Por favor... Sé mía [Ina]
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Por favor... Sé mía [Ina]
Llegamos al hotel por fin... las miradas eran algo que francamente no me me importaban, solo me importaba ella... diablos, era un imbécil... me sentía como uno... el nunca tener tratos con la gente me habían vuelto frío y rencoroso... Dije lo primero que se me ocurrió para hacerle sufrir y ahora estaba tan arrepentido... no tuve que haberla tratado así... no se lo merecía... pero por qué sentía tantos celos?... Tenía miedo de perderle...
Entré en el ascensor, después de Ina, mirándola de reojo... Qué decir ahora? Cómo?... Me dejará?? He sido un tonto y no sé cómo remediarlo. Oprimí el botón de nuestro piso y me recargué en una pared, observándola de vez en cuando, pero ella seguía con su mirada fija al frente... Su indiferencia me partía el alma más que cualquier cosa... preferiría mil veces que me golpeara, que me insultara, que dijese lo que sea... lo que sea, pero su silencio era asfixiante, y qué podía decir para romperlo? Seguir disculpándome? Es que acaso una disculpa borrará las sandeces que dije?!
El ascensor paró... nunca se me había hecho tan larga la subida. Las puertas se abrieron y salió con rapidez... en tres zancadas me puse a su lado. Le quería tomar la mano, pero y si me rechazaba?... No podría soportarlo...
Comenzó a buscar las llaves cuando llegamos al frente de la puerta. Agradecí el hecho de que Mika hoy estuviera con Anne... no creo que hubiera sido muy bueno que nos viera de esta manera... mojados, sucios, con sangre... tristes...
Quería ayudarla, por lo que saco mis llaves del bolsillo de los pantalones. Menos mal que no las perdí en el agua del lago. La verdad es que las llaves no me importaban, sino el hecho de que pudiera perderse el llavero... el precioso llavero que me hizo mi niña. Sonreí al verlo y abrí la puerta. Ina se fue directo al baño... algo comprensible, yo también me quería sacar la ropa y asearme un poco. Fui a la cocina y me lavé la sangre en el fregadero, dejando los zapatos, el saco y el resto de la ropa en el balcón. Luego me cambié de ropa en mi cuarto, tan solo me puse un pantalón de buzo y caminé con los pies descalzos hasta la cocina, prepararía algo... una pizza, algo rápido. Saqué los ingredientes de la alacena y los puse en la mesa para hacer la masa. Me sentía algo cansado y me pregunté cuánto estaría odiándome ahora Ina... Llegaría a perdonarme algún día por el veneno que destiló mi boca?...
Suspiré avergonzado por mi comportamiento y presté más atención a la comida... realmente mis manos se movían solas, en forma automática, no había mucho a lo que prestar atención. Por lo que no pude evitar el hilo de pensamientos acerca de ella... Me pregunto si imponer mi presencia es lo correcto... y si solo quiere estar sola? Ya me lo había dejado bien en claro en el bosque... Ya no quería mi compañía y tampoco quería presionarla...
Metí la masa al horno para precalentarla, y puse un poco de carne molida al fuego con algo de aceite... En cierta forma agradecí que saltaran gotas de aceite hirviendo a mis brazos desnudos... merecía un poco más de dolor. Volví a suspirar, y lavé unos tomates. La extrañaba a mi lado, de seguro ahora me diría que me pusiera el delantal o que aderezara mejor la carne o que me fijara de no quemar la masa de la pizza... Sonreí al imaginármela haciendo ese exquisito puchero que me volvía loco e hice las tres cosas. Saqué la masa del horno y la dejé sobre el mesón para terminar de preparar la pizza... Comencé a pensar en el hecho de que Ina quisiera correrme del piso... podría pedir un cuarto en el hotel y así ver a Mika... no quería perder el contacto con mi niña, aunque... y si a ella le molesta?... Creo... creo que lo mejor sería alejarme completamente de su lado, dejar la Villa... seguir vagando sin rumbo fijo como ya había sobrevivido hacia unos años... Pero esta vez no sería para buscar algo, sino para evitar más penas...
Puse ahora la pizza terminada al horno, para esperar a que el queso se derrita. escuché como Ina salía del baño y entraba a su alcoba... Ina... mi Ina... mi amor, mi vida... no podría vivir sin ella y aun así estaba pensando en salir de su camino. Soy tan egoísta... no quiero alejarme de su lado... soy cobarde, no puedo dejarla... Podré vivir con el silencio, podré acostumbrarme a su frialdad, podré aceptar su indiferencia... no pondré peros, no me quejaré, todo con tal de quedarme a su lado... Cómo separarme de alguien que me ha dado la razón de la vida? Seré así de egoísta? Le impondré mi presencia aun cuando ella me pida que me vaya? Me negará su voz por siempre? Me negará el refugio de su mirada?
Saco la pizza del horno y la vuelvo a colocar en le mesón. La parto por la mitad y las pongo en platos, coloco los cubiertos, unas servilletas, dos vasos y los lleno con jugo de manzana. Tomo una bandeja y dejo su cena en ella. Arrastro los pies hasta su cuarto y golpeo levemente la puerta. Inundando de aire mis pulmones antes de entrar, abriendo con lentitud la puerta...
- Te... - mi voz falla y vuelvo a tomar aire, pero este aire está cargado de ella, de su embriagadora y dulce esencia - Te tarigo la cena - Entro y evito el mirarla, temiendo encontrar repulsión en sus ojos. Coloco la bandeja a los pies de la cama y salgo sin hacer ruido, cerrando la puerta a mis espaldas.
Camino al baño y me doy una ducha rápida. A los cinco minutos ya estoy fuera, tomo mi plato con mis cosas y me voy a mi cuarto, cerrando la puerta y colocando mi cena en el velador. Ahí tan solo me pongo el pantalón del pijama negro. Enciendo el equipo y la música me envuelve... su música, su melodía... los recuerdos. Me siento en la cama, mirando el plato... es la primera vez que no ceno a su lado... Escondo la cara entre mis manos y me derrumbo ante el dolor... Siento las lágrimas fluir al fin y me quedo en silencio... Me maldigo una y otra vez... Todo pasó por mi culpa... por mi estúpida culpa...
Entré en el ascensor, después de Ina, mirándola de reojo... Qué decir ahora? Cómo?... Me dejará?? He sido un tonto y no sé cómo remediarlo. Oprimí el botón de nuestro piso y me recargué en una pared, observándola de vez en cuando, pero ella seguía con su mirada fija al frente... Su indiferencia me partía el alma más que cualquier cosa... preferiría mil veces que me golpeara, que me insultara, que dijese lo que sea... lo que sea, pero su silencio era asfixiante, y qué podía decir para romperlo? Seguir disculpándome? Es que acaso una disculpa borrará las sandeces que dije?!
