Un momento perfecto [Libre]

Deje el libro que estaba leyendo a un lado y mire la hora en mi reloj. Parecía mentira que solo hubiesen pasado dos horas desde la parada en París, ya no podía mantenerme quieta ni un minuto mas, así que decidí salir a deambular por ahí.

Los pasillos del tren eran angostos y un tanto incomodo, resultaba casi imposible pasar sin molestar a los demás. Como pude logre llegar hasta la terraza del tren, en cuanto puse un pie en esta quede maravillada con el paisaje que me regalaba el entorno.
No sabia muy bien en donde estábamos, pero la vista era imponente. Un pequeño pueblo, despierto con los quehaceres diarios de sus habitantes, franqueado por un inmenso bosque y montañas que limitaban la zona. Eran ya casi las seis de la tarde y el sol comenzaba a bajar, bañando de un cálido dorado todo cuanto sus rayos tocaba.

Lamentaba no haber traído la cámara conmigo, había quedado en el compartimiento junto con mi bolso. Lo único que me acompañaba era mi mp3, el cual apague para poder apreciar mejor los sonidos naturales que acompañaban el ruido del tren al avanzar.
Me recosté sobre la baranda, admirando la perfección que me rodeaba y apenas siendo consciente si había o no alguien allí conmigo...

Estaba tan distraída dentro de mis propios pensamientos, mientras admiraba el paisaje, que no me di cuenta que no estaba sola en aquella terraza. Casi me Sobresalte cuando vi al hombre allí parado. vestía tan elegante que me sentí un poco fuera de lugar con mi simple jean azul oscuro, la remera negra al cuerpo y la camperita blanca de algodón que llevaba yo. El me saludo con un movimiento de su sombrero y le respondí con una amable sonrisa, retirándome un poco de la baranda en cuanto el se acercaba hacia donde yo estaba. Era curioso, ya no se veía a nadie fumar en pipa, no al menos de donde yo venia.

“Bonjour mademoiselle, où va vous?” Bueno, eso representaba un problema. Apenas si había aprobado el curso de español en el colegio, mucho menos entendía de francés. Me acomode, nerviosa, un mechón de cabello detrás de mi oreja, algo que resulto absolutamente inútil, puesto que el viento se encargo de liberarlo de nuevo en apenas dos segundos.

-Emm lo siento, yo..yo no hablo francés

Le dije casi tartamudeando un poco. Entones recordé que en varias zonas de Europa la gente se había acostumbrado a hablar tanto su idioma natal como el ingles y rece porque fuera ese el caso

-Tal vez hablaría usted ingles?

Le pregunte esperanzada…

Suspire casi imperceptiblemente, mas aliviada al franquear el problema del idioma. Su mirada era atrayente, aunque no estaba muy segura de si eso era bueno o malo. Es como quien encuentra en una rosa un dejo de algo peligroso o...tal vez misterioso?

- No debe ser un problema cuando se tiene el conocimiento de varios de ellos, para quienes nos limitamos simplemente al idioma de cuna..pues, se dificulta un poco conocer a otra persona de distinto lenguaje.

Le respondí risueña. Era una suerte que al menos uno de los dos se halla tomado la molestia de estudiar otros idiomas, pensé para mi misma. El me sonrió y sentí como la sangre se me acumulaba en las mejillas, para empeorar las cosas, encima tengo que ruborizarme.Genial!! Pensé indignada conmigo misma.

- Si, estoy sola. Voy a Irlanda a visitar a mi abuela, pero decidí tomar un camino mas largo para conocer algo de Europa ya que nunca he estado por aquí.

El me resultaba un hombre de lo mas misterioso, aunque..claro, que tan "no misteriosa" puede resultarte una persona que recién conoces?. Aun así... había algo, en su mirada. Mis ojos se clavaron en los suyos, de un perfecto color avellana, como si intentara develar el misterio que ellos escondían. Lejos de lograrlo, desvié mi mirada hacia el paisaje, temiendo parecer desubicada.

-Bueno, aborde el tren en España, pero soy de Estados Unidos, de Atlanta, para ser exactos.

