¡Movil, ven a mi! [Libre]

El hombre del sombrero observa a la joven mujer y no puede evitar mirarla con agrado, su belleza y sus ojos resaltan, le gusta, sonríe con picardía. El asiente cuando ella dice que viaja solitaria, el viaja siempre con compañía, la compañía de una mujer con besos de hiel.
Le toma la mano y la besa con gesto anticuado, sin dejar de mirar esos ojos azules que posee la joven. El es encantador y tiene un porte inquietante, le sonríe.
-Encantado de conocerla Madeimoselle Ross –murmura con aquel acento afrancesado que posee y luego deja la mano de la señorita- Damien Wickham –Esa sonrisa terriblemente seductora se dibuja en sus labios y levanta levemente el sombrero para mirarla mejor con aquellos ojos avellana- ¿A dónde se dirige una mujer tan hermosa de viaje?

El hombre del sombrero que dice llamarse Damien la mira con curiosidad y atento escucha su voz y se alimenta de las emociones de la mujer, emociones que siembra desde que se aparece. Es imposible no sentir algo con tan agradable estampa, su sombrero de ala ancha es acomodado por una de sus manos.
-Londres… una ciudad fría, pero muy hermosa. –Comenta con esa voz encantadora y llena de sensualidad- Vengo de Paris, iré a Holanda… -Se queda callado un momento mientras mira el ventanal y nota que es más alto que la señorita de ojos preciosos, su sombrero de color oscuro resalta de la piel de la joven.
-Si no es mucha indiscreción… ¿le gustaría tomarse un café?

El hombre se ajusta el sombrero le pone el brazo a la señorita para que lo acompañe al vagón cafetería. El la mira de reojo mientras se regocija de emociones que fluyen en ese momento, se escuchan sus pasos por los pasillos y palpa en sus bolsillos su pipa de ébano, le apetece encenderla y tomarse un buen café. Se pregunta que edad tiene la joven y la vuelve a mirar con curiosidad, con aquellos ojos avellana. La gente que pasa los mira porque el hombre del sombrero es bastante inquietante. El sonríe perfectamente y le pregunta a su acompañante:
-Puedo preguntarle ¿Qué edad tiene señorita? –mientras tanto siguen caminando por los alfombrados pasillos del vagón 7 del tren de media noche hasta llegar a una puerta que abre y da paso a la joven para que pase primero- Ya llegamos –dice con esa voz encantadora mostrando el vagón cafetería-.