Retrato perfecto... [Dante Van Blood]

por **Doreen Conrad** Dom Ago 08, 2010 5:38 am

Flashback*
Inglaterra. Dos años después de conocer la enfermedad de mí padre. Misa en ofrecimiento a algunos creyentes pidiendo perdón de sus pecados, o al menos eso decían. Aquella tarde me había fastidiado por completo el hecho de cancelar mi clase de fotografía solo por tener que atender a algunas personas que entrarían a esa celebración eucarística, deje el libro a lado de la mesa, y coloque uno de los vestidos que se me habían traído de París, lo bueno de poseer juventud es que no se notaba el cansancio o fastidio de estar en aquel lugar, tenía que guardar tanas apariencias como podía, aquella tarde mi padre me había pedido creer por lo menos por él, rezar por él, por su mejoría.

Baje las escaleras de la casa dirigiéndome a uno de los carros de mis padres me encantaba viajar en ellos eran tan tranquilos y se podía disfrutar el trayecto llena de comodidades. La Iglesia estaba frente a nosotros. Cada uno entro detrás de los miembros aun restantes de mi familia. Aquella tarde había sentido un raro presentimiento, como siempre tenía una cámara fotográfica en mi bolso, la saque retratando cada uno de los rostros de los amigos de la familia, guardando el momento, haría una especie de álbum de fotos, un detalle para mí padre, algo significativo mostrando el apoyo de todos. Aquella luz llamo mi atención, una pequeña bombilla que parpadeaba, pequeña diferente a las demás, aquello no era algo extraordinario pero había guardado en mi memoria…

*Actualidad*
Hace ya un tiempo que recordaba aquel momento, no sabía porque llegaba a mí memoria aquel momento, había sido un día cualquiera, pero me había marcado. Extrañaba a mis padres eso era demasiado obvio, un lugar tranquilo era lo que necesitaba. Lo primero que se me había pasado por la mente era el cementerio, tal vez no era el lugar más agradable para cualquiera pero por extraño que pareciera a mí me llenaba de paz. Salí de Luz negra, un tanto dudosa, mi perdido se había ido a buscar un poco de patetismo, sabía que yo me sentía completamente cansada al absorber todo el tiempo de mí así que me daba espacio. Saque mi bolso la cámara fotográfica, era momento de retratar la villa. Caminé hasta llegar al cementerio, me senté en los pies de un árbol recargando mi espalda en el tronco de este, cerré los ojos relajándome por completo, sólo podía escuchar la brisa del aire golpear mi cuerpo con ligereza.

Mis ojos empezaron a captar una especie de luz, parpadeante, abrí por completo los ojos, de una de las ramas del árbol tenía colgando varias bombillas. Una de ellas llamo mi atención, pequeña parpadeante, como aquel momento, como mi recuerdo que había tenido toda la semana. Saque la cámara de mi bolso, buscando el enfoque perfecto. Al encontrarlo, hice un pequeño click dejando que el flash inundará el lugar, observe las fotos guardadas de mi cámara, sonreí al notar aquella fotografía bien hecha, que podía hacer que sintiera estar más cerca de mí familia. Suspiré varias veces con nostalgia, abrace mis piernas aun con la cámara en mano, estar en la villa era bueno, me sentía ya en mi hogar, tenía un motivo fuerte para seguir aquí y desear permanecer aquí pero a veces extrañaba tanto a mis padres. Un sonido me quito de mis pensamientos, buscando por todos lados quien podría ser. - ¿Quién anda ahí? – Pregunte curiosa guardando la cámara en el bolso, colocándome de pie.

por **Dante Van Blood** Lun Ago 09, 2010 2:32 am

El tiempo no muestra forma en esta villa, donde los días se vuelven incontables y las horas son indiferentes al pensamiento. Esto le ha dado a mi continuo viaje por las inmediaciones, una sensación de infinidad, más no de tedio.

Si bien, ya no padezco de migrañas cuando intento recordar el día del accidente, aún quedan espacios vacíos dentro de lo que respecta a este recuerdo en particular. Por ahora solo logro verla tomándome la foto frente a la vieja casa, aunque por lo que yo recordaba era yo el que disparaba de la cámara.

"Quizá estoy forzando mucho el recuerdo..." pienso mientras camino por entre las criptas del cementerio. Con el cigarrillo entre mis labios, camino sin rumbo fijo admirando las hiedras de bombillas que adornan curiosamente la piedra y en mi mente solo está el objetivo de salir de este lugar y continuar mi camino al Lago de las Luciérnagas, donde continuaré entrenando con Lucrecia, mi hermosa espada.

