Las ruinas en azul (el señor del sombrero)

por **Azul** Sáb Jul 10, 2010 5:15 am

Se había subido aquel viejo coche, con el característico olor a lavandas, por un momento se sintió prisionera, lo era en verdad, se encontraba en manos ahora de el señor Wickham, conocido en toda la villa como el señor del sombrero, un hombre respetable que siempre andaba pulcro con sus trajes finos. Su pipa de ébano y con aquella sombra que le cubría los ojos avellana, crueles ojos que solo era para manipular a sus víctimas. Su sonrisa perfecta y esa voz melodiosa y actoral que podía atrapar a cualquier persona que se pusiera a su paso, como si fuera una araña en una telaraña y los demás mosquitas que vuelan a su alrededor.

Azul se encontraba en silencio mirando al conductor, y a su lado tenía a su fiel acompañante Kaos, junto con el arco y su inseparable bolsa. Sabía que todo esto sería diferente, muy diferente a cuando se enamoró de él, ¿por que no podía enlazar sus recuerdos? Sabía que algo se le pasaba por alto pero no podía recordar y eso le causaba mucha frustración.
El automóvil se detuvo en un edificio en ruinas metiéndose en un aparcamiento dentro del edificio y entonces la puerta se abrió.

por **El señor del sombrero** Sáb Jul 10, 2010 5:32 am

El hombre de aspecto córvido se acerca para abrirle la puerta al señor del sombrero y éste sale del auto. El hombre de fino aspecto sonrie y le susurra al cuervo -Vé a tu siguiente trabajo...necesito que se entere hoy mismo...- dice con suavidad para que no escuche nada Eve. Le extiende la mano a la joven Azul para que salga del carro y cuando ésta lo hace, la guia hacia el interior del edificio en ruinas. A sus espaldas se escucha el graznido del cuervo y éste se aleja del lugar. Le conduce lentamente por las escaleras frías y oxidadas hasta la puerta de un elevador, pasa y la obliga a pasar. Sus fríos dedos marcan el penúltimo piso, allí se encuentra el penhouse del señor Wickham.

Su mirada avellana observa a Eve lentamente, degustando con la mirada cada parte de ésta. De pronto se topa con ligeros moretones en su cuello y su mirada se vuelve oscura, le molesta saber que alguien más que no es él la marcó. No dice nada y cuando pretendía hacerlo justo se abre la puerta dejando ver un largo pasillo alfombrado con tela rojiza y desgastada. El sombrerero le hace una seña para que salga y éste le acompaña, silva mientras recorren unos cuantos metros y saca de su bolsillo múltiples llaves unidas a una cadena de plata. La puerta se abre dejando ver una sala amplia con poca luz, la alfombra del lugar es de color carmesí y aparentemente nueva. Los muebles blancos y relucientes invitan a cualquiera a descansar, cierra la puerta con llave dejando a Eve en la entrada y caminando hacia la cava en busca de alguna bebida -Bienvenida a casa...¿Gustas algo amor MÍO?- pregunta rompiendo el tétrico silencio que llevaron desde su encuentro hasta la llegada del edificio.

por **Azul** Sáb Jul 10, 2010 6:17 am

Eve caminaba despacio en aquellos pasillos observando con miedo porque se veía tétrico todo. El hombre ese que era el conductor era algo que no sabía cómo nombrarlo, desconfiaba de él, su aspecto, sus ojos. De nuevo ese escalofrío le recorre el cuerpo y suspira abrazando ese excéntrico violín. Mira de soslayo a el señor del sombrero y le sonríe medio de lado, aunque solo lo hace para hacerle ver que está con el, pero es solo parte de una actuación que no sabe cuánto tiempo estará dispuesta a soportar.

