Unas cuantas lineas no me haran daño *Libre*

Llegue al sitio que decia en el papel... era un boleto de pasaje para un extraño tren, estaba tan perdida en mi mundo de fantasia que decidi subir, camine trastrabillando por todos lados sin pensar, choque con varias personas que me miraban de forma extraña... sabia el aspecto que debia representar... ojos rojos, en los huesos, pelo sucio, ropa desgarrada... si... asi es... debia parecer una drogadicta y en realidad eso era yo.

Tenia que salir al aire libre por lo que me meti en el primer sitio donde podia ver el cielo, saque un cigarro de marihuana y lo encendi, al dar la primera bocanada me senti en las nubes, todos mis problemas desaparecieron como por arte de magia, todo lo que habia vivido se fue volando junto con el humo que sacaba de mi boca, me sente en la orilla del tren sintiendo el aire en mi cara, el viento hacia que mi cabellera se fuera en todas direcciones... era libre... abri los brazos tratando de volar... sabia que si me tiraba de la barandilla volaria...

Y aquí estaba yo, sentando en el suelo, mientras miraba a algunos de los pasajeros de este tren caminar de un lugar a otro sin parar, no me cabía duda todos eran diferentes unos parecían inquietos otros sin embargo parecían estar bastante relajados, el mejor ejemplo era la chica que estaba fumando marihuana, me la quede observando un largo rato para después hacer un brusco movimiento de cabeza dirigido hacia el perro que me acompañaba; Golfo, me quede mirando completamente el pelaje del chucho, mientras pensaba miles de cosas que rondaban en aquel justo momento por mi cabeza.
¡Maldita marihuana!, tenía que hacer algo, cualquier cosa, excusa… lo que fuera para llegar hasta la marihuana y coger, quizá una calada no haría daño a nadie.

Me levante me acerqué hasta la chica tambaleándome de un lado a otro a causa del movimiento, primero mire la marihuana después la mire a ella de reojo y por último la mire a ella directamente –Te importaría no ser egoísta y compartir un poco de…- le dije intentado sonar un poco bromista pero a modo de suplica, ansiaba dar aun que solo fuera una simple calada – Marihuana- le dije terminando de acabar mi frase, diciendo esta última palabra en voz muy baja para que solo ella me escuchara, lo último que quisiera era que llamaran la atención por estar fumando o algo así y me dejaran sin probar ‘’mi parte de marihuana’’ , al darme cuenta que había dejado a Golfo allí solo acurrucado di un fuerte silbido mirándolo y haciéndole señas con la mano para que viniera hasta donde estaba y me senté en el suelo nuevamente mirando el humo…

Me sentia en la quinta maravilla con toda la droga que llevaba encima, no escuchaba, ni veia nada simplemente libertad absoluta. Comence a escuchar una voz... parecia que la tenia cerca o tal vez ya estaba alucinando, no claro que no... no estaba alucinando, era un chico que me hablaba, me pedia de mi marihuana, le sonrei bajandome de la barandilla, no parecia del tipo de hombre que pensara que fumara, se veia normal y amable incluso hasta elegante.

-Claro- le di de mi cigarro, aun no me lo terminaba, lo observe cuidadosamente, le sonrei viendo como tomaba la hierba, su tono de voz lo conocia, en muchas ocasiones yo lo habia pronunciado asi, tenia la necesidad de fumar, al parecer era un adicto en recuperacion, era de los mios- Soy Farrah- me sente en la esquina de la terraza, estaba feliz, claro como debia de estar con la dosis del dia... o mejor dicho de la semana, llame a su perro a mi lado, se acerco moviendo la cola lo acaricie, desde pequeña habia deseado tener un perro pero por obvias razones no lo tenia,

Cierto era que nunca fui un adicto a la marihuana, aun que si a los cigarrillos, pero de vez en cuando no me venía nada mal dar alguna calada, me hacía sentir una especie de sensaciones verdaderamente agradables y difíciles de explicar, pero… me hacía sentir bien.
Al ver como ella sin ningún problema en compartir su marihuana conmigo, sonreí de una forma un poco torcida pero con afecto, acerqué mi mano hacia la marihuana y la cogí, llevándomela directamente sin pensarlo ni una sola vez a la nariz, si… por raro que sonara cada vez que cogía un cigarro lo pasaba por mi nariz para oler el efluvio ‘’impactante’’ segundos después con tranquilidad daba unas cuantas caladas una tras otras y del mismo modo que siempre lo hacía, lo hice esta vez -Genial…-le murmure, era mi forma de decirle gracias, de agradecerle de alguna forma.

Vi como la chica que ella había dicho que se llamaba Farrah, llamaba al perro, de nuevo sonreí y la mire –Yo Ian y el chucho Golfo– le dije presentándome mientras di una carcajada sonora sin saber el porqué. Le pase a Farrah nuevamente la marihuana con sumo cuidado de que no cayera al suelo – Creo que hace un buen efecto- le dije sin más, si… hacia buen efecto, pero no quería caer de nuevo en la tentación de esa ‘’plantita’’ desde hacía bastante tiempo que no volvía a recaer.

El cielo… nuestra única iluminación, las estrellas, la luna y algunas de las luces del vagón que salían hacia donde estábamos situados, quizá solo fuera cosa de mi imaginación pero parecía que a Farrah le gustaban los animales, miraba de una forma especial a Golfo y eso a él le gustaba, se hacía notar cuando mirabas a los ojos del chucho le brillaban como perlas transparentes.

