Someone like you/ confesiones/ Doreen

por **Isaí Oldman** Miér Ago 04, 2010 6:41 pm

Aun estaba molesto por todo lo que habia ocurrido, jamás imaginó que aquel encuentro terminara tan mal, ¿acaso todo tenia que volverse tan mal en esta Villa? En ese momento decidió que no quería volver a ver a esos dos, tal vez el tiempo les daría una segunda oportunidad para arreglar diferencias, sólo que Isaí ya no creía en el tiempo. Disfrutaba de su presente, de la compañía que ahora lo volvía dichoso. Amaba la visión diaria que tenía, mirar a esa chica que ahora podía enloquecerlo, pero... podía ver la duda en los ojos de Doreen, ¿por qué siempre veia dudas en los ojos que amaba? lo mejor era que le hablara de todo lo que pensaba, de lo que habia pasado, tenia que hablarle de su vida antes de abordar el vagón, tal vez, así entendería el porque a veces la mirada triste.

Llevó a Doreen hasta la oficina, más tarde le mostraría la habitación que habia hecho para ella, no era el momento, quiza se explayaran mas de la cuenta, y la alcoba no era buen lugar para arreglar conflictos. ¿pero qué clase de conflictos los esperaban? no supo asi que quiso apresurar las cosas.
Acercó a Doreen hasta el sofá, para que se sentara, él se sentó también, tenía suficiente patetismo para permanecer visible por un largo rato.
-Aquello fue una estupidez Doreen, debes saber tantas cosas, cosas que no nos afectaran, es parte del pasado, y ese ya se quedó atrás, pero siempre es bueno conocer los antecedentes del otro.- respiró hondo, sólo para llenarse un poco del aroma de su amada y tranquilizarse un poco.
-Doreen, no tienes idea de todo lo que haz creado en tan poco tiempo, estoy sumamente pleno por tenerte aqui, aprecio tanto que me ames, que estes dispuesta a entregarte a alguien quien no vive, pero existe por ti, no sabes en serio todo lo que he pasado, lo que sufrido y sabes? no me arrepiento de nada de ello, por que todo eso me trajo hasta este momento, hasta ti- se levantó y se arrodilló al frente de ella para verla mejor, sus ojos denotaban aquella tristeza constante, siempre presente por el único hecho de su condición, sus ojos adornados con sombras debajo de los ojos, con los labios partidos, y aquellos moretes en la frente, lucia enfermo, porque antes de morir estaba ya casi muerto.
-Esa chica, la que vino antes, fue parte de mi pasado, y no te voy a negar que la quise mucho, o intenté quererla, estaba solo, recién llegado a la villa, mi mejor amiga, la que se convirtió tan pronto en mi mejor amiga, desapareció y de pronto llegó Leyna para tapar ese dolor, y no tienes idea de cuanto se lo agradezco, pero al final, nuestros caminos eran distintos, ella tomó el suyo y ahora estoy contigo, no sé como funcionen los sentimientos en la villa, es mas, crei que yo no los tenia, pero ahora me doy cuenta que son fortisimos, pero esto es solo por ti nenita, no dudes de nada de lo que te digo- el estaba ahi arrodillado frente a Doreen, tomándole las manos, rogándole con los ojos para que no se lastimaran. Apretó ambas manos con la escasa fuerza que reunió y continuó.
-Me tacharon de poco hombre, pero yo no quise herirla, no soy asi, no soy un malo Doreen, te juro que no, me pegaron en el orgullo y fue por eso que hable de esa manera. Le demostré el amor que sentía por ella en ese momento, de la manera más carnal que existe, y fue hermoso, tal como lo es cualquier acto benévolo. Pero nena, eso ya pasó, cada uno lo esta enfrentando de la mejor manera que puede, yo crei que habria historia con ella, pero simplemente no fue así, y ahora, no quiero que esas palabras que dijo afecten a lo nuestro.-

Se quedó callado esperando que ella dijera algo, aún tenia muchas otras cosas que decirle.

por **Doreen Conrad** Miér Ago 04, 2010 7:52 pm

Me había dejado caer en el asiento, sentía ligeros mareos, incluso llegue a sentir rabia, demasiada sed, observe a mi alrededor, sentía muchas miradas sobre mí, cerré los ojos por unos momentos, estaba confundida, perdida, incluso llegaba a sentir un gran hueco en medio de mi cuerpo. Busque una mirada de consuelo, incluso quería una abrazo, me sentía en otro lugar, había pensado que este día sería uno de los mejores, incluso había traído parte de mis cosas para poder estar con él, para ya no separarme de él, ¿acaso todo se había ya esfumado? Escuche cada una de sus palabras cuando le gritaba a ella, ¿Por qué ella había hecho aquella escena? ¿Por qué no había dado sólo la vuelta? Lleve una de mis manos a la boca intentando no soltar un sollozo, quería hacerle la noche especial, ahora ella nos lo había arruinado.

Sentí como se aproximaba, me sentía simplemente adormecida, seguí sus pasos de manera torpe, incluso creía que podría caer en cualquier momento, no me concentraba, incluso llegue a sentir nublada la vista, ocasionada por la sed, por aquella rabia, porqué aquella noche se había arruinado. No me di cuenta del recorrido incluso no me di cuenta cuando estaba ya sentada con él a mi lado. Había evitado su mirada, pero esta vez no pude hacerlo más, tome fuerza, hice a un lado aquella confusión aquel dolor dándole un ligero apretón en las manos. Mira la tristeza en sus ojos, incluso sentí cierto temor por la situación que teníamos, quería arrojarme a sus brazos y decirle que todo estaba bien, pero no lo estaba yo no podía controlar mi tristeza.

