Nuevo? [Leyna Babarovic]

por **Christopher Black Crow** Jue Jul 15, 2010 4:57 am

El extraño señor del sombrero y con traje de etiqueta me entregó una bombilla... ésta despedía luz propia de manera intermitente... su plácida luz celeste me sumió en una especie de entumecimiento... Sacudí la cabeza para despertar...

- Gracias, es muy linda, pero yo no... - aquel hombre ya no estaba a mi alrededor... realmente no había nada a mi alrededor... me giré para buscar algo de información del Vagonero, pero el tren tampoco estaba, incluso hasta la niebla me había abandonado... solo estábamos yo y la bombilla, que era una gran compañía a decir verdad. Me la guardé junto al boleto en el bolsillo de la sudadera...

Caminé sintiendo que este lugar ya lo conocía... que ya había vagado por sus calles antes... pero es imposible... lo recordaría... o no?

Tomé la funda de Nathan con mi mano izquierda mientras caminaba hasta un plaza enorme... el piso era de una roca grisácea y todo estaba rodeado de edificios.... Había un gran roble plantado allí y no pude evitar posar mi mano derecha en su tronco... era increíble... podía sentir la paz que transmitía este árbol... algo imposible, verdad?

Miré el firmamento plagado de estrellas y me senté en el piso con la espalda apoyada en el roble... Puse a Nathan entre mis brazos, descansando su empuñadura en mi hombro, podría intentar dormir unas horas y en la mañana buscaría algún tipo de trabajo u hogar...

Me saqué la bombilla del bolsillo de la sudadera y comencé a mirarla... no sé si por efecto de esta luz o de los propios focos del lugar, veía las palmas de mis manos rojas...

- Imposible... - susurré para mí mismo jugando con la bombilla entre mis dedos, disfrutando de la suave brisa de la noche... aspiré profundamente el aire de este lugar y la madera del roble lleno mis pulmones... pero esta madera tenía un peculiar olor dulzón... exquisito... inimaginable...

Sonreí y posé la cabeza en su tronco para ver como sus hojas eran mecidas por el viento... la música que ocasionaba el sutil juego de las ramas con la brisa, era encantadora... aun no me podía creer que pudiera disfrutar de esto... para mí todo era tan mágico... inexplicable... y aun así deseado...

por **Leyna A. Babarovic** Jue Jul 15, 2010 3:49 pm

“El viento soplaba de forma exquisita, estaba tan tranquila, nadie sabia nada, ni yo misma sabia las cosas que me esperaban en esta villa, era realmente hermosa cada día que pasaba me sentía mejor, aunque a veces las cosas que pasaban con Isaí… me dejaban pensando, no sabia mucho de que hacer con él… era tan libre, las mujeres dejaban sus números, o incluso verlo coquetear no era mi gran gusto, algo que me había enseñado la vida era… que las palabras se las llevaba el viento”. Ina caminaba lentamente por la villa, ya casi se sabia este lugar de memoria… habían pasado muchas cosas aquí, buenas y malas, más buenas que malas…

Sonrió a algunos habitantes que salían verla, y les agito la mano en forma de saludo al igual que ellos a ella, esta era su historia... el comienzo de su nueva historia, creando nuevos momentos, junto a gente que tendría por mucho tiempo cerca, aun no encontraba una casa donde vivir así que se quedaba en el hotel, no era muy caro así que podía costearlo.

Como siempre vestía sus clásicos Jeans gastados, sudadera y una chaqueta de cuero con capucha en su cintura traía un banano negro con varios bolsillos, paró en una tienda y compro unas cuantas manzanas para degustar su paladar, se sonrió tomándola… deseaba pronto llegar al hotel y comer unas cuantas se le hizo agua a la boca.

El viento y las luces la llevaron a su destino, estaba cerca de él cuando sintió pasar a su lado aun hombre joven de cabello dorado, piel bronceada, no pudo observar bien su rostro… pero notó que traía algo en su espalda, sintió una sensación familiar… muy diferente con otras personas, ese hombre la hacia sentir como… alguien parecido a ella, como Anne.

Lo mejor era no seguirlo… “Ina ¿Qué haces?, últimamente me estaba volviendo demasiado arriesgada, y eso era malo… uno tenia que ser precavida caminar con cautela, y siempre tener la mente abierta a cualquier cosa… por lo menos aquí era así, pasaban demasiadas cosas extrañas”, Ina siguió detrás del hombre sin escucharse así misma, se dejo llevar por el instinto. Lo observo desde lejos.

Su mirada celeste brillaba de emoción, sus ojos chispeaban de alegría, y no entendía… nada, no entendía porque le estaba pasando estas cosas… el hombre toco el árbol y lo acaricio como ella lo hizo una vez, si…de la misma forma, se sonrió… no era un enemigo de eso estaba segura, se acercó y cuando iba a saludarlo… lo vio sacando algo de su bolsillo… “Bombilla”, sus ojos se abrieron… “celeste…”, se quedó con la boca abierta, y se acercó sin pensarlo, - ¡Celeste!, - dijo emociona sonriendo.

-Es perfecto… - tragó saliva mientras sostenía su mirada llena de ternura y emoción, la alegría había inundado su corazón, ciertamente no se esperaba algo como esto, pero le emocionaba la situación.