Los detalles del lugar no sorprenden a Eve después de todo Pan había sido así, todo apariencia, podría caerse el cielo pero el aun se mostraría pulcro como aquella habitación donde estaba parada. El tintineo de las llaves hace mirarle sus manos y las recuerda, recuerda todo del hombre que le hizo pasar unos días maravillosos y también días amargos.
-Estoy bien, gracias –dijo Eve mirándolo con recelo- Tienes un lugar muy especial aquí Wickham…¿Quién es ese hombre de aspecto extraño? ¿Es tu nuevo lacayo?...¿Porqué tienes un sirviente? Nunca te había visto alguno… pensé que yo era la única que te servía… -sonó un poco sardónica y caminó unos pasos hacia donde hubiera una ventana, siempre sin soltar su violín-.

por **El señor del sombrero** Sáb Jul 10, 2010 6:32 am

El hombre le escucha hablar y desahogarse mientras se sirve una copa de vino tinto. Olfatea un par de veces antes de llevarsela a la boca y le vé con mirada penetrante mientras ella camina hacia la ventana. Disfruta de toda ésa delicia que representa estar en el confort de su casa lejos de las cosas inmundas que él considera, el sabor dulce del vino tinto y claro la imagen hermosa que representa la centella. -Vamos por partes Eve...Me alegra que te guste la casa, espero esté a tú altura...- se limitó a decir pensando que claro que estaría a su altura al juzgar el último lugar en el que vivía...la sucia cabaña del vagonero.

Tomó la copa con la mano derecha y caminó hacia la centella lentamente -Sí...es mi lacayo y lo tengo para varios fines...ninguno interesante para oir...- le dice sonriendo y bebe de la copa de manera suave. -Jamás te he considerado mi lacaya, Eve pero si amarte, cuidarte y quererte tener de la mejor manera es ser mi lacaya...siempre serás mi lacaya favorita entonces...- comenta sonriente y deja la copa en el marco de la ventana que dá hacia la calle tétrica. Se acerca y rodea la cintura de Eve, haciendo que se desprenda lentamente de Kaos, lo deja en el mueble cercano y la atrae con fuerza hacia el robandole un cruel beso.

por **Azul** Sáb Jul 10, 2010 7:06 am

Le observa todos los movimientos y sonrió levemente, solo para hacerle notar que estaba bien, aunque en verdad no era así. Suspiró, tenía miedo que pasara algo más que no pudiera manejar y se sentía la mujer más miserable sobre la tierra, tenía que pensar de qué manera podría escapar de ahí. Y por lo que veía será lo más difícil. Se volvió hacia el y observó como bebía aquella copa de vino, como siempre lo había visto, como lo extrañó durante muchas tardes cerca de aquella ventana. Suspiró.
-Pan… -siente las manos del señor del sombrero rodeándole su cintura y ella no puede evitar sentir esa frialdad de sus manos, y el escalofrío recorrer su cuerpo, siente un dolor profundo al separarse de ese violín y sus labios crueles le robaron un beso, ella apenas pudo responder, aunque no era algo que deseara, luego se separó de él sin decir nada-No sé qué decirte… no recuerdo muchas cosas…¿Puedes devolverme mis recuerdos?

por **El señor del sombrero** Sáb Jul 10, 2010 7:14 am

Damien le observa resentido por rechazar nuevamente el beso que tan generosamente le obserquiaba él. Se relame los labios sintiendo aún el sabor del vino y ahora el sabor de la centella. -Puedo...¿Pero segura que quieres recordar? A veces es mejor olvidar algunas cosas Eve...- le dice burlonamente, refiriendose a Khárôn y sus amorios en la villa. -Lo que necesitas es un baño, amor mío... Necesitas descansar y que TÚ esposo te cuide, mañana iremos por ropa y todas las cosas que quieres... No te preocupes por Orión, ya lo envié a traer...- comenta adelantandose a cualquier petición de ir a la cabaña de aquél hombre que tanto odiaba, ahora más que nunca.

