Hacia donde vamos?...poco me importa mientras me acerque a Mexico :)

El viento azotaba con fuerza el tren mientras me movia con dificultad por el oscuro pasillo. Las luces estaban apagadas y mi desgastada vista no me ayudaba mucho. Tantas noches interminables de musica, alcohol y perdición no ayudaban a mi concentración. Sonreí recordando la fiesta de la última noche...A Linna bailando semidesnuda sobre un barril de cerveza...A Javier abrazado a un perro que le lamia el rostro...a Marc diciendo que me amaría por siempre, ¿De donde era Marc?...ya no lo recordaba, apenas lo habia reconocido hace unas horas cuando desperte a su lado. La sonrisa se desvanecio de mi rostro, me encontraba sola de nuevo, alejada de la gente...la familiar sensacion de inseguridad se asentó en mi pecho, esto nunca podria superarlo, por más que lo intentaba, siempre pero siempre terminaba buscando compañia dondequiera que fuese. Suspiré.

-Espero los mexicanos sean simpaticos- dije para mi misma. Escanee con la mirada el largo pasillo. No se veia nada ni nadie. Me encogi de hombros, rebuscando en el bolsillo de mis jeans en busca de algo de chocolate. Encontré una pequeña barrita sobrante del día anterior, me la metí a la boca y miré por la ventana. Mi respiración empañaba los vidrios y mis brazos se pusieron de gallina. 'Deberia haber empacado la chaqueta de cuero' pensé recordando como la habia dejado cubriendo los hombros desnudos de Marc, pero no me hice mayores problemas, ya compraría una cuando bajara del tren.

-Supongo que tienen mantas por aquí- murmuré, echandome la mochila al hombro. Un escalosfrio recorrió mi espalda y miré nerviosa hacia atrás. Sentí que alguien me miraba pero, como había sido la tónica del momento, no había nadie. Me mordí el labio algo nerviosa y avance lentamente hacia la oscuridad en la que me mimetizaba gracias a mi vestimenta negra, tarareando en mi mente 'Born to raise hell' de motorhead con el fin de traer la calma a mis venas...no era la pirmera ni la última vez que viajaría sola...no había de que preocuparse

-Supongo que si tienen- dice una voz a mi espalda y giro un poco mi cabeza mirando por el rabillo del ojo -¿Tienes frio?...Te puedo dar mi chaqueta. Me doy la vuelta lentamente y entrecierro los ojos tratando de localizar la fuente de esa voz- ¿Tienes cigarrillos?- añade...el tono me recuerda a algo...a alguien.

Dejo caer mi mochila al suelo y sin responder meto mi mano en el bolsillo trasero de mi pantalón, recordando vagamente que Marc había deslizado un cigarro ahi, anoche mientras bebiamos. Hay algo en ese hombre que me desconcierta, puede ser su voz...puede ser la forma en la que aparecio de la nada...puede ser la idea de que estoy en un pasillo oscuro con un desconocido...como sea mi corazón se acelera. Supongo que viste de negro al igual que yo porque no puedo verlo, ni el más minimo detalle de su rostro...ni siquiera el brillo de sus ojos. Trago saliva y doy unos pasos al frente deslizando mi mano por la pared, extiendo la otra mano con el cigarrillo esperando que el tenga mejor vista que yo diciendo- Aqui tengo uno pero...no logro verte, ¿puedes sentir donde estoy?

Siento que sonrie ante mi pregunta e involuntariamente sonrio de vuelta. En serio...fue una pregunta tonta, ¿quién sería capaz de ver en esta oscuridad? Luego sus dedos rozan los míos cuando toma el cigarrillo de mis manos. Él está tan frío como yo, pero no parece molestarle. -Te acostumbraras en poco...gracias - dice. Escucho el chasquido del encendedor y su rostro se ilumina por unos segundos, revelando unos impresionantes ojos azules. Son de verdad hermosos. Pero tan rápido como llega la claridad se va y volvemos a la penumbra. El calmante humo del cigarrillo llena mis pulmones mientras lo aspiro, me recuerda a las fiestas, la noche...el mundo en el que me muevo. - Perdi mi cajetilla, te lo repongo en corto- añade- más adelante hay una cafetería. ¿Te gustaría un café? Eso te calentará un poco.