De súbito escucho una voz fémina, más me es conocida su tesitura. Cuando me detengo a la que ha formulado la pregunta, me doy cuenta que mis sentidos no me han engañado. Se trata ni más ni menos que de Doreen, la novia de mi respetable amigo Isaí.

-¿Doreen? ¿Qué haces por estos rumbos? ¿Viene Isaí contigo?-pregunto quitando de mis labios el cigarrillo, con gusto de reencontrar una cara conocida.

por **Doreen Conrad** Mar Ago 10, 2010 3:39 am

En un principio estaba preocupada, tensa por lo que podía pasar, no sabía si era alguien seguro o estaba en peligro, pero su voz me era conocida, tranquilice mi cuerpo, volví a sacar la cámara fotografía colocándola en el cuello, la cadena era demasiado larga así que quedaba a la altura de mi estómago, la otra cámara fotográfica se la había dejado a una chica en el tren, tal vez la buscaría en la villa, pediría la cámara, no más bien pediría las fotografías que tenía de mí familia, de mis amigas, de mis recuerdos para tenerlas conmigo, la cámara se la podía quedar ella, era una de sus pasiones como la mía.

Camine unos pasos hasta Dante, se veía bien, tranquilo, o al menos eso daba a notar, le sonreí por completo – Lamento haber gritado de esa manera, es sólo que uno no sabe que se puede encontrar – Sonreí ampliamente, suspire completamente relajada– No Isaí no viene – Comenté con cierto tono de tristeza. – Isaí se ha quedado en Luz negra, o tal vez salió a buscar patetismo, yo he estado muy cansada con eso – Sonreí al recordarlo, no me molestaba darle de mis emociones para que él estuviera bien. - ¿Qué hago por aquí? Buena pregunta… Quería recordar viejos tiempo, sentir que vuelvo a mis pasiones – Tome la cámara con mis manos, la encendí, lo enfoque – ¿Me permites una fotografía? – Deje caer la cámara, si él no quería no podía obligarlo, pero saber que tenía buena amistad con mi perdido me daban ganas inmensas de retratarlo, de guardarlo incluso de hacer un álbum de fotos, como el que había deseado hacer hace años.

Me acerqué a darle un abrazo, era una manera más correcta, como un saludo, un recibimiento grato, tal vez no estaba en Luz negra, mi hogar, pero si me daba alegría verle – ¿Qué haces tú por aquí Dante? – Pregunte curiosa, sin dejar de sonreír, toque mi garganta con mis manos, me separé del abrazo y simule por unos momentos estar tranquila, pero no lo estaba el tenía un aroma que para mí era delicioso, pero no quería lastimarlo, no a él que había ayudado a mi pareja cuando más necesitaba de alguien, tendría que buscar una manera para distraerme, lo malo de esto es que mis ojos ya se notaban negros de la sed que tenía, mi piel comenzaba a ponerse completamente opaca, no brillaba como cuando estaba bien alimentada, y mis sentidos eran torpes a tal grado de marearme de vez en cuando. Necesitaba alimentarme, necesitaba sangre…

por **Dante Van Blood** Vie Ago 13, 2010 9:28 pm

"A recordar viejos tiempos..." repasé en el pensamiento mientras Doreen me comentaba que Isaí no le acompañaba. "Quizá en algún momento lo vaya a visitar a Luz Negra..." me digo mentalmente, recordando que aún me falta ayudarle con el libro en japonés de la biblioteca. Desde la visita a la biblioteca he aprendido muchas cosas, en particular sobre las "razas" de los que habitan en esta villa, aunque aún no he encontrado manera alguna de salir ed la villa, ni apetezco hacerlo por el momento.

-Seguro, no le veo problema alguno-respondo cuando me pide una foto. Años atrás, cuando Marisa iba a la escuela, solía tomarme fotos sin avisarme, supongo que era debido a que no queria "perder la escencia" de mis expresiones en determinados momentos. Por mi parte, lo único que pude hacer entonces fue dibujarla repetidas veces, en entornos y con expresiones diferentes; desde la ternura y la felicidad, hasta el enojo y la tristeza.