Su mano busca una de las manos de Azul, la acaricia con suavidad dejandole ésa sensación friolenta y la guía lentamente lejos de la sala de estar, caminan por una pasillo hasta dar con una habitación. Una cama matrimonial espera a la pareja, Pan sonrie abiertamente y busca la mirada de la joven. Su mirada puede revelar lo que él espera de ella -Recordemos nuestro pasado Eve...es tiempo...- dice jalandola al interior del cuarto y buscando nuevamente sus labios, esperando que ésta vez acceda de buena gana, no quiere tratarla de manera violenta pero piensa que si se ve orillado no lo dudará.

por **Azul** Dom Jul 11, 2010 12:02 am

Eve estaba un poco aturdida. Asiente ante lo de la ducha necesita limpiar las penas que la corrompen, ver a Damien como un Perdido, aun “vivo” eso le hace pensar que lo que hizo pudo haber sido peor. No dijo nada sobre lo de ir por las cosas de ella en la cabaña, por Orion, no quería nada en verdad, solo quería sentirse libre.

Le observa la mano que le acaricia el dorso y suspira. Camina junto a el mirando de lejos a su fiel amigo y amante Kaos, siente un estrago en el pecho, un dolor fuerte que apenas le permite respirar. Sus ojos se parecen mucho, ambos se parecen en algo, en aquella mirada almendrada, sus recuerdos se nublan por un momento, esa neblina purpura que entra por debajo de las puertas y le borra la conciencia.

Su piel se volvió fría y sus ojos melancólicos sombríos, más de lo que acostumbra. Le corresponde esperando que su actuación sea verdadera, aunque no es así. Lo intenta, como si fuera un arte, pero no termina de dolerle el pecho por hacer semejante cosa.

Después de aquello se separa y respira nuevamente, mirando hacia otro lado, pero no aquellos ojos que le hacían recordar su muerte.
-No me siento bien… no necesito nada de tartarus, deja todo así como está… siento mucho que haya pasado todo esto… en verdad lo siento. ¿Puedo usar el baño sola?...

por **El señor del sombrero** Dom Jul 11, 2010 12:16 am

El señor del sombrero frunce el ceño ante la forma patética de Azul queriendole engañar, sonrie sultimente y dice -Vamos Eve...si haz de engañarme...hazlo mejor...- su mirada penetrante le devora el cuerpo con la mirada. Se queda pensativo ante la petición de irse al baño sola, él no tiene ésos planes pero pretende ser un poco bueno con ella. -Está bien Eve, ve a darte un baño...no tardes amor mio...- comenta mientras camina hacia un sillón blanco, de finas telas. Se sienta y le observa fijamente, esperando que se desvista para meterse al baño. Su paciencia comienza a terminarse, espera que Azul entienda ésa parte y no le haga esperar demasiado. Toma de la mesita anexa al sillón un periodico del día, no habla de las noticias de la villa...Gracias a sus suculentos tratos con la gente adecuada en la villa, él obtiene acceso a la información al verdadero mundo. Disfruta de su lectura mientras le vé de soslayo esperando caer prenda a prenda que revele aquél cuerpo escultural que tanto añora.

-Vaya...parece ser que mis acciones siguen creciendo y son prósperas...- habla como si estuviera en su viejo despacho, revisando la bolsa de valores. Para Damien nada ha cambiado, al contrario ha obtenido más ventajas que desventajas. -Creo que si las cosas siguen como hasta ahora, en un par de meses podremos regresar a Paris, ¿Te gustaría, no es así Eve?- pregunta bajando lentamente las hojas del periódico y clavandole la mirada lasciva y avellana sin ninguna discreción.

por **Azul** Dom Jul 11, 2010 3:14 am

Sé que quedó callada y suspiró, ella había pensado que lo había hecho bien, pero no podía engañar al maestro del engaño y las mentiras. Dio unos pasos lejos de él y su mirada, esa mirada cruel que conocía esperaba que se quitara las prendas que le cubrían la fina piel. Obedeció y se quitó prenda por prenda con mucho pudor sus mejillas estaban ruborizadas y su cabeza estaba en otro lado. Deseó que se muriera y sintió remordimiento porque eso había sucedido, pensó que esto era el purgatorio, que pagaría lo que le había hecho.

Su esculpida figura con algunas marcas en l piel y aquel tatuaje en la espalda se dirigieron hacia el baño. Se quedó de pie en la pared dejando caer una lágrima, esperando que no la buscasen, esperando que todo esto terminase pronto. No le responde y abre la regadera, se mete a la ducha y se queda ahí un largo rato, luego saca espuma y se ducha esperando que todo aquel malestar que sentía se esfumara, que se perdiera en esa coladera, pero no era así.