El ascensor paró... nunca se me había hecho tan larga la subida. Las puertas se abrieron y salió con rapidez... en tres zancadas me puse a su lado. Le quería tomar la mano, pero y si me rechazaba?... No podría soportarlo...
Comenzó a buscar las llaves cuando llegamos al frente de la puerta. Agradecí el hecho de que Mika hoy estuviera con Anne... no creo que hubiera sido muy bueno que nos viera de esta manera... mojados, sucios, con sangre... tristes...
Quería ayudarla, por lo que saco mis llaves del bolsillo de los pantalones. Menos mal que no las perdí en el agua del lago. La verdad es que las llaves no me importaban, sino el hecho de que pudiera perderse el llavero... el precioso llavero que me hizo mi niña. Sonreí al verlo y abrí la puerta. Ina se fue directo al baño... algo comprensible, yo también me quería sacar la ropa y asearme un poco. Fui a la cocina y me lavé la sangre en el fregadero, dejando los zapatos, el saco y el resto de la ropa en el balcón. Luego me cambié de ropa en mi cuarto, tan solo me puse un pantalón de buzo y caminé con los pies descalzos hasta la cocina, prepararía algo... una pizza, algo rápido. Saqué los ingredientes de la alacena y los puse en la mesa para hacer la masa. Me sentía algo cansado y me pregunté cuánto estaría odiándome ahora Ina... Llegaría a perdonarme algún día por el veneno que destiló mi boca?...
Suspiré avergonzado por mi comportamiento y presté más atención a la comida... realmente mis manos se movían solas, en forma automática, no había mucho a lo que prestar atención. Por lo que no pude evitar el hilo de pensamientos acerca de ella... Me pregunto si imponer mi presencia es lo correcto... y si solo quiere estar sola? Ya me lo había dejado bien en claro en el bosque... Ya no quería mi compañía y tampoco quería presionarla...
Metí la masa al horno para precalentarla, y puse un poco de carne molida al fuego con algo de aceite... En cierta forma agradecí que saltaran gotas de aceite hirviendo a mis brazos desnudos... merecía un poco más de dolor. Volví a suspirar, y lavé unos tomates. La extrañaba a mi lado, de seguro ahora me diría que me pusiera el delantal o que aderezara mejor la carne o que me fijara de no quemar la masa de la pizza... Sonreí al imaginármela haciendo ese exquisito puchero que me volvía loco e hice las tres cosas. Saqué la masa del horno y la dejé sobre el mesón para terminar de preparar la pizza... Comencé a pensar en el hecho de que Ina quisiera correrme del piso... podría pedir un cuarto en el hotel y así ver a Mika... no quería perder el contacto con mi niña, aunque... y si a ella le molesta?... Creo... creo que lo mejor sería alejarme completamente de su lado, dejar la Villa... seguir vagando sin rumbo fijo como ya había sobrevivido hacia unos años... Pero esta vez no sería para buscar algo, sino para evitar más penas...
Puse ahora la pizza terminada al horno, para esperar a que el queso se derrita. escuché como Ina salía del baño y entraba a su alcoba... Ina... mi Ina... mi amor, mi vida... no podría vivir sin ella y aun así estaba pensando en salir de su camino. Soy tan egoísta... no quiero alejarme de su lado... soy cobarde, no puedo dejarla... Podré vivir con el silencio, podré acostumbrarme a su frialdad, podré aceptar su indiferencia... no pondré peros, no me quejaré, todo con tal de quedarme a su lado... Cómo separarme de alguien que me ha dado la razón de la vida? Seré así de egoísta? Le impondré mi presencia aun cuando ella me pida que me vaya? Me negará su voz por siempre? Me negará el refugio de su mirada?
Saco la pizza del horno y la vuelvo a colocar en le mesón. La parto por la mitad y las pongo en platos, coloco los cubiertos, unas servilletas, dos vasos y los lleno con jugo de manzana. Tomo una bandeja y dejo su cena en ella. Arrastro los pies hasta su cuarto y golpeo levemente la puerta. Inundando de aire mis pulmones antes de entrar, abriendo con lentitud la puerta...
- Te... - mi voz falla y vuelvo a tomar aire, pero este aire está cargado de ella, de su embriagadora y dulce esencia - Te tarigo la cena - Entro y evito el mirarla, temiendo encontrar repulsión en sus ojos. Coloco la bandeja a los pies de la cama y salgo sin hacer ruido, cerrando la puerta a mis espaldas.
Camino al baño y me doy una ducha rápida. A los cinco minutos ya estoy fuera, tomo mi plato con mis cosas y me voy a mi cuarto, cerrando la puerta y colocando mi cena en el velador. Ahí tan solo me pongo el pantalón del pijama negro. Enciendo el equipo y la música me envuelve... su música, su melodía... los recuerdos. Me siento en la cama, mirando el plato... es la primera vez que no ceno a su lado... Escondo la cara entre mis manos y me derrumbo ante el dolor... Siento las lágrimas fluir al fin y me quedo en silencio... Me maldigo una y otra vez... Todo pasó por mi culpa... por mi estúpida culpa...
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Christopher Black Crow- Mensajes : 249
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Re: Por favor... Sé mía [Ina]
“Odiaba decirlo… pero las cosas estaban mal, estaban muy mal… y no sé cómo cambiar las cosas, quisiera que la sombra de mis recuerdos pasados desaparecieran, este hombre me había rescatado de ese mundo… paralelo a la realidad que él me daba, moriría por dentro sin él… mi amado, mi Chris… rescátame… ayúdame a salir de esta agonía que sin ti… no soy nada, tengo miedo de que te vayas y me dejes, no sé cómo comportarme a tú lado… ¿qué debo hacer para que no me dejes…?, solo dame una señal… tengo miedo de herirte más” el camino era eterno sin las palabras de su amado, el ascensor… no llegaba nunca, como nunca el silencio era doloroso, algo del cual Ina jamás se acostumbraría, no lo miró más desde que subieron al ascensor… no deseaba cortarle las alas a su ángel, tenía miedo de que la dejara, de que se fuera de su lado, su amor… el hombre de sus sueños, quien se refugiaba en su alma, lo deseaba para ella.
Caminaron descalzos por la alfombra del lugar, quería abrir la puerta pero recordó que no había llevado, se había confiado de su amor, lo miró de reojo cuando lo vio sacando las llaves de su bolsillo desplazándolas por el agujero de la puerta, esa mano que ella tanto deseaba tocar, tomarla y acariciarla… cerró los ojos adolorida, un corazón roto, deseaba llorar pero no lo hizo. Nada se comparaba a él… nada era igual que sus besos, la hacía sentir que era de carne, que los huesos no existían, que tenía vida, se derretía al verlo, nada en el mundo lo podía cambiar.