-Voy camino al Lago de las Luciérnagas. Necesito entrenar...-respondo a medias, notando oscurecimiento en sus ojos y opacidad en su piel. "Si no mal recuerdo, esos son síntomas de un nocturno..."pienso en silencio, también buscando una solución a este problema. Si bien, no me hago a la idea de que me salte encima y comienze a succionarme sangre del cuerpo, tampoco niego la posibilidad de que acontezca el evento.

La solución se presenta por sí misma cuando escucho los pasos de un animal aproximándose. Son pisadas pequeñas, más largas... "Quizá se trate de un conejo.." pienso mientras escucho al animal acercarse rápidamente. Sin dudar un instante, desenfundo a Lucrecia y con rapidez la lanzo en dirección de donde surge el sonido, sonriendo cuando escucho el metal atravesar con presición la carne, así como el movimiento nasal del conejo. Mis sentidos no me han engañado.

Camino y tomo de nuevo mi espada, arrancando al apetecible animal de entre la hoja y tomándolo con cuidado; si lleno mis manos de sangre, atraeré más la "sed" de Doreen. Remuevo la piel del animal y la utilizo como guante para evitar manchar mis manos; ahora encuentro de utilidad las clases de Lucio, pues nunca imaginé necesitar matar para sobrevivir.

-Toma, esto apagará tu sed por un rato...-le digo mostrándole el cuello del despellejado animalito mientras lo tomo con la piel que le he quitado. Hacía mucho que mi sentimiento de culpa por matar un animal había muerto y en esos momentos era mejor evitar una situación incómoda que llorarle al conejo.

por **Doreen Conrad** Vie Ago 20, 2010 2:36 am

¿Acaso era demasiado obvia? Mi condición a eso me refería, si me condición me delataba demasiado con la sed que sentía. Me coloqué de maneja derecha, estilizada, perfecta cruzando las manos de manera suave frente a mi pecho, observando como sus movimientos precisos atacaban ese pobre conejo. En otras situaciones habría negado la muerte de un ser, pero confirme me iba adentrando a la villa, a este mundo, cada vez me importaba menos lo que le pasará a un animal, incluso a un ser como nosotros, no es precisamente que lo deseará por simple vandalismo era que mi sed era mayor, mi necesidad de alimentarme me permitía ser así, poder soportar ese tipo de cosas, ese tipo de actos.

De un momento a otro el conejo ya estaba muerto, chorreando en sangre, aquella sangre por lo visto no era mí favorita el olor tenía algo que no terminaba de convencerme pero al final de todo tome al conejo entre mis manos, giré mi cuerpo, no quería que Dante viera como me alimentaba, me daba un poco de pena, rápido pegué mis labios a la herida del conejo, succionando con ansias su sangre, disfrutando del momento, sintiendo un frenesí, un deseo inmenso recorrer mi cuerpo, pronto su sangre se había terminado, y con aquella escases de sangre poco se había apagado mis ansias de beber más.

Me giré pasando la yema de mis dedos por los labios de mis labios, relamiéndolos, saboreando aun al conejo, me sentí completamente apenada al verle a los ojos – Gracias – Sonreí sintiendo el rubor de mis mejillas, caminé un poco aproximándome a él. – Estaba a punto de cometer una tontería, por eso te agradezco – Me coloqué a su lado, sintiéndome a gusto, podía decir que Dante era un buen amigo de Isaí lo cual me hacía sentirme por completo segura, sabía que no me pasaría nada con él, al contrarió acababa de ser alimentaba.

Me coloque por unos momentos enfrente de él, sonreí aun, tomé la cámara fotográfica entre mis manos, y tome una de sus expresiones sin ni siquiera pedirle que posará, podía así apreciar mejor el momento. Ahora le señale la cámara - ¿Cómo te gustaría que te tomará? ¿Completo? ¿Sólo el rostro? ¿De perfil? Lo que más te parezca – Sonreí enfocando el lente de la cámara hasta el, acomodando el zoom, notando como algunas bombillas caían de los árboles, una buena foto, un buen momento, no lo pensé más de dos veces y le tome sonriente, observe la fotografía, y se la mostré encantada de cómo había quedado, de cómo se había plasmado aquel encuentro.

Suspiré volviendo a guardar la cámara, no quería ser fastidiosa tomando más de una foto o teniéndola todo el tiempo a nuestra vista. – Su nombre me hace recordar mucho a mi padre – Me sincere mirando un poco las lapidas del cementerio. Extrañaba a mi padre, extrañaba todo, incluso extrañaba muchísimo a Isaí, y sólo tenía un par de horas de no estar con él. Me quede en silencio unos momentos, el comentario había quedado muy fuera de lugar, no quería incomodarlo. Repase sus primeras palabras mentalmente. - ¿entrenamiento? – Pregunte con cierta curiosidad, con cierta emoción en mi voz.