Volví a mirarlo y me percate de algo

- Oh! lo siento, mi nombre es Haylie

Dije mientras estiraba mi mano

Alce una ceja y sonreí cuando el tomo mi mano y la llevo a sus labios, dejando un suave y encantador beso en ella. Pan Wickham, repetí mentalmente dejando que la información se grabara en mi.
Era extraño, sus modales encantadores y su agradable sonrisa no conseguían disimular algo extraño en su mirada, tan intensa que hacia que me sintiera un poco incomoda a pesar de lo agradable de su compañía, era algo ambiguo que nunca había experimentado, hasta ahora.

El sol comenzaba a bajar con mayor velocidad a medida que se acercaba el ocaso y el cielo se dibujaba en matices naranjas y rojizos a medida que las sombras cobraban forma mientras la noche peleaba, reclamando su lugar.

- Y hasta donde se dirige señor Wickham? solo por curiosidad.

Le pregunte, mas que nada intentando evadir el incomodo silencio que se había impuesto entre nosotros y sin estar muy segura de querer que la oscuridad me alcanzara en compañía de tan misteriosa persona pero sin querer dejarlo ir tampoco...

Spoiler:

No pude evitar alzar mis cejas con sorpresa ante sus palabras

- Tulipanes?

Le pregunte incrédula. Inmediatamente después me arrepentí de mi pregunta y de mi reacción. Era cierto que me resultaba de lo mas curioso una persona que se hacia semejante viaje solo por unos...tulipanes, pero quien era yo para juzgarlo o para cuestionarlo? Lleve mi mirada al suelo, avergonzada y mis dedos comenzaron a retorcer un mechón de mi cabello, señal de que estaba nerviosa.

- Lo siento, no pretendí ser mal educada

Me disculpe mientras volvía a sentir el calor en mis mejillas. Con suerte la oscuridad que se cernía sobre nosotros me ayudaría a que ese detalle no fuera notado por mi acompañante...esperaba que así fuera.
Su voz resultaba de lo mas encantadora, te daban ganas de hacerlo hablar solo para poder escuchar su tono perfecto.

- Mis flores preferidas son los lisianthus blancos. Por lo general se los utilizan para arreglos florales, es muy común verlos en los ramos de novias.

Lo mire y sonreí, conservaba esa predilección por aquellas flores desde pequeña y no sabia muy bien por que, simplemente me fascinaban.

- Puedo preguntar...sin querer inmiscuirme en sus asuntos, por que hace un viaje tan largo por unas flores?

Un viaje por flores, con la intención de conseguir el perdón de una mujer. Era algo tierno, desde el punto de vista romántico, aun así, se me cruzaron muchas razones por las cuales necesitara hacer aquello para ganar su perdón. Que le había echo? cuanto la había lastimado? Me deje llevar por mi terrible experiencia, la cual no solo había dejado huellas en mi alma, sino también que le había costado la vida a dos de las personas que mas amaba, guiada de mi gran estupidez. Cerré los ojos, dolorida al pensar en aquello y volví a abrirlos cuando me dijo que se hacia tarde.
El beso nuevamente mi mano y se despidió, con la promesa de que al volver a encontrarnos decoraría mi cabello con lisianthus blancos.

- Encantada, espero volver a verlo.

Fue todo lo que logre pronunciar mientras lo veía marchar. La oscuridad me envolvió por completo, en aquella terraza solo brillaban las luces provenientes del compartimiento mas próximo. Aun así me quede un rato mas allí, el paisaje ahora se había transformado en siluetas que se recortaban contra un fondo oscuro. Deje que el aire mas fresco de la noche despejara mi mente de imágenes iguales de oscuras que el entorno que me rodeaba y encendí mi mp3 para ayudar a distraerme.

No se bien cuanto tiempo paso antes de volver al vagón 7, en donde me tocaba viajar. Una vez allí saque mi libro y me dispuse a continuar con la historia en donde la había dejado. En algún momento, entre pagina y pagina mis ojos se fueron cerrando y me abandone, sin darme cuenta a un sueño inquieto, en donde se mezclaban imágenes de paisajes lejanos y tierras verdes, con la presencia de un misterioso hombre de traje de tres piezas y sombrero, rodeado del humo de la pipa que fumaba.

Fin