::La Canción:: / Libre/

por **Anne Iris Heaven** Jue Jun 24, 2010 3:27 am

Si, la villa era hermosa y...misteriosa por decir lo menos y por supuesto que ya la consideraba mi hogar, pero necesitaba encontrar un lugar para mí, un lugar donde no hubiera gente y pudiera estar sola...en el buen sentido de la palabra, un poco de soledad no le hacia mal a nadie y yo necesitaba sentirme lo suficientemente libre como para...cantar.

Nunca había sido lo bastante valiente como para cantar frente a alguien que no fuera mi padre, y me parecía que si lo hacía en el hotel molestaría a los otros huéspedes, razón por la que ahora andaba con la guitarra colgada en la espalda mientras caminando a las afueras del pueblo.

El bosque era un lugar que me ofrecía dos de las cosas que más me gustaban: naturaleza y silencio, además de la posibilidad de un lugar perfecto para estar con mi música.

Dejé atrás una verja oxidada y un muro antiguo, y me interné en el bosque. A pocos pasos de la entrada encontré un árbol que me invitaba a quedarme junto a él, era grande, y las lamparas a su alrededor y en algunas de sus ramas iluminaban el lugar bastante bien.

Con cuidado, pero con una facilidad a la que aún no me acostumbraba, trepé el árbol hasta sentarme en una rama baja que podía sostener mi peso. Me recosté en el tronco del árbol y con la guitarra en mis manos comencé a cantar la primera canción que se me vino a la mente.

Canción:

por **Vincent Van Dort** Dom Jun 27, 2010 8:16 am

Por primera vez, la única que él podía recordar, el sonido de una guitarra empezó a recorrer lentamente el bosque, música y el canto parecían alegrar al laberinto. No, no se trataba del toque meláncolico de la flauta que las hacía reir, era algo totalmente diferente. El miedo, un escalosfrio, recorrio su espalda. Sintió curiosidad. En un momento, no determinado, el sonido de una flauta... fue inaudible.

Una, dos, tres... El número de visitas al bosque era grande, él no podía recordar cuántas veces el resplandor de aquellas lámparas lo habían dejado ciego. Simplemente no había respuesta más coherente que "toda una vida", eso era lo más coherente que a Vincent se le podía ocurrir en esos instantes. Sus pasos eran muy cautelosos, parecía perdido, dentro de lo que ya conocía, caminando sin un rumbo fijo, dirigiendose a donde sólo pudiera sentir calma. De su camino quito algunas ramas... Las luces parecían jugar con su mente. Sigue sin detenerse, hasta dar con...

No produce ruido alguno, la curiosidad le gana a la insolencia. No sabía hace cuanto, ni cuando, había escuchado el canto de una mujer. Atónito analizo, la forma de tocar, de coger la guitarra, cantar... Por un breve momento, creyó encontrar una pizca de tranquilidad. Sus cabellos estaban cenizos, como de costumbre, sus pantalones tenían rasgaduras y su gabardina seguía siendo larga... igual a siempre. Espero pacientemente, cuando la chica había términado, una sonrisa atravesó ese rostro travieso. Las manos de él empezaron a chocar una y otra y ota vez... No pronuncio palabra alguna.

por **Anne Iris Heaven** Jue Jul 01, 2010 2:22 am

Las cuerdas sonaban por última vez y una sonrisa se dibujaba en mi rostro. Volver a cantar se sentía demasiado bien, revivía buenos recuerdos y me llenaba de energía, no me había dado cuenta de cuanto lo extrañaba en realidad.

Después de el más breve momento de silencio, me sobresalté un poco por el sonido de...aplausos. ¿Aplausos?...la sonrisa se borró , mis mejillas se colorearon rápidamente al darme cuenta de que alguien me había escuchado cantar, enderecé mi postura, aferrando la guitarra mientras buscaba con la mirada al dueño de aquellos sonidos.

Encontré aquella mirada en un joven que sonreía. Su vestimenta parecía contrastar fuertemente con la comodidad de mis viejos Jeans y tenis. Bajé la mirada por un segundo, aún avergonzada por haber sido escuchada, antes de tomar valor para volver a observarlo.

Pensé en decir algo, pero me encontraba entre un "Lo siento" y un " Gracias", el primero por haberlo sometido a escucharme y el segundo por pensar que merecía un aplauso. Suspiré, y al final solo dije dos palabras:

-Buenas Noches...-Le saludé intentando hacer que mi voz sonara con normalidad. No solía ser tan cohibida, pero el encuentro me había cogido con la guardia baja y completamente fuera de foco.

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