Ina iría a donde fuera, a donde él le quisiera llevar… o simplemente lo seguiría, era su Chris, su niño… al entrar se dirigió rápidamente al baño para ducharse, se sentó un buen rato en el suelo mientras veía caer el agua, esta vez con agua tibia, necesitaba sentir algún calor… quitó su vestido y lo observo, el regalo de su amado, era hermoso… pero ella lo había arruinado, ahora que iba hacer si Chris la dejaba su mundo se acabaría… no quería aferrarse a la soledad, no quería que volvieran esas ojeras… que la mataban cada noche, las pesadillas que Chris había quitado, pero Ina sabía que si él se iba, se habría quedado sentada esperando por él toda la vida, porque Chris era diferente… era quien le había de vuelto sus ganas de vivir, recordó cuando llego, mientras quitaba las joyas y entraba a la ducha para lavar su cabello con ese aroma que a Chris dejaba ensimismado, apoyo su frente en la muralla mientras sentía las gotas recorrer su cuerpo, cerró los ojos pensando en que podía hacer para que él no se fuera, no quería obligarlo a estar a su lado… no deseaba cortarle las alas.
Sintió el corazón ahogado, y ya no quería llorar, no quería morir… deseaba vivir para él, para Mika y para ella… si, para ella… no deseaba olvidar, deseaba ser positiva y dar todo por él, no podía rendirse, no lo haría Ina le demostraría que lo amaba le diría cuando lo amaba, lo que daría por verlo feliz… pero no que estuviera lejos.
Salió de la ducha, se secó fue directo a su pieza se puso su ropa interior y el pijama del pato Lucas que solía usar, se sentó pensando en que decirle a su amado, cuando sintió la puerta abrir… lo miró inmediatamente, se había cambiado la ropa, trayendo consigo comida, la verdad no tenía hambre… el apetito sin Chris a su lado no aparecía, intento decir unas palabras pero su amado la ignoro, e mordió el labio inferior… y cerró los ojos con fuerza, “No puedo dejarlo ir… no puedo, Se fue”, Ina se levantó de la cama, tomó la manilla de su puerta… pero no la giró, se sintió como plomo… su cuerpo pesado, tenía pocas fuerzas para luchar contra esos ojos, contra ese cabello dorado, era como su hoja que volaba a su alrededor, el aire que le daba fuerza… que le levantaba, y le hacía respirar llenando sus pulmones, Chris era tantas cosas…
Luego de un rato se atrevió a salir de su cuarto para ir al de él y hablar las cosas, no podía dejar las cosas así… no podía estar lejos, volvió a su cuarto y tomó solamente el plato de la pizza para usarlo como excusa, una música venía desde el cuarto de Chris, una que ella supo reconocer de inmediato… era la música de que su madre le cantaba y que su padre le tocaba en el piano, e incluso en el violín, algo que ella hacia ahora para Chris y Mika, se sonrió… pensó que no todo estaba perdido, golpeó pero nadie le abrió la puerta, la música estaba muy fuerte así que quizás no la había escuchado.
Abrió la puerta sin permiso, se sorprendió de ver a Chris, él no la había escuchado… no había tocado la comida… dejo su plato en el suelo, camino descalza al lado de Chris, se subió a la cama y fue cuando el reacciono la miró sorprendido, con las lágrimas en los ojos, Ina acaricio la mejilla de su amado, - mi amor… - susurro, quizás él no la escuchaba bien por lo alto de la música, le limpio unas cuantas lagrimas… le dolía verlo así… - mi amor… mi amor… - susurro una y otra vez, sin llorar, ya no deseaba llorar, lo deseaba a él.
Se levantó de su lado caminando directo para bajar la música, dejándola a un volumen adecuado. Volvió hacia su amado, quien la miraba esta vez sentado en la cama… sus ojos se atraparon, los ojos de su amado… eran tan hermosos, la hacían sonreír, la hacían soñar, se sentó en sus piernas y acaricio cada parte del rostro de su cariño, estaba triste… si de eso estaba segura, se acercó lentamente para besarlo, se alejó un poco para mirarlo… acariciando su mejilla con dulzura, - Te amare, siempre… en esta vida o en otra, te amo por lo que eres… y por lo que me haces ser cuando estoy junto a ti… siempre… amor, eres lo que deseo cada día de mi vida, no me sueltes, no me dejes, porque si te vas te juro que moriría, eres todo para mi… me muero si te pierdo, si te alejas de mí. – lo volvió a besar lentamente, dirigió sus labios al oído de él, susurrando, - Chris… Te amaré toda mi vida… por él resto de mis días… en esta vida, o en la que vayas a tener… te seguiré, no te dejaré ir… te amo… Chris te amo…
Caminaron descalzos por la alfombra del lugar, quería abrir la puerta pero recordó que no había llevado, se había confiado de su amor, lo miró de reojo cuando lo vio sacando las llaves de su bolsillo desplazándolas por el agujero de la puerta, esa mano que ella tanto deseaba tocar, tomarla y acariciarla… cerró los ojos adolorida, un corazón roto, deseaba llorar pero no lo hizo. Nada se comparaba a él… nada era igual que sus besos, la hacía sentir que era de carne, que los huesos no existían, que tenía vida, se derretía al verlo, nada en el mundo lo podía cambiar.
Ina iría a donde fuera, a donde él le quisiera llevar… o simplemente lo seguiría, era su Chris, su niño… al entrar se dirigió rápidamente al baño para ducharse, se sentó un buen rato en el suelo mientras veía caer el agua, esta vez con agua tibia, necesitaba sentir algún calor… quitó su vestido y lo observo, el regalo de su amado, era hermoso… pero ella lo había arruinado, ahora que iba hacer si Chris la dejaba su mundo se acabaría… no quería aferrarse a la soledad, no quería que volvieran esas ojeras… que la mataban cada noche, las pesadillas que Chris había quitado, pero Ina sabía que si él se iba, se habría quedado sentada esperando por él toda la vida, porque Chris era diferente… era quien le había de vuelto sus ganas de vivir, recordó cuando llego, mientras quitaba las joyas y entraba a la ducha para lavar su cabello con ese aroma que a Chris dejaba ensimismado, apoyo su frente en la muralla mientras sentía las gotas recorrer su cuerpo, cerró los ojos pensando en que podía hacer para que él no se fuera, no quería obligarlo a estar a su lado… no deseaba cortarle las alas.
Sintió el corazón ahogado, y ya no quería llorar, no quería morir… deseaba vivir para él, para Mika y para ella… si, para ella… no deseaba olvidar, deseaba ser positiva y dar todo por él, no podía rendirse, no lo haría Ina le demostraría que lo amaba le diría cuando lo amaba, lo que daría por verlo feliz… pero no que estuviera lejos.