Recordé por unos momentos en encuentro de Luz negra, y me dí cuenta que si algo malo pasaba yo no estaba preparada para defenderme, para defenderlo, necesitaba una especie de entrenamiento, me tomaría el atrevimiento de pedirle ayuda a Dante, aunque puede que a Isaí no le gustará mucho la idea, con su amigo estaría segura – Dante… quisiera aprender a entrenarme, no quiero ser tan débil, quiero que Isaí sienta un poco de tranquilidad sabiendo que puedo cuidarme un poco más… Me ayudarías? – Lo miré sonriendo buscando su mirada con la mía, intentando convérselo de ello, sería divertido, interesante, y nos ayudaría a ambos.

por **Dante Van Blood** Sáb Ago 21, 2010 1:46 am

Quedé cegado por unos segundos, pues Doreen tomó la foto con rapidez y sin avisarme. No me ha dado tiempo de decirle que quería la foto de cuerpo completo y de frente, pero supongo tuvo sus motivos para disparar fugazmente la cámara. Aún quedaba en mi mente la imágen de ella succionado toda la sangre del conejo y su rostro, en el que vi cierto desagrado. "Quizá no es su sangre favorita...", pienso mientras enfundo de nuevo a Lucrecia en su carcaza oculta en mi gabardina.

Tras recuperar la visión, noto que se ha acercado a mí y me muestra el por qué de su rapidez; las bombillas parecen estar suspendidas, levitando detrás de mí. Es un buen detalle, lo admito. Ahora mis ojos recorren mi rostro en la imágen, algo ha cambiado a partir de su muerte. Recuerdo que mis fotos, aún triste, reflejaban felicidad cuando tenía cerca a mi hermosa pelirroja. Ahora, aunque he sonreído, se denota oscuridad en mi rostro, tristeza, angustia, cansancio...

-Seguro que has hecho un buen trabajo. Si Marisa viviera, seguro te la compraría...-reí internamente. Recuerdo aquella ocasión en la que Oliver Farret, mi compañero de cuarto y mejor amigo, me tomó una foto mientras estudiaba en mi cama. A la semana, Marisa le suplicaba le vendiera mi foto, incluso le propuso intercambiársela por una foto de Elle Montiglioni, una hermosa italiana que le fascinaba a Farret. Al final el joven accedió.

-Dante es un nombre bastante peculiar. Mis dos nombres, Dante y Vincenzo, me los han puesto por mi abuelo. Él era un gran hombre, pero mi padre lo subestimaba. Él era un idiota....-confesé con indiferencia. Lucio se había ganado mi desprecio desde que dejó morir a mi madre. No me importaba decir lo que realmente sentía por él.

-En efecto, voy a entrenar con mi nueva adquisicón, Lucrecia. Así se llama mi katana-dije con seriedad. Quizá poner nombres a las cosas sea algo ridículo para los demás, pero no para mí. Me recordaba a las legendarias espadas, como Excalibur de Arturo, Tizona del Cid Campeador, Balmunga de Sigfredo... cada una con su nombre, forjando su propia leyenda. Cuando escucho que me pide ayuda, inconscientemente piso y apago el cigarrillo, como otra persona dentro de mí lo hubiese hecho; no obstante permanezco sin expresión alguna de felicidad por haber sido requerido. Así es el camino del Samurai.

"¿Por qué no?", pienso mientras la examino de pies a cabeza. Nunca está por demás que una mujer sepa defenderse de los peligros acechantes. Pero si en realidad quiero ayudarle, tendré que ser severo aunque sea la mujer de un buen amigo. Mis maestros así me entrenaron, pero en mí hubo voluntad de perfeccionar el arte de la batalla. Sólo espero no equivocarme y que en esta mujer haya la fuerza suficiente para soportar el entrenamiento.

-Te ayudaré, pero debo saber lo apta que eres para el combate. Aguarda aquí un momento...-digo sacando de nuevo mi katana, caminando hacia un árbol tras de ella y el cual ya he examinado con detalle mientras hablábamos. Dentro de sus extremidades encuentro dos piezas perfectas para mi cometido y con un par de cortes, los maderos caen al suelo; con la filosa hoja de mi espada remuevo la aspereza de su corteza, las pulo y redondeo lo más que puedo. -Toma este madero y muestrame cómo atacarías al enemigo-lanzo el pulido madero a mi aspirante a pupilo, examinando que tal anda de reflejos.-No dudes, no pienses....¡Ataca!-digo resguardando a Lucrecia y tomándo como arma el madero sobrante.
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Ahora, lo importante de aquí es saber usar los dados y conocer las fases de ataque-defensa.

