El país de los fumetas.. digo, de las maravillas

Desperté de sopetón cuando el tren dio una sacudida. ¿Se estaba deteniendo? Me levanté rápidamente. "Joder", pensé. Me había quedado dormida, y si me pillaban lo pagaría. Seguramente me había cargado a un tipo y la policía lo investigaría. "Corre, Farah", me dije. Me levanté y fui atropellando gente, o lo habría hecho de haber habido gente, lo que me pareció extrañísimo, de camino al compartimento de equipajes. Esa moto me vendría de perlas.
Había sangre en el suelo cuando llegué, pero el cuerpo no estaba. Eso significaba que tenía que salir de allí cuanto antes. Cogí la moto y abrí la compuerta. Aquello estaba... totalmente vacío. Dibujé una mueca, entornando los ojos.
- ¿Qué coño...?
Me bajé con la moto y salí de allí. Una especie de niebla púrpura comenzó a cubrirme los pies conforme andaba y yo cada vez entendía menos. "¿Dónde coño estoy?" Aquello parecía el país de los porros.