Salió de la ducha, se secó fue directo a su pieza se puso su ropa interior y el pijama del pato Lucas que solía usar, se sentó pensando en que decirle a su amado, cuando sintió la puerta abrir… lo miró inmediatamente, se había cambiado la ropa, trayendo consigo comida, la verdad no tenía hambre… el apetito sin Chris a su lado no aparecía, intento decir unas palabras pero su amado la ignoro, e mordió el labio inferior… y cerró los ojos con fuerza, “No puedo dejarlo ir… no puedo, Se fue”, Ina se levantó de la cama, tomó la manilla de su puerta… pero no la giró, se sintió como plomo… su cuerpo pesado, tenía pocas fuerzas para luchar contra esos ojos, contra ese cabello dorado, era como su hoja que volaba a su alrededor, el aire que le daba fuerza… que le levantaba, y le hacía respirar llenando sus pulmones, Chris era tantas cosas…
Luego de un rato se atrevió a salir de su cuarto para ir al de él y hablar las cosas, no podía dejar las cosas así… no podía estar lejos, volvió a su cuarto y tomó solamente el plato de la pizza para usarlo como excusa, una música venía desde el cuarto de Chris, una que ella supo reconocer de inmediato… era la música de que su madre le cantaba y que su padre le tocaba en el piano, e incluso en el violín, algo que ella hacia ahora para Chris y Mika, se sonrió… pensó que no todo estaba perdido, golpeó pero nadie le abrió la puerta, la música estaba muy fuerte así que quizás no la había escuchado.
Abrió la puerta sin permiso, se sorprendió de ver a Chris, él no la había escuchado… no había tocado la comida… dejo su plato en el suelo, camino descalza al lado de Chris, se subió a la cama y fue cuando el reacciono la miró sorprendido, con las lágrimas en los ojos, Ina acaricio la mejilla de su amado, - mi amor… - susurro, quizás él no la escuchaba bien por lo alto de la música, le limpio unas cuantas lagrimas… le dolía verlo así… - mi amor… mi amor… - susurro una y otra vez, sin llorar, ya no deseaba llorar, lo deseaba a él.
Se levantó de su lado caminando directo para bajar la música, dejándola a un volumen adecuado. Volvió hacia su amado, quien la miraba esta vez sentado en la cama… sus ojos se atraparon, los ojos de su amado… eran tan hermosos, la hacían sonreír, la hacían soñar, se sentó en sus piernas y acaricio cada parte del rostro de su cariño, estaba triste… si de eso estaba segura, se acercó lentamente para besarlo, se alejó un poco para mirarlo… acariciando su mejilla con dulzura, - Te amare, siempre… en esta vida o en otra, te amo por lo que eres… y por lo que me haces ser cuando estoy junto a ti… siempre… amor, eres lo que deseo cada día de mi vida, no me sueltes, no me dejes, porque si te vas te juro que moriría, eres todo para mi… me muero si te pierdo, si te alejas de mí. – lo volvió a besar lentamente, dirigió sus labios al oído de él, susurrando, - Chris… Te amaré toda mi vida… por él resto de mis días… en esta vida, o en la que vayas a tener… te seguiré, no te dejaré ir… te amo… Chris te amo…
Leyna A. Babarovic- Moderador
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Re: Por favor... Sé mía [Ina]
Era ella... estaba al frente mío, no era un sueño. Se sentó en mis piernas y atrapó con sus finos dedos cada lágrima que soltaba. No podía dejar que me viera así, pero no quería despegar mis ojos de los suyos... las palabras que salieron de su boca me llenaron de felicidad... no me odiaba... Acaricié sus perfectas facciones y sentí el dulzón roce de sus labios contra los míos. Mis brazos se cerraron en torno a su figura y escondí mi rostro en su cuello, inhalando profundamente su más pura esencia...
- Te amo... Nunca pensé en sentir esto por nadie... - Alcé la cara para atrapar su miranda y perderme en ella - Me asfixio cuando no estoy a tu lado, moriría si tus labios no vuelven a pronunciar mi nombre y preferiría mil veces quedar ciego a no volver a reflejarme en tus ojos... - rocé con suavidad su tersa mejilla - Por ti, daría mi vida sin dudar... - era la primera vez que me abría de esta forma a ella - Me pongo en tus manos, sin miedos, porque no existe persona mejor que resguarde mi corazón - le sonrío sintiéndome aliviado al confesar mis sentimientos - Leyna Barbarovic, estoy enamorado de ti, prendado de tu risa, absorto por tus encantos... me siento vulnerable a ti y tengo miedo de fallarte... de no ser digno de alguien como tú - besé sus labios cual miel, deseoso de sentirla más cerca... volví a abrazarla - Sé mi pareja... por favor... sé mía... - la necesitaba, la deseaba, la amaba... mi corazón quería salir de mi pecho y sentía que mis costillas ya no eran suficientes para contenerlo...
Sentía como el calor subía a mis mejillas y como una corriente eléctrica cruzó mis vertebras para situarse en mi estómago... éstas sensaciones ya las conocía, era la respuesta de mi cuerpo a sus caricias, pero... pero el calor se expande... Nunca la había tenido tan cerca o mejor dicho, con tan poca ropa de por medio... Me separé unos centímetros de ella, sin para de sonreír... Ina me hacía cambiar de un momento a otro... me ponía nervioso, no lo puedo negar y francamente casi siempre, para no decir siempre, tomaba la iniciativa...
Con ternura cogí su cadera con una de mis manos y con la otra, tomésu nuca, bajándola con lentitud hasta la cama, recostándola en ella, colocándome a un costado suyo mientras volvía a reclamar sus labios... esos labios que ahora me pertenecen. Mi mano hizo un camino por sus fluidas piernas, subiendo su camisón... El contraste de temperatura se hizo notar al rozar sus tibias piernas con mis gélidos dedos... Fue entonces cuando la imagen de mis hermanas siendo ultrajadas llenó mi mente... Por qué ahora?! Lo que hago es normal... No le haré daño...
Corrí mi cara y abrí los ojos... mi pulso estaba acelerado al igual que mi respiración, apreté con fuerza la mandíbula y la miré preocupado - No quiero hacerte daño - le prometí, sin saber lo que realmente pasaría... me maldije nuevamente por ser tan inexperto... por no saber cómo complacerla... por tener un pasado que ahora atacaba mi atormentada mente. Besé con delicadeza sus labios y tomé su rostro con la ternura con la que se tratan las rosas... su exquisito aliento quemaba mi piel...