Miro por el pasillo, sin lograr distinguir nada aún y evaluo la proposición. Un café...luego de una noche de juerga...hmm...mala combinación.

-Creo que...no es buena idea- le dijo riendo suavemente. El tren se agita un poco y pierdo el equilibrio golpeandome contra una de las paredes.-¡Auch!- exclamo, él no dice nada pero sé que esta sonriendo algo divertido- solo fue una noche...digamos...agitada, el cafe solo me revolvera el estómago- continuo- y creo...que tu chaqueta y algo de conversación es mejor opción- sonrio ante lo que acabo de decir y niego con la cabeza...ni siquiera sé su nombre.

La escucho un momento y aspiro el cigarro mientras ella está de pie frente mío. Necesito cigarrillos pienso mientras la locomotora hace un movimiento brusco el cual agita todo los vagones. Reflejos inhumanos hacen que me mueva con celeridad, dejando el cigarro en la boca y sujetándola para que no caiga, ese movimiento a mi no me mueve un pelo, parezco una estatua de piedra. No sonrío, no me gusta que la gente se dañe, maldito maquinista. Me saco la chaqueta y se la doy, aun con el cigarro colgando de los labios y me quedo solo con una playera de algún grupo de metal antiguo o de punk, no lo recuerdo.

-Entiendo… bueno, al menos me puedes acompañar por un café y cigarrillos, podemos platicar en la terraza si quieres, me llamo John Crow… -Alargo la mano para estrechar la suya. Todos me dicen cuervo, sonrío para darle la última fumada a mi cigarro y guiarla a la salida del pasillo e ir por cigarrillos- ¿Cómo te llamas? ¿Estás viajando sola?

Off: Vaquita, repito, no es necesario que repitas mis diálogos, se entiende que los escuchas con las siguientes descripciones, omítelas y mejorarás mucho ti estilo de roleo.

Estrecho su mano. Y luego me acomodo mejor su enorme chaqueta.

-Me llamo Ang Hietala- le respondo echando una rápida mirada por el pasillo- si viajo sola, quiero ir a Mexico...a un concierto de rock- añado haciendome a un lado en el pasillo para que pase. Él avanza delante de mi y yo lo sigo en silencio echandome la mochila al hombro.

Durante el trayecto unas pocas nubes se dispersan revelando la luna. El pasillo se ilumina levemente y me fijo en lo alto que es y en la camiseta que lleva puesta. Sonrio para mi, por lo menos no soy la única a la que le gusta la música dura. Las nubes vuelven a cubrir el cielo y el pasillo vuelve a quedar en penumbras. Escucho el susurró de gente moviendose en los compartimentos y mi mente viaja de vuelta a Natham...creo que necesito un trago.

-Asi que...que haces en este tren John- preguntó sin dejar de caminar.

OFF: sorry, no habia visto el spoiler

La llegada de un cuervo me distrae de la pregunta que acaba de hacerme, pero al ver que él no se inquieta, me encojo de hombros y continuo andando tras él. Es un animal muy bonito, aunque algo inquietante.

-Es de Motorhead- digo sacandome el pelo de los ojos- y me llego el rumor de que estarian ahi asi que...yo voy a donde los conciertos me lleven- hemos llegado al vagon comedor, se ve bastante surtido y tiene algo más de luz. Mis ojos vagan por las estanterias de botellas y me muerdo el labio- ojala encuentres pronto a la persona- comento, viendo como él se acerca a la barra.

Doy unos pasos dentro aspirando el aroma del cafe, dejo mi mochila en el suelo y me apoyo con los codos en la barra mirando a la gente que se encuentra en el tren. Todos parecen charlar amenamente. Vuelvo mi atencion a Cuervo cuando siento que me mira como esperando que pida algo.- Un whisky, doble en las rocas por favor- le digo al barman que me sonrie. Me tiende un vaso al rato y le doy un sorbo sientiendo como quema mi garganta y lo elevo haciendole un gesto de brindis al cuervo...a ambos cuervos.

