So much for my happy ending. (Vagonero)

por **Veronica Halliwell** Dom Jun 20, 2010 6:35 pm

Definitivamente todo esto era nuevo para mí. Al verme en el espejo de una calle, tenía unos grandes colmillos y en mis ojos estaba un brillo asesino. Me gustaba, definitivamente esa nueva vida me gustaba. El lugar no era tan grande como me imaginaba, pero era lo suficientemente grande para mantenerme entretenida. A las pocas horas de haber llegado, me encontré haciendole un gesto con la mano a un jóven para que me siguiera, y me alimenté con su sangre. ¡Como los vampiros de las películas de terror! Era complicadísimo resistirse y blah blah blah, pero era algo emocionante. Mi boca estaba manchada de ese líquido rojo, y yo casi no me daba cuenta.

Entré a un extraño lugar que me llamaba, como un bosque lleno de lámparas. ~ Ostras. Este lugar es genial. ~ Murmuré, no estaba tan mal estar en ese lugar, y lo mejor de todo era que al no haber llegado a la universidad, no tenía que estudiar. Pronto, sin darme cuenta, ya me encontraba en un lugar parecido a una mina, y de hecho lo era. Ahora mis pies se movían con ligereza, y no me cansaba fácil, y mi fuerza tuvo un cambio hacia arriba. Canté My Happy Ending tranquilamente, y observé como alguien se acercaba hacia mí.

Sin miedo debido a mi nueva raza, me dí la vuelta. ~ Hola. ¿Tomando un descanso, perdido, algo? ~ Mi vista lo captaba como una persona corriente a un elefante, a pesar de que la noche cubría todo. Gracias a la Luna y a las estrellas, veía todo mejor que un oculista.

por **El Vagonero** Dom Jun 20, 2010 7:03 pm

Al vagonero le molestaba mucho la tarea de ir traer carbón pero como no tenía mejor opción trataba de evadir la realidad pensando en multiples cosas. Su fuerza desmensurada golpeaba con la pala en la mina para hacer que el carbón se desprendiera. Un par de palazos más y tuvo un montón de carbón en el suelo, los subió a una pequeña vagoneta y la arrastró hacía el exterior de la mina.

Exhaló exhausto y buscó su camisa tirada por algún lugar pero no la encontró, frunció el ceño y continuó arrastrando la pequeña vagoneta hasta toparse con una joven nueva. Sonrió mostrando unos dientes blanquesinos y respondió Si, es justo y necesario...¿Y qué hace una palomilla como tú por éstos lugares? Puede ser peligroso...quizás te salga el lobo feroz... carcajeó un poco y caminó hasta un lugar dónde estaba una camisa de mangas largas color gris, la recogió y comenzó a limpiarse el rostro que tenía manchado de carbón.

El vagonero dejó de tallarse la cara y examinó con curia a la joven que tenía delante de sus ojos, era bastante joven. Sonríó una vez más al saber ante quién se encontraba y buscó su pipa en el bolsillo, la prendió sin quitarle la mirada a la joven y finalmente dijo Creo que alguien debería aprender a comer... se acercó y sin pedirle permiso le limpió los labios manchados de sangre con la punta de su dedo pulgar derecho.

por **Veronica Halliwell** Dom Jun 20, 2010 7:30 pm

Lo observé con las cejas alzadas ante su risa. ¿De que reía? Ahora podría arrancar cuellos con simples mordidas, y eso era emocionante pero a la vez amenazador. ~ Podría alimentarme cuando se me antoje de quien se me antoje. ~ Dije con un tono no muy amable, y dí un paso hacia atrás alzando las manos al sentir que limpiaba mis labios. ~ Y me justifico, acabo de llegar. ~ Hablé con un toque indignado. Lamentablemente yo era así, dura pero fácil de ofender. Pero pronto, todo esto se interrumpió por la sed que seguía recorriendo mi garganta y mis venas. Me quedé mirando con los ojos muy abiertos hacia el suelo, en completo silencio.