Me senté en la cama al escuchar los desgarradores gritos de mis hermanas haciendo eco en mis oídos... Por qué... Por qué ahora revivía eso?... Qué iba mal conmigo?... La miré y no necesitaba ser psíquico para saber que por su mente pasaba una clara confusión... no solo ella estaba confundida, yo también lo estaba... no entendía... no entendía por qué me torturaba con esas imágenes justo ahora... Mi cuerpo me suplicaba por volver a tenerla al contacto con mi piel, aun así el miedo de volver a escuchar el llanto y los gritos de dolor de mis hermanas me hizo permanecer en mi lugar... algo claramente iba mal en mí, pero todo esto es nuevo para mí... yo nunca... nunca he estado con otra mujer en mi vida... y si la lastimaba? Y si me convertía en alguien como esos malnacidos ladrones? Yo no quiero eso... no le quiero faltar el respeto... no la quiero obligar...
Tomé su mano, aun perdiéndome en la inmensidad de su mirada... sentía que podía leer mi alma cuando me perforaba de esa manera con esos ojos azules... - Yo... Tú... - fruncí el ceño y recé para que Dios me diera las palabras correctas con las cuales expresarme - ... No pudiste enamorarte de persona más bruta que yo... - Agaché la mirada algo avergonzado y sentí una tierna caricia en mi mano. La miré sonriendo apenado... es tan paciente conmigo... tan amable... dulce...
Me paré de la cama y me fijé en el plato que estaba en el piso. Me giré y cogí el mío que aun seguía en el velador... se lo extiendo - Toma mi plato, no tengo hambre - le digo con una sonrisa, mientras me inclino sobre el que estaba en el piso recogiéndolo para dejarlo sobre el velador. Me siento a los pies de la cama, y la miro de reojo... me está mirando con una ceja alzada... creo... creo que espera alguna explicación... Me aclaro la garganta y me acerco a su lado - Yo... - trago saliva tratando de buscar palabras para explicarme - Quieres que coloque algo de música? - preguntó con una sonrisa boba... Vamos Chris... Qué te tiene tan receloso?...
- Te amo... Nunca pensé en sentir esto por nadie... - Alcé la cara para atrapar su miranda y perderme en ella - Me asfixio cuando no estoy a tu lado, moriría si tus labios no vuelven a pronunciar mi nombre y preferiría mil veces quedar ciego a no volver a reflejarme en tus ojos... - rocé con suavidad su tersa mejilla - Por ti, daría mi vida sin dudar... - era la primera vez que me abría de esta forma a ella - Me pongo en tus manos, sin miedos, porque no existe persona mejor que resguarde mi corazón - le sonrío sintiéndome aliviado al confesar mis sentimientos - Leyna Barbarovic, estoy enamorado de ti, prendado de tu risa, absorto por tus encantos... me siento vulnerable a ti y tengo miedo de fallarte... de no ser digno de alguien como tú - besé sus labios cual miel, deseoso de sentirla más cerca... volví a abrazarla - Sé mi pareja... por favor... sé mía... - la necesitaba, la deseaba, la amaba... mi corazón quería salir de mi pecho y sentía que mis costillas ya no eran suficientes para contenerlo...
Sentía como el calor subía a mis mejillas y como una corriente eléctrica cruzó mis vertebras para situarse en mi estómago... éstas sensaciones ya las conocía, era la respuesta de mi cuerpo a sus caricias, pero... pero el calor se expande... Nunca la había tenido tan cerca o mejor dicho, con tan poca ropa de por medio... Me separé unos centímetros de ella, sin para de sonreír... Ina me hacía cambiar de un momento a otro... me ponía nervioso, no lo puedo negar y francamente casi siempre, para no decir siempre, tomaba la iniciativa...
Con ternura cogí su cadera con una de mis manos y con la otra, tomésu nuca, bajándola con lentitud hasta la cama, recostándola en ella, colocándome a un costado suyo mientras volvía a reclamar sus labios... esos labios que ahora me pertenecen. Mi mano hizo un camino por sus fluidas piernas, subiendo su camisón... El contraste de temperatura se hizo notar al rozar sus tibias piernas con mis gélidos dedos... Fue entonces cuando la imagen de mis hermanas siendo ultrajadas llenó mi mente... Por qué ahora?! Lo que hago es normal... No le haré daño...
Corrí mi cara y abrí los ojos... mi pulso estaba acelerado al igual que mi respiración, apreté con fuerza la mandíbula y la miré preocupado - No quiero hacerte daño - le prometí, sin saber lo que realmente pasaría... me maldije nuevamente por ser tan inexperto... por no saber cómo complacerla... por tener un pasado que ahora atacaba mi atormentada mente. Besé con delicadeza sus labios y tomé su rostro con la ternura con la que se tratan las rosas... su exquisito aliento quemaba mi piel...
Me senté en la cama al escuchar los desgarradores gritos de mis hermanas haciendo eco en mis oídos... Por qué... Por qué ahora revivía eso?... Qué iba mal conmigo?... La miré y no necesitaba ser psíquico para saber que por su mente pasaba una clara confusión... no solo ella estaba confundida, yo también lo estaba... no entendía... no entendía por qué me torturaba con esas imágenes justo ahora... Mi cuerpo me suplicaba por volver a tenerla al contacto con mi piel, aun así el miedo de volver a escuchar el llanto y los gritos de dolor de mis hermanas me hizo permanecer en mi lugar... algo claramente iba mal en mí, pero todo esto es nuevo para mí... yo nunca... nunca he estado con otra mujer en mi vida... y si la lastimaba? Y si me convertía en alguien como esos malnacidos ladrones? Yo no quiero eso... no le quiero faltar el respeto... no la quiero obligar...
Tomé su mano, aun perdiéndome en la inmensidad de su mirada... sentía que podía leer mi alma cuando me perforaba de esa manera con esos ojos azules... - Yo... Tú... - fruncí el ceño y recé para que Dios me diera las palabras correctas con las cuales expresarme - ... No pudiste enamorarte de persona más bruta que yo... - Agaché la mirada algo avergonzado y sentí una tierna caricia en mi mano. La miré sonriendo apenado... es tan paciente conmigo... tan amable... dulce...
Me paré de la cama y me fijé en el plato que estaba en el piso. Me giré y cogí el mío que aun seguía en el velador... se lo extiendo - Toma mi plato, no tengo hambre - le digo con una sonrisa, mientras me inclino sobre el que estaba en el piso recogiéndolo para dejarlo sobre el velador. Me siento a los pies de la cama, y la miro de reojo... me está mirando con una ceja alzada... creo... creo que espera alguna explicación... Me aclaro la garganta y me acerco a su lado - Yo... - trago saliva tratando de buscar palabras para explicarme - Quieres que coloque algo de música? - preguntó con una sonrisa boba... Vamos Chris... Qué te tiene tan receloso?...