De un momento a otro lo tenía arrodillado, no era la manera o más bien la situación a como quisiera yo verle de aquella manera, quise detenerlo, que no lo hiciera pero había sido demasiado tarde, preste atención a sus palabras, sentí como mi apenas palpitante corazón se aceleraba, aclaré mi garganta… - Entonces por ella estabas de esa manera – Hice una ligera pausa por unos momentos – Por eso te vi mal cuando entre... ¡Por ella! – Arrastre las palabras notando como apenas podía pronunciarlas. Llegue a sentir como mi rostro se empapaba, como si estuviera cayendo agua de una gotera, solté sus manos limpiándome las lágrimas ¿Por qué lloraba? Ella era su pasado no debía de afectarme no debía llorar, pero el se había puesto mal por ella. - ¿Aun sientes por ella? – Ni siquiera supe como salieron mis palabras, las lágrimas salieron de manera más pronunciada, tenía miedo de su respuesta, tenía miedo de lo que pasaba, tenía yo lo amaba, no se lo había dicho pero lo hacía y ahora tenía miedo.

Aparte mi mirada avergonzada de la suya, seque mis lágrimas como pude, mordí mi labio inferior con demasiada fuerza para intentar parar ese dolor interno, de sólo concentrarme en el dolor corporal que me ocasionaba yo misma. – El pasado es pasado Isaí, nada que ver con lo que vivimos ahora, perjudica sí, pero se debe dejar en el pasado si queremos avanzar – Dije en tonó firme aun sintiendo como derramaba lágrimas de los ojos. – Quería que esta noche fuera especial, quería llegar correr a tus brazos, lanzarte miradas cómplices en el local, incluso sentarme en el piano, tocar para ti… incluso poder acurrucarme por momentos en tus brazos, pero ella – Ahora recordaba su rostro con odio, incluso llegué a apretar el respaldo del sillón con fuerza enterrando las uñas los dedos, sin importar si llegaba a lastimarme – ¡Ella lo arruino todo! – Giré mi rostro para buscar sus ojos, ellos me tranquilizaban, tome su rostro entre mis manos, acaricia con la yema de mis dedos cada parte de su cara, sus expresiones, cuando pase a sus labios fue más lenta. – Dime que ya no sientes por ella, dime Isaí que no quieres que esto se pierda, no importa ese pasado, yo soy tu presente tú futuro, yo… - Mordí mi labio nerviosa, no sabía si era el momento correcto para decirlo – Yo… te amo Isaí – Cerré los ojos y lo abrace miedosa, acurrucándome en él, teniendo miedo a que sí nos soltábamos no volveríamos a estar juntos otra vez, queriéndome volver una col él.

por **Isaí Oldman** Jue Ago 05, 2010 4:07 pm

Continuó arrodillado frente a ella, con las manos entrelazadas, y mirando sus ojos. Isaí se daba cuenta de la maravillosa belleza que tenía en frente, deseó que su vista no le fallara tanto, para no tener que verla borrosa de vez en cuando.
Ella estaba molesta, Isaí podía entenderlo, era obvio que se pusiera de esa manera, IO también estaba molesto, no hubiera querido que ella presenciara eso, no si eso le afectaba de cualquier manera.
-No, no, no- dijo Isaí al verla derramar lágrimas, las limpió casi con fervor, como si fueran santas y únicas, -No llores mi nena, no por favor- no soportaba verla de esa manera, la estaba lastimando, ahora odiaba mucho mas el acto que aquellos dos habian causado.
Aunque no eran del todo los unicos culpables, Isaí habia sido un idiota, era parte del karma, estaba seguro de ello.
-Qué si aún qué...?- no podía creer que ella preguntara eso, era obvio que ya no habia nada de mi en Leyna, y al revés, ella y yo ya éramos historia aparte, eso habia pasado ya, no habia por que preguntarlo, sin embargo le contestó lo mas tranquilo que pudo. Ultimamente sentia como su carácter estaba sumamente cambiante, era por su condición.
-Hermosa, no hay nadie mas en mi pecho ahuecado mas que tú, tú lo llenas todo, tú lo abarcas todo aqui dentro, ya no lo dudes si?- tomó su barbilla para mirar sus ojos muy fijamente, no bromeaba nada, estaba hablando más seriamente que nunca.
Doreen seguía llorando, apartaba la mirada como avergonzada, Isaí le regresaba los ojos a él
-No tienes por que evadir mis ojos, me siento perdido cuando dejo de ver los tuyos- le soltaba sonrisas para hacerla sentir mas tranquila, pero temió que no funcionaran.
-Doreen no siento nada por nadie más, mi corazón muerto te pertenece, intenta latir por ti, intenta sentir sólo por tí.-
Ella comenzó a hablar de nuevo, y las últimas palabras... – Yo… te amo Isaí, llenaron al perdio de una emoción que no habia sentido hasta el dia que le dijo que fuera su novia, las saboreó un rato mientras ella se aferraba a eĺ en un abrazo, él se sumergió en su cuello y muy bajito, sólo para ella, le dijo -Doreen, yo también te amo, te amo más que a nada en el mundo, mas que a mi existencia, mas que incluso cualquier lazo familiar, más que nada en el mundo, en los dos mundos Doreen, eres lo que siempre habia buscado, eres mi existencia, eres mis ojos brillando al mirarte a ti, eres esta sonrisa constante, eres este calor inmenso en el pecho que no late. Te amo Doreen, y sea lo que sea, llegue quien llegue, tú eres mi chica y el gran amor de mi vida ok?- se separó de ella casi a la fuerza para mirarla a los ojos, estaba feliz, contento como si nada mas pudiera separarlos.
-Debes saber aun mas cosas Doreen, y quiero que las sepas ahora, no quiero continuar omitiendo el pasado, es mejor que lo sepas todo de una vez.
Isaí no quería romper con el mágico momento, pero era necesario, ahora se habian dicho las palabras mas importantes, sabia que su relación estaba fortalecida... se acercó a sus labios y los besó con fervor, no sabia como podía permanecer tanto tiempo sin besarlos -Mi amor, quieres seguir escuchándo mi historia, que ahora es tuya? quiero que lo sepas todo- la besó de nuevo como guiado cegadamente por un lazo externo e invisible, tomó su cara entre las manos y enredó los dedos en el cabello de Doreen, no quería dejar de besarla, la amaba, la deseaba, y queria que fuera parte de él todo el tiempo.

