Brillo de Luciérnagas... [Isaí Oldman]

Sus ojos estaban dispuestos al hermoso paisaje, aunque en cierta forma no se sentía en completa intimidad… parpadeo unas cuantas veces y miró sus manos, y luego de nuevo el paisaje, había algo extraño… dejo de tararear, “Me siento tan observada”, rasco su cabeza y miró para todos lados, enarcando una ceja, se quitó su chaqueta para sentir un poco el fresco, cuando alzo su mirada un hombre la mira con una sonrisa casi burlesca, llena de malicia, mientras que veía como las luciérnagas lo traspasaban de arriba, abajo, de lado a lado, abrió los ojos como los de un gato, su respiración se detuvo por largos segundos, esta era la primera vez que veía lo que llamaban un “fantasma”, realmente este sitio estaba fuera de lugar, vampiros, gente loca, ella… ¿Fantasmas?, lo siguió observando de pies y cabeza, comenzó a retroceder con las piernas aun sentada en el suelo, “y ahora que… ¿Qué hago?”, se preguntó, se sentía como una loca desquiciada, sus ojos aun sorprendidos verdes brillaban con el resplandor de las luciérnagas.

“No sabía exactamente que hacer si correr, esconderse, fundirse con su propio pensamiento, o estaba quizás en un sueño… seguramente se había quedado dormida en el hotel, no… si fuera así estaría… estaría… mierda, esto es más genial de lo que pensaba, sentía la adrenalina correr su cuerpo, volvió a respirar pero esta vez lo hacía entrecortado, y mientras no quitaba su mirada fija en los ojos de aquel extraño ser, además de ser… guapo, tenía cierta picardía en sus labios, muerto, joven… y ¿malo?... todo en uno".

Dio una leve sonrisa, y trato de controlarse, -y… y… bien – dijo con voz notoriamente nerviosa, -liiin… linda noche, ¿no?, - dijo casi susurrando y entre cortado, mientras se levantaba sin quitarla vista de aquel muchacho, mientras sostenía su chaqueta en la mano izquierda.

Lo miró atravesando su chaqueta de lado a lado, “woww…”, estaba tan sorprendida, que sentía el nervio en su estómago, como le apretaba con fuerza, mientras que sus piernas también tiritaban, pero en realidad no era por miedo, si no por nervios de emoción, uno de sus grandes sueño había sido encontrarse algún día con algún tipo de cosa paranormal como esta, por dentro casi saltaba de felicidad, pero esa misma felicidad la detenía acercarse, aun así pensaba que lo mejor era que dejar atrás eso y arriesgarse.

Se acercó de forma leve y sutil, mientras lo miraba de pies a cabeza, - ¿Crees que no me harás daño… pero como podrías…? - musito, - si este es mi sueño, - susurro, mientras alzaba su mano lentamente a su rostro, mirándolo con ternura, quería saber que sentiría al tocarlo, realmente lo podría atravesar… o quizás no, quería averiguarlo, pero se detuvo, y volvió su mano a su cabeza y la rasco de forma pausaba, estaba analizando, cada movimiento de aquel hombre. – la noche es perfecta, - dijo mirándolo a los ojos mientras daba una leve sonrisa y dirigía su mirada al suelo, para fruncir un poco el ceño, como si acomodara… palabra por palabra, abría los labios sin dejar salir las palabras, hasta que volvió la mirada hacia él, - No estoy asustada… - susurro, su sonrisa jamás desapareció de sus rosados labios, sin maquillaje.