Lo sigo hacia afuera, la noche es oscura y los cielos estan cubiertos de nubes grises. Cierro con una mano la chaqueta cubriendome del viento helado, nuevamente mi mente viaja a Inglaterra, la tierra donde nací...a Natham...hace años que no lo veo, pero no puedo volver a pesar de mis añoranzas...esto es lo que Marco haría por mi si yo hubiera muerto esa noche. John avanza hacia una pared, he notado que se mueve de forma cuidadosa...como si le costara enfocar. Él se sienta en el suelo y el cuervo se aleja de su hombro posándose en la baranda. Mis ojos siguen el reflejo de las luces en sus negras plumas, el brillo es llamativo, como las luces de los conciertos, como el brillo en los ojos de la gente...me gustan los ojos. Estiro mi mano lentamente para tocarlo, el pájaro fija su oscura mirada en mí. A pocos centímetros de sus plumas mi mano vacila, se ven suaves...acariciables. Como el cuervo no hace ademán de atacarme, estiro aun más mi mano. La punta de mis dedos roza una de sus alas suavemente. Antes de aventurarme a una caricia más osada, la voz de John me devuelve a la realidad. Inclino mi cabeza para mirarlo antes de responder, es un hombre enigmático...pero por alguna razón, su presencia me calma. Pienso un poco en su pregunta antes de responder.

- ¿Qué pensaría?- digo repitiendo su pregunta y sorbiendo el vaso de whisky. El fuego pasa por mi garganta calentando mi estómago- diría...que es imposible pero...ya que es hipotético..diría...que eso sería un don- me lancé a una banca que se encontraba en frente de él dejando el vaso a un lado y fijando mi mirada en el paisaje ahi afuera- ahora respecto a que animal me gusta- añadi riendo un poco- puede sonar ridiculo pero...mi animal favorito es la vaca, de hecho tengo un tatuaje de una en la cadera. Sé...sé que no es el animal más atractivo del mundo...ni el más feroz pero...me gustan...me gusta porque cuando son pequeñas...son suaves y son tranquilas...no se alteran por nada- le doy una mirada de reojo a John, su mirada esta fija en la puerta por la cual salimos a la terraza, el café humea en su vaso- Cuando era pequeña me gustaba observarla en los campos...me sentaba en la colina y miraba eternamente sus manchas...e imaginaba formas...¿Como ese juego de las nubes?...así mismo- me bebí de un trago el resto de whisky que me quedaba y me acaricié el pelo con la mano- la idea del tatuaje era recordarme que la vida es una sola...que me de el tiempo de disfrutar todo y a todos...y como siempre ando corriendo contra el tiempo, nunca pasando más de una semana en algún sitio...me pareció que la vaca era un buen símbolo- finalicé posando mis ojos en su rostro. Nunca antes le había dicho algo así a nadie...quizás era el efecto del silencio que nos rodeaba...no sabía exactamente.

El cuervo sigue de pie en la baranda y deja que la mujer le toque el plumaje, grazna y luego de ese contacto aletea. Bebo mi café con ron, fumo el cigarrillo mientras ella habla. El viento es helado y agita mi cabello que tengo suelto. Su respuesta de don podría transmutarse, sin embargo algunos lo ven como una maldición, algunos como una bendición, depende de la persona, el destino y la mente.

Le miro con cierta curiosidad y sonrío al escuchar decir VACA. Es algo extraño y divertido, se nota que tiene cierto sentido del humor. Escucho su explicación sobre porqué le gustan esos animales y solo me quedo pensando.

-Entiendo –digo en un hilo de voz con la mirada perdida en algún punto del vacío pensando en aquellas cosas que dice- Vaquita… me recuerda a los chocolates –sonrío medio de lado sin tratar de ofenderle ni nada por el estilo, simplemente ponerle un poco de humor al asunto. Me acabo el café y enciendo otro cigarro- ¿Te gustan los cuentos?... muchos dicen que tomar el tren de medianoche suele tener historias escabrosas, por ejemplo; dicen que un tipo que aparenta ser ciego se lleva a las señoritas que viajan solas a un lugar lejano y extraño, siempre anda con un cuervo – sonrío de forma siniestra mirándole a los ojos, aunque mis ojos parecen ausentes, le sostengo la mirada-.