por **Doreen Conrad** Vie Ago 06, 2010 5:46 am

Me quede acurrucada en sus brazos, sintiéndome protegida en ellos, poco a poco el miedo que se había acumulado dentro de mí, se desaparecía, podía sentir el frío de Isaí, darme cuenta que con la rabia, con el dolor que sentía había olvidado por completo mi temperatura corporal era mala señal, empezaba a sentir mucha sed, toque mí garganta con fuerza intentando hacer olvida aquel malestar en ese momento, trague saliva varias veces, sentí un ligero mareo, estaba a punto de dejarme caer por el mareo pero me sostuve. Mire sus ojos aun sintiendo como ligeras lagrimas corrían mis mejillas, no pude evitar sonreír correspondiendo cada una de sus sonrisas para darme ánimo. Sentí un gran placer acompañado con nerviosismo al sentir sus labios rozar mi cuello al hablar, cerré los ojos con fuerza disfrutando esas sensaciones, incluso su aroma ahora me era irresistible.

Disfrute de cada una de sus palabras, sintiendo como mi casi perceptible corazón se aceleraba al sentir cada una de ellas, el saber que para él era su todo borraba toda la escena anterior en luz negra, ahora sentía agradecimiento por pareja que acababa de marcharse, agradecimiento por ocasionar este momento tan íntimo, por ocasionar que pudiéramos mostrar cada vez más el amor de los dos, la necesidad por poder mirarnos en los ojos del otro, de sentir el roce, enseñarle mi temor a perderlo, sabía que los dos sentíamos de esa manera, con temor a romper esto, pero eso ya no era posible, el amor que nos tenemos es más fuerte, inquebrantable, Isaí era mi existir, mi destino en la villa, el amor de mi vida, por quien lucharía si fuera necesario, mi todo.

Lo mire de manera orgullosa, me sentía de esa manera por tenerlo, por saber que era mío, sólo mío. Aún permanecía de rodillas frente a mí, quise levantarlo pero su beso me tomo desprevenida, no podía negarme a ellos, coloque mis manos en su rostro, disfrutando de su contacto frío, para mí él era mi ser perfecto, no necesitaba más, con él lo tenía todo. Lo besaba con necesidad, disfrutando de sus labios, extasiándome con su sabor, aspirando su aroma, me separé apenas unos centímetros de él – Quiero saber todo mi amor, ahora eres uno conmigo, somos uno... te amo... – Sonreí volviendo a pegar mis labios con los suyos, sintiendo como me atraía cada vez más a él, impulse mi cuerpo hacía delante, sin dejar de besarlo, cayendo de rodillas frente a él, baje mis manos, las yemas de mis dedos recorrían su rostro, bajaban hasta su cuello con lentitud, soltando varias risitas traviesas.

Pegué mi cuerpo al suyo, coloque mis manos por fin en sus hombros a ambos lados, sus labios tan perfectos se movían de manera lenta, parecía que estaban sincronizados con los míos, introduje mí lengua de manera duda en su boca, disfrute de la sensación de poder juguetear con la suya, mi respiración volvía a acelerarse, cómo el día en que había pedido que fuera su novia, disminuí los movimientos de mis labios, corte en beso al poco tiempo, le di varios besos rápidos en los labios, pausados, al final mordí su labio inferior atrayéndolo a mí, di un ligero tirón abriendo los ojos, me separé un poco de él mirándole a los ojos – Tus besos pueden ser un arma de doble filo en mí – Sonreí buscando una de sus manos para poder entrelazar sus dedos con los míos. – Me interesa saber todo de ti, es bueno compartir el pasado, saber del otro – Subí mi mano acarician su cabello, soltando varios suspiros, sonriendo como hace mucho no lo hacía. – Isaí, tuve tanto miedo mi amor, no quiero perderte, no quiero que esto se pierda, te necesito – Sonreí de manera sincera volviendo a robarle un beso rápido. – Te pondré atención amor… ¿quieres seguir aquí, o nos acomodamos en otro lado? – Sonreí mirando el sillón, apreté su mano ligeramente. – Lo que tú quieras esta bien... – Moví mi dedo pulgar por el dorso de su mano dándole ligeras caricias circulares.