Pensó mejor en lo que estaba haciendo, - oh, disculpa… yo no… - dijo rascando su mejilla, - yo es que… tengo una igual, - apunto la bombilla, para luego dirigir su mirada a los ojos del hombre que estaba apoyado descansando en el árbol, - ¿Estas bien…?, - susurro, no había percatado en que quizás el joven estaba herido o quizás lo habían mordido como a ella una vez, recordó a La Fleur… ese mordisco… la sangre, y su garganta dejando salir ese sonido de placer. Se estremeció de mala forma, no le había gustado ese pensamiento… no le gustaba lo que había pasado, ni tampoco… como había acabado todo.

por **Christopher Black Crow** Vie Jul 16, 2010 4:55 am

Me paré de inmediato al oír la dulce voz de una mujer. Escondí a Nathan detrás de mi espalda tan rápido como pude. No quería asustar a nadie... y menos a una señorita.

La miré y mi cerebro hiló sus palabras aun estando en el sopor de la sorpresa... se le veía alegre, realmente feliz y creo que me quedé un rato mirándola con una boba sonrisa... no puede ser... por qué vería de esta forma a la señorita??... Es preciosa, eso sin duda, pero nunca antes en mi vida me había fijado de aquella forma en una mujer... era como si estuviésemos unidos de alguna forma...

Imposible...

Aunque me habían pasado tantas cosas imposibles desde mi llegada que a veces creía que lo verdaderamente auténtico en mi vida, era lo irreal.

Sacudí la cabeza y examiné mi mano libre que aun sostenía la bombilla...

- Celeste? - pregunté más para mí mismo que para otra persona y mi voz adquirió un particular tono grave. Observé la parpadeante luz y mi mente comenzó a funcionar juntando todo lo que me había pasado desde que llegué... un hombre misterioso con siniestra sonrisa me entrega una bombilla cuyo valor debe ser más caro que cualquiera de mis pertenencias, sin contar a Nathan, claro... Luego, desaparece como si huyera de algo y después la señorita reconoce la bombilla... UN ROBO!!... apenas si escuché de forma amortiguada sus otras palabras... - No la he robado, señorita, lo juro. Un hombre de etiqueta me la ha dado - estiré la mano con la bombilla hacia ella - tómela si es suya, por favor... - aferré con más fuerza la funda de Nathan, pegándolo totalmente a mi espalda...

No quería que me involucraran con ningún delito, y menos cuando yo no había hecho nada, era algo injusto... Tan solo esperaba que la señorita creyera mis palabras... tenía una mirada dulce y sincera... sus ojos azules despedían una pureza increíble... hipnotizante... hermosa...

por **Leyna A. Babarovic** Sáb Jul 17, 2010 12:57 am

“Las dulces sonrisas solían ser algo que a mí me encanta ver, y él… tenía una muy linda sonrisa, e incluso encantadora, su nerviosismo me hizo sentir de la misma forma, parecía ser yo cuando recién había llegado, sus ojos estaban llenos de ternura… y realmente me acomodaban, estaba tranquila, muy relajada, aunque… en cierta forma algo en él me contagiaba un extraño dolor en el estómago, una punzada, atravesando hasta mi pecho… esto era nuevo, muy diferente con Isaí”, Ina se quedó sonriendo cuando vio como la miraba él hombre de bellos ojos, ladeó el rostro sin entender mucho, pero estaba feliz de que tuviera esa bombilla celeste.

Lo observo parecía tan confundido, indeciso, pero alerta, se sonrió una vez más, parecía más nervioso cada vez, y ella no entendía… “¿Qué hice?”, se preguntó a sí misma, cuando lo vio observando la bombilla y luego dirigió sus ojos a ella estirando la hacia ella diciendo rápido… muy nervioso e incluso casi histérico, que no era de él, lo miró sorprendida, la sonrisa desapareció quedando sin palabras.

- ¡No!, es… es tuya… yo… - miró para todos lados nerviosa, - Yo… lo lamento… - susurro, retrocediendo un poco, quizás había hecho mal diciendo aquello… no quería incomodarlo, mucho menos hacerlo sentir un ladrón, - Es tuya… ese señor con sombrero te lo paso a ti… eso significa que es tuya… - susurro, sintiéndose avergonzada, su rostro se tornó de un suave carmesí…

-Lo lamento mucho… no quería… ya sabes… -suspiro, sus labios se movieron sin dejar salir ninguna palabra, y frunció un poco el ceño, parpadeando un poco, - Yo… no quise, lo lamento… - dejo salir de forma tímida, ella no deseaba que él se asustara, lo miró debes en cuando, sin caer en la mirada penetrante de él…

No sabía qué hacer ni cómo moverse, se rasco un poco la cabeza, para luego mover su pierna de un lado a otro sin despegar su pies del suelo, mordió un poco su labio inferior, ella no se daba cuenta de estos movimientos, era inconscientes… cada que se sentía nerviosa comenzaba hacer aquello.

-Lamento… haber sido tan entrometida… - dijo, haciendo una mueca y suspiro, cerró los ojos y luego los abrió dejando caer su mirada al suelo.

“Tonta, aprende a callar debes en cuando… no estaría nada mal… que aprendieras algo”, suspiro.

por **Christopher Black Crow** Sáb Jul 17, 2010 12:35 pm

Ahora que me daba cuenta, la joven llevaba manzanas consigo, podía distinguir sus figuras en relieve que sobresalían de la bolsa en la cual las traía y el aroma impregnó mi paladar... mi estómago rugió sin poderlo evitar siquiera. Sentí como la sangre subía hasta mis mejillas y maldije interiormente la luminosidad que tenía este lugar, aunque ésta me ayudó a verla con claridad... era perfecta, curvas delicadas, aspecto humilde, tímida y de mirada sincera, ojos profundos, intensos y dulces... labios tiernos... puros... Mis dedos querían tocar su piel y saber si era tan o más suave a como se veía...