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Re: Por favor... Sé mía [Ina]
Las palabras de Christopher se deslizaban como música para sus oídos, estaba enamorada de todo lo que era él, estaba enamorada de esa mirada tan pura y profunda que era como vida, electricidad para su alma, todo en él era perfecto para Ina, estaba enamorada de esa boca que con timidez se dirigía muchas veces hacia ella. Ina se sonrió con delicadeza y extrema ternura. Sus toques fantásticos que la volvían loca, su cuerpo se sintió diferente… sabía lo que deseaba y era a él.
- Yo… Leyna barbarovic, quiero ser tú amor… dar lo que necesites, quiero hacerte feliz y ser el amor de tú vida por toda la eternidad, sin duda eres lo más encantador que me ha pasado, eres mi amor… no deseo que te vayas… lo serás ahora y por siempre, porque estoy profundamente enamorada de ti… si tú no estás mi mundo se derrumba nada… - Ina sabía que desde el primer momento en que lo vio había significado que él era su ser especial, el complemento que necesitaba… abriendo su corazón para que pasara quedándose sin remordimientos, ni juzgándolo, le costó ese día en el puente asimilar que desde aquel momento era suyo… pero la verdad es que lo era desde hace mucho tiempo.
Al principio las cosas eran difíciles porque vivía en la fantasía de tenerlo, besarlo, tocarlo… acariciarlo, la persona que quería a su lado, puso todo… dejo todas las cartas en la mesa para que el pasara y se quedara a su lado, Ina le habría regalado el mundo sin condiciones… solo esperando a que él se quedara a allí con ella. Ina deslizo sus dedos por su espalda acariciando delicadamente, el calor inundo su cuerpo al sentir sus besos, suspiros, - Soy tú pareja, amor… - las sonrisas llenas de ternuras, los abrazos, el anhelo y la carne… eran mucho en ese momento, e incluso en la pareja que tanto se necesitaba.
El glorioso placer de ver al amor de su vida feliz, era algo indescriptible, ya no vivían en la soledad… reencontrándose con sus ojos, deslizándolos en sus cuerpos, observando cada detalle, la muchacha de cabellos oscuros… ya no deseaba vivir en la soledad, y aquí estaba él para darle gustosamente un corazón desierto que ella podía llenar cada rincón con hermosos paisajes, creados por su inocente amor. El cuerpo de Chris arriba suyo, una verdadera tentación para sus sentidos, después de tener una horrible tormenta… ahora las cosas eran diferentes, el sol resplandecía, iluminando su vida.
El rose de Chris era excelente, pero de pronto él le corrió la cara, Ina abrió los ojos para observarlo, ¿había hecho algo malo?, ¿le había desagradado su compañía?, o ¿se arrepintió?, muchas preguntas vinieron a su mente tropezándose una contra otra, la confusión se mostró en sus ojos, sus labios quedaron entre abiertos de sorpresa… su mirada buscaba la de él con desesperación, hasta que su amado dejo salir unas palabras que ella entendió completamente, entendía los miedos de su Chris, - Tranquilo, mi amor… - Ina dejo salir una leve sonrisa, estiro sus brazos cuando lo vio venir una vez más para besarlo, lo rodeo con ellos acariciando su espalda, esa que solía abrazar cada vez que lo veía desprevenido… sintiendo su calor.
Extrañamente Chris se separó nuevamente de su lado, la pobre muchacha parpadeó unas cuantas veces sin entender que había hecho una vez más, pero pronto supo que era lo que pasaba, - Tus hermanas… - susurro, sentándose en la cama para observarlo preocupado. Ina no deseaba verlo mal… una angustia atravesó su pecho, hasta sus vertebras se sintieron extrañas, de pronto la muchacha de celestes ojos sintió nuevamente el delicado toque de su amado, - No, me gusta el bruto que tengo delante de mis ojos… es el bruto más fantástico que he conocido en mi vida, y que jamás cambiaria… mi amor… Te amo, - Ina recorrió con sus delicados dedos el rostro de ese joven hombre lleno de confusión de hermosos ojos, cabello perfectamente desordenado, hermosa sonrisa que llenaba de alegría a Leyna, se levantó con una vergüenza notoria.
Lo vio levantarse y dirigirse por el plato de comida, ladeó el rostro haciendo que algunos de sus cabellos cayeran por su hombro hasta sus pechos, observo lo que le entregaba tomándolo confusa, parpadeó unas cuantas veces movimiento sus largas pestañas, alzó la vista para mirar a Chris, lo vio como un niño escondido al final del sillón, y sin más arqueo una de sus cejas… - ¿Qué haces allí…?, - pregunto dudosa, - no te voy a morder… lo prometo, - se levantó cuando fue a dejar el plato de comida, tomando su mano antes de que pusiera un dedo en el play, -mírame… - Chris la miró a los ojos sonrojado, Ina levanto su mano y acaricio su mejilla, - amor… no es necesario que pase algo, - se acercó a él para abrazarlo, hundiendo su rostro en el pecho de él para escuchar los latidos de su corazón, - solo quiero que me aceptes a tú lado… es lo único que te pido… deseo estar a tú lado y hacerte enormemente feliz…
- Yo… Leyna barbarovic, quiero ser tú amor… dar lo que necesites, quiero hacerte feliz y ser el amor de tú vida por toda la eternidad, sin duda eres lo más encantador que me ha pasado, eres mi amor… no deseo que te vayas… lo serás ahora y por siempre, porque estoy profundamente enamorada de ti… si tú no estás mi mundo se derrumba nada… - Ina sabía que desde el primer momento en que lo vio había significado que él era su ser especial, el complemento que necesitaba… abriendo su corazón para que pasara quedándose sin remordimientos, ni juzgándolo, le costó ese día en el puente asimilar que desde aquel momento era suyo… pero la verdad es que lo era desde hace mucho tiempo.
Al principio las cosas eran difíciles porque vivía en la fantasía de tenerlo, besarlo, tocarlo… acariciarlo, la persona que quería a su lado, puso todo… dejo todas las cartas en la mesa para que el pasara y se quedara a su lado, Ina le habría regalado el mundo sin condiciones… solo esperando a que él se quedara a allí con ella. Ina deslizo sus dedos por su espalda acariciando delicadamente, el calor inundo su cuerpo al sentir sus besos, suspiros, - Soy tú pareja, amor… - las sonrisas llenas de ternuras, los abrazos, el anhelo y la carne… eran mucho en ese momento, e incluso en la pareja que tanto se necesitaba.