Ahora estaba cien por ciento segura de muchas cosas, Isaí era mío, mi presente mi futuro, yo era suya, lo sería por siempre, sería tan feliz con él y haría todo lo que fuera para ver aquellos ojos tan felices con aquel vibro como los veía ahorita, como los notaba cada que nuestras miradas se cruzaban. Mi Isaí, mi perfecto Isaí, no podía dejar de mirarlo ahora, sólo esperaba que me contará, que no hubiera nada que el uno del otro no supiera…

por **Isaí Oldman** Vie Ago 06, 2010 6:22 pm

Isaí podía olvidarlo todo con los besos de su chica, se dejó llevar y por un momento no supo donde se encontraba o todo lo que tenia que decir, fue como si su mente se hubiera quedado en blanco, como si cada beso de ella le robara lozanía y recuerdos. Se dió cuenta que comenzaba a olvidar a su familia, Isaí lo atribuyó al sentimiento extremo que ahora experimentaba con su novia, ahora ella abarcaba cualquier pensamiento, cualquier idea, cualquier plan, ella era su todo. Isaí se sentía pleno al decirle todo eso por fin, sentia un enorme placer al liberarse de los demonios de su pasado.
Se involucró en aquellos besos y esas caricias, la sostuvo con escasas fuerzas por la cintura, con las manos ansiosas por recorrer el resto de su cuerpo, por besar cada uno de sus rincones, incluso poder besar hasta su sombra, quedarse callado y entregárse a ella de manera total, demostrándole una vez más el gran amor que habia nacido. Pero debia controlar sus ideas, antes debia hablarle, decirle todo y al final amarse con el pleno convencimiento y el antecedente de su pasado, ya sin importarles, ya disfrutándo de las mieles del presente.
Cada que ella se separaba de él, el sentía un dolor en su pecho, a pesar de no tener la capacidad de sentir dolor, ella le dolía, su lejanía momentánea le afectaba. La pegó a su cuerpo frío y muerto, tratándo de aferrárse a ella, embonándola en su cuerpo, y recorriendo con las manos su espalda y descansando en su cintura de nuevo.
Los ojos la veían con respeto, pero al mismo tiempo con deseo, la luz en la mirada de Isaí brillaba con mayor intensidad. Ambos estaban de rodillas en el piso, de nuevo las ideas le vinieron a la mente, pero tuvo que refrenarlas.
Cada que IO intentaba responder las preguntas de Doreen, esta lo sorprendia con un pequeño beso, el perdido se dio por vencido y ya no respondió, prefería besarla en ese momento.
Ansiaba que aquél momento llegara, tenerla por fin entre sus brazos, en aquella alcoba que habia preparado para ella, desnudarse de cuerpo y alma y entregarse al placer que implica el amor.
La tomó de la cintura y se concentró en atraer el patetismo que absorbia hasta sus extremidades, las emociones de Doreen eran evidentes e Isaí no podia evitar absorberlas, dentro de unos minutos ella se sentiría muy cansada, pero ahi estaría él para cuidarla. Ya con la energía canalizada en sus manos, la levantó y se puso de pie con ella en los brazos, le estaba costando trabajo, la fuerza dismunia con rapidez, asi que se apresuró a llevarla hasta el escritorio. La sentó ahi y eĺ se quedó de pie frente a ella, retiró el candelabro con las velas, no quería accidentes ahora. Frente a ella, comenzó a acariciarle el rostro, aun incapacitado para decir algo, se acercó a besar sus labios y después acarició las piernas de ella que descansaban a los costados de Isaí, el pequeño vestido le hacia tener un contacto directo con la piel, era hermosa, perfecta... y era suya. No quiso distraerse, pero sintió como la energía se dirigía hasta esa parte exclusiva y masculina de su cuerpo. Cerró los ojos y se concentró en cambiar de ideas. Pero el fuego ya estaba en sus ojos, aquello no podia disimularlo.
-Doreen, mi vida fue sumamente inmadura, no sabes cuanto lucho ahora para evitar caer en los errores del pasado- comenzó con la historia de su vida, pero no dejó de acariciar con una mano el rostro y con la otra una pierna de Doreen. -Mi vida avanzó muy rápido, mi adolescencia fue extrema y llena de vicios y pasiones extremas. Probé de todo y vivi de todo- los ojos se le entristecieron- en mi cama, todos los dias aparecia alguien diferente, me despertaba sin saber siquiera sus nombres, me limitaba a identificar si se trataba de un hombre o una mujer- aquello le avergonzaba, pero ya no habia nada que omitir u ocultarle a su amor -me enfermé mi cielo, me enfermé terriblemente, de alma, de cuerpo y mente. Me detectaron VIH+ cuando estaba muy joven, ahi se vino todo abajo, mis metas, mis ideas, mi vida entera. Yo ya estaba muerto antes de llegar a la villa mi cielo, tal vez no de cuerpo, pero si de mente, mi alma habia abandonado ya mi cuerpo, estaba cansado, y con ganas de que todo terminara. En cuanto llegué a la villa, todo cambió, por fin tenia aquello que queria... queria estar muerto- se rio amargamente- y se me cumplió, pero todo ese pasado ha quedado ahi, en el pasado, ahora existo, no vivo, pero existo por algo y lo disfruto enormemente y ahora estas tú, aqui, escuchándome y mirándome con esos ojos enternecidos... ya no puedo pedir mas- dijo para terminar, su mano acarició sus cabello y terminó paseándose por los labios, no dijo mas y la miró intentando descifrar lo que ella ahora pensaba, la luz en los ojos era intensa y casi cegadora.

por **Doreen Conrad** Sáb Ago 07, 2010 8:16 am

Aquellos besos insistentes, traviesos y inclusos besos robados eran correspondidos por Isaí, no podía evitar sonreír a cada momento, no podía soltarlo, ya no me sentía capaz de hacerlo, le seguí hasta el escritorio, en el transcurso lo abrazaba con fuerza, caminaba de espaldas de manera torpe besándolo a cada momento, hasta llegarme a sentar, sentí como mi pequeño vestido se subía un poco más al abrir las piernas teniéndolo en medio de ellas, me sentí ruborizada, pero ahora el me pertenecía tanto como yo a él, tenía que dejar a un lado esa pequeña pena de mostrarle demás, ya que quería entregarle todo. Su caricia en mi pierna me tomo desprevenida, cerré los ojos soltando un suspiro fuerte al sentir el roce, mordí mi labio inferior con fuerza, sentí sus labios presionar los míos, no pude evitar volver a besarlo esta vez con un deseo que ni siquiera yo sabía que lo había acumulado, no tanto. ..

