Vomitando la vida (libre)

Era increíble lo rápido que pasaba el tiempo cuando uno menos quería. A veces deseaba con todo mi ser que el reloj parara.

Hacía 2 semanas que me había enterado de la noticia y según el médico hacía alrededor de 7 que el pequeño extraño estaba ahí... dentro mío, esperando arruinar mis planes de futuro, mis planes de vida.
Por momentos lo odiaba y me odiaba a mi misma, en otras ocasiones suspiraba y acariciaba mi aún chata barriga... ¿Cómo podía odiar algo tan mío?
No tenía pensado decirselo a mis padres, ¡Tonta! es solo cuestión de 3 o 4 meses más hasta que se den cuenta... ¿Tan poco?... en 3 o 4 meses voy a ser...
-Una ballena franca austral..- suspiré en un dejo de voz mientras le entregaba mi ticket para poder abordar el tren al guardia quién levantó una ceja sin entender de que le hablaba, menudo oído tenía el sujeto...

El tiempo en el tren pasaba tan lento como deseaba, las primera hora no pude hacer más que vomitar abrazada al Toilette público y es que viajar así en el primer período de embarazo, no había sido la mejor idea que había tenido en mi vida.
Creí haber dejado la mitad de mis órganos en el inodoro cuando finalmente pude reincorporarme y lavarme la cara.. sin duda era la viva imagen de un zombie, tenía los pelos para cualquier lado, los ojos hinchados y llorosos, la nariz paspada..y mi rostro en general estaba mas pálido que de costumbre. Acomodé mi ropa y pelo como pude antes de salir y caminé hacia la cafetería.

Al entrar en ella y sentir la primera bocanada de olor a comida creí tener que correr hacia el baño de nuevo... sin embargo tenía el estomago tan vacío que me parecía imposible que algo mas saliera de el.. Me dirigí hacia el buffet y compré un agua mineral sin gas y unos caramelos con azucar... no quería desmayarme en un lugar como este. Procuré sentarme al lado de una ventana semi abierta para que el aire se llevara mis mareos, no terminaba de resultarme la idea, pero me hacía sentir minimamente mejor.

Me preguntaba por momentos si tanta nausea era por eso o si en verdad estaba tan nerviosa por lo sucedido... Como fuera, este viaje me ayudaría a enfrentar el problema. Recordaba como de chica mis padres siempre me llevaban a un pueblito a 4 horas de mi ciudad, no era muy poblado por personas, sin embargo la vegetación era abundante y hermosa... sabía que si quería pensar con claridad ese ere mi lugar...

((off tengo 7 semanas aun no se me puede notar el baby xD))

Miraba por la ventana imaginándome que el tiempo pasaba tan rápido como el tren pasaba a los árboles. Si así fuera en poco tiempo nacería el bebé... ¿y que tal si yo todavía no estaba preparada? osea.. tenía 17 años, no tenía trabajo ni estudios universitarios, era una niña...una adolescente... ni siquiera Michelle estará para ayudarme... nadie.

Estaba tan inmersa en mis pensamientos que apenas pude percatarme que alguien se acercaba.
~ ¿Puedo sentarme aquí? ~ Dijo con una voz aguda y aterciopelada, era una niña pequeña...como de unos 9 o 10 años.
Mi garganta se tensó y las nauseas a quienes creí estarle ganando volvieron a aparecer. Ver niños pequeños en esta etapa de mi vida me hacía caer a la realidad... Yo no podía cuidarme a mi misma...mucho menos a una criatura tan pequeña como esta.. ni como la que esté dentro de mi.

Volví a la tierra al percatarme que la pequeñita seguía ahí, mirándome paciente esperando una respuesta...
-Ehh..s..si siéntate donde quieras, adelante- dije torpemente prácticamente sin separar las palabras- ¿Estas sola?- ¿Que hacía una nena tan chiquita sola en un tren lleno de completos extraños?

Suspiré hondo e intenté forzar una sonrisa amable, no quería asustarla tampoco, en verdad, si mi pelo y mi apariencia en ese momento no la asustaba... tal vez nada lo haría.

La niña era la viva encarnación de la ternura, sus enormes ojos risueños parecían evaluarme... evidentemente era pequeña pero nada tonta.
Me sentí algo preocupada por su hermana... tal vez estaba preocupada...

Antes de que le pudiera decir nada la pequeñita preguntó como me sentía... entonces era cierto y no producto de mi imaginación, mi estado era tan deplorable que hasta una nena lo notaba.
Hice un leve ruido con la nariz mientras me la frotaba con la mano y tomé aire antes de contestarle.
-Si, parece que los viajes en tren me marean como si fuera un barco...- sonreí algo triste, ojala esas fueran las verdaderas razones de mis nauseas...

