Esto... no puede ser... cierto...

Después de aquel encuentro un tanto extraño con aquellas dos mujeres en la cafetería decidí regresar de inmediato hasta mi vagón donde estaban todas mis pertenencias, no era materialista pero había algo dentro de mi maleta que me brindaba paz y tranquilidad, era aquella pulcera con un dije en forma de corazón que me había dejado mi madre, era lo único que lograba tranquilizarme.

Suspire sentándome y sacando un saco de mi maleta, cubrí mi torso mientras cruzaba mis piernas. Cerré los ojos. Algo no estaba bien, algo había fallado y ahora me sentía nerviosa, temerosa de algo que no sabia que era realmente; abri los ojos sintiendo que mi pulso se aceleraba, mire por la ventanilla viendo como la oscuridad era cada vez mayor y el frió se incrementaba con cada metro que el tren avanzaba. Entonces, toda mi vida regreso a mi mente como una ráfaga de viento.

Mis padres despidiéndose de mi antes de marcharse al África aquella brigada de salud de la que nunca regresarían; el primer día en aquel internado donde tuve que luchar contra las demás estudiantes por ser la única huérfana; la libertad, el viento acariciando suavemente mis mejillas y el sentirme sin ninguna atadura había sido indiscutiblemente uno de los mejores días de mi vida... luego él regreso haciendo que mi corazón se arrugara sintiendo aquella herida aun latente, lo odiaba, su traición fue mayor a todo el sufrimiento que había tenido en mi vida hasta ese entonces... había jurado jamas volver a sufrir de aquella manera por nadie... aunque sus caricias aun le hicieran falta a mi cuerpo, a mis labios... necesitaba odiarlo con mi vida, pero no podía porque aun lo amaba... o eso creia....

Otro suspiro y mi pecho sentía una menor opresión, había tenido muchas perdidas en mi vida, mas que simples ganancias, no era justo desde ningún punto de vista pero tampoco debía quejarme, estaba viva, sola pero viva... lo demás esperaba que llegara con el tiempo. No me había dado cuenta de que mis ojos se habían cerrado nuevamente sino hasta que sentí un frió desgarrador a mi alrededor, los abri nuevamente mirando a mi alrededor, no había nadie...

Pase a mi mirada hasta mi muñeca donde había puesta aquella pulcera que tanto amaba, tome con mis dedos aquel dije sintiendo como el temor desaparecía rápidamente. Sonreí levantando mi mirada viendo a un hombre con sombrero sentado frente mio, la oscuridad era tanta que no me di cuenta siquiera de quien se trataba, sin embargo la sonrisa de sus labios fue tan resplandeciente que pude verla en el momento que me ofrecía una bombilla....