::Lirios Imaginarios:: /Azul/

por **Anne Iris Heaven** Sáb Jun 12, 2010 3:57 am

Ya sabia que no saldría de esta villa. Esa certeza por alguna razón no me provocaba angustia o desesperación, estaba segura de que el destino existía, y que todo ocurría por una razón. Y la única razón que daba vueltas en mi cabeza y que parecía explicar mi presencia en ese lugar era el roble, estaba aquí por el, lo que fuera que eso significara.

No tenia prisa...me parecía que ahora tenia todo el tiempo del mundo para aclarar mis dudas, la fuerza que ahora me invadía, la desaparición de esa sensación de debilidad que no había notado hasta que ya no la sentí. Sabía que de alguna extraña manera ya no estaba caminando hacia una tumba, y podía estar agradecida aún más con la vida por eso.

Pensando en tumbas, vida y muerte...el recuerdo de mi padre no se había ido por completo de mi cabeza, necesitaba cerrar el capitulo del duelo, necesitaba darle un cierre adecuado a su pérdida.

Fui hasta el cementerio, como si lo visitara a él, una visita simbólica ya que nunca había logrado tener en mis manos sus cenizas ni había tenido la oportunidad de decirle adiós y lanzarlas al mar...probablemente Royce ya se habría encargado de eso.

En mis manos estaban las flores que más le gustaban y que de alguna manera había tenido la suerte de encontrar en la villa.

No seria una despedida triste, ya no lloraría, ya la pena era menos fuerte que mi optimismo por la vida. Hubiera llevado mi guitarra si no hubiera considerado que sería irrespetuoso con los muertos que de hecho si estaban allí enterrados.

Caminaba por los terrenos del cementerio, buscando un lugar vacío, donde poder despedirme, caminaba con tranquilidad y casi sin hacer ruido en la tierra, húmeda por la lluvia que acababa de pasar.

por **Azul** Dom Jun 13, 2010 8:43 pm

Se encontraba nuevamente en ese lugar, con un ramillete de violetas que había comprado en la florestería cercana al hotel. Había pensado en lo que pasó hace tiempo pero no quería recordar los detalles, solo recordaba que aquella tumba estaba por alguna razón, aunque su espíritu no descansaba que caminaba por la tierra por la pena de haber muerto, de una manera que ninguno de los dos recordaba.

Sus pasos la dirigieron entre tumbas hasta detenerse en la que ella conocía y notó que no estaba sola en aquel cementerio sombrío. La silueta de una mujer le llamó la atención, conocía aquella chica. Se le acercó con ese andar peculiar de Eve, era una mujer llena de glamour que centellaba en tonos azules y la miraba con aquellos ojos llenos de melancolía. En sus manos tenía ese ramillete de violetas que se confundía con el propio aroma de Eve.
-Hola –Saludó a la chica- ¿También vienes de visitas?

por **Anne Iris Heaven** Lun Jun 14, 2010 11:01 pm

Aún no era de noche, el cielo apenas comenzaba a despedirse del sol, el ocaso vendría pronto, pero aún se hacia esperar.

Sentí que había alguien más en ese lugar, cuando me sentí observada giré mi rostro en esa dirección y vi a aquella mujer que había conocido antes, pelirroja y elegante, le sonreí mientras ella comenzaba a caminar hacia mi. Hice lo mismo y la encontré a medio camino con la misma sonrisa alegre en mis labios.

Cuando me saludó noté el ramillete de violetas que tenia en la mano.

-Hola - respondí el saludo - Algo así...en realidad quiero despedirme, pero la persona a quien le quiero decir adiós no está en este lugar - bajé por un segundo la mirada y reí de mi misma...por ser tan sentimental - ¿Crees que es tonto?-le pregunté.

por **Azul** Mar Jun 15, 2010 8:49 pm

Era un lugar terrible para Eve, aunque quisiera mostrarse alegre, no podía, aunque nunca le faltaba amabilidad y educación para dirigirse a las personas y le sonrió de forma cálida. Con el ramillete de violetas en las manos miró a la muchacha que estaba justo a lado de una lapida donde había una estatua de un querubín.
-No creo que sea tonto, es algo que pues de una o de otra manera nos hace sentir que tenemos un lazo con alguien, aunque este lazo sea parte de un pasado… -se quedó mirándola nuevamente con esos ojos melancólicos- ¿A quién le quieres decir Adiós?