Cuando terminó se puso una bata de baño y salió, estaba la imagen como la recordaba, Pan, sentado junto a la ventana, con su pipa, su vino y el periódico.
-¿Quieres que te prepare algo de cenar? –dijo por inercia, pensando en las comidas elaboradas que le preparaba a Damien todas las noches- ¿Pato a la naranja, tarta de carne con especias o pierna de cerdo al vino?

por **El señor del sombrero** Dom Jul 11, 2010 3:30 am

Al bajar el periódico su mirada se topa con las marcas que algo o alguien le ha dejado en el cuerpo, bufa ligeramente pero no dice nada. Le contempla con sumo cuidado cada parte de ella, jamás aprobó aquél tatuaje sobre su espalda. Para él la piel blanca de la hermosa mujer era un lienzo que se veía magnifico sin mancha pura. El señor del sombrero le vé partir al baño, su sonrisa se amplía al saber que ella está pagando con lágrimas por sus blasfemos actos. Ella tenía que estar siempre en su casa, como la buena mujer trofeo que era...no como una prostituta en la casa de un hombre asqueroso...ése hombre sucio que desgraciadamente era su sangre...

Saca su pipa de madera de cedro rojizo y la prende para disfrutar de su lectura, una joven de buen ver entra al cuarto en silencio y le coloca una copa de vino espumoso en la mesa cercana a él. Deja sobre la cama un camizón de seda para dormir y sonrie timidamente, Pan le guiña el ojo y le observa irse con el mismo silencio al entrar. Minutos después su mirada clara vé salir aquélla figura angelical entre vapores del baño, dejando el olor caracteristico de zarzamoras y violetas.

Damien deja la pipa aun lado y no puede evitar relamerse sutilmente los labios -Bienvenida amor...Claro que me gustaría cenar...sorprendeme ¿Qué tal un estofado de conejo?- él odia ésa clase de comida pero se prometió hacerle sufrir cuanto pudiera y el castigo apenas ha comenzado.

por **Azul** Dom Jul 11, 2010 4:17 am

Vio una mujer retirarse en el momento que ella se colocaba unas pantuflas. Se quedó escuchando lo que decía el hombre del sombrero y bufó.
-No es algo que te guste… jamás te ha gustado el conejo.-dijo amarrándose la bata, no sabía hasta cuando le llegaría la paciencia- ¿Quién es esa muchacha que salió?... –preguntó mientras se encaminaba a la puerta- Prepararé algo… algo que te guste…

Bufó y salió de la habitación dirigiéndose a la cocina pero antes de esto caminó hasta donde estaba Kaos, el también había cambiado, y se había hecho más mágico que antes, no podía estar lejos de el y algo tenía que hacer con esa condición que tenía en aquel edificio. No tenía nadie para pedirle ayuda y antes de coger algo para empezar a cocinar se puso a tocar una melodía, que desgarraba sus emociones más desoladas, fue un lapso corto de un minuto cuando mucho para dejar de nuevo Kaos en su estuche y regresar a la cocina a revisar que había para comer.

por **El señor del sombrero** Dom Jul 11, 2010 4:46 am

El señor del sombrero se pone en pie y camina hacia ella -Te trajeron algo de ropa...- dice ignorando la pregunta de quién es la mujer que entró al cuarto. -He dicho que quiero estofado de conejo...- argumenta de la manera más sutil que puede pero hay una orden implicita en la oración. Le observa salir de la habitación y rie negando con la cabeza, le sigue lentamente y se detiene a oirle tocar ésa melodía melancolica. Camina hacia la mesa y se quita el saco para sentarse más comodo, arremangandose la camisa para poder disfrutar de lo que Eve cocine. El conejo no le gusta pero por molestarle hará lo que sea, incluyendo comer algo tan asqueroso.

