Señorita de alta sociedad busca... [Vagonero]

En mis adentros esperaba que el ser que se aproximaba fuera alguien que le ayudara no quería encontrarse con más seres extraños, esperaba que ahora fuera solo alguien y no algo.

~ ¿Porque siento paso y no veo a nadie?~ Me pregunte, pero luego pensé que quizás la neblina no me permitía ver bien, lo que pasaba. No quería pensar en que mis sentidos estaban más agudos, pero por un instante, un aroma que sentí muy de cerca se aproximaba, era una mezcla de carbón, ron, tabaco y jabón.

Cada vez me inquietaba mas, por no saber quién era aquel ser, pero de la neblina aparece un él... Que encuentro más curioso, no podía creer que aquel hombre desgarbado que pensaba que no vería nunca más seria el que se acercaba.

Me levante de mi lugar y mirándolo con agrado, y satisfacción por ver un rostro conocido dije.

_Oh eres tú, me alegra verte aunque seas tú.

Dije sonriendo y pensado en que el Vagonero lucia mejor que la última vez que le vio, se veía mas limpio por decirlo así, lo que lo hacía ver más guapo.

_ ¿Puedes ayudarme nuevamente? Para variar estoy perdida, buscaba un buen hotel, pero ya ves me perdí y como dices no es lugar para una señorita como yo.


Dije sin mirar de mirarlo, mientras arreglaba mi ropa.

La figura del Vagonero a pesar de todo me parecía bastante enigmática, por decirlo menos, sabía que más allá de todo ese carbón había algo más, pero quizás nunca lo descubrías, mientras lo miraba, algo extraño pasó con ella, unas ideas bastante poco decentes pasaron por su mente. ~Demonios, este hombre me...~ Preferí frenar mis pensamientos, nuevos pensamientos, y mire a vagonero diciéndole.

_Pues ¿De qué depende?

Dijo casi si saber lo que decía, pero por un momento pensó en decirle mirando con otros ojos al Vagonero ~En mucho, con esa pinta~ Pero dijo seria, tratando de reprimirse.

_Ando buscando un lugar seguro donde pasar la noche, de la paga no se preocupe, tengo como pagar.

Por un momento pensó que sus palabras podrían ser mal interpretadas, pero no le importo.

El estar allí tanto rato le había provocado un poco de calor, por lo que me saque la gabardina que llevaba, quedando solo en una simple camiseta algo escotada. Quizás inconscientemente quería tratar de que el Vagonero me brindara la mejor de las ayudas.

_Me apuro pero ¿Por qué tanta prisa?

No sabía bien que me depararía quedando completamente a merced de aquel hombre, pero no temía de él, es mas tenía una extraña confianza en él, quizás era por la insistente atracción que sentía hacia él, definitivamente era eso, además luego de bajar del tren sus pensamientos estaban bastante más oscuros, de lo normal, así que fuera lo que fuera el Vagonero, se lo daría a cambio de lo que quería en ese momento.
Sonrió de medio lado ante las palabras del Vagonero, y con desinhibida coquetería en la voz digo.

_Pues por dinero no se preocupe, puedo pagar todo lo necesario y más.

Estaba por sacar su chequera, cuando escucha las palabras del Vagonero, le parecieron algo sugerente lo que le gusto bastante, pero no dejaba de impactarle ¿qué le pediría de paga? Mientras pensaba dije con una sonrisa de medio lado.

_ Bueno señor… Ehhmm pues entonces, le pagare como quiera usted, pero siempre y cuando me ayude con le pedí.

Por un momento, quiso saber mucho más, pero no quiso seguir preguntando.
Me deje guiar por el Vagonero, no sabía donde la llevaba, pero quería saberlo pronto la sed comenzaba a volver.

Comenzó a caminar, casi correr junto al Vagonero, esperaba que por lo menos valiera la pena, cualquier pago que podría suceder. Ya no temía del Vagonero, que mas podría pasarle, ya estaba perdida, desorientada, sedienta y más que nada confundida así que pero imposible.