Al alzar la vista para verlo, mis ojos azules estaban de un color más oscuro, y ese brillo de maldad de nuevo apareció en mis pupilas. ~ Tengo hambre. ~ Solo susurré, observándolo. Era extraño, me había alimentado hace horas, pero ahora que veía no era suficiente. Mi mirada se fijó en la vena de su cuello, y me relamí los labios, con hambre. Era imposible no cubrir eso, era como una iniciada.

Decidí sentarme rápidamente, y esperar a que la sed se controle un poco. Así que, me apoyé contra uno de los viejos vagones y suspiré. Había servido, me estaba distrayendo pero algo ardía dentro de mi.

por **El Vagonero** Dom Jun 20, 2010 7:58 pm

El vagonero le escuchó hablar sin parpadear y con una sonrisa sardónica en los labios, a veces los entreabria para dejar escapar fumarolas de humo a causa de su pipa de ebano. Vaya palomita, que mal caracter tienes...lástima tan bonita y tan enojona... dijo burlonamente y le vió fijamente cuando ella observaba su cuello, él sabía perfectamente sus intenciones y por el contrario de huir ladeó ligeramente el cuello como ofreciendoselo.

Sé que eres nueva...es evidente... comentó sin prestar mucha atención y le observó sentarse, él caminó lentamente y se quedó a escasos metros de ella viendole con una brillantes en sus ojos avellana. Primero tienes que calmarte y segundo tu actitud pedante no te ayudará a salir de éste lugar...si es que acaso buscas éso...De no ser así bienvenida a la villa del roble fantasma... dijo el hombre de voz aguardientosa y un extraño magnetismo atrayente.

Ahh...y algo más...si puedes alimentarte pero si lo haces como quieras y dónde quieras...pronto tendrás problemas... rió y negó levemente con su cabeza. Se acomodó el sombrero negro de su cabeza e hizo como que la joven le era indiferente, aunque la realidad era otra.

por **Veronica Halliwell** Dom Jun 20, 2010 8:32 pm

~ Eso no ha sido amable. Ahora entiendo porque todos se quieren ir. ~ Torcí el gesto, y pronto sonreí, mostrando ambos caninos crecidos, que me era imposible extraerlos. Mi rostro se calmó. No mostraba estar tensa ni nada, ya que ahora no lo estaba. ~ Eso si es cool. Soy Verónica. Llámame Vero o Nikki, te agradecería que no me llames Palomita. ~ Pronto, oí como algo caía, algo pesado, pero el ruido fue el que lastimó mi oído. Solté un quejido, tapándome los oídos. Eso era un contra de mi 'raza'.

~ No, no quiero irme de la villa lamparita. Me gusta. ~ Me encogí de hombros, y pronto volví a verlo fijo. El humo que salía de su pipa formaba figuras, y esbocé una sonrisa. No sabía por qué, pero ahora le estaba agradando a cualquier persona, aunque los quisiera lastrar de un bocado en su cuello.

De todos modos, parecía que esa vena que el hombre tenía en el cuello me llamara a gritos. ~ ¿Me traería problemas si lo hago por hambre, y en secreto? ~ Dije, aún fijando la mirada en su cuello. Entreabrí ligeramente la boca, y otra de las gotas de sangre del otro jóven se deslizó por mi labio.

por **El Vagonero** Dom Jun 20, 2010 8:57 pm

Volvió a escucharle en completo silencio pero sin quitar ésa sonrisa que lo caracterizaba, una sonrisa: burlona. No me caracterizo por ser "amable"... dijo exhalando una gran fumarola de humo de la pipa negra. Correcto Verónica... Puedes llamarme Vagonero... sonrió ligeramente y continuó escrutinandole con la mirada avellana.