-Si quieres que te ayude en la cocina, llamaba a Virginia...Es la muchacha que te ayudará en todo lo que desees...- comenta viendole fijamente y pensando que también será su carcelera particular, los ojos de él mientras no esté en casa. Observa el estuche del violín y piensa que para Kaos tiene un mejor plan, por el momento ella puede quedarselo pero pronto...muy pronto conocerá la furia que tanto le tiene guardada...

por **Azul** Dom Jul 11, 2010 5:24 am

No se cambió se fue en bata a preparar la comida. Caminó hacia la nevera y sacó el conejo que ya estaba alineado y empezó a preparar el estofado, pero lo haría de otra manera, no como le gustaba Khárôn, lo haría de otra forma más elaborada. Empezó a cortar las verduras mientras cocinaba el conejo en la olla. No quería ayuda de nadie así que ella misma se dedicó a la preparación de la comida, no le molestaba simplemente el hecho que Pan solo quisiera conejo para hacerle ver que el podría mandar sobre ella.y lo hizo un sustancioso estofado de conejo con verduras y caldo, con tocino y papas, zanahorias y cebollas, algunos chicharos y alubias.

Cuando le puso la tapa ella dejó el guiso para que esté listo y se puso hacer el primer plato y el postre, para que todo quede perfecto, eso hacía que su mente no pensara en tonterías. Hizo una tarta de tomates con queso de cabra y hojaldre, una ensalada verde. También hizo un créme brulé con el caramelo crujiente. Terminó al fin y se fue a la habitación para cambiarse.

Regresó para servirle la comida al sombrerero. Como debe ser, con todos las leyes de la etiqueta, pensó que si el iba a jugar, ella también lo haría aunque esto desencadene la parte más oscura de su ser.
-Espero que te guste querido, lo prepare solo para ti… te preparé un estofado de conejo especial –lo destapa y tiene un olor exquisito- pero eso es el plato fuerte, te serviré tarta de queso son tomate y ensalada para la entrada…¿aceite balsámico con olivos?

por **El señor del sombrero** Dom Jul 11, 2010 5:48 am

Damien observa a su orgullosa esposa hacer las cosas sola y en silencio. Se pregunta cuanto tiempo durara con ésa farsa de ser fuerte, él sabe que todos tenemos un precio y aunque ése precio es alto en Eve pronto podrá pagarlo... La cocina huele delicioso, ella siempre cocina rico, era una de las habilidades que le habían enamorado hace mucho mucho tiempo. Ahora de éso no queda amor, sólo obseción y reafirmar que él es dueño de todo lo que quiere. Le observa acercarse y escucha con atención y una gran sorinsa triunfal lo que ella dice, "si quiere jugar...jugamos..." es lo que piensa mientras aspira lentamente el aroma del estofado caliente.

-Me gusta siempre todo lo que haces Eve...lo sabes...- responde con una voz seductora y se pone en pie para jalar una silla para que ella se siente. -Si, gracias...seria perfecto para una gran comida y una GRAN compañía...- dice sonriendole y se apresura a servirle una copa de vino blanco para que combine con el estofado.

por **Azul** Dom Jul 11, 2010 6:16 am

Sirve la comida, un generoso pedazo de tarta y la ensalada con el aderezo. Ella comía en silencio, por su mente pasaban muchas cosas, matarlo de nuevo iba ser una batalla completamente complicada, la mucama era también un fiel sirviente de Pan, no podría hacer nada, estaba atrapada en una jaula de oro, necesitaba salir de ahí y apenas llevaba unas horas en ese lugar.

Después del primer plato, luego sigue el plato fuerte, sirve el estofado, bebe mucho vino para poder soportar aquella situación y para poder quitarse el miedo, el asco que le tiene a su ex esposo.
-Espero que sea de tu agrado… -Ella come poco, no es un platillo favorito, pero al menos está muy bien cocido, no como se lo prepara a Khárôn rosa y sanguinolento, como si fuera una morcilla- Todas las mañanas voy a la panadería de Oliver James… a trabajar… me gusta… no me quitarás eso ¿Verdad Pan? –dijo pensativa buscando una manera de ver cómo podría pisar afuera de ese lugar, suspiró bebiendo un poco más de vino – Esto quedo muy bien… ¿Estás listo para probar la receta de tu madre?