-Mi madre tarareaba esa melodía… para hacerme dormir, otras veces ponía el disco… - dijo, mientras lo observa con atención ladeando su rostro, sus ojos brillaban de emoción y ternura, así era ella, - se llama Trois Gymnopédies No.1, Lent et Douloureux es de Erik Satie… mi padrastro me enseño a tocarla... en el piano, - mordió su labio inferior de forma sutil inconscientemente, mientras lo seguía observando con atención, - Lindo color de ojos… - susurro, mientras volvía la mirada a su cabello, simplemente le gustaba observar…

La poco cálida piel de aquel extraño, los bellos ojos llenos de una tristeza, como los tuvo una vez ella, queriendo afecto como ella lo tuvo solo de sus padres, había sido engañada una y otra vez… aquel chico le parecía sincero, no como aquel hombre que conoció en el hermoso árbol lleno de bellas luces, él no… era distinto, parecía feliz de ser lo que era, nunca había tocado a nadie de la forma en que lo hacía con él, pero no quería quitar sus manos, se sentía a gusto tocando esa piel… aunque parecía cansada, exhausta, no como cuando lo había visto transformado en esa transparencia, no… él no era así, sonrió mientras veía el disfrutar del muchacho… unos cuantos moretones en su rostro, aquel hombre había tenido una enfermedad terminal… lo sabía porque ella había estudiado Enfermería quizás no termino la carrera, pero leía sobre esto… y por alguna razón aquello le gusto aún más, esta era la primera vez que se sentía tan a gusto con alguien que no era su madre. Las manos de él eran tan suaves como las de ella, se acercó un poco más cuando lo vio retroceder.

Lo rodeo con sus brazos de forma dulce y apoyo su rostro en el pecho de él tratando de oler su fragancia, en cierta forma no lo hacía por nadie más que ella, hace mucho que no abrazaba a nadie, hace mucho que nadie la abrazaba, sin contar a su madre… que nunca sería lo mismo, pensaba que en cierta forma su madre… solo se sentía en deuda con ella y eso… la dejaba sola una vez más.

-Lo siento… - susurro, mientras un día un poco más su rostro en aquel mucho, sus labios tenían una leve sonrisa, “no podía y no quería evitarlo… quizás no fuera la mejor persona, quizás estaba muerto, pero se sentía a gusto con él… sentir que en cierta… esta más vivo que incluso muchos otros la hacia sentir cómoda”, se quedó pensando, sintiendo la respiración del chico, mientras su pecho se levantaba a cada movimiento… - pareces más vivo que cualquiera… - termino susurrando, - Mucho mejor que cualquier otro vivo… - lo miró y sonrió con ternura.

“Sus brazos, rodeaban mi cuerpo… ¿era eso verdadero?, tenía que ser mentira… jamás alguien querría algo así conmigo”, no era lo suficientemente guapa… ni mucho menos entretenida, solo era ella, simple y natural. No quería soltarlo se había aferrado con fuerza a él, con cariño, con ternura… “¿Qué haces Leyna…?, ¿Qué haces…?”, soltarlo sería casi un sufrimiento, pero ¿por qué?, habría agradecido conocerlo cuando estaba vivo… cuando respiraba, aunque estuviera moribundo, habría pasado cada momento con él, sin importar que… sin importa quien… cuando y donde… solo importaba su felicidad, habría adorado poder hacerlo feliz, dio un suspiro cuando su agarre se soltó sus brazos la desenvolvieron, y él solo la miró… directo a los ojos, “¿No me mires así?, me encantaría estar a tu lado…”.


Aquel pálido hombre se alejó unos cuantos pasos dejándola casi desnuda, era como si se hubiera llevado parte de su ser… lo miró con una sonrisa, con los ojos llenos de amabilidad, llenos de alegría por haberlo conocido, sin importar lo que fuera, quien fuera y rogaba por Dios que no fuera un sueño, que realmente estuviera a su lado, dejo caer la chaqueta al suelo se acercó a él con agilidad y dio un leve saltó de forma liviana, juntando sus palmas en el aire, lo miró una con una sonrisa de picardía y se acercó, puso las manos cerca del rostro de él.

Lentamente abrió las manos y dejo salir una luciérnaga brillante, radiante y bella, - ¿puedo ser… esa luciérnaga e iluminar tú camino?, - dijo, mientras regalaba la sonrisa más sincera que podría haber tenido en su vida, que podría haberle dado a alguien… él había sido la única que lo había ayudado.