El glorioso placer de ver al amor de su vida feliz, era algo indescriptible, ya no vivían en la soledad… reencontrándose con sus ojos, deslizándolos en sus cuerpos, observando cada detalle, la muchacha de cabellos oscuros… ya no deseaba vivir en la soledad, y aquí estaba él para darle gustosamente un corazón desierto que ella podía llenar cada rincón con hermosos paisajes, creados por su inocente amor. El cuerpo de Chris arriba suyo, una verdadera tentación para sus sentidos, después de tener una horrible tormenta… ahora las cosas eran diferentes, el sol resplandecía, iluminando su vida.
El rose de Chris era excelente, pero de pronto él le corrió la cara, Ina abrió los ojos para observarlo, ¿había hecho algo malo?, ¿le había desagradado su compañía?, o ¿se arrepintió?, muchas preguntas vinieron a su mente tropezándose una contra otra, la confusión se mostró en sus ojos, sus labios quedaron entre abiertos de sorpresa… su mirada buscaba la de él con desesperación, hasta que su amado dejo salir unas palabras que ella entendió completamente, entendía los miedos de su Chris, - Tranquilo, mi amor… - Ina dejo salir una leve sonrisa, estiro sus brazos cuando lo vio venir una vez más para besarlo, lo rodeo con ellos acariciando su espalda, esa que solía abrazar cada vez que lo veía desprevenido… sintiendo su calor.
Extrañamente Chris se separó nuevamente de su lado, la pobre muchacha parpadeó unas cuantas veces sin entender que había hecho una vez más, pero pronto supo que era lo que pasaba, - Tus hermanas… - susurro, sentándose en la cama para observarlo preocupado. Ina no deseaba verlo mal… una angustia atravesó su pecho, hasta sus vertebras se sintieron extrañas, de pronto la muchacha de celestes ojos sintió nuevamente el delicado toque de su amado, - No, me gusta el bruto que tengo delante de mis ojos… es el bruto más fantástico que he conocido en mi vida, y que jamás cambiaria… mi amor… Te amo, - Ina recorrió con sus delicados dedos el rostro de ese joven hombre lleno de confusión de hermosos ojos, cabello perfectamente desordenado, hermosa sonrisa que llenaba de alegría a Leyna, se levantó con una vergüenza notoria.
Lo vio levantarse y dirigirse por el plato de comida, ladeó el rostro haciendo que algunos de sus cabellos cayeran por su hombro hasta sus pechos, observo lo que le entregaba tomándolo confusa, parpadeó unas cuantas veces movimiento sus largas pestañas, alzó la vista para mirar a Chris, lo vio como un niño escondido al final del sillón, y sin más arqueo una de sus cejas… - ¿Qué haces allí…?, - pregunto dudosa, - no te voy a morder… lo prometo, - se levantó cuando fue a dejar el plato de comida, tomando su mano antes de que pusiera un dedo en el play, -mírame… - Chris la miró a los ojos sonrojado, Ina levanto su mano y acaricio su mejilla, - amor… no es necesario que pase algo, - se acercó a él para abrazarlo, hundiendo su rostro en el pecho de él para escuchar los latidos de su corazón, - solo quiero que me aceptes a tú lado… es lo único que te pido… deseo estar a tú lado y hacerte enormemente feliz…
Leyna A. Babarovic- Moderador
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Re: Por favor... Sé mía [Ina]
- Te amo C:
- Alcé la vista para mirar sus profundos ojos... el calor subió a mis mejillas... ella podía leer mi mente, entendía a la perfección lo que me pasaba y no me presionaba ni un poco, es más, me comprendía... sentí el roce de sus delicados dedos sobre mi cara... unos ramalazos de fuego traspasaron mi cuerpo quemando cada fibra. Su abrazo me envolvió, fue como una respuesta a mis deseos... mis propios brazos tomaron sus hombros con anhelo y escondí mi nariz entre sus cabellos inhalando a plenitud su dulzona esencia...
Tomé suavemente su barbilla y rocé mis húmedos labios con los suyos... me extasiaba... tan tiernos, suaves... exquisitos... Acaricié su mejilla y enredé mis dedos en su preciosa melena, haciendo el beso más profundo, logrando que se erizaran los vellos de mi nuca.
Cuando siento como sus finos dedos pasan por las cicatrices de mi espalda, me corro, como si las heridas aun estuviesen abiertas. Nunca nadie las había tocado... realmente, nadie antes había tocado mi espalda desnuda... Volví a sentir como bullían mis mejillas. Atrapé su mirada con la mía, tratando de disculparme con la misma... no es que me de vergüenza el mostrarlas, es solo que temo su rechazo... no sería la primera vez que me juzgan mal al verlas... aunque, obviamente Ina no es como esas personas... Le sonrío con ternura y vuelvo a juntar sus labios con los míos. Espero paciente por los gritos de mis hermanas, pero no los escucho, todo lo que escucho son nuestras respiraciones entrecortadas, el latir estrepitoso de mi corazón y el delicioso juego que llevan nuestros labios. Bajo mis manos por su figura rozando sus hombros con timidez, descendiendo lentamente por su espalda, dibujando un camino por sus muslos. Deslizo mis labios por su cuello, explorando... todo es tan nuevo, tan excitante... la forma en la que respira, sus movimientos, todo es placer para mí. Acaricio con suavidad sus piernas y subo hasta sus caderas, pasando por debajo de su camisón.
La miro unos segundos y una ligera sonrisa se dibuja en mis labios... la verdad es que no sabía qué decir en estos momentos, pero al parecer mi cuerpo sabía cómo reaccionar... Arqueé un poco la espalda para sentir cada una de sus curvas con mi cuerpo y volví a atrapar la droga de sus labios... estaba nervioso, no sabía si lo que hacía estaba bien, ni tampoco sabía si mis actos le causaban el mismo placer que a mí, pero por otro lado, me sentía tranquilo... junto a ella todo se volvía tan natural, como el respirar... no obstante, eso no me quitaba completamente los nervios... era una mezcla perfecta, de impaciencia y relajación, unas explosiones tan intensas y contrarias que no sabría cómo describirlas en mi interior... pero una frase sí que podía englobar esos sentimientos...
- Te amo... - susurré roncamente cuando me separé de sus labios. Busqué su mirada, la deseaba... Estaba dispuesto a entregarme completamente a la mujer que tenía al frente, hacer todo lo posible para hacerla feliz y complacerla... vivir... vivir solo para ella... - recuéstate - le pedí con cariño, en una especie de ronroneo, con la voz aterciopelada y grave. Sonreí de medio lado inclinándome sobre ella mientras bajaba, juntando sutilmente nuestras pelvis... no había percibido lo duro que estaba hasta ese momento, aun así, me pegué a su llano estómago y a las curvas perfectas de sus senos, mientras mis labios buscaban casi con frenesí a los suyos...