Escuche mi nombre proveniente de su voz, se escuchaba tan perfecto viniendo de él, abrí mis ojos dejando a un lado la onda de deseo que recorría mi cuerpo, preste atención a sus palabras, sentí sus ojos apagar aquel brillo hermoso que iluminaba mis días, busque sus mano con las mías tomándola con delicadeza, le di un beso en el dorso de está para después colocarla en mi mejilla presionándola, acariciándolo…

Su historia era demasiado, no sabía que decirle, el pasado estaba ya ahí en su lugar enterrado, me alegraba mucho que me dijera las cosas, podía llegar a sentir cierto arrepentimiento en sus ojos, pero le sonreí intentando calmarlo. – Sonríeme mi amor – Pedí suplicante al ver aquellos ojos tristes. Él estaba abriendo su corazón conmigo, su historia ahora era mía, la tomaría y la cuidaría a pesar de saber que no era un orgullo para él aquello, la tomaría como un tesoro, de los más preciados, por el simple hecho de que el me lo contaba.

¿Yo que podía decirle? Mi historia era aburrida, mi vida me la había pasado ayudando a mis padres en todo, intentando buscar distracciones, pero de pronto recorde mis pasiones que hace tiempo no realizaba, las artes, y sentí una alegría inmensa, quería retrarla, incluso retratar este momento... Como decirle a Isaí que yo nunca había compartido la cama con alguien, sentí un rubor en mis mejillas intenso – Isaí, para mí tú estás vivo, no importa que por momentos no puedas materializarte, el simple hecho de sentirte, de saber que me amas que eres mío lo es todo para mí – Solté un bostezo, de momento mi cuerpo empezó a sentirse cansado, mis parpados pesados, lo miré avergonzada, no sabía que me pasaba, no entendía por qué me había venido el cansancio de la nada. – Perdón – Sentí mareo, me sentía ahora más mal que cansada, no quería que el pensará que yo no prestaba el suficiente interés o atención a lo que me decía – No sé qué me pasa dormí bien, lo siento – La tristeza volvía a invadirme, no quería arruinar el momento, no cuando él me estaba diciendo todo acerca de él.

Me levante buscando un poco de energía de mi cuerpo, sonriéndole nerviosa, me acerque a su cuerpo, dejando que se recargara en el escritorio, dejando caer mi cuerpo encima del suyo, presionando nuestros cuerpos, volví a bostezar, intente disimularlo un poco – Ahora entiendo porque los moretones, algunas marcas de ti cuerpo – Pase mi mano por su rostro acariciándolo, mirándolo con ternura – Eres perfecto Isaí – Susurre sin dejar de mirarle con detenimiento. – Lamento que hayas sufrido tanto, lamento tanto que tu mundo se haya caído de un momento a otro, pero ahora… mi amor… ahora puedes aspirar a más, puedes hacer más, yo siempre estaré nunca te dejaré, te amaré te amaré por siempre, te amo… - Sonreí por completo, bajando mis manos por pecho, jugueteando con los bordes de sus botones, me coloque de puntitas, depositando un beso delicado en su cuello, dando una ligera lamida en la parte donde había besado, me separe y mire sus ojos, curiosa, intentando descifrar que sentía, que pensaba, por un momento sentí que desvanecía pero Isaí me tenía bien sostenida, aquel cansancio no sabía de donde provenía.

por **Isaí Oldman** Jue Ago 19, 2010 11:31 pm

Teniéndola ahí frente a él, con esas ganas inmensas de hacerla suya, aunque ya lo era, le hacía falta algo, algo con qué demostrarle el intenso amor que sentía por ella.
De pronto sentía como alguna parte de él se iba, podía ser su mente, mas no su cuerpo, sus pensamientos eran borrosos, notó de pronto, que ya recordaba el rostro de sus padres, mucho menos el de su hermano, hizo un esfuerzo y a pesar de que los ojos le brillaban al recordarlos, no podía traer a la mente la cara de su familia, en ese momento supo que estaba olvidandolos, se sintió mal, pero no quiso arruinar aquél momento.
Ella lucía cansada, los ojos parecían estarse cerrando, de vez en cuando soltaba un bostezo, Isaí le estaba quitando mucho energía, se separó de ella para evitar que ella cayera al suelo por su culpa.
-Hermosa, lamento mucho esto, mírate, estás quedándote dormida mi niña- sonrió con ternura, mirándola y paseando uno de sus dedos por el rostro de ella.
Quería terminar con todo ese rollo del pasado, le urgía olvidar de una vez todo eso.
-No importa ya nada de lo que haya pasado, creo que lo que importa es que ahora estamos juntos, ahora sabes lo importante de mi vida, ya no hay nada más que contar, mis pensamientos ya te pertenecen por completo a tí, ya no hay nada que contar, sólo resta hacer nuestra propia historia- sonrió, es como si esas palabras se las hubiera robado a ella, sabía que las entendería.
La besó de nuevo -quieres dormir nenita?- acarició su mejilla y la besó después

por **Doreen Conrad** Vie Ago 20, 2010 5:43 am

Sentir que se separaba de mí me golpeaba por completo mis sentidos, me hacía que me doliera demasiado, no, ya no podía, ya no quería y ya no tenía la fuerza suficiente para separarme de él, aunque supiera que estaríamos siempre, aunque supiera que las noches serían nuestras después de una jornada larga, después de estar en Luz negra, trabajando, atendiendo, ya no podía estar lejos de él, lo abrace cuando sentí que lo hacía. – No te vayas, no me sueltes – Le supliqué mirándole a los ojos, sintiendo terror en ese momento, si estaba débil, cansada, incluso mis ojos ya no querían abrir más pero su sola presencia me daba la fuerza necesaria para querer, soportar el cansancio, estar con él. Isaí ahora era mi amor, mi fuerza, mi esperanza, mi presente, mi todo.

