?- el cuervo grazna y yo suspiro fijando mi mirada en el brillo de sus plumas- quizás lo conoces...quizás no...tus ojos se parecen algo a los de él...me gustaría saber donde está....también quisiera saber que esta pasando- miro conspiratoriamente al pájaro acercandome un poco, como para contarle un secreto- sabes- comienzo en un susurro- creo que...algo en mí hace que las luces brillen... ¿crees que estoy loca?...yo lo creo- el cuervo vuela posándose en mi hombro nuevamente y mi estómago vuelve a rugir. Se queda ahí todo el tiempo mientras recojo todas mis cosas, veo la uñeta de Natham enredada en una de mis camisetas y la coloco en el bolsillo de mi pantalón para darle más seguridad y finalizo cerrándo mi mochila nuevamente. Miro a mi alrededor en busca de algún lugar al que ir pero mis ojos vuelven una y otra vez al enorme roble. Es como si las lucen me llamaran.

-Y que hacemos ahora mi amigo- le digo al cuervo volviendo a pasar mis dedos ausentemente por sus plumas. Me gusta la sensación, la suavidad del plumaje y el color...tan negro y con reflejos azules- bueno...podría ser peor, antes de que llegaras estaba hablando con una lamparera- me rio de mi misma y hundo mi nariz en el cuello de la chaqueta...la cual ahora no solo huele a tabaco, cuero y algo más que he asociado a John, sino también a mi perfume...a mi misma. El aroma me reconforta tanto como la presencia del ave en mi hombro.

- Manzana tengo hambre- le dije mientras caminábamos de regreso al hotel – sabes tengo galletas, que es lo único que salen de estos bolsillos desde que fui a la cafetería, supongo que se multiplican- le conté

Caminamos por las calles iluminadas por bombillas, que brillaban titilando como de costumbre, patee algunas piedritas para entretenerme mientras caminaba al lado de Manzana, me gustaría estar acompañada de alguien, alguien que hablara, alguien de la feria, cualquiera me vendría bien para hablar, pelear, reír, o simplemente que me hablara de lo mal vestida que solía estar simpre; manzana nunca me contestaría y si lo hiciera debería pensar seriamente en buscar un siquiátrico, que persona normal oía hablar a su gato.

En la feria no es que hablara mucho con los de la misma, pero al menos tenía con quien hablar en todo momento, moleste a manzana por el camino pero este me ignoraba, se detuvo y vi como sus ojos brillaban, lo mire detenidamente sin saber que miraba, me agache a su lado viendo como movía su cola de lado a lado.

Alcance a ver una mancha no muy lejos que revoloteaba encima de una figura, que arrastra una maleta en dirección al hotel.

Manzana corrió por la calle y sabia a la perfección que era lo que iba hacer, supongo que esa mancha incluía algún animal con el que manzana jugaría o comería.

- Maldito gato – lo maldije, realmente la correa no era una mala idea después de todo.

Corrí atrás de el, dándome cuanta de que la sombra extraña eran un montón de cuervos, lo que me hizo recordar el cuervo de John, pero era algo imposible que fuera el, cuando había bajado del tren no había bajado nadie mas así que el no era la opción, seguí corriendo y conforme me iba acercando vi que la figura era de una chica.

- CUIDADO - grite viendo como manzana brincaba en al aire, sin lograr atrapar a ninguno, puesto que se mantenían en alto y el no era tan ágil para saltar tan arriba, lo cual agradecí, no quería darle un cepillado de dientes a ese gato, los cuervos parecieron ponerle algo de atención pero le ignoraron totalmente.

El cuervo revoloteaba delante de mí, dandole pequeños tironcitos temporales a la chaqueta. Aunque sonara extraño decidí seguirlo...definitivamente estaba perdiendo el juicio. ¿Quién en su vida sigue a un pájaro? El resto de los cuervos comenzaron a rodearnos formando una especie de nube negra sobre mi cabeza. Los miré mientras caminaba hacia lo que ya había logrado identificar como un hotel...un hotel...¿acaso pensaba quedarme?...no, definitivamente no...osea...mi camino me tenía que llevar a México...tenía un concierto al que asistir...música que escuchar...países por recorrer. Mi estómago rugio nuevamente...comida por comer. Suspiré, quizás arrendaría un cuarto por la noche para poder dejar mi mochila y luego iría en busca de algún bar. Pasaría la noche en algún sitio bebiendo algo, comiendo y...bueno...conversando por aquí y por allá, hasta que el amanecer llegara y la boleteria de la estación abriera. Compraría pasaje en el primer tren que saliera sin importar donde me llevara. Sonrei satisfecha.

-A que es un buen plan- le canturrie a los cuervos que volaban sobre mí. Entre ellos pude distinguir al que había estado en mi hombro por el tono azulado de sus negras plumas- beber y una buena conversación hasta el amanecer- baje mi mirada observándo el camino- ¿Qué es eso?