~ Soy.. Micaela... Micaela Everett. ~ Me sorprendió que me dijera su nombre así como así, tenía suerte de que yo no fuera una psicótica o algo de eso
-Pues... mucho gusto Micaela, yo me llamo Amelia...- Sonreí con un poco más de credibilidad y me acomodé el pelo detrás de la oreja- ¿A dónde vas?¿A visitar a alguien tal vez?- No pude evitar poner esa vocesita que la gente pone cuando habla con un niño, exagerando tal vez un poco las silabas y sobre-abriendo los ojos.

Era extraño pero nunca le había prestado tanta atención a un niño en mi vida... la verdad es que no solía soportar que los pequeños me cargoseén, me hablen o siquiera estuvieran lo suficiente cerca mió como para molestarme.... hasta ese momento.

La pequeña sonrió y repitió mi nombre alegando que le gustaba... No pude evitar volver a sonreír más naturalmente observando como cambiaba de facciones mientras los árboles y el cielo del exterior se reflejaban en sus ojos.

Mi sonrisa se desarmó al oir que ella no tenía familia...
-No, ya no tengo familia. Solo mi hermana Elora...- Deseé con toda mi alma que la hermana de ella fuera lo suficientemente grande como para cuidarla y por un momento intente imaginar a alguna de mis hermanas cuidándome a mi... que fiasco, ellas jamas hubieran podido.
Volví a respirar hondo... si el bebé naciera yo no estaría lejos de ser una hermana mayor...¿Es que acaso no podía pensar en otra cosa? Necesitaba arreglar este problema urgente.

Nuevamente tuve que salir de esa nebulosa en la que yo sola me metía, la pobre criatura retorcía sus dedos con disimulo. Ser tan pequeña y no tener padres debía sentirse bastante vació para un niño...
-Se nota que tu hermana te quiere mucho entonces..- Le separé los deditos con delicadeza para que no se arruinara las uñas...
-¿Usted a donde va?- Preguntó. Me desplomé sobre el asiento, mis ojos se veían tristes pero mi boca sonreía levemente.
-Yo voy al lugar mas hermoso de la tierra, un bosque casi encantado, con los árboles mas altos y con más flores de las que jamás haya visto...- Sinceramente no era la persona mas ecologista del mundo, sin embargo ese lugar, ese solo lugar en el mundo, me traía tanta paz que realmente pensaba que era donde realmente podría pensar con claridad.

El simple hecho de que la niña se emocionara casi tanto como yo de ir a mi lugar me encantó.

-Si...puede ser que vallamos al mismo lugar..- Reflexioné también, aunque ciertamente el tren tenía muchísimas paradas, no era un hecho real creer que íbamos al mismo lugar sino una posibilidad.
La pequeña parecía encantadisima, casi podía ver a través de sus brillantes ojos lo que estaba imaginando y luego agregó: ~ ¿Hay muchas flores? ¿Y hay hadas, como las de los cuentos? - Su voz estaba empalagada de felicidad.
-Claro que si, las hadas son quienes se encargan de pintarlas..- Agregué como si eso fuera lo más normal del mundo- Solo que ellas no se dejan ver mucho...- Concluí.
Esperaba que su hermana no le arruinará la fantasía luego... Mis hermanas sin duda en su posición se hubieran burlado y me hubieran dicho que cosas de ese estilo no existían.

Era curioso y placentero saber que las distracciones que me causaba esta niña hacían que las nauseas se evaporaran también, era agradable sin duda, vivir en un mundo de fantasías, al menos por un rato.

Reí levemente tras los ingenuos y risueños comentarios de la pequeña. Se veía tan contenta y compenetrada con el tema que casi sentí lastima de saber que en verdad esas cosas no existían.

No muy lejos había una chica mucho mas grande incluso que yo buscando a una niña, la describía tal cuál era mi pequeña acompañante por lo que le hice un gesto de tranquilidad cuando sus ojos se cruzaron con los míos.

La pequeña tomó sus cosas y a continuación dijo algo muy tierno: . ~ Nos volveremos a ver, lo prometo. ¡Las hadas nos llevarán! ~ Su hermana la tomó de la mano y comenzó a retarla para que no se escape y esas cosas. Reí por lo bajo, ojala las hadas se llevaran lo que tengo dentro...
-Puedes apostarlo amiguita- Susurré

Saludé a la pequeña mientras esta se iba.
Nuevamente me encontraba sola, con mis pensamientos, con mis dudas, con eso y de a poco las nauseas volvían a apoderarse de mi.