Escuché sus disculpas y volví en mí, miré nuevamente la bombilla, hice una mueca y me la volví a meter en el bolsillo de la sudadera junto a mi boleto de tren. Traté de sonreír y peinarme el cabello desaliñado para darle una buena primera impresión... por qué?

- No se preocupe, me asusté, creía que la bombilla era suya y se la habían robado - aun no me podía creer que me diesen algo tan valioso. Desvié la mirada y contuve a Nathan en mi espalda, realmente no quería asustarla... por alguna razón deseaba su compañía...

- Soy Christopher Black - me presenté dándole una de mis mejores sonrisas... una de las cuales hace años no mostraba...

Por qué de pronto me comportaba así? Por qué me sentía tan nervioso? No es ella como cualquier otra chica de los pueblos a los que he visitado??... No, definitivamente ella no es como cualquiera... ella es única...

Nunca me había detenido a pensar en las mujeres... o por lo menos no de una manera romántica. Todo lo que siempre pobló mi mente fue una embriagante sed de venganza y ahora que estaba saciada, mi corazón trataba de regir mi cuerpo... No... no podía dejarlo... Cómo es posible que me quede prendado a esta señorita sin siquiera conocerla?... O es que acaso ya la conocía....

La música que salía de sus labios en forma de palabras me dejó prácticamente desarmado ante sus encantos... Esta era la primera vez que realmente miraba a una mujer o era la primera vez que los ojos de mi corazón se abrían al mirarla...

Mi respiración se acompasó y escuché un estridente sonido cuando noté que había dejado caer a Nathan. Me agaché de inmediato para recogerlo, dándole la espalda a la señorita, sacándolo de su funda para comprobar si había algún daño.

- Lo siento, hermano... - susurré con una triste sonrisa, disculpándome por mi descuido... francamente me alegraba que estuviese intacto y lo volví a guardar en su funda para ahora amarrarlo en el lado izquierdo de mi cinto. Me paré y volví mi atención hacia ella, esperando que no huyese de mí al verme armado, pero... Cómo decirle que no soy peligroso??

por **Leyna A. Babarovic** Dom Jul 18, 2010 4:21 pm

“Vaya el chico era lindo, mucho más de lo que pensaba, quizás si no hubiera conocido antes a Isaí… no, no, no.. no… que clase de pensamiento era ese, no, y definitivamente…” Ina se quedó mirándola un largo rato, sin despegar sus ojos del muchacho que estaba al frente suyo, hace días que traía un fuerte dolor de cabeza pero como siempre aguantaba todo, sus ojos estaban un poco rojos, la voz dulce de Ina solía ser cautivadora, a pesar de tener una mirada fuerte y dura, su carácter era liviano, pasivo, y tranquilo.

“No podía apartar mi mirada, a pesar de estar avergonzada me sentía tan cómoda como con Anne, incluso mucho más que con ella, últimamente me sentía sola… extrañaba a mamá y no tenía con quien hablar, quizás… él… me ayudaría salir eso…”, Ina deseaba escuchar música, cantar, tocar un poco para él… e incluso bailar a su lado.

Pero nada de eso podía ser, o quizás si… los ojos de Ina caían al suelo, a su rostro, los suspiros venían y llegaban, llenan sus pulmones de aire, la incomodidad en sus estomago siguió hasta que el estómago del chico sonó… haciendo sonreír levemente a Ina, sacó una manzana y la estiro para que él la tomara, ahora sería capaz de quizás poner tocarlo un poco… y saber cómo se sentía su piel… sería tibia, helada, o caliente… solo había tocado dos, una muy helada, otra tibia, ninguna calzaba con ella… no había nada que a ella hasta ahora la hiciera sentir… viva, realmente viva.

-La bombilla es tuya y siempre lo será… - le sonrió, - estabas destinado a ella… aunque ni siquiera sé que significa… la mía es idéntica a la tuya, desde ese día las manzanas me encantan… - lo mira aun con la manzana extendida en su delicada y pequeña mano, - todos tenemos algo distinto… debes tener cuidado… porque existen distintas… no sé, encontraras gente muy extraña… - susurro.

“Sonreí cuando lo vi arreglando su cabello perfectamente desliñado, esos ojos hermosos…”, Ina se sentía cautivada por ese joven muchacho, pensaba que lo más seguro es que él tuviera quien sabe un problema tan parecido al de ella, si… o quizás algo no parecido… sino más bien, algo importante tiene que haberlo traído a ella, estaba feliz de haberse cruzado en su camino.

Ella estaba cansada últimamente se lo pasaba deprimida, y en su cama acostada reposando… aunque no tenía idea del porque… aun así eso le pasaba, bostezaba debes en cuando… sus ojos le pesaban, la verdad a pesar de dormir… se lo pasaba más que nada pensando, entre sueños… siempre alerta, y eso provocaba descansar poco.

Observo caer algo que traía el chico en su espalda, retumbo en el suelo, Ina siguió con sus ojos… ese bulto delgada cayendo, quedando asombrada por el interior, una espada… katana… sus ojos se abrieron de par en par, y escucho susurrar algo de los labios del muchacho, dio un suspiro, retrocedió un poco, pero solo un poco… aun así la mirada del joven parecía tan sincera que simplemente se quedó a su lado.