por **El señor del sombrero** Dom Jul 11, 2010 6:29 am

El señor del sombrero come y disfruta de los guisos que la joven centella le preparó, solía hacer todo éso en su antigüo hogar. Y para él nada habia cambiado, la cena siempre habían sido monótonas, ella hacía hasta cualquier cosa por complacerlo pero él jamás le había puesto mucha atención. -Me agrada más de lo que te imaginas...- dijo sonriendole y riendose de un chiste que sólo él había entendido. Disfrutaba verle tan mansa como un venadito indefenso entre sus garras, que no pidía evitar expresarlo de manera facial. Le observaba beber como nunca lo había hecho antes, supuso que no era por la euforia de haberse reencontrado, seguramente sus motivos eran otros pero no quiso meterse en ése detalle, nada le arruinaría ésta noche que apenas comenzaba.

-Mmm, puedo considerarlo si dejas que mi lacayo vaya a dejarte y a traerte...- comenta mientras terminaba el último trago de su gran copa de vino. -Además no te acostumbres mucho, te he dicho que en un par de meses nos iremos de éste lugar...tal vez vengamos de vez en cuando a vacacionar o me acompañarás a realizar algunas visitas de negocios pero nada más...nuestra vida está en otro tipo de lugar...- dice sonriendole y pensando que Khárôn no tendría la misma suerte. -Siempre estoy preparado para todo querida...- se banaglorea y le toma la mano con suavidad. -Pero sabes me encantaria otro tipo de estofado...- le insinua viendole con una mirada pícara.

por **Azul** Dom Jul 11, 2010 6:43 am

Eve apostó por los pensamientos del señor del sombrero y suspira mientras se pone de pie para servir el postre. Se notaba que él lo disfrutaba de sobremanera mientras que ella se sentía miserable.
-Está bien… que tu sirviente me lleve y me traiga…-dijo hundiendo la cucharilla en el caramelo de la crème- ¿Estás seguro que puedes salir de esta villa Damien? –ahora no quería irse, no quería ahora que había descubierto algo que había olvidado en mucho tiempo, había encontrado a su otra mitad y parecía que Pan, haría todo para separarla de este, eso no lo iba a permitir, solo esperaba que la oportunidad de que el sirviente se descuidara para poder escapar- Tendrás todo lo que mereces mi querido Pan –sonríe de forma sombría devolviéndole aquel juego que parecía que pintaría de otra forma una desagradable para Eve-.

por **El señor del sombrero** Dom Jul 11, 2010 6:50 am

Damien prueba gustoso el postre, aún más el sabor dulce de su venganza. Le mira sonriente, jamás pierde ésa galantería innata que poseen los Wickham. Él sabe que ir al mundo real representa el que allá sea sólo un costal de huesos pero éso pronto está por acabarse -Aún no querida, pero pronto podré hacerlo...Regresaremos a Paris y tú me darás tantos hijos como puedas...- dice besandole la mano de manera caballerosa y terminando de comer su postre. Suspira de manera triunfal al escuchar que ella está dispuesta a darle todo, es un buen principio de pago. Se pone en pie soltando su mano y acercandose para ayudarle a pararse -No te preocupes por recoger la mesa...Virginia lo hará...- comenta tomandole de la cintura para guiarle a la recámara de los "enamorados". Le hace pasar primero y cierra la puerta con pasador, sin decirle nada se acerca a besar su cuello, a degustar su postre favorito y muerde en las marcas que su cuerpo tiene, reafirmando su supremacía ante la pobre centella. Si ella lo que quiere es un tipo rudo y bastardo, se encontró al tipo "más rudo y más bastardo" de toda la villa...

por **Azul** Dom Jul 11, 2010 7:13 am

Su cabeza solo piensa en cómo salir de ahí, pronto podría irse de ese edificio, pero antes tendría que hacer ciertos sacrificios. Miró al señor del sombrero con una sonrisa, lo más cálida que pudo y se bebió de golpe toda la copa. Pensó en todo lo que decía si era posible que el pudiera darle hijos, todo el tiempo que estuvieron juntos nunca había logrado embarazarse, suspiró y asintió siguiéndole la corriente. Se preguntó también si en al vida real, el estaba muerto, aquí en esta villa aun estaba “vivo”, habían cosas que no cuadraban.

