¿Y tú eres? (Mindy)

A la mañana siguiente me levante muy temprano, la verdad es que apenas había dormido por lo sucedido. Mire por la ventana del hotel y desee que todo lo ocurrido ayer solo hubiese sido un horrible sueño, pero ni por mucho que lo desee nada cambio. Allí imponente grande y majestuoso el árbol lleno de sus tintineantes luces de colores.

Me vestí y decidí salir para deslumbrar el pueblo; tenía que ver que era y como salir si era posible, pero pese a todo algo me decía que era muy difícil, lo notaba.

Salí y comencé a pasear por las calles y callejones de la pequeña villa, al final después de un raro sin saber dónde ir ni nada, solo con la sensación de que el ambiente estaba muy cargado y con la ligera preocupación de que en cualquier lugar hubiese alguien dispuesto a lanzarse sobre mi…Puse mi mano derecha sobre el corazón, dentro de la cazadora llevaba un pequeño bolsillo con mis cartas del tarot, mi amuleto.

Me senté en el banco de un pequeño parque mirando a la nada e intentando pensar con tranquilidad. En ese momento, no sé porque, note algo, una brisa, pero no era aire era más bien una especie de energía. Me concentre para detectar de donde venia esa sensación, entonces mire a mi derecha y allí vi a una chica que caminaba, o esa fue la impresión que me dio, la sensación me la daba ella, me la quede mirando fijamente pues no sabía si realmente era una persona normal; aunque personas normales parecía que había bien pocas en esta villa.

Mientras la observaba comencé a mover las manos, jugueteando con un trozo de rama que había cogido previamente, me dolían un poco los dedos, no se a que, imaginaciones mías o quizás simplemente por el cambio…o el miedo.

Caminaba sin rumbo alguno, sin entender aun donde estaba y porque. Todo era muy extraño... Cuando había despertado me había encontrado a mi misma tirada en el suelo...Muerta, totalmente inmovil... ¿Entonces que era yo?

Me sentía igual, completamente igual. Bueno... completamente no, las heridas habían dejado de dolerme. ¿Estaba muerta? Me negaba completamente a aceptarlo. Pero todo esto me estaba volviendo loca.

Alcé la vista al ver a un hombre sentado en un banco. Me quedé quieta. Me estaba mirando, me había visto. Al principio le matuve la mirada, pero finalmente la bajé y continué caminando, algo más deprisa. Su vestimenta era muy extraña... Pero... ¿Y si quería hacerme daño?

Me quede mirando al ver que aumentaba de velocidad mientras se acercaba a mí con la cabeza baja, quizás fuese a atacarme, pero no sé porque me di cuenta que pese a mi superstición del posible ataque me fije que era tristeza y miedo, aunque la verdad eran muchos sentimientos entrelazados y me era complicado saber exactamente el que.

La mire de arriba abajo y era muy atractiva, caminaba un raro extraño a demás de ser veloz, tenía muchas ojeras. Alce la vista y hable.

-¿problemas?

Dije secamente, esperando una respuesta, no sé porque, ahora era débil y quizás dada la extrema necesidad reducirla, además seguía había algo en ella que me fascinaba.

Me paré en seco cuando me preguntó que si tenía problemas. Le estaba dando la espalda, y tenía la respiración algo agitada. ¿Como fiarme de él si el último hombre que se preocupó por mi me dio dos terribles puñetazos?

-...No es nada importante...

Le dije distante. Estuve un rato en silencio... Pero finalmente pregunté... No tenía otra salida.

-...¿Vives aquí?

La mire unos segundos antes de comenzó ha hablar, parecía realmente retraída y anonadada por la situación en la que se encontraba, así que me limite a contestarle.

-Pues ahora que lo dices, no lo sé; pues al parecer estamos como en una prisión.

Hice un larguísima pausa mientras la miraba detenidamente, definitivamente, no era normal tenía algo…diferente, pero no era como lo que yo tenía o como lo que Gael, era algo mas etéreo…La mire fijamente y me levante de donde estaba, dando un paso adelante para acercarme a ella, a apenas unos pasos fruncí un poco el ceño y después me di cuenta…

-¿Cuánto tiempo llevas aquí?¿sabes lo que te pasa?

¿Sabría realmente lo que le pasaba? Su cuerpo había cambiado, y mucho, sobretodo porque básicamente…solo era energía…

¿Una especie de prisión? Más que una prisión parecía un pueblo. Un pueblo totalmente encantado, de cuento. Era con el primer habitante que me encontraba desde que había despertado.

-...¿A que te refieres con lo de prisión...? ...Quieres decir... ¿Que no se puede salir de aquí?

Pregunté esta vez girando la cabeza para poder mirarle. Cuando lo hice él se acercó, mirandome fijamente. Eso me incomodó un poco, y no pude evitar bajar la cabeza.

-Pues la verdad no se cuanto tiempo estube inconsciente en ese tren... Apenas recuerdo nada... me debieron dar un buen golpe...

Suspiré llevandome una mano a la frente. Estaba volviendome loca, no había otra explicación.

-¿Y tú?

Volví a levantar la cabeza para mirarle, aunque sinceramente me sentía incomoda. Pero... ¿Que otro remedio me quedaba?

Estaba incomoda y lo sentía a la legua, pero aun así no iba a retroceder, al parecer no entendía la situación, pese a que yo tampoco la entendía muy bien.