-Soy Leyna… puedes llamarme Ina… - susurro, algo impresionada… pero no del todo, había visto tantas cosas… que ya casi nada la hacía sobresaltarse del todo, - ¿Cuándo llegaste?.

por **Christopher Black Crow** Lun Jul 19, 2010 1:49 am

- Leyna... - mi voz susurró su nombre con un claro toque de admiración, el tono de mi voz se volvió de terciopelo, acariciándolo en tonos graves... era como si mi cuerpo la quisiera deleitar de cada forma en la que fuera posible y me encantó que no se alejara de mí al verme armado... eso me tranquilizó, ya que por alguna razón buscaba su aprobación.

Noté la manzana aun en su mano y la cogí... su suave y delicada piel eran un deleite para alguien que siempre había sostenido la empuñadura de un arma... Sentí un estremecimiento ahí en donde tuvimos contacto y... algo me impedía el soltarla... mis dedos pasaron por el dorso de su mano en un roce casi imperceptible hasta que tomé la manzana...

- Gracias - miré la fruta algo avergonzado - No tengo con qué pagarle - reconocí, sabiendo que no traía dinero conmigo, pero no había probado bocado desde ayer, y por alguna razón el olor de la manzana se me hizo irresistible... no pude negarme a aceptarla...

Puse atención a su pregunta - Llegué hace no más de 15 minutos - le respondí mirando las estrellas... no se habían movido lo suficiente, así que mi cálculo no debía estar errado...

Por alguna circunstancia me gustaba que ella y yo compartiésemos algo... aunque fuera el color de una bombilla... lo que me hizo recordar su advertencia sobre las personas de por acá... La miré divertido, pero no pude evitar que fluyeran por mis labios todas las dudas que tenía - Dónde estoy?.... Por qué me entregaron esto? - saqué la bombilla de mi bolsillo - y por qué quiere ayudarme? - aun no me podía creer que siendo yo, un hombre extraño y armado, le causara la suficiente confianza para que se quedara a mi lado... - Por favor, no malinterprete mis preguntas... - suavicé el tono de mi voz para que no sonara acusatorio - pero me siento muy confundido...

Apoyé uno de mis costados en el tronco del roble que tenía a mi lado y esperé a que me brindara esa misma paz de la que había disfrutado cuando lo toqué por primera vez. Miré a mi joven amiga y me relajé de inmediato. No la quería atiborrar con preguntas y menos que se alejara de mí... Respiré profundamente y me centré al sentir el aire llenar mis pulmones... siempre me ayudaba a concentrarme...

- Ina... - volví a respirar, de seguro parecería asmático o algo parecido, pero me costaba concentrarme a su lado - Usted sería tan amable de explicarme todo esto? - hice una mejor pregunta que sonara más respetuosa, una pregunta que estuviera a la altura de ella...

La miré sereno, mientras nuevas preguntas se formaban en mi mente: Estaba bien que retuviera a una joven afable por una explicación a estas horas de la noche? Y si le pasaba algo camino a casa? Es que acaso podría seguir mi camino tranquilo sabiendo que dejo a alguien dulce e indefensa sola en la calle?? Estaba decidido, la acompañaría hasta la puerta de su casa para resguardar su seguridad y además podría saber en donde vivía para poder ir a visitarla... Ir a visitarla Chris?! Por qué piensas en eso? Crees que una joven como ella le faltan amigos?... Suspiré al pensar aquello... pero era cierto, ella solo se estaba mostrando comprensiva en la más pura inocencia, porque lo más probable es que estuviera en su naturaleza. No era yo fuese alguien especial, sino todo lo contrario, es ella la que es especial, una persona que no tiene malicia... una persona que no se ve todos los días...

Miré de soslayo las luces del lugar, algo triste al pensar que ella debe comportarse así de amable con cualquier persona que la necesite... Mi mente volvió a divagar en que yo no era ese tipo de persona que buscaba la compañía de otra, sino alguien solitario que más bien rehuía de la gente...

Qué me había hecho cambiar de esta forma?? el lugar o la señorita Leyna?

por **Leyna A. Babarovic** Lun Jul 19, 2010 6:22 am

-Christopher… - susurro Ina después de que el muchacho pronunciara su nombre lo hacía por inercia, generalmente respondía a las palabras de los demás… pero a él… quería responderle cada palabra, cada acto y movimiento, era dulce como la miel, cálido y tierno, su mirada no la dejaba de sorprender la intentaba sostener pero… los nervios la engañaban, y debes en cuando su vista se desviaba, intento aclarar su voz… porque cuando el estiro su mano para recibir la tan ansiada manzana… su rose fue tan cálido… que Ina sintiendo el corazón dando fuerte vuelvo, dulce… como la manzana que le entregaba, su vita no se desvió esta vez… lo miró atenta, sintiendo como su estómago se apretaba de nervios, la mano del muchacho no era suave, ni de forma delicada, era áspera… masculina y fuerte, suspiro… y cerró los ojos al estremecerse para luego abrirlos.

“Esta es la primera vez que siento algo así… quizás… sea por la similitud de las bombillas, pero… la verdad es que no estoy segura…”, la vergüenza recorrió el cuerpo de Ina de arriba hacia abajo… pasando por sus vertebras, hasta las cervicales, tragó saliva, aún tenía ese fuerte dolor de cabeza y sentía que cada vez se volvía peor… casi en jaqueca, se rasco un poco los ojos con la palma de la mano, sentía como su cerebro se movía a cada movimiento.

-No es nada… - susurro, - No es necesario que me pagues… es decir… yo te la estoy dando… además… - un fuerte dolor de cabeza la hizo perder las palabras de un momento a otro, - además… pareces tener hambre, - poso su mano en la frente y se acaricia un poco para tratar de controlar un poco el dolor. Abrió sus ojos un poco rojos y volvía a mirar a Christopher.