Me coloque de puntas pegando su cuerpo al mío, besándolo con ternura, separándome rápidamente para mirarle sus ojos, esos ojos que ahora tenían un brillo que podía iluminarme más que cualquier bombilla de este lugar. – No lo lamentes, está bien así, estarás bien, podré tocarte, me place esto – Sonreí pasando mis dedos de la mano izquierda por su cabello delicadamente, sonreí por completo bostezando un poco, cubrí mi bostezo con la mano libre al terminarlo, tome su mano y entrelace nuestros dedos con delicadeza. – Gracias por hacerme sentir uno contigo, gracias por todo, te amo Isaí – Me acurruque en él volviendo a bostezar tímidamente, no quería dormir, no podía, no debía, necesitaba sentirlo, además, era muy temprano incluso a penas habíamos abierto Luz negra, no era muy entrada la noche, quería aguantar un poco más, quería estar entre sus brazos más tiempo.

Había jurado ver un poco de tristeza en su rostro hace unos momentos, le di varios besos en el mentón, - ¿Te pasa algo?¿Quieres contarme algo más? – Sonreí aun acariciando su cabello. – No quiero dormir mi amor, quiero estar a tu lado – Sonreí caminando un poco de manera coqueta frente a él. Sabía que mi rostro estaba completamente hinchado y mal pintado a causa de las lágrimas que había derramado con anterioridad. Suspiré con tristeza. – Me había arreglado para ti, para verme hermosa para ti – Lo miré completamente tímida y sonrojada, intente sonreírle. – Estoy cansada, solo quiero descansar, no dormir si quieres podemos acomodarnos en el sillón, será cómodo los dos ahí, puedo acostumbrarme a él – Sonreí mirando el sillón, jalándolo un poco con delicadeza hasta él. – Por cierto, deje mi maleta en la entrada… Me habías pedido que me quedara viviendo contigo, así que empecé a traer cosas del hotel – Confesé con un aire de emoción, pero aquella emoción se borraba en el momento que recordaba aquel par que nos habían arruinado la velada, sentí como las lágrimas volverían a correr y mordí mi labio inferior con fuerza intentando evitarlo.

por **Isaí Oldman** Jue Sep 02, 2010 9:18 pm

La ausencia podía detener sus pensamientos, la ausencia podía incluso alejar de su mente determinadas imagenes, pero jamás podía desprenderse de él un solo centimetro de la cara de su Doreen. Podía ver sus labios rojos y palpitantes, abriéndose delicados en un sin fin de bostezos. Sus manos pequeñas y elegantes jugueteando con su cabello. Sus ojos intensos y de ese color peculiar lanzándose a los suyos desnúdos y sin complejos.
Podía percibir aquellas temidas emociones, incluso lo insesante de su cansancio. No quería verla dormir, queria mirarla por cada segundo que sus ojos se cerraban para parpadear.
De pronto ya no sabía lo que ocurría, su mente parecía perderse en esos ojos. Incluso podía deberse a su condición,pensó, solía olvidar y perder el hilo de las conversaciones ultimamente, pero no se preocupaba, lo único que en su cabeza estaba bien presente eran las ganas de amar a la chica frente a él..
La tomó con sus manos de la cintura, ella le pedia que no se fuera, y no lo haría, no mientras supiera que ella existiera.

La miró como un niño con nuevo juguete, no era para nada una comparación, simplemente pensó en cómo fue su cara cuando miró debajo del árbol y encontró aquél carrito de tracción que tanto deseaba. Así imaginó que se veía ahora, con ese brillo peculiar y la sonrisa casi guasónica en los labios, no pensó en el cómo se vería, no le importó.
Miró de nuevo con detenimiento a Doreen, se percató de nuevo del diminuto vestido que ella traía, notó ciertos cabellos enmarañados y la carita hinchada y roja de tanto llorar. Ya no quiso pensar en lo que habia sucedido, eso ahora parecía muy lejano, era tiempo de concentrarse en algo más.
-No me pasa nada nenita, no mientras estoy contigo, solo me preocupo por tu estado, te ves muy cansada- miró justo el momento de darle aquella sorpresa.
La siguió hasta el sillón.
-Descansa un poco, te tengo una sorpresa, quiero que estes bien para cuando la veas, servirá de que olvidamos todo este mal trago- le dijo, imitó un suspiro y continuó -Iré por tu maleta para que te instales en nuestra nueva habitación- la sonrisa apareció de nuevo, apretó su mano y esperó su respuesta.

por **Doreen Conrad** Lun Sep 06, 2010 5:36 am

Aquella noche pasaba de ser la peor de mis pesadillas a el más hermoso de los sueños, pero no esto ya no era un sueño, mi realidad era mejor, mucho mejor de lo que cualquier pudiera soñar. Sus manos enrollaron mi cintura, no pude evitar pasar mis manos por debajo de sus manos, pasándolas con cuidado hasta llegar a su espalda, aferrando mis pequeñas manos en ella, no quería apartarme de él, esa es la verdad, no quiero hacerlo y ya no me siento capaz de estar lejos de su presencia. Recargue mi cabeza en su hombro suspirando un poco, Isaí tiene un aroma dulzón cuando se vuelve material para mí que me hace querer devorarlo pero no sólo por que desee querer poseer sangre de él, también por querer ser una con él. Pase la punta de mi lengua en su cuello de manera lenta, me detuve y lo saboreé sonriente. Me separé un poco de él mirándolo sonrojada por mi acción pero lo olvide robándole un beso rápido.