Corriendo directo hacia mi venía una pequeña figura, veloz. Al parecer era un gato...¡Sí! era un gato. Sus brillantes ojos clavados en los pájaros que revoloteaban sobre mi cabeza.'Debo verme como salida de una película de Hitchcock' pensé negando con la cabeza...de negro y rodeada de cuervos...así nadie se me acercaría.

Un grito llego a mis oídos al tiempo que el gatito daba un penoso salto intentando atrapar algún pájaro. Me reí de buena gana ante su intento fallido y luego entrecerré mis ojos intentando ver quién estaba delante de mí. Parecía una mujer.

-¡¿Hola?!- grité de vuelta avanzando a paso firme hacia la chica- ¡Estoy un poco perdida!...¡¿puedes ayudarme?!

Los cuervos comienzan a agitarse descontroladamente al tiempo que la chica se acerca definitivamente a mí. Se ve bastante asustada pero yo solo estoy atónita. ¿Qué demonios es eso? Algunos sonidos salen desde la especie de "nube" que forman ahora los cuervos que antes me hacían compañia. Comienzo a preocuparme...esto era como...la dimensión desconocida. Echo una miradita casi esperando que la música característica comience a sonar pero nada sucede y luego algo pasa que llama mi atención. La chica...que viste como si perteneciera a un circo o algo parecido hace contacto con mi piel pero se aleja rápidamente con una mueca en su rostro. Confundida me miro a mi misma y una que otra bombilla de las lampareras de la calle revienta, contribuyendo al escándalo de los pájaros. Escucho la pregunta de la chica y centro mi atención en ella para responderle...ahora me siento un tanto perturbada. Agito mi cabeza en negación.

-No- digo luego mordiendome el labio- ni idea que es lo que sucede...hace segundos solo eran...pajaritos- las plumas no me dejan ver que es lo que están rodeando y mi corazón se acelera algo expectante. La chica a mi lado esta aterrorizada así que intento que se relaje un poco- Me llamo Ang- estiro mi mano esperando que ella la estreche y me dé su nombre pero eso no llega a pasar.

La nube de plumas y gritos comienza lentamente a dispersarse y para mi total sorpresa, en medio del revoltijo emerge una figura imponente. Los cuervos vuelven a sus posiciones en las ramas del árbol y las lampareras de la calle...No puedo creerlo. Lanzo una rápida mirada a la payasita junto a mí. Su rostro además de sorpresa denotaba reconocimiento...también conocía a ese hombre. Algo desconcertada pestañeo un poco intentando aclarar la imagen y ahi está...es él. El mismo cabello largo, los mismos ojos azules y...el mismo aroma a tabaco. Sonrio incapaz de creerlo...deben estar bromeando. Retrocedo dos pasos sintiendo que mil emociones pasan por mi pecho en este momento.

-¿John?- es todo lo que soy capaz de decir...mientras el suelo se vuelve inestable bajo mis pies.

Sentada en la acera vagamente logro entender parte de las cosas que la chica despotricaba apuntando hacia John soplando sus manos. Miro fijamente unos momentos sus manos y veo que estan enrojecidas. Los vellos de sus brazos se elevaban hacia el aire como si tuviera frio y parte de su cabello también se había alborotado. Frunso en ceño mirando mis manos pero estoy normal...no están enrojecidas...por dios esto era confuso.

Al rato la chica se arrodilla frente de mí y sus labios se mueven, está hablando...pero no logro entender completamente lo que dice...ok...creo que estoy en shock...si...bien...esto se soluciona rápido, no es la primera vez que me sucede...estoy bien...estoy bien. Respiro profundamente y miro a la chica nuevamente asintiendo. Cuando se acerca su cabello vuelve a esponjarse así que retrocedo un poco sonriendo ligeramente para tranquilizarla.

-Estoy bien...eh...¿cuál era tu nombre?- digo tragando saliva. Luego mis ojos vagan hacia John...sus ojos son negros, ¿acaso tenía un gemelo?...que pensamiento más estúpido...era él, definitivamente...quizas llevaba lentillas antes. Toma mi maleta completamente relajado y no puedo evitar reir ante su comentario- el hotel- digo levantándome del suelo- si...creo que...necesitaré una habitación hoy...si...mañana tengo que comprar mi pasaje hacia México- me sacudo la tierra de los jeans- una cerveza suena increíble- respóndo mirando a la chica y dedicándole una sonrisa tranquilizadora- te sigo- añado viendo que comienza a moverse hacia el edificio. Entonces recuerdo que tengo su chaqueta en mi poder y comienzo a bajar el cierre quitándomela- Hey John- estiro mi mano tendiendosela- muchas gracias.