Se pone de pie para pagar su pecados en aquel purgatorio, suspira y no se siente lo suficiente ebria para poder olvidarlo, se muerde los labios con nerviosismo, le teme a este hombre, le teme demasiado y su alma no está tranquila en ningún momento. Se preguntó cómo se eliminan a los Perdidos, si se alimentan del patetismo humano… entonces lo contrario sería algo que los afecta… ¿Demasiada felicidad? ¿no es algo absurdo?

La puerta se cerró a sus espaldas y los crueles ojos del señor del sombrero penetraron en los oceánicos azules de Eve, le hirió con el tacto de sus labios, aunque eso no le producía más que un rotundo escalofríos y miedo, no podía hacer nada, su piel se helaba al sentir su fría piel. No tiene mucha reacción alguna todavía, está en shock pensando, pensando en cómo se quitará de encima a ese hombre.

por **El señor del sombrero** Mar Jul 13, 2010 6:31 am

El señor del sombrero no se sorprende al no ver reacción por parte de la centella. De hecho se espera ésto puesto que tienen mucho tiempo sin siquiera tocarle. Sus labios continuan con crueles caricias pasionales, sus manos son dos témpanos de hielo recorriendo cada centímetro del cuerpo de Eve. Le gira bruscamente buscando sus rosados labios, le besa con ésa pasión que siente por ella, porque a pesar de todo él la sigue amando. Le lleva poco a poco hasta la cama y la deja caer mientras se afloja un poco la corbata púrpura. Su cuerpo frío se recuesta sobre el de la joven centella, sus labios continuan buscando algo que tanto desea y que espera que ella le dé gustosa.

Sin pena alguna y en todo acto de dominio, le separa las piernas en busca de cobijo. Su mano derecha se enlaza a la izquierda de la centella, haciendole sentir el anillo de matrimonio. Muerde sus labios con fuerza haciendole que sangre y pague parte de sus pecados. Damien disfruta tratarle de una manera fuerte y bastarda, éso quería...éso ha encontrado ahora...Le susurra al oido -Preparate porque tal vez ésto no te agrade y no durará poco...- sonrie obligandole a que le bese con pasión.

por **Azul** Miér Jul 14, 2010 1:17 am

Eve sentía temor al estar tan cerca de Pan, su piel eléctrica avisa a todo su cuerpo haciendo que chispas broten con cada tacto. Tiene miedo. Las caricias del hombre hacían que su piel reaccione, le queman, solo cierra los ojos aguantándose las náuseas. Piensa que si hace algo en su contra podría resultar peor, lo conoce, piensa en los mejores tiempos que compartieron juntos, en esos bellos momentos, como cuando por primera vez hicieron el amor en un crucero. Los labios de Pan sellan con crueldad su boca y con esto siente que se desvanecen sus sueños, le empuja sin éxito alguno. Tropieza con el hasta caer sobre aquella cama que espera. Es el infierno y está pagando por haberlo asesinado. Trata de evitarlo, le quita las manos. Pero el las une marcando aquella argolla en sus dedos con fuerza haciéndole crujir. Le sangra los labios para evitar que grite. Y sus lágrimas brotan de aquellos oceánicos ojos. Ella trata de zafarse, usando electricidad, pero cada vez se siente más débil. Él se aprovecha del temor que siente, de todo esos sentimientos patéticos que se forman en su interior y el absorbe para volverse más fuerte. Las chispas se debilitan. “Suéltame” suplicó. “No”… pero fue inútil ante la cruel prisión de el señor del sombrero.