Me separé un poco tomándole de la mano, entrelazando nuestros dedos para jalarlo y caminar un poco, movía con coquetería el cuerpo, solté uno que otro bostezo sin voltear para que me viera, no quería parecer cansada, no para él, no en esta noche donde todo se había vuelto tan maravilloso. Escuche sus palabras con detenimiento, me quede completamente paralizada, no sabía como reaccionar, aquello me había tomado por sorpresa, más que sorpresa, de nuevo unas lágrimas corrieron por mi rostro pero esta vez no eran de tristeza, la alegría había invadido mi ser y era tanto que las lágrimas había aparecido. Giré mi cuerpo sonriente saltando un poco encima de él colgándome de su cuello dándole un beso largo lleno de amor, no sabía cuanta fuerza podía tener así que me separe rápido – Disculpa la emoción se apodero de mí – Sonreí mordiendo mi labio inferior con coquetería. Por un momento imaginé poder abrazarlo al dormir aunque el no durmiera, amanecer observando esos ojos, aquellos pensamientos hicieron que mi cuerpo hirviera de cierto placer y felicidad.

Sentí su apretón deje caer mi cuerpo sentándome en el sillón, no solté su mano, no deje de mirarlo. Solté por unos momentos su mano inclinando un poco mi espalda para desabrochar los tacones pero alce mi rostro un poco coqueta para mirar sus ojos – Nuestra habitación… - Hablé de manera apenas perceptible – No lo esperaba, es perfecto… Te amo … Demasiado… Es lo mejor que puedes darme – Sonreí terminando de desabrochar los tacones acomode mi cuerpo en el sillón acurrucándome un poco – Mi amor … - Sonreí completamente solo con él podía sentirme de esa manera tan feliz, nunca había tenido algo tan perfecto, él era mi ser perfecto mi gran complemento. Me reincorporé un poco colocándome de rodillas en el sillón para abrazarlo de nuevo – ¿Quieres que te acompañe? Por mí no hay problema, no quiero soltarte, me da miedo estar ya sin ti – Acaricie su mejilla con delicadeza y llene su rostro de besos – Te amo Isaí, mi ser te pertenece – Terminé de besarlo por todo el rostro hasta llegar a sus labios solté una risita traviesa y me hice para atrás jalando su cuerpo cayendo en el sillón sin dejar de besarlo, lo jalé intentando no lastimarlo, caí recostada un poco colocando mis piernas a sus costados. – Ansió conocer nuestra habitación joven Oldman – Solté una risita completamente divertida mirándolo a los ojos pasando la punta de mi lengua por sus labios soltando un poco su cuello para no incomodarlo o lastimarlo.

por **Isaí Oldman** Vie Sep 10, 2010 10:31 pm

El perdido no quería seguir absorbiendo esa energía, pero tampoco tenía la fuerza para separarse de ella, no podía imaginar ya su vida sin ese ángel, sin la personita de ojos bonitos que estaba a su lado. La tomó de las manos con fuerza y recibió toda esa alegría con gusto. El verla llorar no le gustaba nada, pero Isaí no entendía porque la gente lloraba de felicidad, por que él solía llorar cuando estaba contento. Ahora sentía ganas de llorar, pero lamentablemente, un muerto ya no podía hacer nada de eso.
Besó sus mejillas en repetidas ocasiones, pasó su dedo por el rostro de ella, mirándola con dulcura y fervor, con el rubor en los ojos, en las mejillas y en los labios rojos.
-No tienes que decir nada nenita, tus besos, tus labios son mi regalo, y eso me basta, no necesito nada más-

Hubo un ligero silencio, notó como ella se quitaba los zapatos, de manera tan delicada, tan coqueta, tan única. No podía dejar de mirar cada movimiento que hacia ella, tan coqueta, ese mordisqueo en sus labios lo enloquecia, queria que fueran los de el los que sufrieran esas delicadas y excitantes mordidas.
Se dejó llevar y sintió la fuerza que ella aplicó sobre él, de pronto ya estaba encima de ella, con las delicadas y hermosas piernas a su lado, se acomodó para estar más cómodo, metió sus manos entre la cintura de ella y el sofá, la pegó a su cuerpo y se dedicó a besar sus labios con pasión, con una pasión ya desbordada, ya no podía continuar sin ella.
Acariciaba su cintura y se deshacía de la presión que ejercia el cuerpo de ella para poder acariciar aquellas piernas, largas, y hermosas.
-Te quiero conmigo Doreen, te quiero para mi solo- dijo, no podia creer el tiempo que habia estado sin ella. Le mordió aquél labio delicado y enredó su mano en el cabello de Doreen.
-Te deseo tanto Doreen, quisiera poder detenerme, pero no puedo- dijo apenas con la voz entrecortada y con un beso entre cada palabra.

