Melisa Powell

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·Melisa Powell·


Nombre Completo: Melisa Powell

Sobrenombre: Ninguno que a ella le agrade.

Raza: Humano. Mestiza, de madre negra y padre blanco.

Edad: 24

Actividad: Tiene una historia laboral variada, su último empleo como mesera en un restaurante.

Nacionalidad: Nació en Nueva Orleans, Estados Unidos.

Orientación sexual: Heterosexual, flexible.

Estado civil: Soltera.

Descripción física: De piel oscura, aunque no llega al tono ébano de la de su madre. Sus ojos son grandes y muy negros, al igual que su cabello, que se compone de un millar de pequeños rizos muy difíciles de peinar. Durante los últimos años de su adolescencia lo llevó corto, harta como estaba de tener que batallar con esa maraña oscura todas las mañanas. A la fecha se lo ha dejado largo otra vez, pero está lejos de llegar a hacer las paces con su pelo.
Siempre fue muy delgada y de niña era bastante alta, pero luego de la pubertad su crecimiento se fue enlenteciendo hasta quedar completamente estancado apenas superada la altura de 1,60 m. Puede aparentar más con tacones, pero rara vez los usa, prefiriendo las zapatillas o simplemente ir desclaza.

Descripción psicológica: A medida que ha ido creciendo (no sólo fisicamente) ha atravezado muchas "facetas" emocionales, pasando por períodos de rebeldía y profundas depresiones, pero la cualidad que siempre está presente en su personalidad es su orgullo. Además es individualista y le gusta creer que independiente, lo que la convierte en una persona muy tenaz, cuando se lo propone. A pesar de eso le incomoda en gran medida la admiración de otras personas, habiendo tenido malas experiencias en el pasado, por eso trata de ser desconfiada y prudente, pero se ilusiona con facilidad.
Su realismo no le impide ser una persona ambiciosa, lo que, sumado con su poderosa autoestima, la lleva con frecuencia a proponerse metas difíciles. No es optimista, pero ha aprendido a reconocer el éxito de sus fracasos y valorar, cuando no queda nada más, lo aprendido.
Su capacidad de adaptación, posiblemente derivada de su estilo de vida seminómade, se podría ver como una incapacidad para asentarse; ya sea con un trabajo, amistades, amantes o incluso ciudades, repitiendo el patrón donde los consigue rápido, y los pierde rápido.
No es una persona melancólica; para alguien que tiene tanto que añorar, la melancolía sería como una toxina mortal.



·Historia y Familia·


Historia: Su padre, Marcus Powell, miembro de una poderosa familia de aristócratas ingleses, se dedicaba a viajar como representante de la empresa de exportaciones textiles de su tío, buscando nuevos mercados. En Nueva Orleans conoció a la madre de Melisa, una enfermera de quién se enamoró al instante y con quién se casó. Marcus, que era joven e ingenuo, presentó a su nueva esposa a su familia, esperando tal vez que supieran disimular su desaprobación. Los Powell, sin embargo, no ocultaron su desagrado; "una muchacha pobre... ¡y negra!". Marcus, ofendido, hubiera cortado los lazos con ellos y permanecido con su esposa, que estaba encinta, pero al poco tiempo de nacer Melisa su madre murió, poniendo fin a la disputa familiar antes que comenzara. Marcus, deprimido, reanudó sus viajes de negocios, dejando a Melisa al cuidado de su abuela, una mujer chapada a la antigua e increíblemente severa, para quién el color de la piel de la bebé era un constante recordatorio del pecado mortal de su hijo. Tal vez lo que más la ofendiera era que Melisa era hija legítima de Marcus, de modo que no podía simplemente abandonarla, y la aceptó en su casa, a regañadientes.
Melisa creció bajo la mirada de su abuela, que no sentía por ella el menor cariño, y no perdía oportunidad de demostrarlo. A menudo la ocultaba de las visitas, o la obligaba a actuar como una mucama, muriendose de verguenza cuando tenía que presentarla.
Casi nunca veía a su padre, que continuaba viajando, y cuando lo hacía, él apenas la miraba o le dirigía la palabra. "Lo avergüenzas" decía su abuela con rencor "nos avergüenzas a todos"
"Le recuerdas a tu madre" le susurraba su tío Alan cuando la abuela no oía.
Melisa resistió la crueldad de su abuela hasta los catorce años, cuando luego de una pelea huyó de la casa.
Se volvió muy hábil en todo tipo de labores, rápida para distinguir oportunidades y elocuente al pedir empleo, cualidades que le permitieron mantenerse sin tener que bailar desnuda sobre una mesa. Tal vez su apellido aydara un poco, pero eso no es algo de lo que se sienta orgullosa. Le desagradaba mucho pensar que tal vez la empleaban para contar con el favor de una familia a la que ella no quería deber favores, por eso no pasó mucho tiempo hasta que abandonara también la ciudad.
A partir de entonces se convirtió en una suerte de nómade, sin asentarse jamás en un mismo sitio por mucho tiempo.