Off, un par de post más y estás libre para que publiques tu llegada.

Esbozo una sonrisa cuando dice que le recuerda a chocolates. Tenía una amiga que solía llamarme chocolatada por mi color de piel, pero me guardo el recuerdo para mí. Escucho el chasquido de su encendedor y el humo del cigarro me envuelve nuevamente. Cierro mis ojos poniendome de pie y me estiro elevando mis brazos, dejando que mi espalda se acomode. Luego poso mis manos en la baranda y me asomo viendo el pasar de la tierra bajo el tren. Su voz llega a mis oídos una vez más...no puedo evitar la sonrisa que se forma en mis labios ante su pregunta, ya que los cuentos me encantan...son parte importante de los viajes que hago...escuchar...saber...recordar. Pero con el pasar de sus palabras posteriores siento que algo pesado se asienta en mi estómago. Una imagen se forma en mi mente: el hombre con lentes oscuros y sus manos cerrándose en mi muñeca...tirando de mí...contra mi voluntad. Carraspeo un poco y me muerdo el labio elevando mi mirada al cielo. Luego vuelvo mis ojos a él. Una sonrisa oscura prende de sus labios y no puedo romper el contacto con sus ojos. Carentes de brillo...pero absolutamente expresivos.

-Claro que me gustan los cuentos- respondo sin dejar de mirarlo, siento que el cuervo se remueve en el barandal, probablemente acicalando sus plumas- por eso viajo, para escuchar a la gente...y el que acabas de mencionar...me recuerda a uno que es famoso en donde nací- añado intentando relajar el ambiente...relajarme...con algo de esfuerzo rompo el contacto visual con esos llamativos ojos azules antes de continuar- se llama el viejo del saco- me rio ante el nombre ya que suena bastante ridículo ahora que ya soy adulta- básicamente cuenta sobre un hombre que recorría las calles de noche, con un saco en el hombro llevándose a las niñas que hallaba a su paso. Se usaba para...hacer que las niñas no se alejaran de casa, para que no salieran a las calles, para mantenerlas bajo el estricto control paterno...como una advertencia. Claramente en mí tuvo el efecto contrario...apenas pude salí corriendo de mi casa con los brazos abiertos al mundo- me siento nuevamente y apoyo los codos en mis rodillas, dejando que mi cabeza cuelgue floja. El aroma de mi perfume emerge de mi pecho mezclándose con el humo del cigarrillo de John. Humedezco mis labios secos y toco los bolsillos de mi pantalón en busca de mi último trozo de chocolate...en cuanto llegara a la estación tendría que comprar más. Meto el último pequeño trozo a mi boca y al ver que no dice nada, continuo luego de suspirar- no tengo miedo...lo que tenga que pasar...pasará, no importa cuanto intente correr...así que si vas a raptarme...- dejo la frase inconclusa y sonrio recordando lo que me había mencionado antes- no creo ser la persona que andas buscando...normalmente nadie me busca.

Puedo imaginar algunas cosas las cuales hace por los sonidos del cuerpo y de los movimientos. El cuervo se para sobre de la muchacha haciendo que se sobresalte un poco, pero luego le grazna amigablemente y se queda en su hombro para escuchar el cuento. Lo que digo sobre el tipo que anda con un cuervo es solo una historia que me invento, pero no está lejos de la realidad, no en el aspecto que me la llevo y le hago daño, de ninguna manera, sino, que el cuervo y yo tenemos una relación bastante estrecha, que extraño se escucha eso después de analizarlo un poco.

Escucho su cuento y me gusta, eso me recuerda a los cuentistas de la villa, sonrío levemente mientras termino mi cigarro. El viento trae la esencia de la chica hasta mi. Algo extraño, quiero quedarme un rato más, ahora que ella se acaba de sentar.
-Está vez no será así, vaquita. -le digo tocándole la mejilla con el dedo índice, tengo la piel bastante fría a comparación de su piel- Aunque no sería mala idea.-le guiño un ojo-.

