Una buena comida antes de proseguir con el viaje... (Evi)

por **Dante Van Blood** Miér Ago 18, 2010 8:27 pm

No hace mucho tiempo que Evi y yo habíamos dejado el hotel y nos adentramos a la llamada Zona Oeste, así estaba marcada en mis mapas. Caminando entre sus calles, puedo ver diferentes locales de fachada en piedra y resuelvo que a Marisa le hubiese encantado una foto frente a cada uno de ellos.

Volteo a ver a mi acompañante y a su gato, quien hace muecas de cansancio y aburrimiento. Me ha robado una sonrisa; mi gusto por los gatos es nulo, pero de alguna manera, Manzana me agrada. Llegamos al Ocean, un restaurant que había visto entre los mapas antes de salir de la habitación. No teniendo otra referencia de lugares donde comer, elegí como única opción aquel lugar. No me arrepentiré de esto nunca.

Abrí la puerta y dejé que Evi entrara primero. Si bien no trataba de sorprenderla, al menos pretendía demostrar los modales aprendidos en casa; esa es quizá una de las pocas cosas buenas que me enseñó Lucio, mi padre.

Una vez me adentro al local, miro con impresión su ornamentación. "El nombre no le ha quedado nada mal..." pienso mientras observo los diferentes cuadros con motivos marinos, además de la musicalización marítima. Ha de ser un lugar caro, pienso al instante, sin embargo el dinero no me preocupa en absoluto pues había alcanzado a sacar buena cantidad antes de salir de la casa. Sabía que si le iba a dar persecución a Schenk, tendría que llevar buena cantidad de efectivo.

-Esperemos que alguien nos atienda. ¿El lugar está increíble, no crees?-pregunto a mi joven acompañante aún contemplando los cuadros.

por **Evi Arlequín** Miér Ago 18, 2010 11:23 pm

Cuando salimos del hotel ni si quiera sabía a dónde íbamos ya estaba acostumbrada a seguir a manzana pero ahora sabía que no terminaría en algún lugar extraño de esta villa, al menos hoy seguía a Dante y no a Manzana, que mejor se hubiera quedado en el hotel si se iba a poner hacer gestos extraños de cansancio que aparte se veía lindo haciéndolos, cuando había comenzado a seguirme conforme pasaban los días y notaba cada cosa extraña que hacia le tomaba fotos con cada paso que dábamos, mamá había dicho “deja de tomarle fotos, mira tu cuarto como esta” y así era; tenia fotos de manzana en cada parte de la feria, y en todos los lugares donde íbamos, habían tanto conmigo como con mi madre o con las personas de la feria.

Mientras seguíamos caminando no pude evitar pensar en manzana, sería mejor que se quedara afuera, rara vez me hacía caso pero habían sus excepciones y esperaba que hoy fuera una de esas, cuando nos detuvimos frente a un restaurante que decía en letras grandes “Ocean” y vi como Dante doblaba hacia él me agache para poder hablar con manzana.

- Hey tu – le dije casi en un susurro, si ya loca me veía de todos modos – vete por ahí, que después no admiten animales aquí y no quiero hacer pasar a Dante una vergüenza que ya con las que me haces pasar a mi bastan – le dije dándole palmaditas en la cabeza – anda, anda quédate cerca para que nos veas cuando salgamos – le dije sonriente al ver que me hacía caso, valla, debía aprovechar mas de estos momentos, tal vez cuando salga de aquí compre una video cámara para gravar estos momentos tan únicos.

Me puse de pie de nuevo y vi como se colaba entre los arbustos, y me apresure a entrar donde Dante mantenía la puerta abierta; dije un poco bajo el gracias, desconcentrada por el lugar, demonios, esto me costaría el dinero que había traído conmigo, ¿que no había un lugar donde vendieran hamburguesas y cocas?, a ver bolsillos, multiplíquenme el dinero como me multiplican las galletas, pensé evitando reír ante ese pensamiento, malditas galletas aditivas.