-Hace poco… ¿Tienes dónde quedarte…?, - Ina había notado en la forma tan formal en que él le hablaba, - No te preocupes… en hablarme de usted… o sea somos casi de la misma edad… - sonrió con ternura, - la verdad… es que me haces sentir viejita… - dio una lave carcajada, pero fue un movimiento brusco… tomó su cabeza de inmediato, volvió a mirarlo… con los ojos entrecerrados…

Las preguntas llegaron de golpe… intento procesar cada una de ellas, pero el dolor la tenía en vuelta en un mundo paralelo, era como un sueño, pero tenía conciencia de que todo estaba pasando de verdad, - Estas en una Villa… he escuchado a la gente decirle la Villa Fantasma… yo le digo la Villa de ningún lugar, um… también la Villa Muerta, la Villa rara, la Villa de los perdidos, la Villa extraña… - comenzó a decir muchos nombres, perdiendo su mirada y debes en cuando frunciendo el ceño, para luego sonreír… - pero creo que la primera opción es la correcta… - lo pensó mejor, - eso creo….

-No se… porque te la entregaron, ni siquiera se… porque tengo una... pero sabes, lo cierto es que… aquellas personas… son muy buenas y sinceras, - sonrió hablando con toda sinceridad, como siempre dejando salir todo afuera, sin más ni menos… hasta que llegó a la pregunta que había escuchado antes, ¿por qué quiere ayudarme?, “Rayos… una pregunta bastante compleja, podría darte miles de razones… pero la más cercana es… que me pareces muy interesante”, - porque pareces… ser sincero, y buena persona… lo siento, por alguna extraña razón cuando alguien me miente es como si lo sintiera, como si… - Ina se dejó llevar por el pasado, - Créeme se lo que digo…

Lo miró atenta, pero el dolor de cabeza la tenía cansada, se acercó a él y se apoyó en el Roble, este era uno de sus lugares favoritos… pero el más importante para ella… era el lago de las luciérnagas, amaba ese lugar, era hermoso, lleno de esos brillos, el lugar donde había conocido a Isaí… se sonrió, levantando la mirada para ver al joven que estaba cerca suyo, olvido todo… su estómago se volvió apretar… suspiro levemente y una vez más se perdió en el mundo de esos ojos.

-Bueno… - susurro, - esta es una villa… nunca he entendido muy bien… pero creo que mi deber, o nuestro deber es cuidar a estas personas, las personas de la ciudad serán buenas contigo… con nosotros, nos tratan de buena forma… pero… están otros que sentirán que te mienten, que su aroma, su piel, sus palabras… son meras mentiras… labios mentirosos, corazones siniestros y llenos de maldad, - frunció el ceño, pensando en aquel hombre que encontró una vez… Hugh, suspiro, también estaba Edrick… pero ese hombre intento llevarse bien con ella… pero de verdad, - también… una aquí mismo… con alguien que me mordió… y bebió mi sangre, quizás te parezca loco… pero… - él dolor de cabeza volvió, tan fuerte que esta vez dio una leve mueca de molestia, apoyo la cabeza en el brazo del chico que estaba cerca de ella… estaba caliente… no era helado… era cálido, se sintió un poco mejor, cerró los ojos… - me duele… - susurro.

por **Christopher Black Crow** Miér Jul 21, 2010 4:25 am

Mi corazón creció apretando mis costillas al escucharla decir mi nombre... su voz lo acarició en un susurro delicado y suave... no era mi nombre el que pronunciaban esos perfectos labios, no podía ser mi nombre tan bello o es que todo lo que la melodía de sus palabras decía lo era?... Todo adquiría otro significado en su boca, todo se volvía fascinante, todo se volvía único... todo tenía sentido.

Entrecerré los ojos al ver que le costaba hilar sus ideas en palabras. Cuando se acercó a mí, pude notar el cansancio en su mirada. Me maldije por quitarle tiempo a su descanso, haciendo unas ridículas preguntas, aunque ella las respondió amablemente. Escuché atento lo que me decía y me sentí egoísta, interponiendo mi confusión a sus horas de sueños. Fruncí el ceño cuando dijo que alguien la había mordido... Cómo es que alguien podía siquiera pensar en hacerle daño?!!!

Alzó su mano hacia su frente... me preocupé... guardé la bombilla en un bolsillo de la sudadera y la manzana en el otro... Por un segundo dudé, pero me acerqué un paso hacia ella... se le veía pálida... desde cuándo estaba tan enferma y yo no lo notaba? Por qué no lo noté?! Por qué la sigo reteniendo?!!

- No... no tengo donde qued....

<<me duele...>> La fragilidad de su voz quebró mi alma. No alcancé a responder su pregunta, cuando apoyó su frente en mi brazo y mis manos actuaron antes que mi mente. Una se posó por detrás de sus hombros, rodeándolos, afirmándola, la otra sobre su frente...

- Se... Señorita?... - no obtuve respuesta - Leyna - dije su nombre al notar como sus ojos perdían lucidez - Ina - supliqué su atención para que no se desmayara... Qué puedo hacer? Qué hago?!... Me sentía inútil... impotente... limitado - Perdóneme - me disculpe con ella de antemano por la acción tan descortés que cometería.

La mano que estaba sobre su frente, pasó por detrás de sus rodillas y la alcé entre mis brazos con suavidad, afirmándola con suma delicadeza. Era ta ligera como una pluma y tan frágil que sentía que podía hacerle daño con mi abrazo...