'Bien...el cuervo es un hombre... y...esto...si...ahora los ojos son negros...ok...no vamos a perturbarnos, no vamos a pensar más en profundidad cosas que No quieres entender' me decía a mi misma mientras avanzaba hacia el enorme edificio que parecía hacer de hotel. No estaba interesada para nada en quedarme en el lugar pero a falta de más opciones, bueno sería tener un lugar donde descansar los pies y dejar el bolso. La chica se llamaba Evi...aun lucía algo consternada. Me sentía culpable por las heridas de su mano pero al mismo tiempo ¿Cómo podía ser yo culpable de eso? Mi mirada vago por el lugar hasta que las palabras de la chica llegaron a mis oídos. Aflojé un poco el paso mirándola.

-¿Cómo que no se puede salir?- pregunté confundida- Qué...es un laberinto- reí despacio pero ni Evi ni el John lo hicieron y eso provocó que un sensación similar al miedo se asentara en mi estómago. ¿De qué me estaba perdiendo?...definitivamente necesitaba una cerveza. Como si leyera mis pensamientos, John mencionó la necesidad de ir a beber y bajarle la energía a la...¿centella?...que demonios...antes de que pudiera decir nada sin embargo Evi verbalizó mis dudas pero no obtuvo respuestas...y oh...ya no más John...ahora Cuervo...seguro eso tenía relación con el episodio de la dimensión desconocida que habiamos vivido recientemente. Me mordí el labio...era capaz de aceptar muchas cosas pero...esto estaba sobrepasando mis límites- ¿Donde estoy? y ¿Qué diablos es una centella?- dije finalmente parándome frente al hotel con las manos en mis caderas. Mi pecho subía y bajaba rápidamente evidenciando mi turbación. Miré a Cuervo a los ojos, sabía que no podía verme, pero seguro podría sentirme...me había reconocido antes- No voy a hacer un escándalo ni nada, en serio...voy a registrarme en el hotel y voy a ira tomarme esa cerveza con ustedes...solo...quiero entender- añadí finalmente sonriendo algo frustrada- esto es más extraño que cuando me perdí en Río de Janeiro- comenté finalmente tomando la mochila de las manos del Cuervo. Entré en el hotel sin esperar que me respondieran y pedí una habitación. Intenté saludar al recepcionista pero me evito como si fuera a hacerle daño, por lo que desistí en el intento. Dejé mi bolso en la recepción y volví a salir al aire libre. Evi y Cuervo aún estaban ahí- Y...¿dónde iremos a pasar esta noche?- pregunté mirando hacia el cielo. Por una vez en la vida, agradecí la brisa fría que acariciaba mi piel...me sentía completamente afiebrada.

Escucho atenta lo que Cuervo dice. Así que ahora estoy seudo atrapada en un lugar que no aparece en el mapa...genial...no es que no me haya pasado antes pero hay algo perturbador en esta villa...esa niebla extraña que anda por todos lados. Me estremezco suavemente, más por lo nerviosa que me siento que porque tenga frio. Así que hay minas...quizas algún día las visite, me gustaría conocerlas solo para tener algo que contar luego. Mi mente se pierde en las imagenes de mineros adentrándose en las profundidades de la tierra, expuestos a quién sabe que peligros y extrañas criaturas. Elevo algo ausente la cerveza a mis labios y su frescura me devuelve a la realidad justo a tiempo para escuchar lo que él dice sobre a bombilla...'que tonta fui al pensar que era un regalo' pienso para mi. Ahora resulta que mi piel esta bañada en electricidad. Mi garganta se cierra un poco y carraspeo para disimular lo mucho que me ha afectado la noticia...genial...ya no podré acercarme a nadie.

Como en respuesta a mis pensamientos la mano de Cuervo se posa en mi frente. Sonrio un poco ya que me siento como si fuera pequeña de nuevo, como cuando mi madre intentaba saber si estaba enferma.

-Así que fiebre- digo pasando mi dedo por el borde de mi vaso- eso explica porque ya no tengo tanto frío- me muerdo el labio pensando en el agua- ¿Ya no podré nadar entonces?- murmuro suavemente.

Luego me concentro en lo que Evi esta hablando, sobre la bombilla que ella recivió, suena bastante bien...ya quisiera yo hacer algo de magia, si es que es eso lo que ella hace.

-Espero que algún día me muestres como haces aparecer mariposas- le digo a Evi sonriendo- ojalá yo pudiera hacer algo así- añado- yo al parecer solo electrocuto gente...- dejo la frase en el aire. Recuerdo la reacción de Evi a mi contacto y luego como Cuervo puso su mano en mi frente. Tomo un trago, Evi le pregunta algo a Cuervo y aprovecho ese momento para añadir también mi pregunta.

-¿Como es que a ti no te electrocuté?- preguntó- osea, tu tocaste mi frente y no parece que te haya hecho daño...- me quito el cabello que ha caído en mis ojos y recuerdo algo más de nuestra conversación en el tren- ¿encontraste a quién buscabas?