Eve llevaba todas las noches violetas a esa lápida de su querido pan, aunque sabía que ese no era su nombre real, el siempre decía aquello haciéndose pasar por un dios que se dedicaba a los placeres y uno de ellos había sido la causa de su muerte.

por **Anne Iris Heaven** Dom Jun 20, 2010 2:23 am

Acaricié distraidamente la estatua del querubín de la tumba que estaba a mi lado, sintiendo la roca dura y porosa en las yemas de mis dedos mientras ella respondía a mi pregunta.

Su respuesta me hizo sentir mejor, mi mirada volvió a sus ojos, azules y de algún modo...tristes, aunque esa tristeza parecía formar parte de su aura, y estuviera con ella desde siempre.

-Mi padre - dije con voz suave, nostálgica - Acababa de morir y se suponía que iba a ir por sus cenizas antes de llegar a este lugar. - le conté.

por **Azul** Lun Jun 21, 2010 9:08 pm

Eve se sintió terrible por lo que dijo aquella mujer y por lo que su destino le había hecho encerrándole en un lugar desconocido. Observó la lapida de Damian y suspiró con profundidad, se veía a lo lejos aquella insignia, la había mandado hacer, el señor Wickham se paseaba de vez en cuando y se posaba en aquella tumba con orgullo. El si apreciaba su condición aunque no sabía el verdadero secreto de Azul, el cual guarda con mucho recelo.
-Lo siento –dijo Eve mirando a la chica mientras ella no sabía que decir- ¿frecuentas este sitio?... es un poco silencioso… a veces creo que me escuchan cuando hablo -jugó con las violetas en sus manos- yo le traje unas flores a mi esposo –dijo con amargura, adelantándose hacia aquella tumba vacía y dejó las violetas en el contenedor-.

por **Anne Iris Heaven** Mar Jun 22, 2010 2:37 am

"Lo siento" la escuché decir, la volví a mirar a los ojos y sus palabras se me hicieron aún más honestas que cualquier simple pésame que hubiera recibido hasta el momento.

-Bueno...todo pasa por una razón, ¿No crees? - le dije con una pequeña sonrisa, sin estar dispuesta a abandonar el optimismo del que ahora me había vestido, ya había pasado demasiado tiempo lamentándome por la situación.

-Es la primera vez que vengo, aunque me gusta el silencio, tal vez vuelva a visitar este lugar. - le contesté al tiempo que la veía acercarse a la tumba de su esposo.

Perder un amor...esa era una experiencia que nunca había tenido. Principalmente porque lo más que había dejado que nadie se acercara a mi era una amistad sencilla.

-¿Aún te duele? - pregunté, refiriéndome a la muerte de su esposo y temiendo ser impertinente.

por **Azul** Jue Jun 24, 2010 2:09 am

[i]Asintió, aunque habían cosas que el destino cambiaba dependiendo de las acciones de los hombres, ella nunca se imaginó hacer lo que hizo, ella pensaba hacer algo más deprimente, más daño a ella que para otras personas y sintió miserable.
-Sí, todo pasa porque debe de pasar, según el destino que nos hayamos trazado o nos hayan trazado.-Seguía mirando aquella tumba, estaba pulcramente limpia, con un césped alrededor. No decía nada la tumba solo tenía la fecha de la muerte y un epitafio “Vivió mientras estuvo vivo” Algo ironico, pero así fue. Realmente Eve amaba a su esposo, pero lo que descubrió antes de su partida fue algo que le marcó tanto que no pudo pensar en más que solo dejarle. Ella había dado cualquier cosa por él. Aunque tuviera formas extrañas el caballero del sombrero también le quería. La voz de la muchacha la sacó de su ensueño y le responidó:
-Sí, aun me duele y nunca me dejará de doler –le dijo con aquella voz amarga que era un poco común cuando tocaba el tema del señor Wickham, miró las rosas y un suspiro se arrancó de su pecho- Te recuerdo… ¿Cómo habías dicho que te llamabas?...[/i]