Nunca en toda mi vida había estado así de cerca de una mujer... tampoco nunca encontré la necesidad de acercarme así a una o el deseo de hacerlo... Pero me resultó familiar... mi piel comenzó a pedirme más de ella y me avergoncé de ello... no podía pensar así de alguien tan puro... estaba seguro de que ahora estaría completamente rojo, pero aun así buscaba su mirada... la necesitaba... ahora que conocía el fulgor de sus ojos, la melodía de su voz, el dulzón aroma de su piel, la suavidad de su tacto, no podía alejarme... ni siquiera sabía el por qué no podía, ni entendía el extraño comportamiento de mis emociones, que parecían explotar con tan solo oír su respiración...

Tenerla así de cerca se sentía francamente bien, la calidez de su cuerpo, su exquisito aliento tan cerca de mi piel... la embriagadora esencia de su ser... me quemaba... mi piel bullía ahí en donde mi cuerpo la sentía... por Dios, qué pensamientos más egoístas y mundanos... una parte de mí estaba feliz por tener a alguien como ella entre mis brazos y la otra estaba terriblemente preocupada por su salud...

Por favor que no le pase nada... Por favor que no le pase nada... Por favor que no le pase nada...

- Seño... - me paré al recordar y agradecer que me había dado el permiso de utilizar su nombre, hasta podía llamarla por su apodo... eso me hizo sentir cerca de ella... me hizo sentir digno de su confianza - Ina... a dónde la puedo llevar? - pregunté con dulzura... dónde podía haber un hospital por aquí? o quizá algún nombre de un familiar, o una calle... siempre se me ha dado bien ubicarme, no me demoraría en encontrarla... tan solo necesitaba un nombre...

Que no le pase nada... Que no le pase nada... Que no le pase nada...

por **Leyna A. Babarovic** Miér Jul 21, 2010 4:23 pm

“El dolor palpitaba en mi cabeza, apenas lo escuchaba, me había pasado las noches despierta y en el día… me sentaba a mirar por la ventana, a veces a caminar… pero a pesar de pasármela con sueño no podía… estar suficientemente consciente, así eran mis días, escuchando música, había comprado un piano dejándolo en medio de la sala, también un cello y un violín… el que mi padre me había regalado se había quedado con mi madre, lo extrañaba muchos” Ina dejo los ojos cerrados cuando sintió como unos brazos cálidos la rodeaban con ternura, luego estaba flotando, dejo caer una de sus manos por su cuello, y la otra la dejo en su propio estómago, suspiro varias veces… muchas veces, y cada una de ellas la calmaba poco a poco.

Trato de mentalizarse en las palabras del joven que la acompañaba, dio un leve bostezo… - Al hotel… - susurro acomodando su cabeza en el pecho de él, su corazón estaba latiendo, Ina se sonrió por ello, - pum… pum… - suspiro, - suena… está vivo… - dijo en un hilo de voz, - lo encontraras sin dificultad… confió en ti… - dejo los ojos cerrados mientras se dejaba llevar por ese cálido cuerpo… que la protegía, poco a poco se sumergió en sus sueños.

Los parpados le pesaban, poco a poco el agarre en el cuello que había hecho con su pequeña mano se hizo suave, los sueños la rodearon, los recuerdos e incluso el dolor, odiaba dormir por el pasado, volvían una y otra vez.

“Papá… -una dulce voz de niña se escuchó a lo lejos, la respiración se volvió agitada, una gran caja sellada al medio de la sala de estar, gente lloraba, Ina tría su violín en sus manos, mientras a su madre que abrazaba a gente que ella nunca había conocido, mejor dicho que no reconocía, la caja de madera estaba rodeada de flores, era hostigoso, llegaba hacer muy molesto… - mamá… - susurro.

Su madre la miró con los ojos cristalinos, Ina se acercó dejando caer el violín los brazos de su madre la rodearon sin saber qué hacer, solo… se dejó llevar por su madre, - mami… “¿Mamá…? ¿mamá…?” la voz se escuchaba lejos, trato de entender lo que decía, frunció el ceño intentando solo concentrarse en la mujer que tanto amaba, pero no lograba entender que es lo que su madre modulaba, la gente hablaba demasiado fuerte, los rezos no cesaban, y cada vez llegaba más gente…

En un momento logró divisar aun hombre que caminaba entre la personas, tría un traje negro, y un sombrero, parecía ser una silueta conocida, se soltó del agarre de su madre y camino hasta él… - papá - chillo con su dulce voz de niña, el hombre se volteó, no era quien ella creía, un rostro duro, ojos amenazantes negros como las plumas de un cuervo, mandíbula cuadrada, pómulos pronunciados, tenía el ceño fruncido… Ina dio la vuelta de inmediato para ir donde su madre, pero sin darse cuenta estaba en su closet, escucho gritos, abrió la puerta y corrió bajando las escaleras de la enorme casa, - ¡Mamá!, - exclamó una y otra vez, cuando sintió unos leves pasos, allí estaba él… ese hombre de mirada feroz, ese hombre era… su padrastro. Un bofetón recorrió la mejilla de Ina cayendo al piso, los ojos se le desorbitaron, sintiendo otro impacto, las lágrimas recorrieron sus ojos, estaba asustada… tenia pánico, se envolvió de forma fetal abrazándose así misma en el suelo, sin dejar de llorar cuando vio algo brillante cerca suyo, mientras llegaba ese olor de humo a su nariz, el aroma a tabaco que desprendía el puro de su padrastro, tomó el cuchillo sin pensarlo, pronto una mano se posó en su pierna Ina enterró el cuchillo, una y otra vez a la persona que la había tomado, abrió los ojos y observo a quien había acuchillado… era su madre, - Mamá… no… mamá… - los llantos se hicieron fuertes, - no, no, no… mami… - siguió llorando desconsolada”.

