Devorando [libre]

[flasback]
Te amo con toda mi alma... nena, cuidate ¿quieres? recuerda que siempre tendras a un novio que estara esperandote...-

La joven asintio sonriente. Su novio se despedia de ella por ultima vez, con un beso suave, un abrazo fuerte y un "te amo tambien... no me seas infiel eee!" la chica subio en el tren.

Cuando la locomotora arranco, saludo alegresemente por la ventana, sancando una de sus manos y agitandola. Su novio, un hombre moreno como el cafe y de traje elegante, correspondio el saludo.

Ella se iria un par de semanas y regresaria, con, si tenia suerte, un contrato para actuar en una pelicula famosa.
[fin del flashback]

Zuki observaba un trozo de melon clavado en un tenedor, dandole algunos giros mientras pensaba en aquella situacion. En las ultimas palabras a su novio, sonrio de medio lado, estaba emocionada. Pronto tendria un contrato muy bueno y de ahi, al estrellato total.

Un recuerdo fugaz ensombrecio su rostro. Aquellos frenos que daño. Sin embargo, volvio a tierra, levantando la mirada hacia los demas y devorando aquella fruta. Los viajes le daban hambre, acaricio a su gato -que llevaba en el bolso de mano, con un collar rosa y una placa dorada- luego, volvio a la comida.

Un día más de viaje en el tren, era un trayecto demasiado largo... definitivamente, no iba en camino a Gales, la cuestión era ¿a donde me dirigía ahora?, justo en esa disertación me encontraba, cuando vi esa pequeña y peluda figura, los gatos siempre me habían gustado, solía tenerle mucho cariño a Pavlov, el siamés que Ceresier se había empeñado en intentar rescatar no con buenos resultados, por supuesto.

Caminé hacia la chica que tenía al gato en su regazo, esa carita peluda me hizo sentirme osada y le saludé -hola, lindo gato- dije, con voz bajita... una cosa era sentirme osada y otra muy diferente que en realidad fuese valiente.

Levante la mirada en cuanto alguien hablo. Habia permanecido observando el plato durante todo el rato, casi como resolviendo un crucigrama. Cuando la mire, era una chica de cabellos rojizos, delgada, muy blanca y con ojos color esmeralda. Me gustaban las esmeraldas... lucia un poco timida a juzgar por el bajo ruido de su voz. Le sonrei contenta

-Su nombre es Moony... ¿quieres tocarlo? es muy cariñoso... cuando no esta de malas-

Solte una carcajada. Observe a la chica un poco mas, entonces recorde mi cortesia. Señale el asiento que estaba delante mio.

Si gustas, puedes acompañarme a comer... realmente me siento algo nerviosa por este viaje... y compañia no me viene mal. Mi nombe es Rukia.-

Sonreí ante mi propia tontería ¿en serio podía sonar tan retraída? aparentemente, sí -gracias, también tiene un lindo nombre- pasé mi mano entre las orejas de esa bolita de pelo y pude notar como olisqueaba mis dedos -parece amigable- sonreí de nuevo, sintiéndome ligeramente estúpida y atendí a su pedimento, tomando asiento a su lado.

-Un placer Rukia, yo soy Ginevra- le tendí la mano en el breve espacio entre nosotras -no te pongas nerviosa, los trenes son lindos, muy de la vieja escuela... te llevan a otros tiempos- agregué en tono medio soñador.

Le observe unos segundos, Ginevra era su nombre. Extendi mi mano y salude efusivamente.

Un placer...-

Escuche sus palabras, decia que los tres te transportaban a otro mundo. Di una mordida de un trozo de melon en el plato y mire hacia la nada. Suspire, tornandome seria unos segundos.

Seria genial que llevaran al pasado... para variar...-

Murmure, aunque rapidamente cambie la conversacion. Lance mi cabello hacia atras, algunos mechones me estorbaban. Animadamente pregunte.

Y dime Ginevra... ¿de donde vienes... a donde vas?-

-Te llevarán hasta el punto en que tengas un significado con ellos- comenté casualmente, y miré un momento por la ventana ¿por qué seguía cautivándome de ese modo el paisaje? parecía que dábamos vueltas en círculos y aún así, no podía dejar de mirarlo.