Vio un hotel, al parecer era decente, y camine hacia el junto con el Vagonero. Y le dije.

_Espero que valga la pena.

Me acerque al mesón de la recepción, hable con la chica y registrándome, camine hacia el Vagonero y mostrándole la llave de la habitación le dije algo curiosa.

_Bueno, ya es hora de pagar, no creas que evadiré el pago, te lo mereces si no fuera por ti, aun estaría al intemperie, pero ahora menos platica, vamos a la habitación.

Caminamos hacia la habitación, no era lo más fino pero estaba bien al menos hasta que consiguiera algo mejor y estando ya adentro le dije seria pero expectante.

_Dime mi querido Vagonero lo que quieres como pago, no temas en pedir estoy abierta a cualquier pedido.

Dije sentándome en la cama, descansando un poco.

La cama era bastante cómoda pero se levanto para recorrer el cuarto, la presencia del Vagonero la tenía un tanto incomoda, por un momento pensó que diría la mujer de la recepción al verla subir con aquel hombre. ~Que horror~ pensé, pero luego trate de relajarme y mire al hombre en la puerta el tenia un algo que la hacía no querer dejar de mirarle, pero lo escucho y respondió con una ceja levantada.

_Claro lo que quieras lindo. Por supuesto entonces estamos en deuda, puedes cobrarme cuando quieras el favor, claro siempre y cuando no me pidas imposibles.

La mirada del hombre era bellísima, pero le encantaba la lasividad con que él me miraba, yo no era tonta y sabia cuando me miraban de esa manera, por lo que me volví a sentar con mi mini falda, cruzando las piernas, mirando sugerentemente al hombre, al parecer mi sed de liquido no era lo único que había aumentado.

Pensé un poco antes de responder la pregunta y dije.

_La verdad, primero debo ver si este pueblo me ofrece lo que busco, porque hasta el momento no lo tengo claro.

De repente me regreso la sed, y algo en el Vagonero me hacia saborearme era un aroma que expedía el… Pero trate de concentrarme y solo mire al Vagonero.

Mientras miraba al hombre lo examinaba detenidamente, pensaba en que si se arreglara un poco más, se vería como todo un señor de la más alta clase, tenia buenos rasgos, una estatura nada despreciable, su cabello a pesar de todo era muy lindo. ~Le hace falta un new look~ Pensé, mientras le miraba sin importarme si mi miraba le incomodaba.

Las palabras del Vagonero no me convencían mucho por lo que le dije.

_ ¿Seguro? Hasta el momento solo he visto callejones sin salida, y muchos bombillos. Aun que creo que podría encontrar algo con que divertirme mientras tanto.

Dije bastante coqueta.
Al ver al Vagonero arrodillado se me ocurrió una genial idea pero la deje pasar, en ocasiones parecía que no era la misma.
Cuando me quito las zapatillas cambie la posición de mis piernas, cruzándolas nuevamente pero hacia el lado contrario, estando el frente a mis piernas, de manera insinuante.

Cuando se acerco ese aroma penetro por mi nariz, no sabía a qué se debía aun, por lo que trate de distraerme y responder a sus palabras.

_Gracias, Vagonero eres muy amable, creo que mereces una recompensa.

Dije con una sonrisa bastante picara. La tensión sexual aumentaba en el lugar, pero se sumaba el factor de que yo sentía que el Vagonero tenía algo que satis facería mi sed, y hare todo lo posible para descubrir que es.
Al ver al Vagonero sentado en el piso, lo mire y con una voz bastante convincente, le dije.

_No me temas, no muerdo, siéntate a mi lado, la cama es grande. Además hace un poco de frio y quizas tu cercania me de un poco de calor

Dije haciéndome a un lado para que él se sentara a mi lado, estar cerca de él me hacia querer descubrir muchas cosas.

Cada movimiento, mirada, gesto del Vagonero me inquietaba, hasta el mismo hecho de ni siquiera saber su nombre, solo esa especie de ¿apodo? que aveces hasta despectivo me sonaba, pero que mas sera si el era aquello un Vagonero.