Lo primero será tirar los "Dados de iniciativa" (10L), que determinarán quien de los dos atacará primero.

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Retrato perfecto... [Dante Van Blood] 9a

por **Doreen Conrad** Sáb Ago 28, 2010 3:01 am

Ambos nos quedamos por unos momentos viendo la fotografía que acababa de tomar, había tomado un buen enfoque tanto de él como de las bombillas, me parecía que era una de las mejores fotografías que había tomado en mi vida, y eso que había tomado muchas, de hecho demasiadas. Me quede perdida por unos momentos en la fotografía, no en el aparato en mí memoria, querer descifrar los sentimientos que emanaban sus ojos era un tanto misterioso, desde la vez que lo había conocido me había parecido alguien bastante serio, pero los ojos de las personas podían delatarlos dependiendo de cómo se sintieran, podía ver en los suyos cierta tristeza pero intente ignorarla, hasta que me hablo.

Marissa, aquel nombre me confundía aún más el pensamiento, o mejor dicho me podía aclarar que pasaba sobre aquella mirada triste, no sabía si era correcto preguntar, mordí mi labio ligeramente y al final me convencí, ya que él me había visto beber sangre, y no podíamos salir de esta villa era mejor buscar en de que poder hablar – Apuesto a que cualquier chica quisiera comprarla – Empecé hablando un poco sutil peor al final de cuentas me convencí – Dante no quiero parecer maleducada, pero… ¿Quién es Marissa? – Mordí mi labio con más fuerza buscando su mirada, sus expresiones me podrían decir si había sido correcta o no la pregunta.

La platicaba cambiaba de un momento a otro intentando que las cosas no sonaran tan incomodas, puse atención al porqué de sus nombres, me pareció peculiar, su abuelo por lo visto era una persona muy importaba para él, o lo había sido, así como mi padre, el nombre me gustaba, me parecía elegante, no muy común, de hecho conocía a pocas personas con aquel nombre. – Entonces para ti es todo un privilegió tener el nombre… ¿O me equivoco? – Pregunte sonriente mirándole directamente a los ojos, era algo terca al intentar descifrar las emociones del rostro, de los ojos, pero me parecía bueno aprender a conocer las expresiones de los demás, esperaba que no fuera el último encuentro que tuviéramos, era muy agradable su presencia.

Observe sus movimientos precisos, la manera en que se ponía firme, rígido, incluso la manera en que apagaba el poco cigarro que le quedaba. Sentí timidez al ver cómo me examinaba con la mirada, pero un entrenamiento era más “rudo” e importante que una simple mirada, además sabía claramente que Dante no tenía dobles intenciones, él es todo un caballero.

Asentí ante sus palabras. Me quede quieta, la pequeña brisita que se podía percibir movían las ramas de los árboles que tenía enfrente de mí, las bombillas se movían como si cada una tuviera vida propia, incluso algunas hojas caídas se podían ver de algunos pocos árboles que tenían hojas en ellos y no bombillas.

La brisa movió ligeramente mi cabello, haciendo que dos pequeños mechones se movieran, antes de acomodarlos sentí un objeto aproximarse, observe claramente, y tome el madero en el aire formando una amplia sonrisa en mis labios. Desde que había llegado a este lugar mis sentidos estaban completamente desarrollados, en estos momentos agradecía. Lo observe un tanto sorprendida, ¿Qué podía hacer? Nunca en mi vida había tocado un “arma” aunque fuera esta clase de armas para entrenamiento. – ¡Dante! – Dije apenas de manera perceptible, dejando que mi palabra, su nombre se la llevará el viento dejándolo percibir mi expresión de duda.

De manera instintiva di dos pasos adelante teniendo el madero de forma inclinada enfrente de mí pecho, tiré hacía delante con el madero, pero antes de intentar golpearle me detuve, un movimiento así sería demasiado obvio intente hacer una pequeña finta para poder rozarle el pecho con el siguiente tiro que ya era correcto, pero me contuve, al momento que lo daba di un paso hacia atrás volviendo a poner el madero de manera vertical como al principio, en una forma de protección, sabía que necesitaba mucho que aprender, lo miré aun con confusión intentando saber que era correcto o no en este momento.

