Polizón [David Scott]

Estaba sentada entre unas maletas, con la capucha puesta. Pasaporte falso, carné falso... Una vida más o menos nueva era lo que buscaba, pero aún así, me había colado en el tren por precaución. Estaba con un codo apoyado en una maleta y la sien en el puño, y estaba sumida en mis pensamientos cuando escuché algo de jaleo cerca de allí. Demasiado cerca. Si alertaban a los guardas de seguridad estaría en un aprieto.
Acaricié la pistola que llevaba en el bolsillo de dentro de la chaqueta, que era de hombre y me estaba grande. Me llevé la mochilla al hombro y me levanté para esconderme mejor, un poco más lejos de la puerta y pasar mejor desapercibida. Me quedé detrás de una moto. Así vería si alguien se acercaba con más facilidad y podría volcarla si me encontraba en un apuro.

Gateé hasta esconderme detrás de unas cajas cuando un tipo entró. Me había visto, y eso suponía un problema. Saqué la pistola y la mantuve a la altura de mi cara, con la espalda apoyada en la caja y la cabeza ladeada, esperando el momento de tenerlo a la vista para meterle un balazo entre ceja y ceja.
- ¿Qué tal si yo salgo y tú charlas?- pregunté saliendo de mi escondite y apuntándole con la pistola en la cabeza.
Vigilé en todo momento sus movimientos. Si daba un paso en falso, no dudaría en disparar. ¿Ya qué importaba?

Alcé una ceja y le quité las llaves con la mano libre. Ya había robado antes, pero que se me presentara tan en bandeja me sorprendió. Alcé ambas cuando, con osadía, movió la mano que sujetaba la pistola y la bajó a la altura de su hombro.
- ¿Qué coño crees que haces? Esto no es un juego. Si quiero matarte lo haré y punto- sentencié.
Apunté de nuevo a su cabeza y él adivinó mi intención al instante. No hacía falta ser muy listo. Se echó hacia un lado y yo disparé, dándole en el hombro.
-Mierda- gruñí-. ¡No tenías que moverte!- mascullé apuntándole de nuevo.
Pero ya habrían oído el disparo, así que me di prisa en salir de allí y esconderme.