Desde la primera vez que había visto al hombre, no lograba entender el porque del poder que tenia sobre mi, quizás todos estos cambios por los que estaba pasando me hacían no se, mas vulnerable quizás o se trataba solamente de que la soledad comenzaba a afectarme demasiado, al parecer era eso, nunca me había sentido tan sola, siempre había estado con gente, con mis padres, mis pocos amigos pero en fin, ahora estaba sola, y debía seguir adelante.

Escuche las palabras de Vagonero, pero aun me eran poco creíbles, y respondí.

_Pues espero que sean muchas mas las agradables, aunque por otro lado pienso que podría tener una muy agradable pronto.

Dije sin hacer gesto alguno mirando al Vagonero como si nada. Solo mirando su rostro y no me había percatado de la bella sonrisa que tenia, pero no me iba a dejar encandilar solo por un rostro semi bonito, sabia que había mucho mas tras el.
La escusa del frío no era meramente una escusa, de repente sentí muy frío mi cuerpo demasiado, pero curiosamente ya no tenia tanta sed, esta situación paso desapercibida cuando sintió la caricia de la mano de Vagonero en su pierna, que la estremeció quizás la quería pero no se lo esperaba al menos no tan pronto.
Cuando escuche sus palabras en lo primero que pensé fue: ~A mi padre no le gustaría que su niña se metiera con semejante tipejo.~ Me aleje unos centímetros de el diciendo.

_Aléjese... Déjeme...

Claramente no estaba segura de lo que decía por que algo en mi interior quería que el siguiera, pero un brusco beso acallo mis palabras, trate de zafarme claro sin mucho convencimiento, pero termine dejándome llevar por el sabor de sus labios, acercadome mas a el.

Los besos del Vagonero me encantaban, creo que en el se cumplía lo que el mismo decía sobre las cosas agradables que viviría aquí, pero a a pesar de todo lo que me reprimía, para dejarme ir por un instante, me comencé a olvidar de todo mi pasado, de mi padre principalmente, y comencé a disfrutar de las caricias y besos del Vagonero, acariciando su espalda, su fuerte espalda.

Mientras me besaba el Vagonero, sentía como me raspaban sus manos pero era una sensación bastante agradable, me gustaba la fuerza que imprimía en cada caricia.
Sus manos iban como explorando, mi cuerpo, le ayude a quitarme el vestido, quedando vestida con mi ropa interior, y desabotone su camisa, dejándolo a torso desnudo, tenia un cuerpo muy bien formado, me imaginaba que era por el arduo trabajo de Vagonero.

Acaricie su pecho libidinosamente, dejándolo de besar en los labios para bajar besando su cuello, hasta su pecho.

Já quien me viera y quien me ve, yo siempre tan compuesta ahora metiéndome con un simple Vagonero, cuando siempre anduve con los mejores militares, pero ninguno me hacia sentir como el sucio y desaliñado Vagonero, el cual ahora, se deleitaba con mi cuerpo con una libertad que pocos habían tenido.

Me encantaba el cuerpo del Vagonero, el era una especie de placer culpable, no me gustaba confesarlo pero no lo quería dejar. El escucharlo suspirar por mis besos me encantaba el también lograba llegar a mi con sus caricias y besos, haciéndome estremecer.

Recorría su cuerpo con mis manos besando su cuello, su pecho y cuando mis manos llegaron a su pantalón, tome el cierre y comencé a abrirlo, bajando lentamente su pantalón, mientras le besaba el abdomen.

No me podía resistir cuando el Vagonero, me sacaba la ropa, ya definitivamente me había rendido a el, y ante su sonrisa, que me encantaba, al verlo sonreí le dije susurrando.

_Todo lo que ves es tu recompensa...

Mi cuerpo se llenaba de placer, y se contraía con cada acción en mi pecho, mientas yo me dejaba y trataba de sacar completamente sus pantalones lograndolo sacar justo cuando el termina con mi ropa quedando completamente dispuesta para el.