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por **Dante Van Blood** Sáb Ago 28, 2010 3:23 am

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Retrato perfecto... [Dante Van Blood] D4c2copia

por **Doreen Conrad** Sáb Ago 28, 2010 3:24 am

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por **Dante Van Blood** Sáb Ago 28, 2010 3:26 am

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Retrato perfecto... [Dante Van Blood] D4c1copia

por **Doreen Conrad** Sáb Ago 28, 2010 3:26 am

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por **Dante Van Blood** Sáb Ago 28, 2010 3:28 am

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Retrato perfecto... [Dante Van Blood] Dado6

por **Doreen Conrad** Sáb Ago 28, 2010 3:29 am

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Retrato perfecto... [Dante Van Blood] 5a

por **Dante Van Blood** Sáb Ago 28, 2010 4:00 am

Al ver la duda en sus ojos, decido tomar la iniciativa y corro en su dirección si dudar ni un instante. Sé que es rudo mi comportamiento, pero la guerra nunca ha sido frágil y cuidadosa, ni siquiera con las mujeres que deciden unirse a la batalla. Tomo con fuerza el madero y lo golpeo contra el suyo, intentando irritarla para que pierda el miedo.

-¡No dudes. Solo golpea...!-exclamo mirándola a los ojos; Marisa ha desaparecido de mi pensamiento por ahora, quedando la concentración y serenidad necesarias para no cometer errores ni hacerle daño a Doreen.

Este dado no existe.

por **Doreen Conrad** Sáb Ago 28, 2010 4:10 am

Este dado no existe.

por **Doreen Conrad** Sáb Ago 28, 2010 4:30 am

La tristeza en sus ojos había desaparecido por completo, Dante parecía completamente transformando, muy concentrado en lo que estaba haciendo, estaba bien, siempre me habían tratado con dulzura, por eso no sabía cómo defenderme ahora necesitaba que me trataran de igual manera, es decir que me trataran de igual manera del experto, así aprendería más rápidamente, los golpes te ayudan a aprender, te ayudan a lidiar con un sinfín de situaciones, sobre todo te ayudan a pensar. Me quede paralizada por unos momentos, con el madero en forma vertical, protegiéndome de los ataques, tanta fue mi confusión y aturdimiento que no me di cuenta cuando él se había acercado, dando de lleno al madero, lo tome por completo en mis dos manos colocando mis piernas de manera firme para no irme de espaldas por la fuerza del impacto. Aquel golpe había lastimado mis muñecas, pero no podía rendirme, no cuando yo misma le había pedido aquel entrenamiento.

Cuando tuve controlado un poco la fuerza el impacto me solté con una mano, la pierna que se encontraba atrás ayudándome a sostenerme la pude pasar para adelante dando un paso firme, sus brazo se levantó al mismo tiempo que empujaba dejando expuesto el estómago, mordí mi labio un poco pero sin pensarlo mi cuerpo se recargo en la pierna izquierda sin soltar mi madero que impulsaba el de él. – No me subestimes – Sonreí ampliamente flexionando la pierna izquierda que impactará directamente en aquella parte expuesta de su cuerpo.

Este dado no existe.

por **Dante Van Blood** Sáb Ago 28, 2010 4:41 am

Este dado no existe.

por **Dante Van Blood** Sáb Ago 28, 2010 5:08 am

Increíblemente, ha logrado impactar una patada en mi estómago haciendome retornar los pasos que he dado. No ha sido un golpe demasiado fuerte, pero me ha hecho sentir contento. Quizá podría después de todo darle unas clases a Doreen, pero la batalla aún no terminaba y no podía dejarme convencer por un solo golpe.

-Así que prefieres continuar sin madero. Me parece justo...-dije soltando el madero con indiferencia. Arco, espada o las manos... Realmente no importaba el arma que tuviese a mi alcance, sino el uso que les diera en combate, como alguna vez me dijo mi shidoshi.

Me acerco nuevamente a ella y cruzo mi pierna con la suya, tomando su cuello para poder derribarla con una llave. "Esto deberá irritarle más..." pienso emocionado.