Sé que es muy probable, que si ahora escucho los gritos de mis hermanas, nunca volvería a tocar a Ina de esta forma nuevamente, pero mis miedos se fueron con esos recuerdos que me atormentaban... Me erguí un poco para poder disfrutar mejor de la vista... un delicioso rosado teñía sus mejillas, unos mechones caían sexymente por sus hombros, y una juguetona sonrisa felina se enmarcaba en sus labios que ahora estaban un poco más hinchados... con timidez bajé mis ojos, mirando su perfecto cuerpo... Mis manos rozaron sus piernas y comenzaron a subir el camisón de su pijama, mientras mis labios besaban cada parte descubierta, tratando de grabar en mi cerebro cada centímetro de ella... su plano vientre, sus suaves senos... Me detuve por un segundo, en su sujetador, mirándola algo avergonzado, para luego besar el lugar en donde está su corazón. Pude sentir su errático palpitar, llenándome de deseo... sonreí - Eres mío... - murmuré pegando nuevamente mis labios a él... sintiendo el calor de su tersa piel... Terminé de quitarle su pijama y besé sus hombros, mordiendo levemente uno de ellos... Quería marcar su cuerpo con mis caricias... sellarla con mis besos... borrar cualquier otro tipo de recuerdo... Hacerla mía...
Christopher Black Crow- Mensajes : 249
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Re: Por favor... Sé mía [Ina]
- Te amo ♥:
- “Como entenderlo un amor incondicional porque siento tantas cosas por ti, tantas que no se que hacer, aferrarme a ti no dejarte ir, quiero tenerte y hacerte feliz, es difícil cuando vez que la persona que amas no quisiera estar a tu lado, yo deseo que me desee como lo hago por él, como me muero con tan solo de mirar esos ojos, aquellos que me iluminan, que me dan algo que no puedo ni siquiera explicar, la seguridad de sus brazos, ese pecho… su corazón deslizándose en mi cuerpo, conjunto del mío, eres tan especial… de esas personas que me llenan hasta no más, pero no me canso, quiero más… quiero más… lo quiero todo de ti, volar a tu alrededor y darte a notar que existo que estoy aquí, que no podrás separarte de mi, no, no podrás, porque si me fuera me extrañarías tanto… notarias mi ausencia, como yo la tuya, mi amor… las palabras no me alcanzan para dejar claro… no puedo, porque es demasiado grande, es demasiado fuerte… no te vayas…” Ina lo miro atentamente, - me haces perder el control… - susurro de forma sensual.
-Solo me importa amarte… Christopher… - el pecho desnudo, las manos de Ina deslizándolas una y otra vez por su dorso desnudo, aquellas cicatrices que marcaban la vida del amor de su alma, lo amaba como fuera, con ellas, sin ellas, no importaba, solo importa él. Esa esencia que Chris emanaba de su cuerpo la calmaba, la llenaba, la hacia querer tantas cosas que solo respectaban de él. Alzo la vista y lo miró… sus labios, rosados… su sonrisa, cerró los ojos llena de felicidad, suspiros llenos de deseo la comenzaron a invadir, su cuerpo se sintió más cálido de lo normal, - este eres tú… esta soy yo… mi amor… - susurro de forma felina casi en ronroneo llena de deseo. Ina sintió las manos de Chris recorrer su cuerpo, encendiendo su cuerpo lentamente, los besos de Chris como néctar para su boca, deslizando de forma suave y lenta su lengua por la de él, debes en cuando dando pequeños mordiscos en sus labios, dejando salir leves jadeos llenos de placer.
Ina acaricio lentamente su espalda mientras sentía los labios de su amado deslizándose por su cuello, mientras ella pasa sus manos poco a poco bajando hasta los muslos de Chris, apretando un poco con sus manos para luego volver a subir esta vez más fuerte, mordiendo su labio inferior, intentando aguantar el deseo que sentía en su cuerpo, su piel, el alma que tanto le llenaba el corazón. Miedo a perderlo, a que la dejara, a su rechazo, generalmente sentía eso, pero ahora… ahora no, ahora era suyo y siempre lo seria, harían el amor.
Ina dejo salir un leve gemido cuando el deslizo sus cálidas manos en su piel por debajo de la ropa, abrió los ojos buscando su mirada, allí estaba él sonriendo, se sonrojo más… sintiendo cierto pudor a que la escuchara haciendo aquellos sonidos, mordió levemente su labio inferior. El cuerpo perfecto de su amado encajando con el de ella de forma perfecta, alzó sus brazos para enredarlos en el cuello de él, mordió levemente el cuello de Chris, sus labios, su lengua deslizándose de esa forma tan exquisita, estaba deseosa.
-Yo… yo… tam… también te amo… - susurro entre cortado, abrió los ojos lentamente, lo observo cuando él dejo salir aquellas palabras una mirada feroz se cruzo en los ojos de Ina, entreabrió los labios respirando por su boca, asintió a su pedido gustosa, sin dudarlo ni un segundo. Dejando salir un ronroneo de su boca al escucharlo de forma tan sensual. Lentamente comenzó a bajar se sentó en la cama, para luego recostarse, abrió sus piernas mientras estiraba sus manos para darle a entender que lo deseaba allí, así fue como lo hizo… Chris la deseaba tanto como ella a él. Su cuerpo se arqueo levemente de placer al sentir su entrepierna tan dura, una sonrisa placentera se poso en los labios de Ina llena de lujuria, amor, pasión.
A cada toque, a cada beso Ina se arqueo mordiendo levemente uno de sus dedos para no dejar salir ningún ruido, hasta que él se detuvo en su pecho posando su mirada en el, Ina lo contemplaba con amor, con una admiración increíble, se sonrió cuando lo escucho hablándole a su corazón, sus labios llenos de ternura, se dejo quitar el pijama que en ese momento solo estorbaba, las manos de Ina se deslizaron por la espalda de de Chris, bajando lentamente hasta sus trasero, las poso en el y lo apretó junto ella sintiéndolo con mayor fuerza, levanto un poco más las piernas para que se complementara perfectamente con ella, aunque aun estuviera con su pijama, la pequeña mujer de cabello azabache deseaba quitarlo de un tirón, pero trato de contenerse, pero poco a poco deslizo su mano hasta su entrepierna tocándolo con un dedo, mientras sus ojos se volvían las de un felino, mordió su labio inferior mientras observaba el rostro de Chris, deseosa de ver sus ojos, sus labios, tomó por completo su entrepierna y la apretó levemente, mientras se hacia paso por los labios de Chris con su lengua. – Quiero ser tuya… - susurro juguetona, - hazme tuya… completamente tuya…
Leyna A. Babarovic- Moderador
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