Escucho unos clac, clac, clac y el se acerca, me distrae ese sonido, el cuervo grazna, y me pongo de pie en un salto. El bastón golpea la puerta y un hombre con sombrero me mira, puedo sentir su mirada como si realmente lo viera, mira a la muchacha y fuma su pipa, puedo sentir ese aroma a tabaco. Su sombra es muy predecible. El saluda a Vaquita levantando su sombrero, porque escucho claramente como sus dedos tocan esa gamuza y el clásico “bonjour mademoiselle”.
-Tal vez si lo eres.

Le digo mirándola por última vez, enciendo un cigarro, le dejo la chaqueta y salgo del vagón. Sin decir más, el cuervo prende vuelo y se pierde por la ventana, mientras, el señor de sombrero le mira nuevamente a la chica y luego sigue tras mío haciendo ese clac, clac, clac.


Off: Puedes cerrar este tema y estás lista para publicar tu llegada. Bienvenida a la Villa Vaquita, fue un placer.

Su contacto manda un escalosfrio por mi espalda, pero es agradable asi que sonrio cuando me guiña el ojo. Gracias a su chaqueta he entrado en calor y mi perfume favorito me rodea expulsado de mi piel debido a que mi temperatura por fin ha pasado de congelado a normal. Mi aroma se mezcla con el de su chaqueta y disimuladamente la huelo sonriendo para mí. Me gusta el aroma a cuero, tabaco y...algo más que hay en ella...todo en armonia ahora con mi perfume. Algo distraida en mis divagaciones, finalmente noto que algo ha llamado su atención. Él se pone de pie mirando hacia la puerta así que me giro a mirar también. Hay un hombre ahí, con un bastón. El cuervo se remueve inquieto y yo frunzo el ceño ante el hombre con sombrero que esta de pie en el umbral. El hombre me mira y saluda amablemente.

Respondo a su saludo con una inclinación de cabeza algo turbada, el aroma de tabaco se mezcla con el de los cigarrillos de John y siento que este es el fin de nuestra conversación. Me muerdo el labio algo frustrada y le voz de John llega suave a mis oídos. Dirijo mi mirada en su dirección al mismo tiempo que él me mira- Quién sabe- Le sonrio a modo de despedida al tiempo que él enciende un cigarro y luego se dirige al encuentro del hombre del sombrero, perdiendose en el pasillo. El cuervo también desaparece del lugar. Sigo su vuelo hasta que lo pierdo de vista y al volver la mirada mis ojos encuentran por última vez al extraño hombre. Este solo da una pequeña inclinación antes de ser tragado por el pasillo por el que segundos antes John se había ido.

Tarde me doy cuenta de que me he quedado con su chaqueta. Tomo el vaso que he dejado en la banca y vuelvo al bar. El barman esta limpiando los vasos con un trapo, le dejo el vaso respondiendo a la sonrisa que me dedica y me acomodo la mochila. Paso a paso vuelvo al oscuro pasillo y avanzo lentamente en busca de un compartimento vacio. Finalmente doy con uno en el cual solo hay un hombre escondido tras un periodico. No hace ningún gesto cuando abro la puerta así que ingreso, dejo la mochila en el porta equipajes y me acomodo en el asiento de enfrente. Observo durante unos minutos a mi acompañante...no se mueve...no emite sonidos...ni cambia de página. Me encojo de hombros. 'Seguro duerme' pienso cerrándole el cierre a la chaqueta...me queda enorme asi que me abriga bastante. Me acurruco lo mejor que puedo en el asiento y cierro mis ojos dejando que el sueño venga a mi. Como todas las noches al dormir el rostro de Natham y el de Marco aparecen frente a mis ojos...seguidos esta vez por un par de ojos azules y las brillantes plumas de un cuervo.

-Gracias por una buena conversación- murmuro antes de perderme en la inconciencia de los brazos de Morfeo.


Off: el placer fue mio, gracias