A los veinticuatro años, luego de pasar un mes y medio limpiando mesas, decidió, como tantas otras veces, que era momento de cambiar de aire, puso todas sus pertenencias en su maleta, se despidió de su compañera de piso y se dirigió a la estación de tren. No se paró a pensar en su siguiente destino, y no titubeó cuando un extraño en el que apenas se fijó le tendió un boleto para el vagón 7. Se subió sin mirar atrás.

Familia: Los Powell son una familia de aristócratas que manejan varios negocios, principalmente exportaciones de telas y joyas y tienen contactos por todo el mundo. Son una familia muy numerosa, y por lo tanto hay parientes de todo tipo y, por supuesto, escándalos y rumores relacionados con todos ellos. Melisa, siendo un "escándalo" difícil de ocultar, fue enviada con su abuela, que vivía en una de las propiedades de la familia, una ostentosa casa de campo, por la que transitaban tíos y primos, muchos de los cuales ignoraban su parentesco con Melisa, que pasó su infancia llendo y viniendo entre el desprecio de unos y la negligencia de otros.
De la familia de su madre no sabe nada, sólo que ella era enfermera y murió poco después de tenerla.



·Otros datos·


Nivel de adquisitivo: Va cambiando acorde con su empleo y lugar de residencia, pero desde que abandonó la casa de su abuela el poder adquisitivo de Melisa Powell ha ido serpenteando por el lado bajo del espectro.

Pertenencias: Acostumbrada a viajar mucho y no tener una residencia fija, puede guardar todas sus pertenencias en su maletita de cuero. No posee mucha ropa, y sólo tiene dos pares de zapatos, un estuche de costura, otro de cosméticos y artículos de aseo, un sombrero y un abtrigo.

Enfermedades: Ninguna. Es algo suceptible a la gripe en épocas o lugares fríos.

Antecedentes: Durante sus primeros días fuera de la casa de su abuela recurrió en un par de ocaciones a robar algún puesto de comidas, pero nunca fue atrapada y no es probable que nadie la persiga por eso.

Manías o Trastornos: Cuando está consentrada muerde lo que tenga a mano. Si está muy frustrada o enojada se pasa los dedos por el pelo.

Fobias: A las ratas, principalmente, y a los animales que puedan transitir enfermedades. Le dan miedo las criaturas que puedan hacerle daño de formas de las que ella no pueda defenderse.

Gustos: Le gustan los lugares tranquilos, oír tocar el piano, las tormentas y las cosas dulces.



·Extras·


Religión: Los Powell eran católicos y ella fue criada para serlo también. Sea por rebeldía o por su antipatía hacia todo lo que sugiera un destino predeterminado o voluntades superiores, Melisa es agnóstica.

Habilidades: Su mayor habilidad es ser versátil y de aprendizaje rápido, cuando se lo propone.

Deportes: No practica ningún deporte de manera profesional, pero muchas veces ha corrido para alcanzar un tren, o caminado mucho cuando lo pierde.

Mascotas: No tiene mascotas porque no es práctico viajar con ellas, pero le gustan los perros y los gatos.

Idiomas: El inglés es su primera lengua, y gracias a todo el tiempo que pasaba con la "servidumbre" cuando vivía en casa de su abuela habla español con la misma fluidez.

Estudios: Estudió con profesores particulares y fue buena alumna mientras los tuvo. Su nivel académico se acerca bastante al de alguien graduado de la secundaria.