Mire la bolsa que ella tenía entre sus manos… pero que ¡ostias! Evidentemente no me importaba y mucho menos me molestaba, nunca la probé… quizá sí, para que mentirme a mí mismo… la probé en varias ocasiones ‘’navidades y vacaciones’’ junto con mi primo y mi hermana delante mirándonos con incredulidad, aquellos recuerdos…
- No, no me molesta… de hecho, si me dejaras probar-le dije ansioso esperando su respuesta, maldita sea… iba a volver a recaer, pero de igual modo que mas daba? no importaba… iba a estar una buena temporada en Rusia, mientras que llegara a Francia después de Rusia completamente limpio ya valía la pena. – Y otra cosa… como podría recompensarte por lo de la marihuana? –le pregunte dudando por un buen rato, mire a Golfo y le sonreí…

- Joder, el efecto que esa mierda haría al perro, lo volvería loco o no sé.. –le comente, recordando una vez un callejón unos chavales metiendo a uno de esos pequeños murciélagos que están en la oscuridad, metiéndole un porro por un embudo y sin ni siquiera sabiendo como volver loco al murciélago…

Le sonrei y saque una pequeña tablita, acomode la cocaina y le otorgue la primera linea, queria ver como lo hacia, siempre me habia gustado observar a los demas drogarse era como una fijacion la mia, pero... tal vez necesitaria algo de privacidad, coloque otra linea para metermela yo... aspire con delicadeza y fuerza al mismo tiempo la coca... que sensacion se apodero de mi... me limpie la nariz para borrar cualquier vestigio que quedara, cerre los ojos relajandome, dejandome llevar por el torbellino de sensaciones que se apoderaron de mi mente, podria hacer cualquier cosa, lo que fuera... por mas estupido que pareciera lo haria, si queria escalar la montaña mas alta del mundo lo haria sin ningun problema, si queria bucera la fosa mas profunda lo lograria, me acoste recostando la cabeza en el perro.

-Que tal- pregunte sonriendo como idiotizada, mire hacia el cielo sintiendome como en la quinta esencia- No te parece que el cielo esta mas oscuro que lo normal??- mis ojos veian mas de lo acostumbrado, podian sentir el odio que el mundo sentia hacia las personas como yo... pero aqui estaba... vivita y coleando

Di una carcajada completamente seca, genial… ya tenía mi proporción de coca, no me pertenecía… yo no había hecho nada por ella, pero… de igual modo una pequeña conexión tendría que a ver… a un que solo fuera la mas mínima, pero si compartía esto conmigo por algo seria, quizá… ‘’compañeros fumatas’’ o ‘’compañeros medio yonkis’’ una mezcla extraña, al menos por mi parte no me consideraba del todo un drogadicto, la palabra adecuada podría ser ‘’fumata pasional’’ a largas temporadas, siempre me había echado la culpa de que fue por malas influencias, pero al fin… yo hice lo que quise, a pesar de que aquellos amigos míos me obligaban con la mirada a probar cosas intolerables para mi, a causa de mi enfermedad… el asma.

Empecé a marearme por todo lo que mi cuerpo estaba recibiendo todas aquellas sustancias de golpe, demasiada… a un así cogí la cocaína, la coloque en mi dedo y lo roce con la punta de la nariz, para luego aspirar seguidamente… sensacional – La verdad, algunas veces me ha sentido mucho mejor…-le respondí a su pregunta con total sinceridad – No creo que la culpa sea del cielo, de seguro somos nosotros –le dije entre risa y risa, parecía como si cada vez me faltara más el aire…

Observe los efectos que hacian en él, podia ver como le cambiaba el color del rostro, me fascino su cara... nunca me habia fijado en cada linea de su facciones, me gire para verlo de frente, me sentia en mucha calma.

-Eres muy guapo- murmure sinceramente, tal vez se debia a la droga pero me sentia demasiado bien, mire de nuevo el cielo- Si tal vez somos nosotros- cerre los ojos sin pensar en nada especificamente, un extraño sueño se apodero de mi, el pelo del perro era una buena almohada asi que me hundi en un sopor increible, me sumergi en los sueños de los que solamente los puros de alma tienen...

La escuche... sin razón ninguna me hizo reír, no sabía él porque... supuse simplemente que por sus anteriores palabras, estuve callado un buen rato meditando que contestarle, pues no le podía dejar de aquel modo, la verdad era que ella también era muy guapa, su tez era semblante al del color de la piedra desgastada en una tonalidad blanca, su cabello... bueno, su cabello no se podía describir exacto el color, pero era quizá castaña y en algunas partes incluso unas mechas rubias, unas mezclas bastantes raras a decir verdad y otra de las cosas más destacadas de su físico sin duda serian sus ojos, parecían bastante significativos... eran oscuros.

En un momento me puse una mano en la mejilla, estaba sudando... joder, seria de lo que me dijo? tan vergonzoso podía llegar a ser? nunca me había dado cuenta de esa parte de mi personalidad e incluso de mi ser.

Cuando me gire para responderla, ella ya hacia o al menos parecía dormida, su respiración se dejaba escuchar, era entre-cortada - Tu también, Farrah...-le susurre en voz muy baja para no despertarla, volví mi mirada al cielo mirando la ''cara'' de la luna... casi se podía ver cada parte de la cara de aquella brillante luna, sonreí... acto seguido cogí el broncodilatador y expulse aire... ''si, seguro que somos nosotros no es culpa del cielo''.

FIN