Ina estaba en aquella pesadilla, y no tenía como salir, su agarre se volvió fuerte en el brazo del hombre que la sostenía, las lágrimas cayeron de sus extraños ojos celestes… susurro casi inaudible, “mamá…”, mientras una pena la embargaba en el rostro, Ina odiaba dormir, tenía miedo a sus sueños, a pesar de que ella no había hecho daño a su madre es más… la había protegido… pero los sueños eran tortuosos, parpadeó unas cuantas veces, sus labios estaban hinchados, sus ojos igual y tenía grandes ojeras, miró al hombre que la sostenía y se dio cuenta de lo que había pasado, solo había sido una pesadilla, esta vez su abrazo fue fuerte, posesivo y anhelado, - lo siento…

por **Christopher Black Crow** Jue Jul 22, 2010 9:40 pm

Un hotel?... Qué hotel? deben haber varios hoteles en esta villa o no?... Estaba a punto de preguntarle cuál era el nombre del hotel, cuando susurro <<...confío en ti...>>... Tensé la mandíbula, no podía defraudarla, sentí uno de sus brazos pasar por mi cuello, mientras descansó su cabeza en mi torso. Inhalé profundamente el aire a mi alrededor, ese aire que estaba lleno de ella, de su encantadora y dulce fragancia... el agarre de su delicada mano cedió un poco y me di cuenta que su respiración se acompasaba. Me aferré a ella y trasladé mi atención hacia los edificios que habían a mi alrededor... buscaría al más grande, por ahí comenzaría... lo más seguro es que el más alto se tratase de un hotel y si tenía suerte, quizá sea el de Ina...

Giré buscando ese edificio... eran todos bajos... aunque... ése! A mi derecha había uno que sobresalía y comencé a caminar a zancadas en su dirección, tomándola con suavidad para que no se moviera y así no despertarla del profundo sueño en el que se encontraba. Las cuadras eran largas, como nunca antes las había visto, Nathan sonaba de vez en cuando, en el momento en el que su funda chocaba accidentalmente con mis piernas. Algunas personas que estaban por ahí se veían lúgubres y con miradas oscuras seguían mi silueta. Endurecí el rostro, apretando con fuerza la quijada, siempre alerta, al tiempo que relajaba el paso... miré a mi alrededor... la calle se había estrechado en la última esquina y ahora no podía ver los edificios que circundaban las casas... Cerré los ojos, escuchando el retumbar de mi corazón en mi oído, golpes rápidos y rítmicos... el viento soplaba de derecha a izquierda, debía seguir recto por la callejuela... me concentré en su respiración... cuándo se había vuelto tan rápida??

Abrí los ojos y me fijé en su semblante, ya no estaba sereno, sino todo lo contrario, su ceño se fruncía en una notable preocupación... sus perfectos labios se movían diciendo palabras sin emitir sonido alguno. La acerqué más a mi cuerpo, deseando que con mi abrazo la pudiese proteger en sueños... su agarre en mi cuello se intensificó, pude sentir sus uñas incrustándose en mi piel. No me quejé, seguí caminando, sin saber realmente como calmar sus pesadillas... otra vez me sentía impotente sin poder hacer nada para ayudarla...

Unas personas que pasaron cerca mío me miraron sorprendidas, con desconfianza, hasta es posible que hubiera odio en sus ojos... quizá la conocían y creían que le estaba haciendo daño... pude habérselas entregado, pero no quería soltarla... no quería alejarme de ella...

Doblé en la siguiente esquina y la calle se despejó mostrándome una amplia avenida, estaba cerca del edificio, unos pocos metros más y la dejaría a salvo... la acerqué más a mi cuerpo cuando la sentía temblar levemente... qué le causaba estas pesadillas?? por qué alguien tan puro de corazón tenía malos sueños?? es que alguien le había hecho daño??

<<mamá…>>... apenas escuché su susurro... Su madre?... estaba soñando con ella? le hacía daño acaso?? Fruncí el ceño al tiempo que mi mente navegaba en especulaciones, a la vez que sabía que no debía entrometerme en su vida privada, era extraño, totalmente extraño, nunca quise inmiscuirme en la vida de nadie, pero con ella quería saberlo todo, sus pensamientos, sus emociones, sus sueños, su vida, sus gustos, sus anhelos, sus miedos, lo que le disgusta... todo... quizá era un idealista o pedía demasiado... quizá... quizá ella solo me veía como un desconocido... ni siquiera como un amigo... quizá ella solo me miraba como una persona más a la cual debía ayudar... por su buen corazón... quizá... quizá debo dejar de pensar...

Estaba al frente del edificio, y para mí suerte era un hotel como tenía previsto, entré a su iluminado lobby y la vi abrir sus ojos... había llorado.. se le notaba en los surcos que habían dejado las lágrimas en sus suaves mejillas... tenía los ojos rojos... me dolía verla así, quería que se sintiera mejor, quería poder hacerla sentir mejor, quería poder quitarle la pena, pero cómo??

Le sonreí y me aferré más a ella....

- Tranquila, solo ha sido un mal sueño... - le susurré sin soltarla... no quería hacerlo, quería seguir aferrándola a mi cuerpo... protegerla... de lo que sea que la perturbara... y borrar de su mirada ese sufrimiento... - Ya llegamos...