Este dado no existe.

por **Doreen Conrad** Sáb Ago 28, 2010 5:11 am

Este dado no existe.

por **Doreen Conrad** Sáb Ago 28, 2010 5:36 am

El golpe había sido bueno, le había dado, para mi gusto no tan fuerte como quisiera, pero intentaba darme ánimos pensando que era mi primera vez, que no lo estaba haciendo tan mal y lo estaba mejorando. Como todo buen maestro a su primeriza alumna, reaccionó de manera rápida, dejándome casi boquiabierta, sacudí la cabeza ya encontrándome en el suelo, las piernas me tronaron, la espalda e incluso el cuello haciendo que gruñera molesta por haber sido tan lenta, por no haber reaccionado antes. – Muy listo maestro – Sonreí con tono sarcástico, colocando mis manos por debajo de las suyas empujándolas con fuerza, si algo me caracterizaba es que no me dejaba más fácilmente por más inexperta que fuera. Sabía que ahora era más fuerte, la poca sangre que me había dado del conejo anteriormente me había dado fuerza, no la necesaria pero si la suficiente para poder levantarme, tendría problemas, y Dante tenía todo a su favor pero el intento no estaba demás, lo había hecho y por poco lo lograba safarme.

Giré mi cuerpo por completo separándome de él, colocándome de pie, con el cuerpo encorvado, me sentía completamente aturdida aún por el golpe que acababa de recibir, jale su pierna con fuerza. – Eso me dolió – Confesé aun recuperando el aliento, regresando a donde él se encontraba jalando una de sus piernas haciendo que pudiera estamparse por completo con un árbol que no se encontraba muy lejos de nosotros, tal vez la fuerza no era la necesaria, pero el impacto tendría que ser bueno para retomar las cosas.

Este dado no existe.

por **Dante Van Blood** Sáb Ago 28, 2010 5:39 am

Este dado no existe.

por **Dante Van Blood** Sáb Ago 28, 2010 6:03 am

"La mujer no se rinde... Es un buen comienzo" afirmo en mi mente mientras la observo derribada, bajo mis piernas. De súbito intenta tomar una de mis piernas, pero sin mucho esfuerzo esquivo la mano y doy unos pasos hacia atrás; me ha convencido y con gusto le enseñaré lo que sé del arte de la guerra y el camino del guerrero.

-Me has convencido, Doreen. Tu resistencia es poco usual en las mujeres de hoy en día y tu determinación es de respetarse. Con gusto pasaré los conocimientos de mis maestros a mi nueva alumna...-afirmo extendiendo mi mano para ayudarle a reincorporarse y agrego con una sonrisa extraviada-¿Me preguntaste algo sobre Marisa?

FIN DE COMBATE

por **Doreen Conrad** Mar Ago 31, 2010 3:37 am

Aquello había durado poco tiempo, la pelea había sido poca pero había valido la pena, había entendido que no era tan débil como pensaba, que Dante sería un excelente maestro, lo bueno es que no tendría el algún problema en atacar como es debido, sabía que algunos amigos morían de miedo al atacarme lo sé porque otras veces cuando estaba en Inglaterra había pedido clases y se habían negado, por ser “delicada”. Pero con él no había problema, me hacía sentir a su par aunque fuera una novata en esto. Tome su mano y me puse de pie sonriéndole ampliamente de manera sincera, le di un ligero apretón antes de soltar su mano - ¡Ouch! – Apenas musite sonriente acomodándome la ropa, quitando el pasto pegado, y una que otra suciedad, al finalizar me coloque de manera firme, derecha dando unos pequeños pasos hasta el árbol que se encontraba cerca de nosotros, me recargué en el, mientras lo observaba acercarse.

Recordé sus primeras expresiones al mostrarle la foto, como había mencionado a la chica Marissa, su rostro había sido ausente, como con un poco de tristeza, ahora había cambiado, parecía estar más relajado, como si el pequeño entrenamiento hubiera ayudado a que esa “tensión” saliera de su cuerpo, suspire, si quería saber sobre ella, tenía cierta curiosidad pero no sabía si preguntar sobre ella sería una buena idea, lo pensé por unos momentos. – Si, pregunte sobre quien era – Mire sus ojos esperando poder notar si el animo cambiaba o no.

por **Dante Van Blood** Mar Ago 31, 2010 2:13 pm

"Marisa era mi todo..." respondo en mi mente ante la curiosidad de Doreen por saber de quién se trata. Es increíble que hace pocos meses hablaba con ella en el jardín sobre nuestras futuras nupcias y mirábamos con gusto el cielo estrellado junto con Sigfried.