por **El señor del sombrero** Miér Jul 14, 2010 5:43 am

La electricidad de la centella no podía hacerle nada, al contrario sólo sentía un leve cosquilleo erótico que alentaba a continuar con lo que el señor del sombrero realizaba. Con suavidad acarició las lágrimas que brotaban de los hermosos ojos de su mujer, acercó sus labios suculentos y lamió una a una éstas. -Shhh...- susurró a su oido mientras llenaba su rostro con besos dulces y seductores. De alguna manera él quería recobrar su dominió en la joven y lo haría a cualquier costo, incluso manipularle. No le importa ninguna de sus súplicas, al contrario es música para sus oidos. Sus manos dejaron de tocarle por un momento para despojarse de la camisa que seguramente la dama de Azul no haría. De pronto el cinturon cae y con éste él puede tener más libertad para disfrutar a SU esposa. La comienza a hacer suya, algo que tanto tiempo había esperado. Suspira al sentirle después de tanto tiempo, no lo hace de manera suave, realmente no le interesa si le lastima o no, él quiere saciar sus ansías...

por **Azul** Miér Jul 14, 2010 6:22 am

Eve se tranquilizo al sentir que la agresividad de Pan disminuía, sin embargo podía sentir ese estrago amargo en su pecho. Apretó los labios, cerró los ojos para no mirarlo e intentando no pensar en lo que estaba pasando. Sintió que las lágrimas no se detenían. La debilidad le invadía el cuerpo, y aun así peleó con él para que se alejara de ella. La tenía en sus manos, había manipulado por completo a la centella y dominó como sabía hacerlo desde siempre. Eve no quería pensar y hundió los dedos con todas sus fuerzas sobre la piel de este hombre, cuando el la toma por completo. No emite sonido alguno, no reacciona ante todo lo que hace, solo murmura en sollozos ahogados “Yo no te amo. Ya no”. Abrió los ojos que desbordaban mares recordando una mirada avellana llena de angustia, gruñendo, con la frente perlada, una barba sin afeitar, esa mirada… ese aroma… Un golpe de un recuerdo llegó a su mente, algo que le pareció un espejismo y sus dedos se clavaron tanto hasta provocarle una herida..."Khárôn".

por **El señor del sombrero** Jue Jul 15, 2010 4:09 am

El señor del sombrero disfruta hacer suya una vez más a su esposa, entre más llora y suplica más fuerte se hace Damien. Su lengua lame las gotas tibias de los oceános que se derraman por su rostro, bebe absorviendo energía de la bella dama de azul. Le enfurece saber que no le ama, la embiste con fuerza para lastimarla para que sienta el mismo dolor que él siente cuando le dice que no le ama, no es sólo dolor de amor...también es dolor de orgullo. Siente que le golpean y de manera fuerte cuando dijo el nombre de su hermano, no pudo soportarlo. Le da una bofetada fuerte, se separa de ella con dolor y la gira haciendo que quede boca abajo. La vuelve a embestir y con fuerza, castigandola por confundirle con ése asqueroso tipo sucio que desgraciadamente es su hermano. Sus manos se aferran sobre los hombros de Azul, haciendo que sienta dolor cada que la embiste. Su terrible y fría boca besa su cuello y muerde de vez en cuando éste, él la ama...irremediablemente la ama pero no puede permitir que lo trate como si fuese menos que ésa basura que es el maquinista... Jamás le perdonará que lo dejara de amar y mucho menos que se acostara con una persona tan baja y ruin como el vagonero...con su propio hermano...

por **Azul** Jue Jul 15, 2010 4:29 am

Abrió los ojos cuando sintió el golpe que Pan le daba para que saliera de ese recuerdo que parecía un espejismo. La golpeó sobre la madera y solo pensaba en huir de ahí, apenas se pudo mover para irse, pero solo logró que Damien la pusiera boca abajo y la aprisionara de nuevo en su juego bastardo. El dolor le desgarra el vientre y las manos del hombre se marcan sobre sus hombros. No siente placer solo dolor y la sangre brota de su frente, haciendo que estas se vuelvan lágrimas amargas. Parecía que todo ese tormento se acabaría pero no era así… pasaba el tiempo en un purgatorio pagando por lo que hizo, y muy en el fondo quería morirse en ese momento. Buscó a Kaos pensando en clavarse la flecha ene l corazón para terminar de una vez con todas con ese sufrimiento.

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