Por qué tenía este sentimiento?? No lo sé... Qué es este sentimiento?? Tampoco lo sé... lo único que sé es que no quiero que se vaya esta sensación... Por favor no te vayas de mi lado...

por **Leyna A. Babarovic** Vie Jul 23, 2010 6:14 pm

Ina se hundió en el cuello de Chris como si fuera la único que había en su corazón, como si él fuera la única razón que la ayudaba a estar en el mundo real, y le gustaba, su agarre era fuerte deseoso y completo. Sus brazos rodeando su cuerpo, apegándolo al de él, era solo él y ella, no había nadie más.

El susurro de Chris la descoloco, sintió un extraño calor recorrer sus entrañas de pronto todo era distinto, sus mejillas se sonrojaron, estaba tan cerca que se dio cuenta que podía inhalar su aroma, sin dudarlo lo hizo de forma lenta y pausada, tratando de disimularlo… le encantaba ese aroma, frunció el ceño, aun se sentía cansada pero la jaqueca había desaparecido, pero aún le dolía un poco.

“Definitivamente por las noches mi mente no descansaba, los recuerdos, el dolor, todo estaba en ella una y otra vez, como una película, como si cada noche tuviera que vivirlo, las noches eran un martirio… deseaba no soñar, deseaba no dormir… deseaba a mi madre, deseaba a este hombre que no desapareciera nunca en su vida, que se quedara a mi lado y jamás se fuera, pero era egoísta… era realmente… egoísta… yo quería que el fuera libre y guiara su propio camino, pero si era junto al mío sería mucho mejor… pero ¿por qué…?, yo ya tenía a alguien… pero aun así lo deseaba más a él… sentía una profunda confianza, deseaba este agarre, sus brazos, su aroma y el calor que me regalaba, pero era imposible… él jamás se sentiría atraído hacia a mí, yo no era nadie, un simple estorbo… quizás que pensaba… de todo eso, en realidad en este preciso momento mi rostro hinchado, enormes ojeras, que vergüenza… tenía el pelo desaliñado… esto estaba mal”, Ina lo soltó de forma leve, luego por completo…

“Ya llegamos”, susurro Christopher, con esa voz suave pero masculina que lo caracterizaba, sutil, llena de compasión, Ina sentía que él era una excelente persona… y que por esto era tan bueno con ella, pero ella se sintió deseosa de ser egoísta, se dejó llevar… al poner los pies en la tierra sintió el cuerpo pesado como nunca antes, no sabía si deseaba estar de esa forma… así él no se iría… se quedaría a cuidarla un poco más, no quería que se fuera, lo necesitaba junto a ella. Él la había cobijado en sus brazos, había tenido tacto, había sido suave… tomó con fuerza su manga y él de forma suave se soltó para rodearla con uno de sus brazos sin dejarla caer, el ascensor se hizo corto en un, dos por tres ya estaban allí.

Caminaron hasta su habitación, se quedaron parados mirándose una y otra vez, ambos desviaban debes en cuando el rostro de vergüenza, la timidez, Christopher llevo una de sus manos a su cabeza y se rasco donde terminaba el cabello, luego la deslizo cerrando los ojos para pasar aquella mano hasta su nuca, estaba nervioso… a Ina le agradaba, le encantaba las reacciones que esos nervios le traían, sintió un leve mareo y volvió a tomar con fuerza la muñeca de Chris, en pocos segundos el muchacho la tenía rodeada con sus brazos, Ina deslizo sus dedos por el bolsillo de su jeans sacando las sonoras llaves tintineando una y otra vez, trato de mentalizarse de cual era tratando de darle al orificio, pero Chris… tomó su mano y la ayudo… lo miró, lo abrazo por él cuello… todo era extraño, no dejaba de tocarlo… pero tenía que hacerlo en algún momento, debía… no podía hacerle esto a Isaí, pero le costaba tanto… las manos de Chris se deslizaron en su cuerpo una vez más… entro y cerró la puerta con uno de sus pies, los suspiros de Ina… estaba feliz de estar al lado de él.

No se dijeron palabras las miradas decían todo, a pesar de que notaba a Chris nervioso el siguió allí, pronto Ina estaba en sus frazadas, él le había quitado los zapatos y ayudado a quitarse el suéter, Christopher le quitó unos mechones rebeldes que ella tenía en su rostro, ese dulce toque… era intenso.

-Es hora de que me vaya… - susurro Chris, y volvió, caminando unos cuantos pasos a la puerta. Ina se sintió solo con tan solo escuchar esas palabras, no deseaba que se fuera… lo quería a su lado.

-No – exclamó, tratando de desenredarse de las sabanas que la tenían presa de ella de forma condenada, le estorbaban… las detestaba solo por no dejarla libre y correr donde ese hombre que deseaba, Christopher lo notó y sin dudarlo camino hacia ella deteniéndola.

- Seño… - se detuvo y lo pensó mejor – Ina…

-No te vayas… por favor… - le susurro mirándolo a los ojos, tomó la mano de él con fuerza y la deslizo a su rostro, - quédate conmigo… - dijo en un hilo de voz, sintiendo el calor que la complementaba de Chris, - no me dejes… - no entendía cómo podía decirle esas cosas aún desconocido…

Chris quitó su mano tomando una silla que estaba cerca de ellos, la deslizo a su lado y se sentó allí, Ina estiro sus brazos con anhelo, deseosa, e incluso exigiendo el de Chris, él los entrego sin dudarlo cautivándola.

-No te vayas… quédate conmigo… - susurro, sumergiéndose en su sueño, poco a poco…

~ Fin ~

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