-Vengo de Londres, viajo a Gales, pero creo que este viaje ya se ha extendido un poco, quizá por tren es mucho más largo que la practicidad de un avión- dije, tratando de enmascarar el fastidio de seguir en el tren, de desear llegar hasta mi destino finalmente. -¿Moony viaja siempre contigo?- pregunté, más en afán de relajarla, que por interés genuino, al final, siempre sería curioso ver un gato en un tren.

La observe mirando por la ventana. ¿que tenia aquel paisaje que le gustaba? Tambien me quede mirando unos segundos. Luego dijo que venia de londres y que el viaje habia tardado. en eso tenia razon, se suponia que su destino estaba a menos de un dia y estaba tardando ya bastante. Pensandolo bien, pasaba del dia de estancia.

Si... siempre viaja conmigo. Es... como mi protector. Este gato no se separara de mi por nada...-

Eso me alejo del pensamiento sobre la rareza del tren. Le sonrei, mientras dejaba la bolsa con el gato en el suelo. Di un trago a la bebida y mire hacia las ventanas.

Sabes... creo que si esta tardando demasiado. Me pregunto que pensara el sujeto que maneja este tren. espero y lleguemos pronto o perdere la cita mas importante de mi vida...-

Volvi a mirarla, mordiendome el labio inferior ligeramente. -Dime... ¿trabajas o algo asi?- quiza mi pregunta era un poco atrevida, pero, lo que fuera con tal de sacar mi mente del hecho de que no tenia mucho tiempo para llegar, y de que tenia que lucir perfecta ante el productor.

¿Una cita? vaya, aparentemente, en este lugar, todo el mundo tiene una vida más allá de rumiar miserias ajenas y quizá un tanto antañas, la miré fijamente, tratando de estudiar el origen de esa mirada asustada que se reflejaba en sus ojos azules -entiendo, te da seguridad, los animales suelen tener ese efecto en nosotros- dije, tratando de no sonar clínica y con un muy mal resultado -sin embargo, un animal de compañía generalmente es un compañero de vida- completé, dando mayor sentido a mis ideas.

-Soy fotógrafa, y viajo a Gales para hacer algo de material para exhibición...- "harás fotos maravillosas Ginny y montaremos tu exposición en el local de Yuri, aunque me haga mohines", sin poder controlarlo, una lágrima se me escapó del ojo izquierdo y en mi afán de ocultarla un poco, terminé jugando con la alianza dorada en mi dedo anular izquierdo -estoy segura de que podré encontrar algunos sitios magníficos para hacer fotografías- agregué con la voz medio quebrada.

Asenti cuando dijo que un animal de compañia era un compañero de vida. Mire al gato, ella tenia razon. ¿cuantos momentos no habiamos compartido Moony y yo? practicamente eramos muy apegados.

Tienes razon... tantas cosas que he pasado con ese animal...-

Entonces dijo que era fotografa. Vaya, una artista, eso era genial. Se quedo un poco pensativa, y entonces vi una lagrima que resbalo por su mejilla izquierda. Observe que al tratar de ocultarla comenzo a jugar con una alianza dorada, muy hermosa.

No sabia que decir exactamente, no queria importunarla, asi que estirando su mano hacia la chica, le sonrei tratando de calmarla.

Lamento si dije algo que te hizo sentir mal... estoy segura de que eres una gran fotografa. Algun dia, espero ver esas obras... se que me encantaran. -

Tratando de cambiar el tema y hacerle sentir mejor, me levante, colocando a Monny a un lado de ella con cuidado. El gato me miro a mi y luego a Ginevra. Ante una caricia tranquilizadora de mi parte, el animal salto del bolso y se enredo en una de las piernas de la joven peliroja, en señal de que queria ser levantado.

Su voz me hizo volver del lugar al que me había ido, menuda facha estaba hecha, lloraba por cualquier cosa y según yo aquel viaje era, más que nada para despejarme y volver a ser yo misma -gracias... seguro que será un buen material- dije, agradeciéndole con una sonrisa abochornada -a todo esto ¿a qué te dedicas, Rukia?- pregunté, intentando recuperar el hilo de la conversación.

-Has dicho que viajas, pero no a dónde te dirijes, ni que es de tu vida normalmente- y en ese momento me sentí una total entrometida -disculpa, no quise ser tan abrupta, es sólo que viajar tanto tiempo y sola, hace desear algo de buena compañía- comenté, ligeramente apenada.