Esto jamás será el sur de Europa

por **Aubrey Stoichev** Sáb Jun 12, 2010 2:02 am

Estaba en mi compartimiento, con una de las ventanas abiertas para que el aire frío del atardecer inundara todo mi ser. Me sentía muy mal. Mi presión debía andar baja al igual que mi azúcar en sangre, quizá. Mi mente no sabía porque me sucedía eso pero si lo sentía inconscientemente. Comida. ¿Cuando había sido la última vez que había comido? Ya ni eso podía pensar.

Se abrió la puerta del lugar y entró Leti con Barty en ella. Sonreí como pude. Por fin lo había encontrado a mi perrito, al travieso ese. Se había escapado de sus brazos mientras hablabamos y desde ese entonces ya no lo habíamos visto. Pero ahora sí. No podía escuchar lo que Leti me decía y eso me asustó. ¿Tan mal estaba? ¿Que era lo que me iba a suceder y que me deparaba mi cuerpo en las próximas horas? Extendí medianamente mis brazos para que me devolvieran al peque. Quería sentirlo junto a mí.

De repente, mis ojos fueron cerrándose y mis sentidos se apagaron, como si fuera una radio recién desconectada. Me sentí resbalar y el último sonido que pude escuchar fue el ladrido del cuerpo caliente en mis brazos.

Abrí los ojos. Estaba en el vagón aún pero la luz diurno ya no era la misma. Al parecer me había dormido o desmayado. Observé hacia el exterior y quedé muy sorprendida. Todo estaba oscuro y rodeado de una niebla púrpura. ¿Donde había ido a parar?. Me levanté lentamente por si aún no estaba recuperada de lo que fuera me hubiera sucedido y abrí mi compartimiento. Salí al pasillo. Nadie, ni una sola alma. Me preocupé mucho más. ¿Dónde estaban todos? ¿Y mi amiga? ¿Y Barty?

Mis pies bajaron del vagón y empezaron a caminar casi sin darme cuenta. Mis maletas también bajaron conmigo, o por lo menos las dos únicas que tenía: Mi mochila y una de las grandes. Al bajar, observé que el vagón también estaba solo. No había locomotora, ni otros vagones junto a él. Que extraño me parecía todo. Estaba aturdida más que nada. Confusa, triste y asustada. Ni prestaba atención a donde iba por lo que casi más atropello a un señor con un sombrero. La niebla lo había ocultado por completo y por eso no había percatado en él hasta ese momento. Bastante misterioso me pareció apenas apareció y una desconfianza muy grande que no entendía de donde venía. Èl se acercó a mí. Debía moverme, pero mis pies parecían plantados al suelo, como si tuvieran raices hechadas en la tierra. Así que vi como se acercaba hacia mí sin otra opción.

por **El señor del sombrero** Sáb Jun 12, 2010 3:28 am

Aquella noche suele andar por las calles de la villa y las luces resplandecen. Se pasea entre la neblina espesa y el frio apremia.

El misterioso hombre del sombrero se detiene frente al recien llegado y sonríe perfecto sin mostrar completamente el rostro. De su saco saca una bombilla de color cobalto que parpadea insesantemente y el hombre al recibir esta... se escucha el sonido del viento... Silecio....

La nebulosa se espesa sobre aquel hombre del sombrero y las campanillas de la estación suenan marcando las doce.

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