Una leve sonrisa de sus labios, una extraña sensación recorrió su cuerpo… él sonreía haciéndola inmensamente feliz, sus ojos brillaban podría haberse reflejado en ellos, podría haberse fundido en esos ojos que eran como el cielo, sus dientes eran blancos como las teclas de su fiel piano… un sonrisa muy bella… su mano rosaba su rostro de una forma tan cálida, suave... y cariñosa, poso su propia mano, tocando aquella pálida mano solo con las yemas de los dedos, rozándolo de forma leve. Su corazón latía fuerte… pero lento y tranquilo.

-No debes tenerlo… - susurro, mientras cerraba los ojos, - no voy a desaparecer, mientras quieras permanecer a mi lado… - abrió los ojos para observar su rostro, - Haré hasta lo imposible… y si fuera un sueño, dormiría toda mi vida… para permanecer aquí, - la sensación que tenía frente a ese hombre, era sin duda la mejor que había tenido en años, aunque tenía miedo de echar todo a perder, de decir algo de su pasado… y arruinarlo todo, quizás él estaba muerto, pero ella… había cometido errores… observo el rostro nostálgico su anhelo algo que ella querría darle para solo verlo feliz, - tengo tanto miedo como tú… - susurro, - pero no dejaría que me gane… lucharía si fuera necesario, - sonrió con esa carisma innata, . Quizás yo no sea lo mejor… quizás… no luzco muy bien, - lo miró seria, - pero jamás te dejaría solo… - sintió el roce en sus labios tomó su mano y beso la palma de ella, para luego sonreír, - podría pintar tu mundo de color… y pintar tu corazón… - dijo mientras ponía su mano en el pecho de él, - con mis propios dedos… - miró el piso, cuando escucho sus palabras, “Vámonos, dime que quieres irte de aquí.. conmigo”, - Si… - susurro, - si quiero… - dijo alzando la vista hacia sus ojos.

Su mano parecía tan liviana, tan suave… pero de forma extraña, era cierto había olvidado que él era un fantasma, camino a su lado a donde la llevase iría, sonreía mientras lo escuchaba hablar, la luna los acompañaba… las estrellas brillaban… todas juntas, - Solo esta noche… - susurro con la sonrisa siempre en sus labios, - Yo soy lo que vez… soy quien soy… por cómo me vez... soy sincera, lo que quieras saber de mi lo puedes saber, ¿necesitas tocarme para mantener tú fuerza?, - lo miró a los ojos, - lo noté cuando apareciste… no me molesta compartir parte de mi contigo, - rio, sabía que la había tocado para poder aparecer frente a sus ojos, paso lento y descuidado, siempre había sido así quitaba algunas ramas del camino, pateaba algunas piedras, pero su sonrisa jamás desapareció, lo escuchaba con atención, sus oídos estaban atentos a cada palabra que dejaba salir, - Yo tampoco tengo casa… - susurro, - no conozco a nadie, - su mirada perdida, profundizo hacia su padrastro, esa tampoco nunca había sido su casa, golpes, gritos, ese olor a alcohol, le costaba confiar en los hombres, pero con él había sido todo muy distinto, siguió perdida por unos minutos en ese crudo pensamiento, su madre en el piso… tirada sangrando, moretones, respiro profundamente, para luego quedarse un momento sin aire, estaba en otro lugar… - Todos tenemos secretos… - dejo salir, mientras la sonrisa se esfumaba poco a poco, estaba sintiendo miedo de volver, aunque amara a su madre, no quería volver a esa casa, no por él... sabía que estaba muerto, sabía que su padrastro también estaba muerto, y ella había mucho para que eso fuera así, apretó su mano… volteó, su mirada se volvió triste, indudablemente nostálgica, su rostro se afligió… - No te vayas… - susurro, trago saliva, como si su garganta estuviera seca… sintió la nostalgia en su pecho, alzo su mano izquierda dejando al aire la mariposa que estaba tatuada en su muñeca… una cicatriz la cruzaba, esa era la evidencia de su desdichada vida, del poco auto control que tuvo hace años atrás… de cómo había intentado ser lo que era él ahora.