Bueno, ya que ya estábamos aquí, al menos una comida bien hecha balería por las demás en las que comería galletas y manzanas; me llamo la atención la música o bueno mejor dicho el sonido del mar que se escuchaba, era gracioso, hace mucho que no iba al mismo, y era algo lindo recordar eso y los cuadros bueno algunos eran abstractos lo cual me gusto pero todo era referente al océano.

- Bueno – digo pensando en una respuesta cuando me pregunta que ¿Qué me parece? – es un lugar lindo – digo afirmando con la cabeza – y original sobre todo me gusta eso del mar y sus demás cosas – digo concentrándome en la pecera de agua salda que hay al fondo algo grande para que se logre ver desde donde estamos – y bueno… rara vez había venido a algún lugar así – debí agregar, si rara vez salía fuera de los límites de la feria.

Esperamos a que alguien nos atendiera, que no duro mucho en aparecer alguien con un uniforme de esos de blanco y negro me hubiera imaginado algo así como camisas hawaianas y pantalonetas, esos collares de flores en el cuello y sandalias, creo que la imaginación me da para mucho, reí, pero me detuve cuando vi al mesero completamente cambiado de vestuario con lo que yo había imaginado, sentí como mis mejillas enrojecían tratando de pensar en cómo hacer para que su ropa volviera a la normalidad, pero no sabía cómo, ni si quiera sabia como lo había hecho, pero el mesero parecía ignorar o dar por alto ese hecho, el que su ropa ya no era la misma, pero aun así trate de ver el suelo, para no caer.

- Lo siento- pedí casi en un susurro viendo al mesero, que me ofreció una sonrisa tranquilizadora.

por **Dante Van Blood** Vie Ago 27, 2010 3:46 pm

No pude evitar reir cuando vi que "como por arte de magia" el traje del que nos atendería se transformó en unas sencillas ropas de aspecto tropical que me recordaron un panfleto de viajes a Hawaii, que por cierto había sido el lugar elegido por Marisa para la noche de bodas; no evité callar la sonrisa cuando evoqué el recuerdo.

Con una sonrisa agradable, el hombre pidió mi gabardina y se la entregué sin problema, después nos llevó a una mesa y nos ofreció la carta con elegancia. En su contenido se vislumbraban desde platillos mediterráneos hasta económicos paquetes, sin olvidar las bebidas. El hambre me hizo pedir un robalo a la plancha, con sus respectivas menudencias y especias.

Una vez Evi pidió lo suyo, me quedé viendo la rosa que adornaba la mesa más no la observaba. Habían muchas cosas rondando por mi cabeza, pero decidí hacerle la conversación.

-¿Y de hace cuanto estás en esta villa? Supongo que como todos, tomaste el tren equivocado...-expreso con una sonrisa irónica.

por **Evi Arlequín** Lun Ago 30, 2010 6:49 am

Me senté en la mesa donde nos llevo sin verle mucho su ropa hawaiana, estruje mis dedos bajo la mesa pidiendo algo simple una ensalada con algo de carne en salsa de tomate, mire el mantel debía dejar de hacer eso, controlarlo, si eso, si no podía dejar de hacerlo debía controlarlo.

- ¿ah?- dije de inmediato cuando me saco de mis pensamientos de control de mis frikideces – ah bueno… si tome el tren equivocado, puedo llevar un par de semanas tal vez tres – demonios, ya el tiempo no me estaba importando, tenía que arreglar eso, no debía dejar que el tiempo se me escapara de las manos no eso no – supongo que si estoy bastante lejos de Francia- intente bromear conmigo misma acerca de mi situación , ¿y tu? Aun sabes cuanto a pasado desde que llegaste aquí – me atreví a preguntar si él lo había preguntado significaba que el también lo había tomado.

Note como prestaba atención a la rosa de la mesa, apreté bien mis manos para no hacer aparecer un rosal en todo el restaurante eso era lo menos que quería pero las imágenes borrosas no se detuvieron en aparecer, pero las ignore tomando el vaso con agua que habían traído, borrando cualquier imagen en mi mente “desaparece” “desaparece” y así desapareció algo borroso color rojo, así iba bien, pero aun así a las cosas borrosas creo que si me será difícil acostumbrarme.

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