"¿Y estás seguro de dar este paso, Dante?" preguntaba Marisa mientras le acariciaba la melena al zorro. "Yo siempre estuve listo para encarar cualquier dificultad a tu lado.." respondo a una Marisa con vestido marrón que reside en mi memoria, "Pero el destino nos jugará otra suerte..." la acaricio y se esfuma como el humo que sale de mi tabaco.

-Marisa era mi compañera, mi prometida. Ella murió meses atrás, en un accidente...-pausé el relato. Había escuchado algo similar a su voz (?) tras de mí; no me pareció cosa de otro mundo, pues desde su muerte había sufrido este tipo de fenómenos.

-Ella era artista, escultora plástica de profesión y por gracia divina. Todos sus compañeros afirmaban que sus esculturas tenían "vida propia" y muchos le celaban sus dones natos. En su momento de ocio, era gustosa de la fotografía; de ahí que afirme que ella te hubiera comprado mi foto-proseguí normalmente con mi historia, sacando un cigarrillo de la gabardina y encendiéndolo con el encendedor. Era la primer persona a la que le contaba tanto de Marsy, pero sentía una confianza plena en Doreen que hacía que mis palabras fluyeran sin preocupación.

-Dime algo, ¿quieres aprender a defenderte con una espada, con un arco o con las manos?-pregunto serenamente a Doreen mientras doy una aspirada al cigarrillo. Me siento extraño al tener una "alumna" y no tanto por el género, sino porque mis maestros ya eran grandes cuando empezaron a adiestrar jovenes rígidos,entre los cuales me encontraba yo. ¿Seré buen maestro? Eso debo aprenderlo y descubrirlo por cuenta propia.

por **Doreen Conrad** Miér Sep 15, 2010 10:11 pm

Había recargado mi cuerpo de tal manera que pudiera estar cómoda y al mismo tiempo tener una postura correcta que me permitiera verla con elegancia y educación. Sabía de sobra que era una chica muy coqueta pero en este momento la coquetería queda hecha trizas escuchando su relato, además a muchos este tipo de reacciones les molestaban, las tomaban como muy atrevidas y yo en estos momentos no podía serlo menos sabiendo que era un buen amigo de mi Isaí. La coquetería suele malinterpretarse de muchas maneras pero sé claramente que Dante es un chico bien y no tendría ese tipo de problemas o prejuicios.

- Lo lamento – Mis palabras salían completamente débiles, sabía que era ese dolor de perder a alguien amado, lo sabía porque hace tiempo había perdido a alguien importante para mí, mi abuela, mi todo, una persona a la que había amado demasiado, pero suponía que mi tipo de dolor no se comparaba ni un poquito al perder a la pareja que amas. Me quede pensativa unos instantes, suponiendo una que otra cosa. Por ejemplo los gustos de Marisa, los que ella tenía por las artes eran increíblemente parecidos a los míos. Solté un suspiro largo, pronunciado, con una ola de tristeza – Seguro nos hubiéramos llevado demasiado bien – Aquellas palabras salieron dirigidas más para mí que para él, no quería que lo tomará a mal, mi tono voz era egoísta, solo para mí.

La conversación acerca de Marisa sólo había sido escasos momentos, y lo había dicho él con tanta naturalidad que atribuía el hecho a que ya había pasado el tiempo indicad, para sonar o el hecho de que ya asimilará todo, muchas personas nunca encontraban dicha resignación, pero él era fuerte, más de lo que podía verle. Deje de pensar en aquello, en las asimilaciones, en Marisa, incluso deje de pensar en el dolor que podía ocasionar una perdida, quise abrazarlo pero eso creo que no era correcto, sería demasiado.

Sonreí al recordar los maderos al iniciar el pequeño entrenamiento, lo emocionada que me había sentido, y las ganas tan grandes que tenía de aprender, quise imaginar una rutina de pelea con una espada, la asocié por unos momentos torpemente con una de baile, queriendo animarme a que en algún momento sería buena casi una experta en el arte con la espada, solté una risita traviesa, yo como siempre asociando todo con las artes. – Claro, me gustaría mucho con una espada, aunque también el arco suena interesante – Sonreí ampliamente, tome una bocana de aire, la solté y dibuje una sonrisa traviesa y maliciosa en los labios – Además, sería bueno ver como reaccionó al notar tu sangre fresca escurrir – Relamí los labios un poco saboreando de sólo imanar su sangre era demasiado tentador para mí, desde que lo había conocido aquella noche en luz negra

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Retrato perfecto... [Dante Van Blood]

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