-¿Qué recuerdas exactamente justo antes de aparecer aquí?

Le dije tranquilamente volviéndome a sentar e indicándole que hiciese lo mismo, quizás así estuviese más cómoda, tenía que dejarle ver que era una persona normal, pese a no serlo, aunque…si todos en el pueblo eran así, ningún era más normal que yo y ella menos.

Pensé durante unos segundos; había algo que no me encajaba del todo, pero no sabía el que exactamente era lo que no me acababa de cuadrar en ella, parecía normal pero a la vez era diferente pero en que…¿no sería que…?

-En el tren, en el vagón 7, perdiste el conocimiento ¿verdad? ¿O…fue otra cosa?-dije un tanto retraído y espesamente.

El chico me indicó que me sentara a su lado, yo sin embargo moví las manos, poniendolas delante de mi cuerpo, como negando.

-Prefiero estar de pie

El último hombre que se acercó a mi parecía ir de buenas y me metió dos puñetazos que me dejaron inconsciente, y luego aparecí en este lugar. El chico me preguntó entonces que si en el vagón 7 había perdido el conocimiento... o otra cosa. Eso último me dejó dudando y entrecerré los ojos mirandolo fijamente.

-...¿Que...quieres decir con otra cosa....?

¿Acaso insinuaba que estaba muerta? ¿Y que el lugar donde estaba era el lugar donde iban los muertos? Estaba empezando a desvariar otra vez...

Sonreí amargamente ante su incredulidad y confusión, no lo sabía y sin embargo lo era. Me consideraba una persona con tacto y hábil a la hora de dar malas noticias pero en una situación así cualquier manera era mala para decirlo lo ocurrido. Me levante poco a poco colocándome frente a ella con una sonrisa un tanto insincera con los labios un poco fruncidos y la mirada perdida ligeramente, estire el brazo y le toque la cara, parecía asustada pero se daría cuenta sin duda. Estaba fría.

-Estas fría, y yo caliente…nunca saliste del vagón 7

Le deje caer mientras apartaba mi mano de su cara mientras la seguía mirando cambiando mis facciones a algo más triste, la verdad no es que fuese algo que realmente me preocupase, pero al menos pensé que sería un tanto más agradable decirle aquello solemnemente y triste, para que supiese que siento lo mismo que ella.

-Eres un espíritu, un fantasma, una aparición…una perdida.

Concluí solemnemente ante aquellas tenues luces que nos envolvía esa mañana que podría ser cualquier otra, pero era justamente en la que ella descubriría quien es ahora.

Me quedé mirandole durante un momento mientras me decía todo aquello. Primero pensé que era una broma pesada, luego durante quizás un segundo lo creí. Aunque volví a pensar en lo que era real y no podía serlo. Reí un poco nerviosa y negué con la cabeza, dando un paso atrás, era cierto que su tacto era caliente... ¿Pero y qué?

-...Que tontería...

Le dije mirando a otro lado.

-Intenta tus trucos con otra persona, chiflado....

Dije en tono borde, intentando recuperar la compostura.

-¿Como voy a estar muerta? Los muertos no caminan, están muertos...Creo que has visto demasiadas peliculas...

La mire sonriendo, esta vez sin ser cortes. Estaba siendo muy borde y lo notaba, estaba asustada y lo sabia realmente me había preocupado por ella, le había intentado demostrar la verdad y viese que es lo que era.

-Claro…lo muertos no caminan, y los trenes no te llevan a villas fantasmas donde hay humanos que “mutan” en otras cosas-sonreí con sarcasmo- Desde que saliste del tren… ¿tienes hambre? ¿Frio quizás? ¿Has tenido sueño quizás?

Ahora mis comentarios sonaban un tanto burlescos pese a no querer serlo; tendría que entender que ya no era humana pese a lo que ella pensase, actuase o viese.

-¿no te sientes un poco distante en comparación al resto de personas? Tu veras, pero acepta lo que eres…

En ese momento me senté tranquilamente, saque unas cuantas semillas de maíz y comencé a comérmelas como si fuesen un delicioso manjar.

Todo lo que me dijo fueron como puñaladas, una detrás de otra. Se me hizo un nudo en el estómago y di un paso atrás.

-....Eso... no tiene nada que ver... siempre me he sentido distante al resto de personas...

Pero lo que si era cierto esque ya nada me dolía... Tampoco me había parado a pensar en el frío, el hambre, o el sueño ya que hacía menos de diez minutos que había despertado en aquel vagón...

-...¿Dónde diablos estamos?

Pregunté esta vez con impotencia contenida por no saber que responder a sus acusaciones...

La mire fijamente e inquiridoramente de manera que no se librara de mis punzadas con la mirada. Di una vuelta a su alrededor, después observe el entorno. Me acerque a ella despacio, lentamente, mi rostro sobre el suyo al ser yo algo más alto que ella. Con voz tranquila pero firme le dije.

-Creo que esto es el infierno, y no sé nada más, hace poco viene aquí también, ¿Por qué? No lo sé y si te soy sincero, no me importa; ya que lo que me importa es salir de aquí

Después sin más ni más me fui caminando, continuando mi paseo como si nada, dejándola atrás pensando en mis cosas y comprobando que poco a poco este lugar era más interesante de lo que alguna vez había pensado, eso sí, seguía queriendo salir de aquí.