¿Sóla? No lo creo [Libre]

por **Lizabeth Von Der Woodsen** Jue Sep 16, 2010 4:10 am

Eran las cuatro de la madrugada había despertado de pronto, sentía un calor sofocante que no me dejaba descansar, no podía dormir bien y odiaba aquella sensación era realmente desesperante sentirme así. Y aquí me encontraba acariciando al pequeño Blake que dormía perfectamente arriba de mis piernas, observando el cielo desde la ventana, sinceramente odiaba viajar de noche por la claustrofobia que llegaba a sentir ¿Qué pasaría si ocurría algún accidente o algo así? Aquella simple idea me aterraba a más no poder, necesitaba aire y rápido para quitar todas esas estúpidas cosas de mi mente, por lo que decidí salir hacia el mirador, aquello me ayudaría mucho…
Procuré tener mucho cuidado para no despertar a Blake, pero aquel intento fue en vano, el cachorro café claro se despertó y estiró, dándome a entender que no se volvería a dormir por lo que lo debería llevar conmigo hacia la terraza.

Caminamos, casi a oscuras, la única luz que iluminaba el lugar era la del pasillo y que sólo me ayudaba a guiarme. Al fin había llegado al mirador y al fin sentía el frío aire que tanto anhelaba sentir… Sin pensarlo dos veces me acerqué a la baranda, donde me sentía libre de alguna forma y aquello me gustaba.
Los pequeños ladridos de Blake, me percataron de que no estaba sola en el lugar y eso me asustó, antes de que mi acompañante dijera una palabra me disculpé por estar allí a estas horas de la madrugada.- Lo lamento, no sabía podía dormir y no tenía idea de que no podía estar aquí a estas horas.

por **William J. Laurdelade** Jue Dic 09, 2010 5:49 pm

Eran las cuatro de la mañana, la Luna brillaba en el cielo nocturno, y mis ojos estaban abiertos como platos, observando aburridos la oscuridad del vagón. No podía dormir. Era algo que me pasaba continuamente cuando mi madre y yo viajábamos de un lugar a otro huyendo de mi padre. No conseguía cerrar los ojos en todo el trayecto, con la constante sensación de que él seguía observándonos, de que de un momento a otro abriría la puerta del vagón y comenzaría a gritar a mi madre y a dar sus pequeños “espectáculos”. Y hasta que no llegábamos a nuestro destino, nos instalábamos en nuestro nuevo hogar y comprendía que estábamos a salvo, no era capaz de dormir. Aún así, mi vida era un círculo vicioso, así que a los pocos meses ese capullo que llevaba mi primer apellido aparecía de nuevo, nos esperaba en el portal e intentaba recuperar lo que consideraba suyo con palos e insultos.

Por la ventana no se veía nada, y en el vagón todo era oscuro y aburrido, así que, para que la noche no se me hiciese eterna y acabase volviéndome loco, decidí salir a dar una vuelta por los pasillos, que aunque siguiese estando solo, me entretendría caminando de un lado a otro.

Sin rumbo que seguir acabé por llegar al final de pasillo, donde estaba el mirador. Me acerqué y vi a una chica fuera, bastante mona, la verdad, junto a la barandilla. La luz no llegaba a iluminarme, así que ella no podía verme, ni si quiera habría notado mi presencia, claro, que hubo alguien que si lo hizo. Su cachorrito, (al que hasta ahora ni había visto) comenzó a ladrar en mi dirección, descubriendo mi posición.

Ella se disculpó por estar allí, y entonces yo me acerqué, saliendo a la luz, con una media sonrisa, la cabeza un poco ladeada y con la sensación de que mi aburrimiento nocturno había encontrado un remedio.