Mientras estábamos en lo nuestro con el Vagonero, escuche su respuesta, escuchar tan marcadamente la palabra "damita" me desconcertaba un poco, pero hoy no quería pensar, solo quería disfrutar perderme en el pervertido Vagonero, el tipo de hombre que nunca tomaría en serio según yo.

Nada podía esperar de resultado esa noche, pero solo quería liberarme, desatar todos los prejuicios y solo ser la mujer que siempre fui.

Cuando me tomo el Vagonero por un momento temí, pensé estúpidamente que corría peligro, que el Vagonero me haría daño y así parecía ser pero solo eran más de sus sucios juegos, el tenia mi cuerpo a su entera disposición, y así actuaba, sin contemplación, sin respeto, pero me encantaba, lo deseaba, por lo que no oponía ningún tipo de resistencia, quizás era un tipo de degradación, pero no me importaba, ni siquiera las sucias palabras de Vagonero, es mas incrementaban la lujuria en mi por lo que mientras él me acariciaba, yo gemía levemente por el placer que sentía, no quería que acabara, pero ya ansiaba que me hiciera suya, y podía sentir que el también lo quería por lo que como pude me gire para verlo a la cara y le bese con deseo, acariciando suavemente su entrepierna con mis manos apegando lo mas que podía mi cuerpo el suyo sintiendo su excitación.

Y nada quedaba de la buena crianza que me habían entregado, el Vagonero estaba acabando con la femenina, educada, dama Blanchard.

A pesar de que el Vagonero me trataba con 0 respeto yo no oponía ni un tipo de resistencia, solo me dejaba dominar, por el, yo quería que ele pensara que me tenia a su disposición, que pensara que era suya, claro yo lo era pero solo por ese momento, lo que pasara luego no era nada seguro, quizás nunca mas lo vería, pero dejaría al Vagonero explorar mi cuerpo hasta el cansancio el lo disfrutaba y claramente yo también.

El violencia de los movimientos de Vagonero me excitaban de una manera distinta, pero fascinante.
Cuando el me giro no esperaba que me embistiera de esa salvaje manera, pero la fuerza con que lo hacia me hacia gemir mucho mas fuerte, cada vez mas fuerte.

Yo ya no sabia como responder a semejante acto, solo podía gemir, y mas aun cuando el Vagonero me mordía el cuello, mas los jalones de cabello, pero quería sentir mas las manos fuertes del Vagonero, por lo que tome la mano que el Vagonero tenia en mi viente y comencé a guiarla por mi cuerpo mientras el seguía con las embestida, pasándola por mis pechos tratando de que los acariciara suavemente, pasando por mi abdomen, hasta llegar a mi entrepierna allí la solté para que el me tocara a libertad.

Las manos de Vagonero era una de sus mayores virtudes, cualquiera que las sintiera pensaría que son manos de artista a pesar de lo ásperas que son.
El me seguía cuando guiaba sus manos por mi cuerpo y me encantaba, lo disfrutaba moviéndome lentamente mientras el me acariciaba arremetía contra mi cuerpo, y yo gimiendo de un placer nunca experimentado antes.

Cuando esto comenzó no quería que volviera a suceder pero estas acciones me hacia desear mas del Vagonero, era como una droga, sabia que no era correcto estar con el pero no podía parar.

Cuando pensaba que no podía mejorar el Vagonero recorría con maestría mi entrepierna, yo me estremecía, gemía me aferraba mas al Vagonero, prácticamente no sentía el frió de la pared, tomaba la mano de Vagonero deseando que no saliera de allí pero ya quería que me hiciera suya por completo.

Los gruñidos del Vagonero se mezclaban con mis gemidos, por un instante, levante mi mano contra el rostro de Vagonero acariciando su mejilla, y dije entre gemidos.

_¡Eres genial! Tómame por completo.

Baje mi mano moviendo la hacia atrás y bajando sintiendo al húmeda piel del Vagonero.