Será mejor dejar... el pasado en el pasado.

Abrió la puerta de la terraza para encontrar un lugar donde establecerse y descansar un poco, había estado tan emocionada que no contaba con su natural cansancio, el cuerpo le reclamaba a gritos que se sentara a dormir, un pequeño dolor de cabeza, pero lo suficientemente molesto como para dejarla con un leve mal humor.

Aunque le agrada haber podido hablar con personas durante el trascurso de su viaje, un buen hombre con un carácter de mil maravillas llamado Zedrel que traía consigo un hermoso cachorro canino, dio una leve sonrisa de gusto, mordió su labio inferior de nervios, había sido muy social, sentía que por fin estaba haciendo las cosas bien, por fin hacia lo que ella quería.

Luego conocer a esa bella mujer, aunque se sintió mal por dejarla sola en la terraza sintiéndose algo arrepentida de eso, pero debía hacerlo en cuanto llegara debía buscar a donde hospedarse, un taxi entre otras miles de cosas, “Se me olvido la cámara”, pensó, mientras observaba una box sin nadie en su interior, así que entro con cautela y dejo la maleta bien acomodada. Hizo una mueca de molestia, - ¿Cómo se me olvida la cámara fotográfica?, - hablaba consigo misma cuestionándose de tal error. Mientras aun seguía parada mirando a la maleta, pero en realidad era a la nada, hiso una mueca cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo. “Ya va, gran pensadora, todo va estar bien”, sonrió.

Se sentó y subió sus piernas de tal forma que pudiera rodearlas con sus brazos para luego dejar caer su mentón en las rodillas, su mirada estaba perdida al paisaje, era cómodo viajar en tren, era la primera vez que lo hacia y aun mejor, era la primera vez que viaja completamente sola. Hizo una mueca de gusto, no le gustaba la soledad, pero le encantaba descubrir nuevos horizontes.

Su mirada ida por el hermoso paisaje fue interrumpida por un fuerte olor a comida, hizo una mueca oliendo que podría ser ese fuerte olor, volvió a inhalar y exhalar de forma rápida, mientras fruncía el ceño.

Dado que había estado tan perdida en sus pensamientos no se había dado cuenta que en aquel lugar había una moto, "En que momento...", parpadeo una cuantas veces para fruncir aun más el ceño.

-¿Quién podría dejar una moto aquí? - se pregunto en voz alta, restos de algún tipo de comida rápida habían en algunas partes de esta, "¿Le habrá costado subir esa moto?, ¿Y el dueño?", sacudió la cabeza para salir de sus pensamientos y rió, "las personas son verdaderamente interesantes", dio una leve sonrisa y volvió a dejar caer su mentón en las rodillas, pero sin quitar la vista del pequeño pero útil instrumento de transporte, "Esperen un momento... ¿por qué no usa la moto para viajar?", volviendo a sus pensamientos, se rió pensando en que abría echo ella si tuviera una, el viento soplar, la rapidez de los paisajes pasar por su vista, una y otra vez. Escucho una melodía.

Se concentro un poco mejor "¿Música?", abrió los ojos como un gato sorprendido, tomando con atención el sonido que producía, había escuchado a su madre cantando esa canción, estaba segura que la mujer que la había criado con tanto esfuerzo tenia todos los discos de esa voz masculina. Se sintió en cierto modo perseguida y no aparto su mirada, volviéndolo una vez más a observar con el ceño fruncido.

-¿Mamá?, - susurro, "Seria posible que ella me siguiera", pensó, el permiso tan fácil que le había dado y además de que solía ser un poco loca en cierto modo su pensamiento, aparte de sobreprotectora, sacudió su cabeza, "No puede ser". Se levanta de golpe, toma su maleta y abre la puerta con fuerza, corre por el pasillo alejándose de aquel lugar.