- Tranquila, si tu no dices nada, yo tampoco – le dije guiñándole un ojo – será nuestro secreto.

por **Lizabeth Von Der Woodsen** Miér Dic 29, 2010 8:40 pm

Estaba nerviosa, podía sentir como mi corazón latía a mil por hora producto la adrenalina que sentía en aquel momento y mas por los ladridos de Blake, que me ponían más nerviosa al no ver a mi observador. Cuando escuché su voz simplemente suspiré aliviada, bastante aliviada a decir verdad, mi acompañante no era más que un simple chico que, por algún motivo que claramente desconocía, no podía dormir al igual que yo y eso era bueno, no por la razón de que no pudiera dormir, si no porque no era un nosequé del tren y si el no lo era no podían mandarme a dentro del tren si no deseaba ir.
Le sonreí por sus palabras, eso me aliviaba más y miré a Blake para que callara, cosa que hizo apenas notó mi mirada un tanto amenazante.- Blake, no quedrás que todo el tren se despierte o si?- reté al cachorro, de alguna manera parecía idiota hablándole a un animal, pero al fin y al cabo todo el que tiene una mascota, le habla.

-Gracias…-Esta vez me dirigí a mi acompañante, mientras caminaba y me acercaba a él, con una sonrisa algo amable, algo que no es común en mí, pero, el desconocido, a pesar de todo, me había salvado por decirlo de alguna forma así que lo mínimo que se merecía era que le fuera cortes, además, de todas formas tarde o temprano terminaríamos entablado una conversación.- Lizabeth Van der Woodsen un placer.- Me presenté al llegar al frente de donde estaba él, mientras le estiraba la mano y le sonreía de forma amistosa. No creí que fuera necesario presentarle a Blake, ya que de seguro él había oído su nombre, pero como Blake, era un cachorro realmente mimado y consentido, tiró con sus dientes de mis jeans para que lo presentara.
Me agaché y tomé a la pequeña bola de pelos marrón entre mis brazos.- Bueno y él es Blake…- Terminé de presentarlo, mientras el pequeño ladró de forma juguetona, lo cual me hizo sonreír como era de costumbre, ese pequeño era uno de los pocos que me entendía realmente.
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Off; Perdón la tardanza u.uU

por **William J. Laurdelade** Lun Ene 03, 2011 3:17 pm

La chica suspiró al verme, aliviada de que no fuese un vigilante o algo por el estilo. Di unos pasos hacia delante, saliendo al exterior, donde un suave viento me acarició el rostro. Ella se acercó a mí, con la mano extendida, presentándose con una bonita sonrisa en su rosto, intentando ser amable. Estreché su mano con una media sonrisa, tragándome las ganas de darle dos besos, por si la asustaba o algo por el estilo. Yo era directo, eso era cierto, pero aprendía de ciertos errores que había cometido en el pasado, por eso mismo me conformé con estrechar su mano y presentarme..de momento:

- William Laurdelade – le dije encantador – pero tú puedes llamarme Will. Lizabeth es un nombre bonito. ¿Te llaman Lizie? ¿o prefieres Beth?

Aquella era una forma de decirle a gritos que prefería tutearla. Era cierto que a algunas chicas les molestaba que pretendiese llamarlas por su diminutivo, como si fuésemos amigos de toda la vida, pero a muchas otras les hacía gracia mi comportamiento. Y bueno, si era de aquellas de las que preferían ser nombradas por su nombre entero, siempre podía disculparme.

Noté como el cachorro protestaba por la falta de atención. Ella lo cogió en brazos y lo presentó. Aguanté una risita al ver que el perro me miraba esperando que yo dijese algo, como una persona. Y bueno, quizás todas las mascotas se comportasen así, pero yo no estaba acostumbrado a tratar con animales, y me sorprendió que pareciese tan majo.

- Encantado pequeño – dije con una media sonrisa. Apoyé la mano sobre su cabeza y le despeiné, rascándole tras las orejas.

Entonces miré a la chica con intensidad, con una pequeña sonrisa.

- Y bueno, ¿qué hace una chica tan guapa como tú en un sitio como este?

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