por **Anne Iris Heaven** Miér Jun 30, 2010 1:09 am

La seguí, escuchando su respuesta a mi comentario mientras se acercaba a aquella particular tumba. Evité hacer algún comentario sobre el destino y si estaba escrito o no. Esas solían ser conversaciones muy largas, y no creía que ninguna de las dos estuviéramos de humor.

Llegué casi a su lado y observé con más atención, notando el curioso epitafio que rezaba en la lápida. Me hizo gracia, y una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro.

-Sí, aun me duele y nunca me dejará de doler –

De cierta forma esperaba esa respuesta, y preferí no preguntar nada más, pues era como si yo también pudiera sentir parte de la pena que la embargaba al recordar. Nunca había tenido problemas poniéndome en los zapatos de otra persona, por lo que no dediqué más de un segundo a pensar en esa sensación.

-Sí, hemos hablado antes, soy Anne - le recordé con una sonrisa amable, esperando poder alegrar un poco su estado de ánimo. Recordé la conversación que habíamos tenido hace ya un tiempo, buscando su nombre. - Azul, ¿Cierto?

por **Azul** Sáb Jul 03, 2010 4:00 am

Eve volvió la mirada hacía la muchacha que estaba con ella y le sonrió levemente ella podía ver que había algo de tristeza en aquellos ojos. Miró de reojo de nuevo la tumba de Pan y suspiró, la culpabilidad de comía el cuerpo y el alma, no descansaría ante todo lo que había pasado, lo que le había pasado a ese hombre que amo demasiado y de un día para otro todo cambió.
-Si, soy Azul –sonrió Eve mirándola de nuevo- ¿Cómo has estado?... ¿Sigues en el hotel?...-suspiró mirando el sitio lúgubre pensando que no era un buen lugar para conversar- Anne, ¿Ya comiste?...¿Te gustaría ir a comer unos pasteles y tomar un te? ¿Qué ha sido de la pequeña Apple?

por **Anne Iris Heaven** Dom Jul 18, 2010 3:12 am

Sonrió, confirmándome su nombre, también me recordaba, era algo bueno el no ser tan fácil de olvidar.

-He estado bien, muchas gracias por preguntar, se me ha hecho fácil aceptar este nuevo comienzo...aunque se me acaba el dinero y aún no he conseguido un trabajo - le respondí con la misma sonrisa tranquila, casi imborrable de mi rostro.

Me asaltó con más preguntas, aunque había una para la que no tenia respuesta.

-No he vuelto a ver a Apple desde aquel día, me preocupa no saber de ella pero espero que esté bien. - Hice una pausa, en la cual me quedé pensativa mirando el lugar. Me saqué una papel doblado de mi bolsillo, era una carta que le había escrito a mi padre con todo lo que sentía y todo lo que agradecía haberlo tenido en mi vida. - Espérame un segundo y podremos ir a comer - le dije con una sonrisa alegre, acercándome de nuevo a la estatua del ángel. Puse la flor a sus pies y Encendí la carta con un encendedor que había sacado de mi bolsillo también, dejándola a los pies del ángel para que el viento se llevara sus cenizas y le diera el mensaje a mi padre donde quiera que estuviese.

Volví a su lado con un peso levantado de encima, sintiéndome más ligera ahora que había cerrado el capítulo del duelo por mi padre.

-Listo...¿Conoces un buen lugar para comer?-le pregunté con algo de entusiasmo, la verdad era que si tenía hambre.

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