por **Doreen Conrad** Mar Sep 14, 2010 5:29 am

¿Cuándo había sido la última vez que había besado a alguien? En ese preciso momento me puse a analizar un poco las cosas, nunca en mi vida me había sentido tan a gusto incluso tan plena con alguien, ni con mis padres que ellos me habían dado la vida. Isaí era la primera persona con la cual podía sentirme cómoda, podía ser tan coqueta como quisiera sin miedos, sin tabúes tontos que la sociedad nos imponía, con Isaí simplemente era Doreen y lo demás no me importaba, sus besos me sabia a gloria, nunca antes había sentido algo tan placentero, incluso me hacía olvidar el interés que sentía por salir de la villa y querer “realizarme”. No, eso ya no era posible, con él me podía sentir simplemente realizada. Mi amor, mi único amor, él sólo él por el tiempo que pudiera existir. Enrede mis dedos en su cabello disfrutando de la suavidad, aspire el aroma dulzón que podía apreciar de él, incluso sentí un gran escalofrío en el cuerpo al sentir sus manos frías acoplarse a mi temperatura corporal, era simplemente placentero, lo mejor.

No me di cuenta del tiempo que llevaba besándolo, sonreí traviesa, tenía los ojos cerrados, disfrutando de aquella cercanía, de momento mi cuerpo volvió a la realidad con aquellas reacciones que me provocaban querer dar el siguiente paso con él, aquel paso que no había tenido con nadie más por estar siempre vigilada por mis padres. Abrí los ojos de golpe, sabía que podía verme más sonrojada de lo que nunca antes lo había estado, entre besos lentos y cortos me fui separando de sus labios, al final mordí su labio inferior y lo atraje un poco a mí con coquetería, juguetona. Mi sonrisa era amplia, mi respiración acelerada, luchaba por controlar mi temperatura corporal, mientras más fría mejor, hablando de alimentación mezclada con cuerpo en lo demás prefería ser calidad, amorosa. – Nenito, mi amor, muero ser una contigo – Sonreí completamente mordiendo mi labio inferior de lo nerviosa que estaba. ¿Cómo decirle que le entregaría todo mi ser?¿Qué lo entregaba por primera vez y ahí se quedaría y me quedaría siempre? Con él.

Enrede mis piernas sonriente a la altura de su cintura baje una de mis manos recorriendo su rostro, acariciando cada mínima parte de él, cerré los ojos reconociendo cada parte de su rostro, aquel rostro me lo sabía ya de memoria, abrí los ojos, aquella mascas que tenía en el rostro por la enfermedad no me importaban, deposite un pequeño beso en cada una de sus marcas, moretones terminando en sus labios - Quiero que lo hagamos bien … - Quería darle pequeñas señales y que entendiera que esta sería mi primera vez, estaba nerviosa era obvio, suponía que podía notarme tonta - ¿Nos esperamos a la habitación o quieres que nos quedamos aquí? – Deje de acariciar su rostro y pase mi mano a su espalda recorriendo con los dedos hasta llegar a su espalda baja, lentamente. -–Te amo, más de lo que puedo siquiera pensar, más de lo que podía creer, te amo más de lo que he amado a alguien en este mundo, incluso encima de todos, te amo y te amaré siempre, sin importar que tengamos que separarnos por momentos por las condiciones de ambos, por el trabajo, te amaré con locura y pasión incluso en sueños, y pensamientos, te amo mi amor- Bese su frente pronunciadamente, terminé abrazándolo con fuerza, queriendo fundir mi cuerpo con el suyo en aquel abrazo.

por **Isaí Oldman** Vie Sep 17, 2010 4:23 pm

El perdido por fin habia encontrado un camino, una luz al final del tunel, ya no se sentía tan perdido de hecho. Podía permanecer ahi toda la vida, besando esos labios, acariciando ese cuerpo y llenandose de ese aroma tan delicioso.
Sintió como se llenaba de una energía renovada, incluso pudo sentir como la temperatura de su cuerpo aumentaba, disipó ideas que alteraran el momento y se concentró en llevar parte de la energía a esa parte de su cuerpo. Con los ojos cerrados, absorbía la energía de su chica, temiendo que se le quedara dormida en los brazos. Isaí decidía no hablar, escuchar las palabras que Doreen le regalaba, no podía sentirse más dichoso, respondía con besos cariñosos, con caricias deliciosas y con miradas alteradas.
Extasiado y ya con la energía suficiente que necesitaba, sintió como los brazos se endurecían, marcándose algo parecido a las venas que según él ya no tenía. Los labios incluso parecían cambiarle de color, de un tono violáceo a algo parecido al carmín, estaba como volviendo a la vida, como si su cuerpo muerto volviera a la vida con el único fin de entregarse a una muerte mucho más sutil y placentera.
Miró los labios de Doreen moviéndose, justo con aquellas palabras que lo enloquecían aun más.
-Ser una sola persona- murmuró para después besar ese labio mordido de Doreen, se inclinó hacia ella y la tomó de la cintura, avalansandose casi sin fuerza.
Cuando pudo dejar de besarla, ella continuó con las palabras, parecía nerviosa, como intentando decir más que con sólo palabras, Isaí leía miradas, y pudo ver el nerviosismo, un nerviosismo que conocía, en parte por su vida pasada y por otro lado algo dentro de él lo sabía.
-No te preocupes mi nena, todo saldrá bien, quizás sea el tiempo, quizás no, no importa, ni siquiera es necesario pensar en ello, no hables, tampoco hace falta, no temas por que algo salga mal, no hace falta tener miedo, no pasará nada que no queramos y pasará todo aquello que queremos que pase.... Te amo...-
Isaí la besó, la tomó de la mano y la llevó hasta ese lugar que se convertiría en testigo de su amor eterno.

FIN

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