Se encogió de hombros y continuó escuchandole a la perfección. Al vagonero no le agradaba cualquier persona, las nocturnas le simpatizaban porque pensaba que eran desinhibidas pero éso no quería decir que le agradaran. Puedes hacerlo pero ten cuidado a quién muerdes, además de cuidarte de las "cosas" que deambulan por ahí y por alla... sugirió pero ésta vez lo hizo de manera seria y sin reirse.

por **Veronica Halliwell** Lun Jun 21, 2010 1:11 am

~ Sí papá. ~ Bromée, ante como me hablaba. Parecía mi padre en medio de un sermón de porque no salir de noche, que no hacer y etcétera. Al recordarlo, me arrepentí de haberle gritado y dado un portazo cuando estaba enojada. Y ahora que lo había perdido, notaba que lo necesitaba más que a nadie. Observé distraidamente el lugar, mientras que de un salto me sentaba sobre uno de esos vagones y me sostenía con las manos. Pronto crucé los brazos y cruzé tambien las piernas, observando el viejo y oxidado riel.

A pesar de sus palabras, seguía teniendo una sed de ese líquido escarlata, por lo 'peligroso' que fuera alimentarme. Pronto saqué un chocolate de mi bolsillo, corté un pedazo, lo lancé al aire y lo atrapé con la boca. ~ ¿Quieres? ~ Señalé lo que estaba comiendo, con una media sonrisa.

por **El Vagonero** Lun Jun 21, 2010 6:24 pm

Querrás decir papacito... corrigió de manera burlona y continuó disfrutando el sabor del tabaco en su pipa. Se giró para ver como las nubes empezaban a tomar un tono más oscuro y el sol se ocultaba completamente. La neblina comenzaba a bajar de manera rápida, así cuando el vagonero se giró para decirle con un ademán que no quería chocolate, ésta les cubría las botas haciendo que pareciera que no tenía pies.

Bueno Palomita, éste muñeco se cambia de aparador...¿te vas, te quedas? preguntó viendole fijamente y observando el solitario lugar. Se colocó la camisa sucia y sudada, comenzó a abotonarsela y caminó hasta la pequeña vagoneta. Sin soltar la pipa de su boca empujó con ambas manos la vagoneta y comenzó a alejarse.

por **Veronica Halliwell** Lun Jun 21, 2010 7:10 pm

~ ¿Cuando dije yo 'Papacito'? ~ Sonreí de manera divertida, haciendo un gesto también divertido. Coloqué mis manos en mi cintura y empecé a balancear las piernas. Pronto, se empezó a colocar la camisa y dijo que se cambiaba de aparador. Me encogí de hombros, apoyando ambas manos sobre mis rodillas. ~ Supongo que me voy, no sé. ¿Que lugar me recomiendas? Estoy medio perdida en este lugar. ~ Respondí, mientras que saltaba del vagón y limpiaba las motas de polvo de mis jeans.

~ ¿Tendrás un mapa o algo así? ~ Pregunté antes de que desapareciera, pero pronto la niebla cubría mis pies hasta casi las rodillas. Por suerte, podía agudizar mi vista, y podía ver por lo menos algo entre la niebla. Empecé a cantar I don't wanna be in love mientras que salía del lugar, retorciendo uno de mis cabellos.

por **El Vagonero** Mar Jun 22, 2010 5:40 am

No, no tengo un mapa pero...te recomendaría que si yo fuera tú correría como loca lejos de las minas, a ésta hora...todo se pone...divertido... dijo el vagonero carcajeando y empujando la vagoneta lejos del lugar. La neblina comenzaba a bajar más y más conforme pasaban los segundos en las afueras de las minas. A lo lejos se escuchaban sonidos particulares, quizás sonidos de animales salvajes entre los arbustos cercanos.

Tal vez puedes refugiarte en el hotel sol de media noche y repito si yo fuese tú correría con todas mis fuerzas hasta ése lugar... éso fue lo último que dijo el vagonero antes de perderse en la espesura de la neblina y la noche que repentinamente acababa de hacerse notar. Las cosas cercanas comenzaban a verse tétricas y los sonidos nocturnos se hacían más terribles conforme el tiempo avanzaba.

FIN

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